
Ahora todo se mide en función a la moral.
Si crees una cosa no tienes moral… Si no crees en otra cosa, no tienes moral… Si no tienes valores… no tienes moral…
Todo se basa en función de la moral.
Pero yo iría un paso atrás.
Primero nos preocupamos por la moda de turno a la que nos tenemos que subir y luego por la moral.
Eso si, antes hay que saber qué dice la R.A.E. sobre la moral «Conforme con las normas que una persona tiene del bien y del mal.»
Genial, ¿No? Pero antes de nada, la moda.
La moda, que creemos que nos hará diferente a los demás, cuando en realidad nos hará uno más.
Ya son muchos años entrevistando, conociendo e incluso trabajando con personas » de cierto prestigio». Pero también han sido muchos los que han pasado y que ya no están. Que conste que están vivos pero ya no están en el «candelero».
Por diversos motivos, la moda ya pasó o se han dedicado a otra cosa, ya no están. Pero muchos de ellos, la clave de su desaparición, fue ante poner la moral a la moda.
Querían ser «famosos» y tener repercusión lo más rapido posible.
Era todo por y para su moda. Más bien por y para su ego.
No importaba lo que hubiera que hacer, como si había que comprar seguidores en Instagram, hacer la «pelota» a una persona para conseguir un objetivo aunque la criticase nada más conseguirlo… No importaba. Solo importaba la moda en cuestión.
El aparentar ser, NO EL SER DE VERDAD.
A día de hoy » ser referente» en algo, el hablar de algo que está de moda, es considerado lo «más».
Hablamos de cosas que no sabemos ni siquiera su significado y todo porqué lo «hemos oido por ahi» o lo que nos ha dicho las noticias de Google que se actualizan en nuestro móvil.
Debemos y queremos aparentar que sabemos de todo, que somos «guías» para los demás… Porqué eso del «no sé, lo investigaré, pues no tenía ni idea…» no es beneficioso para nuestra marca.
Ya sea lo que sea el tema, debemos saber y hablar de lo que está de moda. Porqué sino nos han dicho que nadie se acordará de nosotros.
Pero no solamente pasa en el mundo profesional, en el mundo personal, TAMBIÉN.
Hablamos de politica, de religión, de temas que salen en los medios de comunicación con una pasión desbordada. Pasión que supera los límites del respeto a los demás. ¿Y todo por qué?
Porqué ¿Cómo voy a desconfiar lo que ha dicho mi líder político, mi grupo de comunicación favorito sobre este tema?
Antes de dar nuestra opinión, no pensamos qué hemos oido, no dudamos lo que hemos creído oido,… Nada, lo único que hacemos es replicarlo. ¿Por qué íbamos a dudar?
Si replicamos algo que no sabemos si realmente nos hará daño o no a nuestro concepto de moral, ¿Qué tipo de personas nos estamos convirtiendo? ¿En personas que solo quieren la fama, el aparentar y ganar número de seguidores sea como sea, por las buenas o por las malas?
Pero eso si, luego no critiques a esas personas por sus valores, que se ofenden.
¿Qué pasaría si antes de apostar por una moda, nos preguntáramos si va o no acorde con nuestra moral?
Quizá muchas de ellas ni nacerían, quizá muchos «influencers» verían reducidos sus seguidores drásticamente y quizá hasta seriamos una sociedad mucho más coherente.
¿A QUÉ ESO SI SERÍA FELICIDAD PURA?