La prudencia no vacuna contra el fracaso

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Otra vez volvemos a la producencia.

A ser prudentes no vayamos a lastimar emocionalmente a una persona si decimos lo que pensamos..

A ser prudentes no diciendo nuestras emociones no vayamos a perder la oportunidad de estar con la chica que nos gusta.

A ser prudentes no diciendo lo que pensamos dentro de la empresa no vayan a despedirnos…

A ser prudentes con nosotros mismos… no vayamos a ser felices.

Oir la palabra prudencia, se nos apreta el culo.

Pensamos que algo nos va a pasar, por lo tanto tenemos que ser prudentes, no vayamos a cagarla, no vayamos a liarla.

Y por no liarla o eso creemos o nos han hecho creer, nos hacemos lo que realmente sentimos que querríamos y deberíamos hacer.

Nos pasamos la vida en modo «prudencia» y luego vienen los lamentos.

Lamentos porqué nos dimos cuenta que si hubiéramos quitado el «freno de mano» en nuestra vida personal o profesional, otras cosas hubieran ocurrido o vivido que realmente deseamos.

Cohibimos nuestros deseos.

Nos han hecho creer que desear es de mal cristiano.

Que el deseo es de egoístas, de personas que solo piensan por si mismo dejando de lado a los demás. Pero la experiencia me dice, que cuando más prudente eres, más oportunidades pierdes.

La oportunidad de conocerte, de saber qué puedes hacer, de tu felicidad, de descubrir tus talentos….. La prudencia no es la vacuna contra el fracaso. Es la vacuna contra la originalidad, la excelencia y la creatividad.

La prudencia es el peor virus que uno mismo se puede inocular. ¿Y entonces por qué lo haces?

Porqué tenemos miedo de nosotros mismos. Por prudencia no queremos saber de qué estamos hechos, de qué somos capaces, de nuestra paz o felicidad…

Pero eso si, buscamos la felicidad pero con el «freno de mano» puesto, con prudencia.

¿Qué haces con tus fantasías?

Seamos sinceros, todos fantaseamos.

Fantaseamos con tener una noche loca con esa amiga que nos tiene locos..

Fantaseamos con tener un trabajo mejor o trabajar en la empresa de nuestros sueños.

Fantaseamos con poder hacer locuras con nuestra pareja en la cama y no el aburrimiento de todos los sábados por la noche.

Todos los días fantaseamos en algún aspecto de nuestra vida que lo único que hacemos en él es aburrirnos.

¿Pero qué hacemos con nuestras fantasías?

Por un lado tenemos aquellas personas que las rechazan sin ni siquiera haberles dado una oportunidad, sin haberse preguntado: ¿Por qué tengo yo esta fantasía? ¿Qué ocurre en ese aspecto de mi vida? ¿Qué me quiere decir esa fantasía sobre mí?…Antes de eso, salen corriendo. No quieren saber la respuesta, no quieren descubrir qué hay detrás de ellas,… En definitiva, les da miedo descubrir quiénes son.

Desde pequeños, tratamos a la fantasía como una locura.

Nos reímos de los niños que fantasean. Cuando nosotros fuimos los primeros en hacerlo.

Fantaseábamos que estábamos en la luna explorándola con nuestros amigos del pueblo cuando en realidad estábamos en la plaza y de fondo se oía a nuestra madre diciéndonos que ya era hora de comer.

Fantaseábamos que un perro era el mayor de los dragones que jamás nos podríamos encontrar pero nosotros éramos los únicos que podríamos salvar al mundo con nuestra fuerza.

Desde pequeños hemos fantaseado pero por nuestra ignorancia, creer que los demás saben más de la vida o yo que me sé , cuando oíamos: «Deja de fantasear, que es un sueño irreal...» empezábamos a matar nuestra fantasía poco a poco.

Y paso a paso, cuando llegábamos al a «madurez» pensábamos que fantasear es algo de niños, de ilusos, de incrédulos de la realidad cuando lo mejor que podemos hacer es seguir las normas, adaptarnos a la realidad y esperar a la jubilación (si llegamos a ella).

Luego están las personas que dicen SI a esa fantasía, a ese sueño. Pero que pensar que muchos de ellos o lo mantienen en silencio o son muy pocas personas quienes lo saben. ¿Por qué? Porqué son personas en las que confían, en las que se sienten ellos mismos y por otro lado, porqué tienen miedo a lo que puedan decir los demás.

Hablamos de creatividad, de innovación de felicidad, de desarrollo, de avanzar…de verbos que implican soñar, fantasear, preguntarnos ¿y por qué no?, pero sin embargo seguimos que fantasear es algo prohibido, dedicado exclusivamente a los niños y a los locos. Nos han hecho creer que fantasear es algo prohibido, cuando es la muestra mayor de coherencia del ser humano.

¿Por qué hay que decir SI a tus fantasías?

PORQUÉ SON UNA MUESTRA DE QUIÉN ERES REALMENTE, DE TI.

No necesitas cursos de 24 horas para ser original ni cosas parecidas, escucha a tus fantasías y ahí estará tu autenticidad.

¿Qué aprenden aquellos que dan un paso adelante en sus fantasías?

.- No están locos, son los más coherentes del mundo. Solo hacen lo que sienten, no lo que deberían sentir según las enseñanzas o miedos de los demás.

.- Viven. Mientras unos se frustran pensando qué pasaría si lo hicieran, otros aprenden, crean, innovan, disfrutan.

.- Desarrollan su creatividad. Preguntan qué tienen que hacer para desarrollarlo, son curiosos, luchan, imaginan…

.- Creen que el único tabo que hay en la vida, es no hacer lo que sientes que tienes que hacer. Lo demás son prejuicios.

.- Saben que toda oportunidad tiene algo que enseñarte. Así que no la desaprovechan.

.- No son locos ni cosas parecidas. Solo quieren ser mejores siempre. ¿Y qué hay de malo en ello?

¿Y tú que haces con tus fantasías? ¿Cómo sería el mundo si hiciéramos más caso a nuestras fantasía? ¿Quizá viviríamos más tranquilos todos?

¡No persigas al Éxito!

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No creo que haya perdido el tiempo pero cuanto he sudado intentando alcanzar el éxito.

Ya podía ser el éxito amoroso, el empresarial o el de las redes sociales,… siempre iba detrás del éxito.

Pero lo peor de todo es que nunca llegaba a alcanzarlo.

Intentaba alcanzar lo establecido, lo que en esos momentos estaba de moda, lo que los demás esperaban de mí, para con ello tras cruzar la meta, sentir que era una persona de éxito.

Pero nunca llegaba a dicha meta.

Alguna veces veía la meta, veía que llegaba el amor, veía que alcanzaba un puesto de trabajo que podría reconocerme ante los demás como una persona de éxito… Pero nunca llegaba a cruzar la meta.

Durante todos estos años he conocido muchas clases de éxitos y muchos de ellos venían con la etiqueta de «experto en..». Pero también he conocido a muchas personas que se les tildaba de «exitosos». Unos por sus apariciones en televisión, otros por sus libros o sus conferencias …. Y muchos de ellos a día de hoy, ni están ni se les espera.

Lo que hoy consideramos éxito «canciones tipo Rosalía», lo que a día de hoy nos apasionan las conferencias que hablan de actitud y de la felicidad o lo que nos asombra cuando nos dicen que conociendo a nuestro cerebro, empezaremos a ser una persona de éxito… Esto unido a nuevos conceptos de pareja, de éxito, de trabajo… Hace que nos volvamos «locos» buscando ese éxito. Ese éxito en el que los demás nos digan que somos «tendencia», que menudo éxito tenemos en el amor o que somos unos profesionales de éxito.

Pero yo te pregunto: ¿Tú crees que al año que viene nos acordaremos de muchos de estos éxitos? Yo creo que NO, al no ser que acudas a Spotify a la lista de tus canciones guardadas.

El éxito no es algo lineal como algunos «gurús» con sus cursos express nos hacen querer entender.

El éxito va, gira, vuelve a un lado, se esconde y luego vuelve por el otro lado.

La fórmula del éxito NO LA TIENE NADIE.

Nadie que te diga que te ofrece la fórmula del éxito la tiene y más bien te recomendaría una cosa, SAL CORRIENDO.

Pero nos hemos «tragao» que la misión del ser humano es PERSEGUIR EL ÉXITO.

Algo que nunca llegarás a alcanzar porqué como te he dicho, nunca lo alcanzaras.

Correr detrás de algo que no alcanzaras ( bueno claro que lo podrás alcanzar, mintiéndote a ti mismo y a los demás, inventándote títulos, comprando seguidores en Instagram y si los demás se creen lo que proyectas) y lo que único que haces es cansarte, frustrarte y pensar que tu vida ya será por el resto de los días, serás tildado como un fracasado.

¿Pero quién es más fracasado en la vida: quién sigue el fracaso y sabe que nunca será como el grú de turno, que no quiere ser como los demás le dicen que debe ser pero lo aparenta o aquella persona que no persigue un éxito instaurado, sino que persigue SU CONCEPTO DE ÉXITO?

Seguro que mucha gente pensará que mola más la 2 opción, es más autentica, más duradera pero que… la otra te aceptarán más rápidamente, estarás a la moda y ya tendrás tiempo de buscar tu éxito en el tiempo libre o cuando te jubiles.

Qué pena mentirte a ti mismo dando más poder a los demás que a lo que tú quieres, ¿No? Pero eso si que no nos digan que no somos felices, de éxito y auténticos, cuando en realidad lo que somos una copia de la sociedad, de las modas y «súbditos» de los miedos.

Una persona que CREA su éxito, no lo persigue, lo Crea. No va detrás de NADA, sino que lo va construyendo y muchas veces, lo que produce es innovación en algo que ya estaba hecho.

¿Cuesta más? Si.

¿Hay más duda? Si.

¿Te empoderarás? Desde luego.

¿Te sales del rebaño? Ni lo dudes.

Pero no vas detrás de nada que no alcanzaras..

No depende de las modas pasajeras, dependes de tu actitud, creatividad, curiosidad, coraje e ilusión…. DEPENDES DE TI.

Pero no quiere decir que lo vayas a conseguir, superar esa meta si o si, pero lo que si te aseguro que;

.- cada día de esfuerzo, constancia y caidas, desarrollaras tu talento,

.- te darás cuenta de lo que eres capaz y que estabas convencido de que no.

.- Desarrollaras tu quietud. Quizá tus nervios eran por qué no hacías lo que tú querías hacer, pregúntatelo.

.- Conocerás tu felicidad, no la que digan los demás, SINO LA TUYA.

Recuerda que no es mismo perseguir el éxito que crear TU éxito.

Tu Felicidad empieza con tu Creatividad

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Durante muchos años he estado buscando la felicidad.

Sabía que no quería hacer pero no sabía qué debía hacer.

Buscaba la felicidad a través de amigos que realmente no me aportaban.

A través de actividades que estaban de moda y que aunque me apasionaban, sabía que no era realmente lo que yo buscaba.

Durante muchos años buscaba la felicidad sin saber realmente qué era lo que estaba buscando y mucho menos la forma que tenía.

Pero a día de hoy, me reafirmo que la felicidad de uno, su paz o como leches quieras llamarlo, empieza siempre en tu creatividad.

¿Pero qué es la creatividad?

El compromiso que tenemos con uno mismo con lo que vemos, con lo que sentimos y con lo que soñamos. Es esa forma de ver las cosas que sabes cuando la expones los demás o se quedan pensativos o dicen que estás loco. Pero tú lo ves como algo normal, porqué es tu forma de ver la vida, de vivirla.

Cuando descubres tu creatividad, estás alcanzando tu felicidad.

Y donde la apliques, en qué lo hagas, es una consecuencias, no una finalidad. Sino que lo importante es desarrollar tu creatividad y con ello te irás a dormir más tranquilo que un niño tras haber jugado todo el día en el parque.

¿Pero cómo conocer tu creatividad?

Es muy fácil. No hay que seguir un método o leer un libro, tu creatividad es aquello que te apasiona. Y ahora me dirás que no sabes qué te apasiona, ¿a qué si? Vamos un paso más allá. ¿Qué es aquello que te pone de mala leche porqué la gente lo hace mal y sientes que tú podrías hacerlo mucho mejor? Y no estoy hablando de seleccionador nacional de futbol, sino una actividad en tu día a día que sientes que siempre se podría hacer mejor.

Eso es tu creatividad.

A mi me ponía de mala leche la poca importancia que se le daba a la creatividad dentro de las empresas, o que la mediocridad ancha por toda la sociedad cuando lo que realmente soñamos es con la excelencia.

Eso que me ponía y me sigue poniendo de los nervios, es lo que hacía que me vinieran ideas que iba poniendo en marcha. Ideas que me llevaron a darme cuenta cuál era mi felicidad.

Todos somos creativos, todos podemos ser felices, vivir en paz o como tú quieras llamarlo. Lo único que tienes que hacer es conocer la creatividad , QUE TODOS y TÚ TAMBIÉN LLEVAMOS DENTRO.

Y para ello haz algo que seguro que hace tiempo no has hecho, ESCÚCHATE.

No me escuches a mí, escucha esas ideas que tienes y que piensas que son una locura, escucha esas ideas que todos los días te rondan y que sales «corriendo» de ellas ,porqué te dan miedo más bien por lo que pueden suponer que no por lo que son…ahí está tu creatividad.

Si buscas tu felicidad, busca tu creatividad.

Ahí tendrás la respuesta de lo que siempre has estado buscando, tu creatividad es tu felicidad.

¿Y si la clave fuera pensar en pequeño?

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¿Y si estuvieramos equivocados?

¿Y si realmente no se tratase de pensar en grande, sino en pequeño?

Lees sin parar y más ahora con el comienzo del año, que hay que pensar en grandes. Que hay que tener grandes expectativas para empezar el año con ganas, ilusión y motivación.

Y gracias a eso, soñamos que tenemos un cuerpo increíble. Y no a finales de año, sino al mes siguiente. Soñamos que somos los p*** jefes del imperio empresarial que nos merecemos con la idea que tenemos. Y hasta Jeff Bezzos es amigo nuestro.

Soñar en grande, ¿Tiene sus beneficios? SI, pero creo que en la mayor parte de las ocasiones, produce más frustración que motivación.

¿Por qué?

Porqué ya que nos ponemos a soñar, que queremos que sea ya. Creemos que no nos merecemos menos, ya que hemos soñados, que sea para ya. Además ¿Por qué no tener algo ya que queremos y que sentimos que nos merecemos?

Sin embargo, si te das cuenta, cuando soñamos en grande, acabamos soñando como cientos de personas que están haciendo lo mismo que tú.

Sueñan de la misma manera, con el mismo proceso. Y esperando el mismo resultado que tú. ¿Y todos los sueños se pueden hacer realidad?

Ojala fuera tan fácil pero no es así.

Y lo único que conlleva es a frustración, mediocridad y no querer volverlo a intentar más.

Los sueños se desvanecen y la motivación se va a tomar viento.

¿Y si tratáramos de soñar en pequeño?

Siempre que lo digo piensan que soy negativo, que siempre hay que soñar en grande, siempre hay que pensar que podemos pelear con Amazon o Google. Que si no sueñas en grandes, ¿Para que soñar?

¿Y si los mejores sueños son los más pequeños?

Aquellos sueños que han crecido y se han acabado convirtiendo en sueños impensables, siempre comenzaron soñando en pequeño. Y con una característica en común, no soñaron ni pretendían que se convirtieran en lo que se han convertido.

¿Con que soñaban?

Con poder hacer lo que siempre habían querido hacer, vivir de su pasión. Pero sobre todo dando lo mejor de si mismos a los demás.

No tenían ninguna intención más allá que la de sentirse realizados.

Y todo esto lo podemos aplicar a cualquier proyecto que tengas.

Cuando queremos perder peso y vemos que no hemos perdido esos 15 kg en un mes, nos echamos para atrás, tiramos la toalla. Pero cuando vemos que poco a poco estamos perdiendo kg, cogemos más y más motivación, queriéndonos superar más y más.

¿A qué no es lo mismo?

Pero los gurús de hoy en día, nos dicen que tenemos soñar en grande, que es el único método para romper con las creencias , con las normas…. Y yo no estoy de acuerdo.

Sueña con algo que aunque sea su tamaño pequeño, para ti sea enorme, porque es lo que realmente te hace feliz.

En la vida, no se trata de «tamaño grande o no ande», sino de que te haga feliz a ti y seguro que darás un valor diferencial ante los demás.

Ese es el principio del comienzo de todo.

¿Por qué no nos forman para lo peor?

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¿Qué pasaría si nos educaran para el fracaso? ¿Qué pasaría si nuestros padres en vez de querer que no nos pase nada, nos dejarán caernos?

En la madurez, solo ves libros que te ayudan a atajar el fracaso. Porqué el fracaso es lo que peor que le puede pasar al ser humano.

El fracaso en las relaciones, en el trabajo, con tu familia…Si conoces el fracaso, nos hacen creer que ya estás acabado, que no hay futuro para ti.

Y como nos han dicho que lo peor que nos puede pasar es fracasar pero peor aun, que los demás nos miren como unos fracasados, ¿Qué acabamos haciendo? Siguiendo lo que nos dicen los demás.

Siguiendo formulas prefabricadas que nos incitan a seguirlas porqué una persona nos dicen que son INFALIBLES.

La palabra necesaria para esos momentos, que nos digan que es INFALIBLE. Que nos aseguren que vamos a tener un éxito asegurado.

Y todo porqué no queremos pensar, no queremos sufrir, no queremos sentir la incertidumbre de adentrarnos en un mundo que desconocemos pero deseamos.

Nos educan para el éxito, para alcanzar un estatus. Pero cuando llegan situaciones como la pandemia que estamos viviendo, un despido de tu puesto de trabajo o el cese de una relación que no esperabas, se nos viene el mundo abajo.

No sabemos qué hacer, por donde nos viene el aire y lo peor de todo, por donde empezar a salir del bache.

Y no me estoy metiendo con la educación que recibimos con el colegio o la universidad, sino también con la educación que recibimos en casa.

La educación de hoy en día esta basada en la seguridad.

En la seguridad de que si haces esto, conseguirás esto. En que si no te sales de la raya, pasarás de curso. En el que si haces las cosas que yo te diga, nuestra relación de amistad irá viento en popa. O si haces lo que yo te mande sin que me lleves la contraria, obtendrás muchos beneficios.

Si hacemos lo considerado, lo establecido, lo deseado, no tendremos problemas. Seremos unos hombres de paz, de felicidad y éxito. Hombres y mujeres que estarán cumpliendo los cánones establecidos, lo esperado.

Pero la seguridad no existe por si no te has dado cuenta.

Ya no hay seguridad en nada y como decía la canción «Ya nada es para siempre».

Pero aún así seguimos soñando que siguiendo los pasos que nos dicen los demás, la seguridad vendrá a nosotros y con ello la felicidad, el éxito y la tranquilidad.

Vivimos en un mundo ideal. Pero cuando vienen mal dadas, no sabemos ni por donde nos vienen.

Y no estoy diciendo que haya que tener a partir de ahora una mentalidad negativa, de desconfianza en todo el mundo… Si no que tendríamos que enseñar y aprender que no vivimos en un mundo dónde las frases de las tazas siempre se hacen realidad y que no solo con la actitud se consiguen las cosas en la vida.

Enseñar a que las cosas se pueden poner peor las cosas de un momento a otro. Y no quiere decir que esté mal, que hayas fracasado, sino que ha ocurrido asi, algo inesperado. Quizá no sea por tu culpa, quizá sea un hecho que no habías previsto… Pero que está.

Nos enseñan para tener recursos para lo esperado, para lo conocido ya, pensando que solo eso ocurrirá en la vida. Lo que ya sabemos, lo que ya conocemos, lo que ya prevemos. ¿Y lo inesperado? Eso nunca ocurrirá, nunca nos vendrá nada malo, será imposible que no alcancemos la felicidad si hacemos lo que nos dicen que hagamos.

Y luego rápidamente, corriendo y mal, queremos ser creativos, resilientes, innovadores y lideres, porque es lo que toca hacer. si queremos salir del hoyo donde nunca creíamos que nos íbamos a encontrar.

Recuerda, la vida trata de la esperado pero también de las sorpresas, llamados incidentes inesperados..

¿Qué ocurriría si realmente nos formaran para lo peor?

1.- Seríamos más creativos.

Ya que no estariamos enfocados en una sola vertiente, sino que sabriamos que el mundo es mucho más amplio.

2.- Seriamos mucho más resilientes.

Ya que estaríamos preparados para salir adelante mucho antes que los demás.

3.- No nos apegaríamos a las formulas

Y si a las experiencias. Porque al igual que viene se van las cosas, pero las experieencias se quedan si se aprende de ellas.

4.- No seríamos negativos, sino realistas.

No viviriamos tanto en un mundo ideal, sino en un mundo real.

Pero tú decides cómo te quieres formar, desde el mundo ideal o desde la realidad.

¡La vida es nuestro CV!

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Llega septiembre y las redes se llenan de artículos en los que hablan de reinventarse, de modelos de cv, de cómo afrontar una entrevista de trabajo.

Todo está relacionado con el mundo de los CV.

¿Qué apartados tiene que tener, qué tipo de letra hay que poner, hay que poner foto, qué cosas no hay que poner?

Son algunas de las preguntas que se lanzan en redes sociales esperando ser contestadas por los expertos en el ramo.

Unos CV que tienen que ser mordernos, que no tiene que ser más de una página o quizá dos, con unos formatos determinados según a la empresa que quieras aplicar… O las preguntas que si debemos responder son en septiembre como los coleccionables de los abanicos que nos venden en estas fechas, puro martillo.

Unos CV en los que nos dicen qué debemos poner, qué no debe salir ni por todo el oro del mundo , la foto cómo debe ser o no debemos contar toda la verdad son algunas de las situaciones que tienes que tener en cuenta si quieres pasar la primera fase del proceso de selección.

Y tanto estudiar el mundo de los CV en este mes de septiembre, cada día creo más que nuestra vida es nuestro verdadero Curriculum Vitae.

Un Curriculum que:

.– No debería acotarse a solo dos paginas.

Paginas en las que tienes que contar lo que es importante en función de lo que quieres que sepa el cliente o la empresa que te va a contratar. No somos solo dos paginas, sino mucho más. Pero sobre todo no los éxitos o títulos que hemos conseguido, sino también los fracasos que hemos cosechado.

.- No debería mostrarse con una sola fotografía.

Si no con muchas, porque somos risas, elegancia, miedo , alegria , motivación, pasión… No somos una foto bonita, somos muchas fotos en una sola persona.

.- Muestre la verdad.

Anhelamos verdad pero vendemos mentira. Mentira para que nos contraten ante la desesperación que estamos pasando, mentira porqué hemos pasado malos momentos que los demás no queremos que se enteren, mentiras porque nos han despedido o se han despedido de nosotros…Mentiras que intentan ocultar una vergüenza , una expectativa no cumplida.

.– Del que nos sintamos orgullosos allá donde vayamos.

Que no ocultemos cosas por el qué dirán o vayan a pensar que somos más de lo que dicen esos títulos. Una vida es una vida de la que hay que estar orgullosos siempre de ella, ya que has aprendido de las caídas, así como has disfrutado de los éxitos que has alcanzado. Eres la suma de todo ello y de ello te tienes que sentir orgulloso. Y como te sientes orgulloso, no te da vergüenza responder nada, hablas con claridad y nitidez, si ningún miedo que te atenace

.- No te hace memorizarlo.

Conoces tu vida, la has vivido tú y no tienes que memorizarla. Todo lo que te pregunten responderás sin tener que recordar o inventar.

.- Que no se defina en una frase de un gurú, ni de forma llamativa.

Definir tu vida o tu CV con una frase llamativa, es una forma de postureo total. No te defines de forma diferencial por una frase, te defines de forma diferencial por lo que eres, has hecho o estás haciendo. No se trata de llamar la atención de los demás repitiendo frases como una cacatúa que ni crees en ellas. Se trata de llamar la atención de los demás por la coherencia que tienes, por lo que haces y por lo que les haces sentir, no por una frase más que seguro repetirán muchos más.

Nuestra vida es nuestro C.v.

¿Y ocultas cosas de él cuando te presentas a los demás? ¿Es un CV de verdad, con luces y sombras?

¡La Vulnerabilidad también Marca!

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«Esa vulnerabilidad de las cosas valiosas es hermosa porqué la vulnerabilidad es una marca de existencia» decía Simon Well

Mi madre siempre me ha enseñado que en el término medio está la virtud.

Pero vivimos en una sociedad que si no eres de unos, eres de los otros. Y así nunca alcanzaremos ningún avance, más bien luchas fratricidas.

Últimamente estamos viendo en los medios de comunicación que se habla mucho de la salud mental gracias a la deportista Simon Biles. Que pena de país, tiene que venir alguien de fuera para recordarnos temas que nosotros tuvimos con consecuencias mucho más tristes, pero que nos olvidamos rápidamente.

Hablamos de la importancia de la sicología, de no ir al psiquiatra cuando nos hemos dado cuenta que tenemos un problema, sino antes, de hablar de nuestras emociones y de gestionar la presión que podamos sentir. Yo no soy psicólogo ni mucho menos siquiatra, solo soy un chico de Zaragoza que durante 10 años escribe lo que siente en cada momento. Pero una cosa déjame decirte una recomendación, un psicólogo en tu vida ayuda y bien.

Pero si quiero hablar de un tema que alguna que otra vez he escrito y que está relacionado con este tema, La Vulnerabilidad.

La educación que hayamos podido vivir, ser hombre o mujer y miles de circunstancias alrededor, llegamos a la madurez, no queriendo mostrar nuestros sentimientos, no queriendo mostrar nuestras emociones.

¡No queriendo ser ni sentirnos vulnerables ante los demás!.

Nos han dicho que tenemos que ser perfectos, que tenemos que dar resultados siempre en todo lo que hagamos, que tenemos que ser felices y lo mejor de todo, mostrarlo a los demás para que vean que es verdad ( o al menos se lo crean). Y eso de las emociones, que eres imperfecto, que te pasa algo, «te lo comes«, porque sino se reirán de ti, te dirán blando y ni se te ocurra llorar. En este momento siempre me acuerdo de la canción de Miguel Bosé: «Los chicos no lloran solo deben pelear».

Pero para el carro. No estoy diciendo que ser «vulnerable» es llorar más que Bustamante en Operación Triunfo. NI tampoco que nadie te pueda decir absolutamente nada porqué eres vulnerable.

¡No te flipes!

Estoy diciendo que ser vulnerable es mostrarse uno mismo siempre, SER INTEGRO. Es llorar cuando algo te emociona de verdad aunque tengas delante de ti al Director general de tu empresa, Es responder lo que sientas cuando te hacen una pregunta, no respondiendo lo que le gustaría oír a la otra persona.

¿Por qué está tan de moda ahora la vulnerabilidad cuando en realidad es la integridad de la persona en si? Porqué nos hemos pegado la vida pensando que somos héroes, que podemos con todo, que importa más la razón que el corazón y a la 1 de cambio, cuando vienen mal dadas, no tenemos ni pu… idea de gestionar nuestras emociones.

A eso se llama vulnerabilidad, cuando en realidad es que la vida te ha dado una ostia para que dejes e ir de «chulito» y vayas de lo que eres, «un ser humano». Pero bueno, una etiqueta más.

En este mundo de redes sociales, esta lucha contra la imperfección se ha hecho aún más visible. Con frases como «no tienes que ser un buen profesional, tienes que parecerlo.. Usa estos filtros de Instagram para que no se te vean esas arrugas, haz fotos de todo lo que hagas, que se te tiene que lucir todo lo que haces…» La ultima frase me lo dijo una persona que al dia siguiente decía que se quería quitar de redes sociales, en fin.

Todo debe ser perfecto, tienes que emanar éxito aunque mientas en lo que estás diciendo a tus seguidores… Eso no importa, lo importa es el like, que te compren y como un martillo pilón les metas tu mensaje a tus fans queriendo que no se olviden de él y mucho menos se vayan con «otro».

Hay que conseguir resultados desde la razón, ¿Desde la emoción? ¡¡NUNCA!! Buenos desde la manipulación, quizá.

Pero eso si, luego hay que tener una marca personal autentica, ¿Y la autenticidad no es también vulnerabilidad?

La verdad que no entiendo la incoherencia de muchos gurús de hoy en día.

Con esta situación, eso de mostrar nuestras emociones, eso de decir que lo estamos pasando mal… lo dejamos para las noches cuando nadie nos ve y solo nuestra almohada aguanta nuestros lloros.

Vivimos en un mundo donde la razón y la imagen están ganando la partida a la emoción. Y claro luego pasa lo que pasa, que hay más muertes por suicidios que por accidente de trafico. (Qué conste que todas las muertes son iguales de importantes, vengan de donde vengan).

Como en todo hay gente que lleva todo al extremo. Mostrando en redes sociales situaciones de lo más personales que deberían , a mi forma de ver, quedarse de puertas para adentro. Como exponer problemas que deberían tratar profesionales expertos y no tus seguidores en redes sociales. Y algunas hasta muestran situaciones falsas, ¿Por qué? ¿para dar pena? ¿para hacerse la victima? Me da igual el motivo pero usar desgracias para aumentar los seguidores siempre me ha parecido lo más rastrero del ser humano. Pero allá cada uno.

Vivimos en una sociedad en la que si no eres un Super Héroe de los negocios, del marketing, de la marca personal… eres un fracasado. Tienes que parecer, eso de ser, no importa. ¿Y tus emociones? Eso déjalas para ti y tu almohada.

Todo lo basamos en los resultados. ¿Las emociones? Mejor las dejamos para casa dónde nadie nos vea y sepa qué nos está pasando, qué nos ocurre o qué pensamos de verdad.

Desde luego que seguimos a la gente por sus resultados; o bueno lo que dicen que han conseguido. Desde luego que contratamos a la gente en función de las expectativas que pueden generar en nuestra empresa. Es decir, nos sigue importando mucho más la titulitis, lo que dicen de esa persona, que realmente quién es esa persona de verdad, emociones incluidas Luego si hay que despedirlo ya echaremos la culpa a la responsable de RR.HH. Pero bueno… por mucho que hablamos de felicidad en la empresa, en la sociedad, nos sigue importando más las expectativas que puede generar esa persona que no quién es de verdad.

Y lo vuelvo a repetir , no estoy diciendo que ahora nos tengamos que exhibir nuestras emociones sin parar. Porqué más bien estamos haciendo espectáculo que no ayudando a los demás. Sino lo que estoy diciendo que durante toda la historia de la sociedad y del mundo empresarial, la vulnerabilidad ha tenido una papel importante a la hora del éxito de personas, marcas y sociedades Y no solo dependiendo solo de los resultados.

Y no hace falta irnos años o siglos atrás para ver qué pasó y cómo pasó, a día de hoy lo estamos viendo con muchas empresas que están mostrando su sensibilidad/vulnerabilidad a la hora de contratar gente de una determinada edad, que han ayudado a gente desfavorecida ( y sin fotografías que lo testimonien) o que gracias a mostrarse vulnerables y no desde su despacho lleno de fotos de éxito, han reconocido estar pasando malos momentos y sus clientes, proveedores ayudarlos a salir adelante porqué creían en el proyecto, en lo que proyectaban o generaban. Y sobre todo porque su vulnerabilidad/sensibilidad les había ayudado antes que ellos tuvieran problemas.

Seguimos pensando que una marca tiene que dar resultados de forma racional, a través de un método o una fórmula. ¿Y dónde dejamos las emociones? Que si, que está claro que no hay que hacer un espectáculo, porque sino la delgada línea entre la verdad y la manipulación, es muy delgada. Totalmente de acuerdo.

Hablamos de que todos tener un propósito en la vida, luchar por algo. ¿Pero dejamos las emociones a un lado?

¿Las familias cómo se crean? ¿Sólo con resultados? ¿O con emociones también?

Podrás ofrecer mucho a una empresa y dar resultados, Pero si cuando están las cosas mal no eres empático, ¿Para qué sirves? ¿Qué tenemos que ser todos como Cristiano Ronaldo, el mejor, el que más goles mete, el que más ego tiene pero de empatía poca?

Puedes tener una marca que ofrezca el éxito a la mayor rapidez posible. Pero si luego a la hora de formar no tienes una pizca de sensibilidad , ¿Para qué sirves?

Creo que estamos en una vorágine de resultados y éxito que nos está haciendo perder muchas cosas por el camino y una de ellas son las emociones.

Lo vuelvo a repetir, no se trata de manipular a las personas a través de tu «papel vulnerable»

Pero si creo que una marca empresarial o personal , es la suma de resultados y de emociones. Porqué si hablamos de felicidad en las empresas, en la sociedad y solo pensamos en resultados, ¿Qué estamos promulgando?

Yo quiero verdad, no solo resultados desde la razón, sino también desde la emoción.

LA VULNERABILIDAD TAMBIEN MARCA.

Esclavos del tiempo. Productos de la memoria

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«El tiempo se mueve en una dirección, la memoria en otra»

Somos esclavos del tiempo. Aunque estemos de vacaciones.

Pensando a qué hora tenemos que salir para que no haya trafico, a qué hora tenemos que entrar en la habitación de hotel, a qué hora sale nuestro avión de regreso, a qué hora es el buffet libre…

Las decisiones que tomamos están basadas en el tiempo.

No tengo tiempo para verte, no tengo tiempo para hacer lo que realmente querría hacer, se me está pasando el tiempo y no he hecho nada….

Sean vacaciones o cualquier día, todo lo hacemos en función del tiempo.

¿Por qué?

Porqué pensamos que tener una vida ajetreada es tener una vida feliz, a la que los demás le tendrán envidia. Pero además de eso, pensamos sino que la vida se nos escapa, que si tenemos una agenda vacía en algún momento, es la muestra que somos personas solitarias, que no tenemos amigos o que nadie nos quiere.

Y de repente viene una enfermedad, un bicho o cualquier inconveniente que no teníamos agendado en nuestra agenda y el tiempo se para.

Aquello que ponía la agenda , ha desaparecido. Ya no tienes deberes, ya no existen las obligaciones de ir a buscar a tus hijos o ir al «after work» de los jueves de la empresa.

Eso que tanto soñábamos de tener tiempo para nosotros, es una realidad. Pero el problema es que no sabemos qué hacer con él.

Tanto tiempo para nosotros, para hacer lo que sentimos, para escucharnos, para estar en silencio o lo que nos de la gana… No sabemos qué hacer con él.

¿Por qué?

Porqué hemos aprendido que estar ocupado , es ser un hombre de provecho. Cuántas más obligaciones, mejor. Cuantos más recados tengas que hacer, mejor. Cuantas más actividades tengas a lo largo del día, mejor.

Mejor, porque pensarán que eres una persona de éxito, que eres feliz y hasta das confianza. Confianza que no dará una persona que tenga una agenda enfocada para pensar en lo que quiere hacer con su vida o lo que realmente le pasa en la vida. Pensaremos que es un vago, que no quiere trabajar o vete a saber qué.

Si no ocupas tu tiempo, no siempre estás desocupado., quizá estás viviendo de verdad.

Somos esclavos del tiempo y victimas de la impaciencia. Impaciente para que llegue cuanto antes lo que hemos soñado, lo que creemos que nos merecemos, lo que exigimos por el esfuerzo que hemos realizado.

Somos esclavos del tiempo y queremos que corra más de lo que corre, lo exigimos.

Pero luego sin embargo, somos producto de la memoria.

No hay conversación en la que oigas alguna vez: «Recuerdas cuando..»

Nos pasamos la vida reviviendo el pasado con el deseo que vuelva a suceder. Algo que menos en las películas de Hollywood, no pasará.

Recordamos cuando creíamos que éramos felices, cuando disfrutábamos de la vida, cuando teníamos energía…Cuando lo que sea, pero siempre en el pasado… ¿Y qué pasa con el presente? Lo rechazamos, solo queremos volver al pasado.

En el pasado creíamos que teníamos menos obligaciones, que nos importaba poco lo que dijeran o hicieran los demás, vivíamos y no subsistíamos ¿Pero que ha cambiado? ¿Qué hemos madurado? ¿O que nos hemos olvidado de quienes éramos o ser quienes nos recomiendan que seamos?

Somos producto de la memoria y lo peor de todo, nos apegamos a ella. Olvidándonos de algo esencial, que somos las experiencias que hayamos podido vivir pero que siempre las recordamos en el presente, que es lo único certero que tenemos.

¿Cómo dejar de ser esclavo del tiempo?

Haciendote dueño de él.

¿Cómo dejar de ser un producto de la memoria?

Dándole las gracias por lo aprendido y vivido mirando al presente.

Ahora más que nunca..

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«El comienzo siempre es hoy» decía Mary Wollsstonecraft

Ahora más que nunca el ser humano necesita eso, ser humano.

Ahora más que nunca necesitamos aceptar que somos vulnerables.

Que no somos nuestros puesto de trabajo, nuestras posesiones o relaciones. Ya que nos hemos dado cuenta que no somos tan invencibles como pensábamos, ya que de un día para otro, todo ese esfuerzo por aparentar algo que ni nosotros mismos creíamos, se puede ir y dejarnos como lo que somos, seres vulnerables ante las inclemencias de la vida que se creen importantes por las posesiones que tienen.

Y yo no te voy a decir que tengo la formula para que en menos de 80 días tus sueños se hagan realidad. Yo no te lo voy a decir ni porque creo en ello ni porque nadie tiene la formula. Pero ahora más que nunca tienes que ir a por lo que no te deja dormir, por aquello que siempre piensas qué pasaría si dieras un paso adelante. Eso son tus sueños. Siempre te preguntas ¿Por qué estoy aquí? Y tú mismo sabes la respuesta, para descubrir qué hay detrás de eso que no te deja dormir.

Ahora más que nunca debemos luchar por nuestro sueños.

Ahora más que nunca hay que ser uno mismo.

Nos pegamos la vida pensando que ya habrá tiempo para hacer realidad esas metas o proyectos que tenemos. Y nos hemos dado cuenta que estamos muy confundidos. Que nunca sabemos cuánto tiempo nos queda. Y cuando creíamos que era el momento para dar el paso adelante, el tiempo se nos ha acabado y tenemos que partir.

Nos pegamos la vida haciendo, diciendo, sintiendo lo que nos han dicho que debemos hacer o sentir. Y cuando bajamos las defensas, nos damos cuenta que algo nos pasa, que no queremos la vida que estamos viviendo. Por miedo y el «ya habrá tiempo», dejamos pasar la vida pensando que estamos viviendo, cuando en realidad estamos haciendo lo que nos dicen otros que deberíamos hacer por nuestro bien. ¿Y quién se ocupa de tu bien?

La felicidad es algo muy sencillo, es ser uno mismo.

Ahora más que nunca no te dejes nada en el tintero.

Siempre con educación, desde luego. Pero nos preguntamos qué nos pasa, cuál es el motivo que hace que nos encontremos así. Pensamos que será una tontería, que ya se pasará. Pero la cosa no pasa y todo es porqué no nos atrevemos a decir lo que sentimos, queremos o soñamos. Tenemos miedo a decir lo que realmente decimos y acabamos usando mascaras en función de la situación o intereses que tengamos. Pero luego pedimos que los demás vayan sin mascaras ante nosotros. ¿No sería mejor empezar por uno mismo?

Ahora más que nunca no hay que olvidar.

Y no te hablo de estar flagelándote. Sino te estoy hablando de no olvidar por lo que hemos pasado, lo que hemos visto y las despedidas que nos hubiera gustado dar a esas personas y no hemos podido realizar.

El ser humano se olvida fácilmente de sus deseos cuando vuelve a la normalidad y de lo malo. Se olvida de todo lo que ha pasado, del sufrimiento, de los cambios que iba a realizar si salía bien de la situación en la que se encontraba. Nos olvidamos muy rápidamente de todo cuando volvemos a situaciones que ya conocíamos y nos daban tranquilidad.

No olvides por lo que has pasado para no volverlo a vivir con tus acciones. No olvides lo que no hiciste porque pensabas que tenías tiempo y no fue así para que no vuelva a ocurrir. No olvides lo que pasó para que no se vuelva a repetir.

Ahora más que nunca debemos sacarle las cosquillas al miedo.

Pero no hace falta que te lo diga yo sí tú mismo lo sabes. Muchas veces has hecho cosas que te daban miedo y has acabado haciéndolas. El paso del tiempo te ha dicho que el miedo que tenías era infundado, que podías hacerlo y que eras capaz de eso y de mucho más.

Vivimos vidas con miedo y lo único que nos hace ser victimas de unos ideales que no concuerdan con nuestra forma de ver la vida.

Hazle cosquillas al miedo y verás que no es tan fiero como lo pintan.

Ahora más que nunca debemos de dejar de mentirnos.

Y lo peor sabiendo que nos estamos mintiendo ofrecer a los demás algo que ni nosotros mismos nos creemos ni queremos en nuestra vida.

Es hora de enfrentarnos y aceptar quienes somos de verdad.

Ahora más que nunca debemos vivir.

Y no te hablo de lanzarte a la vida sin mascarilla o sin miedo al contagio. Ni tampoco de que hagas lo que te de la gana sin importar los sentimientos de los demás. Te hablo de que tenemos que empezar a vivir, a aceptar lo que sentimos y experimentarlo, a decir más te quiero y no callárnoslo, pensando que seguro que ya lo sabrá o habrá tiempo para decírselo.

Ahora más que nunca debemos ser lo que somos, seres humanos con debilidades pero también con talentos hasta ahora inimaginables con lo que afrontar la incertidumbre y todo tipo de vicisitudes que la vida nos ponga por delante.