“Si no das una oportunidad a un corazón, nunca sabrás cual es su intención”.

Hay un cuento sufí, una rama mística del Islam que trata de un león, que fue recogido por unos cazadores nada más nacer, tras haber matado a su madre.

Durante un año, tras haber sido entregado a otro pastor. Fue alimentado, criado, como una oveja más de las que tenía el pastor. Hasta que cierto día, un lobo, desde el alto de una montaña vio la situación.

Bajo corriendo hacia donde estaba el rebaño, mató a varios de los integrantes del rebaño y cogió de un mordisco al león. Lo subió al alto de la colina y le repetía una y otra vez que hacía con ese rebaño, que él era el rey de la selva.  Él le contestaba con un balido, rechazaba la carne que le ofrecía. Él se repetía una y otra vez que él  era una oveja. Hasta que en cierto momento, le hizo mirarse al lago que había. Ahí es cuando se dio cuenta, que a lo mejor no era una oveja, sino otro animal.

Aprendió junto al león que lo había rescatado, cazar, a saltar, a hacerse valer en la jungla, hasta que cierto día, lo que había hecho siempre  para comunicarse, balar, se transformó  en rugir.

Por fin, había descubierto su verdadera personalidad gracias a su rugido, era un león.

Vivimos como ovejas, aunque en el fondo, todos sabemos que somos leones, que somos los mejores en algún sector de nuestra vida, pero preferimos seguir al rebaño, no salirnos de él, por el qué dirán, por el miedo a lo que puede haber fuera.

En estos momentos, muchos padres, tienen que decidir por la rama que tiene que decidirse su hijo dentro de la vorágine que engloba nuestro sistema escolar.

Todo padre, yo no tengo hijos, pero  siempre me he fijado en los referentes que son mis padres, quieren lo mejor para sus hijos, que sean los número 1, que destaquen, pero que no sobresalgan mucho, por el qué dirán y más en determinadas edades.

Conozco casos de padres, que viven una fantasía con sus hijos. Tienen que ser los Messi en el futbol, los futuros modelos de las Pasarelas de Milán o Nueva York u otros solamente quieren lo mejor para ellos, que sean felices en los que ellos realmente quieran ser.

¿Y tú vives en una fantasía o con imaginación quieres crear una nueva realidad para los tuyos?

Se preguntan: “ ¿Y si lo mandamos a un Grado Medio, le gustará? ¿Pero sirve para algo nuestro hijo? ¿Qué crees que le podría venir bien por sus talentos? o la pregunta más repetida.. ¿Qué tendrá más salida para él?”

Tienen vértigo ante la decisión que tienen que tomar. Yo cuando tuve que decidir hacer entre Formación profesional o Bup, pasé días angustiados y con ansiedad, sabía que me jugaba mi futuro. Acabé diciendo Formación Profesional.

Antes pensábamos, según lo que nos habían dicho nuestros padres, que teníamos  que acumular cuanto más conocimientos mejor. Que iríamos a las mejores Universidades, cuantas mejores notas sacáramos, que seríamos los números 1 , si cada vez aumentábamos nuestro talento.

Todavía lo sigo escuchando, que seremos los mejores cuantas mayores sean nuestras notas. Y siempre que lo oigo me vienen a la mente, casos conocidos por todos, y también que he tenido la oportunidad de conocer, de gente que en la escuela era considerado inútiles totalmente, desahuciados y a día de hoy, son expertos en campos profesionales y empresariales, increíbles.

No creo que el intelecto sea lo único fiable que tiene el ser humano, como bien dice una frase.

Si esas personas eran calificadas como inútiles, ¿Cómo llegaron al éxito? Con el intelecto creo que no.

Tenemos miedo cuando tenemos que tomar una decisión del tipo que sea. Como bien decía Emerson, “El miedo es el elemento que más batallas ha ganado al ser humano”.

Pensamos que cuanta más formación, más experiencia, más de todo , es el único método para lanzarnos , estar seguros hacia nuestro sueños, pero no es así. Más bien lo estamos dilatando, nunca damos el paso.

¿Entonces qué hacer?

Con FE y PASIÓN.

Con la fe me sigo llevando todavía muy mal. Me decían que era  tener la certeza de que iba a conseguir algo, sin llegar a tenerlas todas conmigo. Uff, no no, yo quería tenerlas todas conmigo, sino no daba el paso adelante.

Pero Einstein, Darwin, y los miles de inventores, que nos han hecho la vida más fácil, tenían fe en lo que estaban haciendo, no sabían cuando lo iban a conseguir, pero sabían que lo tenían que hacer. A ello le añadimos pasión. Pasión por lo que hacían, pasión que les hacía levantarse una y otra vez a pesar de que sus inventos fallaban, pasión que les hacía saber que había sido el último intento hasta conseguir el resultado querido.

¿Y dónde está esa pasión en las escuelas actualmente? ¿Tienes pasión por lo que haces de verdad? Últimamente la gente me responde que no.

Esa pasión y esa fe, provocaron en mí, que superara el miedo por ejemplo de hablar por primera vez delante de un público. Hicieron que derrotara al miedo que hubiera tenido y tenía si solo hubiera confiado en mi intelecto.

El intelecto ayuda, claro que sí. Pero no estaría ahora aquí escribiendo estas líneas si hubiera confiado totalmente en él, porque yo no tenía conocimientos de cómo escribir, de hablar en público o de desarrollo personal.

Lo que hicieron la pasión y la fe, fue descubrirme quien realmente era. Vivimos como “ovejas”, seguimos al rebaño y si no me hubiera salido del mismo, no hubiera descubierto quién realmente soy, lo que realmente me motiva en la vida. Despertó algo en mi totalmente dormido hasta entonces.

TODOS, tenemos ese don, que nos hace especiales. Pero tenemos dos opciones, dejarlo dormido para siempre, o desarrollarlo.

Y para ello tenemos que mirarnos hacia nosotros mismos, no hacia fuera.  Hay una frase de Gagueen que lo explica muy bien, ya que él para ver, cerraba los ojos. Miraba a su interior.

Y eso en los momentos que vivimos, de ajetreos, de rapidez, de satisfacciones inmediatas, es algo totalmente necesario pero que nos da miedo a la vez.

Todos, jóvenes, mayores,… aún más en los momentos que vivimos, necesitamos encontrar esa chispa de la vida, como diría Coca-cola que nos haga entusiasmarnos con la vida. Y yo la he encontrado. Me hace levantarte todas las mañanas con una sonrisa de oreja a oreja, siento que no hay nadie que me pueda parar, que conseguiré mis sueños, sueños que muchos de ellos estoy consiguiendo.

GRACIAS A LA CHISPA DE LA VIDA, A ESTAR ENTUSIASMADO CON ELLA.

Pensamos que no hay oportunidades, que el futuro es negro. Pero yo creo que hay muchas más oportunidades de las que nos imaginamos y es así. Claro que salir de nuestras quejas, de nuestras excusas, es duro, pero la vida está llena de oportunidades.

Lancemos nuestro corazón, que el resto lo seguirá. Tampoco estoy alentando a la locura, todo con un buen plan trazado, llega a buen puerto.

Conozcamos a nosotros mismos, niños, jóvenes y mayores, hagámoslo, seamos sinceros con nosotros mismos, porque gracias a ello viviéremos con plenitud.

INTENTALO, PREGUNTANTE: ¿QUÉ ES IMPORTANTE EN TU VIDA?

Cada vez recibo más emails en los que me cuentan, que lo que pensaban que era su vocación, no ha sido así.

Conozcámonos de verdad y sobre todo, demos tiempo a que una actividad, se pueda convertir en nuestra vocación, en esa actividad que nos encienda la chispa, nos entusiasme.

Dejemos de centrarnos en nuestras fortalezas y orientémonos a las oportunidades. Dentro de 5 años, bueno a lo mejor de 1, eso para lo que hemos estudiado, ya no habrá puestos de trabajo relacionado, entonces ¿Qué hacemos?

CONOCETE Y PROVOCA ESA CHISPA QUE TE ENTUSIASME.

Es la conferencia que he dado esta misma tarde sobre el futuro de los hijos a padres de Zaragoza.

Ah, TODOS, has vuestros hijos, vosotros mismos, SIEMPRE hay algo que hacéis bien.