Hoy dentro de la sección «Conversaciones con..» es un placer presentar a Antoni Bolinches.
Cuando vemos en televisión, en redes sociales, gente que es feliz, que ha alcanzado una meta, pensamos que tiene super poderes. Cuando realmente lo único que han hecho ha sido movilizarse en contra del miedo y de la espera por la que optan la mayoría de las personas. Y más en estos momentos.
Antoni, en su nueva obra, «Tus 4 poderes: Cambia tu vida con inteligencia, voluntad, bondad y actitud positiva«, nos invita, a través del resumen de más de 40 años de actividad profesional, a activar todo nuestro potencial.
Podéis conocer más el trabajo de Antoni, uno de grandes psicólogos clínicos de nuestro país, pensador humanista a través de su Web, Instagram, Twitter y Facebook.
¿Qué poderes tiene Antoni Bolinches?
De los cuatro que considero esenciales quizá la actitud positiva y la voluntad.
¿Alguno te gustaría añadir más?
Me conformaría con desarrollar los cuatro en grado suficiente.
Soy un defensor de ir a terapia y creo que ahora más que nunca, nos estamos dando cuenta que se necesita. ¿Por qué nos cuesta tanto pedir ayuda?
Porque intuimos que todo cambio requiere un esfuerzo y preferimos lamentarnos que corregirnos.
¿Qué piensas de la gente que dice, que hay que focalizarnos en lo que se nos da mal, que hay que convertir nuestros defectos, en nuestras virtudes?
Cierto que corregir los defectos puede ser una gran virtud. Pero para mí lo fundamental es la aceptación superadora. O sea aceptarnos como somos y mejorarnos en lo posible.
Dices que podemos ser nuestro mejor maestro, ¿Pero también podemos ser nuestro peor enemigo?
Las dos cosas son ciertas y cada uno debe decidir qué parte desarrolla.
¿Por qué nos gusta tanto vivir autoengañados?
Eso solo ocurre cuando no encontramos un camino mejor. La mayoría más que autoengañados vivimos conformados ante una realidad que no sabemos como cambiar.
Creo que si se nos enseñasen a perder más, ganaríamos más en la vida, ¿Qué piensas?
Simón Bolívar decía que “el arte de ganar se aprende en las derrotas”. Pero eso no quiere decir que deban enseñarnos a perder. De hecho, lo que nos conviene es intentar hacer las cosas bien y aprender del fracaso si salen mal.
¿Qué le dirías a aquellas personas que piensan que ni el futuro ya está en sus manos?
Que confíen en sus posibilidades y podrán comprobar que siempre hay margen para influir en la propia vida.
Somos una sociedad más pragmática, queremos fórmulas para todo, ¿Dónde queda el esfuerzo?
Queda en la reserva porque es cierto que, por regla general, nos esforzamos poco.
En marzo la gente hablaba de una sociedad que iba a cambiar, ahora veo que solo eran unos parches, ya nos hemos olvidado de todo ello. ¿Cómo lo ves?
Vivimos una crisis de modelo de civilización. Las cosas están tan mal que es difícil que no podamos mejorar en algo. Por eso, creo que solo desde el mejoramiento personal será posible crear una sociedad mejor.
¿Qué es lo más importante que has aprendido de tus fracasos?
Que cada fracaso es una oportunidad de aprendizaje, pero que no hay que confundir fracasar con aprender. Para que el fracaso nos ayude hemos de sacar conclusiones positivas de las malas experiencias.
Creo que en tu libro te faltaba un poder, la creatividad tan necesaria en estos momentos. ¿Qué piensas?
Cierto, pero espero haberla utilizado al escribirlo. Bromas aparte, mi criterio es que la creatividad no es una facultad primaria general equiparable a la inteligencia, la actitud positiva, la voluntad y la bondad, sino potestativa de un determinado tipo de inteligencia.
¿Un pequeño paso es el mayor de los pasos para el ser humano?
Es una buena forma de verlo. De hecho, la suma de muchas pequeñas cosas puede dar un gran resultado.
¿Somos nuestras acciones y no, nuestras suposiciones?
Somos nuestras acciones, pero muchas de ellas están motivadas por nuestras suposiciones.
¿Cuál es el principio del comienzo para descubrir nuestros poderes?
Aceptar superadoramente nuestros defectos y limitaciones, y confiar en que todos podemos mejorarnos.