
A día de hoy queremos gente «perfil perfecto de Instagram»
Aquellas personas que hayan estado en lugares increíbles en vacaciones. Que cada cierto tiempo pongan fotos «picaronas» y muestren el cuerpo por el que soñamos devorar una noche de verano.
Aquellas personas que salgan todos los sábados por ahí y nos demuestren que se lo pasan bien, que se ríen y que tienen gente variada como grupos de amigos.
Aquellas personas que nos demuestren que saben de lo que hablan, aunque sean una frase «usada» de un libro que está de moda.
Aquellas personas que sean perfectas, aunque sepamos que tienen un par de filtros encima de ellos.
Queremos la perfección en todos los aspectos de nuestra vida.
Queremos una persona nos haga reír , inteligentes, que sepan lo que nosotros sepamos y que en definitiva, nos hagan una vida mejor.
Es decir, una vida Instagram.
Una vida en la que todo es bonito, ideal a pesar de que sepamos que todo lleva varios filtros por encima
Podría hablar de una vida Instagram, con toques de pensamiento Mr.Wonderful, con actitud de algún gurú de la actitud y toques que nos hagan saber que toda nuestra felicidad, éxito y abundancia empieza en el cerebro, que con solo eso te puedes echarte a dormir y esperar.
¿Y dónde queda el lado oscuro? Mejor que lo vea otra persona, nosotros queremos´, éxito, felicidad a raudales. Sin esfuerzo, sin lamentos y ni mucho menos con conversaciones incomodas.
No queremos «lo bueno, bonito y barato», a día de hoy queremos «Lo excelente, lo mejor y lo más caro». Pero eso si sin esfuerzo.
Con el paso del tiempo, todos nos hemos ido quitando den nuestra vida a gente, nuestra agenda ha ido disminuyendo. En definitiva, nos hemos quitado gente Instagram.
Gente que pensábamos que era de una manera y no era así como era en realidad.
Sus seguidores eran 3 reales, no 20.000 comprados.
Tenía más episodios de tristeza que fotos ponía en sus redes.
Y con un ego que tapaba «sus vergüenzas emocionales».
Nos pasamos la vida diciendo que somos seres de éxito, que todo el mundo quiere estar con nosotros, que nos rodeamos de lo mejor del «mundo mundial» y que siempre estamos sonriendo. Y si para eso hay que comprar «seguidores», hay que reírle las gracias a personas que no aguantamos para ponerlas a «parir» cuando se den la vuelta o utilizamos «cualquier cosa o persona» para ocultar lo que realmente sentimos……LO HACEMOS.
Pero si , leemos libros de desarrollo personal, vamos a retiros espirituales o ponemos fotos «zen» para que sepan los demás que estamos a la última.
Cada uno puede hacer lo que le dé la p… gana, desde luego. Faltaría más…. ¿Pero qué estamos haciendo? ¿Hablar de una cosa que luego ni por todo el oro del mundo se nos ocurriría hacer? ¿Ocultar nuestra realidad bajo filtros para sentirnos queridos y aceptados por los demás? Pero yo te pregunto….¿Te aceptas a ti mismo? Cuando «rascas» un poco debajo de los filtros de esas personas , rápidamente se derrumban cuando encuentran a alguien que ve más allá del «filtro New York» con el que lleva años instalado.
Cada día quiero más gente con «heridas» en su vida.
Que acepta que no es perfecto. ..
Que llora por los esfuerzos que está realizando…
Que se lamenta por lo que está viviendo pero que sabe que le hará más fuerte..
Que tiene pensamiento crítico y no cree en todo lo que ve hasta que no investiga realmente si lo que ves es verdad…
Que tiene un sueño y lucha por él a pesar de lo que le digan los demás, a pesar de las cosas y seguridad que haya dejado atrás…
Que no tienen miedo a mostrar sus sentimientos y «vergüenzas» no vaya a ser que alguien se aproveche de ellos…
Que aceptan «conversaciones incomodas» porqué saben que hacen más fuertes las relaciones entre personas y no evitándolas.
Son las personas Real y no las personas Instagram.
Cada uno que haga lo que quiera, pero ¿Qué ocurriría si fuéramos por la vida sin filtros y mostrando nuestra realidad?