¡Ser buena persona no es ser un imbécil!.

Photo by Engin Akyurt on Pexels.com

¿Por qué consideramos que la gente buena es gilipollas?

Siento ser tan duro pero es lo que pienso.

Mi experiencia personal y observando lo que me rodea, así lo reafirma.

La gente buena pensamos que es imbécil, que nos podemos aprovechar de ella, que siempre estará ahí para nosotros, que no va a decir una palabra más alta que otra, que no nos va a llevar la contraria.

Pensamos que la gente buena es buena/tonta y como es buena, no nos llevarán la contraria, siempre que necesitemos algo, van a estar ahí.

Siempre pienso que la realidad me ha enseñado mucho más que la escuela.

Al menos a mí y mi formación católica, me han enseñado que ser buena persona es darte a los demás, es escuchar más de lo que podría habar uno podría hablar y siempre estar ahí, no solo en los buenos momentos sino también en los malos.

Eso es ser un buen amigo, eso es ser una buena persona.

Es decir, ser un «osito» adorable, al que se puede abrazar cuando uno está mal, te escucha cuando por fin te has dignado a expresar lo que te pasa y te puedes reir con él a pesar de haberte pasado días sin ni siquiera haberle preguntado a tu «osito», ¿Y tú cómo estas?

Todos los días a través de medios comunicación o conversaciones con los demás, oímos algunas palabras parecidas a estas: «Es que es una buena persona».

¿Pero qué es ser una buena persona? ¿Una persona a la que le puedes echar todos tus diablos y esperar a que ella se los trague y aquí no ha pasado nada? ¿Aquella persona que quedáis de vez en cuando como algo formal pero no le cuentas las cosas importantes de tu vida? ¿Aquella que te sonríe cuando os veis en el rellano de tu casa y te pregunta por el tiempo?

Creo que tenemos un concepto muy equivocado de persona buena, ya no solo hacia los demás sino también como nosotros.

Pensamos que una persona buena, no pone limites. Y creo que es el mayor error que hay.

¿Por qué no ponemos límites?

Porqué pensamos que perderemos a esa amistad, porqué al final nos quedaremos solos, porqué eso no es de «buena persona» o porqué pueden pensar que somos unos mal educados.

Una persona buena es buena porqué se da a los demás dentro de sus limites. Repite conmigo: DENTRO DE TUS LIMITES. Por superar tus limites no seras más bueno ni tendrás el billete asegurado al cielo. Olvídate de todo eso.

Por superar tus límites, la gente, si es un poco lista, se dará cuenta que puede ir un poco más allá, aprovecharse de la situación porqué tú no has dicho nada, porqué te a ti no te ha sentado mal. Y si no vas ese poco más allá, te lo reprochará, «¿Por qué antes si y ahora no?».

Ser una buena persona no es ser gilipollas. Es darte a los demás desde tus limites. Porqué cuando permites que la gente los pase, el otro no tiene la culpa, la tienes tú. ¡POR HABERLO PERMITIDO!.

Poner límites es respetarte, porqué si no lo haces tú, te aseguro que nadie lo hará.

Porqué luego llega a la noche y te cabreas contigo mismo de cómo has dejado que te trataran así, de que te echasen sus diablos cuando tú no te lo mereces. Piensas que quizá todos tenemos un mal día. Lo dejas pasar, pero cuando se repite una y otra vez, el imbécil eres tú porque lo permites cuando no te lo mereces.

Si, no me mires así, nadie te va a respetar sino te respetas tú mismo. Si sabes que por ahí no pueden pasar, que no te puede gritar la gente, que te tienen que respetar como persona que eres y consientes que se pasen eso por ahí, tú eres el culpable, no la otra persona.

Cuando empezamos a respetarnos, empezamos también a respetar los limites de la otra persona. De darnos cuenta de cómo son, de sus límites, de sus valores, de lo que realmente le pasa.

No te van a querer más por dejar que otras personas te «usen» a su gusto superando tus limites, mandando a la mierda tus valores. No siento decírtelo de esta manera, todos queremos sentirnos queridos pero no es amor si alguien se está aprovechando de ti de alguna manera.

Si, vivimos en una sociedad en la que necesitamos como una droga, sentirnos queridos por los demás. Si además se añade que nos dicen que la soledad es mala, que te etiquetaran como un raro si estás solo, hacemos lo que sea por sentirnos queridos por otros.

Omitir nuestra realidad, poner buenas caras a personas que cuando se van de nuestra presencia, usar mascaras para aparentar algo ante los demás que no somos, no ser honestos con nosotros mismos y ni mucho menos con los demás,…son algunas de las técnicas que se usan a día de hoy para nos sentirnos solos y arropados por los demás. Y si además encontramos a alguien que «podemos dominar», que no nos exige, que no nos pregunta cosas que no queremos exponer o que no nos hace pensar o dudar,…pues ya estamos felices, nos sentimos cómodos. Nos sentimos en casa.

Cuando sabes tus limites ( y aunque siempre hay personas que te dan la sorpresa con el paso del tiempo ya que no los tenías en el radar de aprovechados), a esas personas como mucho les darás una oportunidad pero cuando tu instinto te confirme lo que sentías que eran, dirás BYE BYE a la mayor brevedad posible por mucho que sea una persona que crees que te gusta o te puede

Ser bueno no es ser subnormal ni querer ser Madre Teresa de Calcuta, ni mucho menos.

Ser bueno es darte a los demás, es querer hacer mejor la vida a la gente que te rodea, hacerles la vida más fácil dentro de tus posibilidades.

PERO NO LO OLVIDES, SIEMPRE DENTRO DE TUS LIMITES. SI permites que los superen, el imbécil serás tú, no a quien hayas permitido que los superes.

El mejor «ansiolítico» siempre es la Verdad.

Photo by JESHOOTS.com on Pexels.com

¿Cuándo nos daremos cuenta que la mejor pastilla siempre es la verdad?

Recientemente decían los medios de de comunicación, que España era el país a nivel mundial que más ansiolíticos tomaba sus habitantes.

Y partamos desde aquí , que hay mucha gente que por problemas de salud mental, los necesita. Desde aquí todo mi apoyo y respeto.

Pero, ¿Y los demás? ¿Todas aquellas personas que los usan como placebo ante sus insalvables problemas, como así los llaman ellos?

Problemas surgidos a través de la relación de pareja, relacion con amigos o con el trabajo.

Pero eso si, el día de San Valentín bien ponemos fotos del amor y al dia siguiente, «medicados con placebos» porque no queremos ver la realidad de lo que realmente nos pasa. Pero eso si, viva el amor, viva nuestra pareja pero ¿el amor por nosotros? bien, gracias.

No hay día que alguien de mi alrededor o conversaciones de alrededor, diga que se toma una «pastillita» para levantarse de la cama o seguir el día.

¿Qué estamos haciendo?

«Durmiendonos» para no querer afrontar lo que realmente nos pasa.

Desde luego que la vida no es tan fácil como resumirla en «no tomes ansiolíticos y ya está». Pero tampoco todo se va a solucionar a base de pastillas.

¿Qué las pastillas te pueden ayudar a seguir adelante, a un empujoncito? Desde luego. Pero siempre como una «vitamina», siempre sabiendo el porqué de todo.

Si a eso le añadimos, La «moda» del desarrollo personal así como muchas otras «modas» en el mundo empresarial a parte de querernos sacar el dinero, tienen otro fin, que parezcamos idiotas. Tenemos todo el pack completo para tener una sociedad dormida.

Y cada día creo más, seré un poco naif, que somos más inteligentes de lo que creemos y nos hacen creer.

Si de pequeños nos quejábamos de las normas de nuestros padres, a día de hoy con el desarrollo personal, hacemos lo contrario, las seguimos al pie de la letra. Seguimos los pasos del libro de moda, gritamos cuando vemos al gurú de turno, ponemos en nuestro Linkedin como título de nuestro trabajo cosas en ingles para parecer que somos alguien que realmente no somos y esperamos ansiosos que nos de la «lección del día» para alcanzar nuestra felicidad «eterna».

¿Pero es que realmente no sabemos lo que nos pasa? ¿Realmente no sabemos lo que queremos decir de verdad pero no nos atrevemos a expresar? ¿De verdad?

Se que al instante alguien estará pensando una frase que empieza: «Si , pero es que..»

Ponemos como excusas el trabajo, la familia, el qué dirán, el qué van a pensar… Y mientras tanto, seguimos «metiéndonos» pastillas para olvidar. Y luego pasa lo que pasa, que vienen los sustos u otras acciones que nunca nos hubiéramos imaginado poder hacer.

Nosotros los primeros en saber, sentir si estamos bien o no. ¿Por qué damos la potestad a otros de decidir lo que nos pasa y qué soluciones debemos tomar? ¿Por qué sabiendo lo que nos pasa, nos tomamos «pastillas» para olvidar? Pero luego eso si, somos desdichados, unos fracasados.

Lo que ocurre que tenemos miedo a expresar la verdad, a ser dueños de nuestra vida ( eso que tanto reclamábamos en estos momentos de originalidad, autenticidad y demás…) y preferimos seguir siendo uno más aunque estemos «reventados» por dentro

Cuando decimos LA VERDAD, lo primero que sentimos es un fuerte alivio y luego ganas, ilusión, optimismo por el futuro que tenemos por delante. Se despejan las dudas, los miedos se van a tomar por saco y la sonrisa vuelve a aparecer en nuestra vida. Lo vemos todos los días en medios de comunicación en personas que hablan de lo que sienten, del alivio que viven tras haberlo contado, de las conferencias que vemos con lagrimas en los ojos sobre situaciones así…y nosotros mientras tanto, sabiendo qué nos pasa pero ni por todo el «oro del mundo» lo diremos.

Vemos en medios de comunicación con asombro como una persona ha tenido el valor de decir su verdad, como ha pasado recientemente. Eso demuestra una cosa, ¿CUÁNTAS COSAS OCULTAMOS DE NUESTRA VERDAD POR MIEDO AL QUÉ DIRÁN?

Excepto para algún dolor de cabeza/resaca, con el paso del tiempo he aprendido una cosa:

EL MEJOR ANSIOLITICO SIEMPRE HA SIDO LA VERDAD.

Todas las personas nos enseñan algo

Photo by Paweu0142 L. on Pexels.com

Hasta de las personas que me han dejado un mal recuerdo o una mala experiencia, he aprendido algo.

Que costumbre tenemos que olvidar de forma radical a todas aquellas personas que nos han hecho daño. No queremos saber nada de ellos, no queremos rememorarlas ni tampoco saber que les pasa.

Pensamos que reprochando la situación, el problema que surgió o las expectativas nos cumplidas, ya estará todo resuelto.

Y estamos muy confundidos.

Yo creo que las personas que nos han dejado un «mal sabor de boca» son las que más nos enseñan en al vida.

Si, también las que nos los deja bueno. Las que nos han hecho pasar buenos momentos, las que nos han hecho olvidarnos de los malos momentos y demostrarnos de lo que somos capaces, de nuestras emociones.

¡Guay!. ¿Pero es que solo aprendemos de los buenos momentos, de las buenas experiencias?

Lo siento, pero no es así, aunque sea lo que queramos.

Con el paso del tiempo he aprendido muchas más cosas de mi a través de los «malos sabores de boca» que de los buenos.

Primero que:

..- No existen «malos sabor de boca», sino más bien expectativas no alcanzadas, demasiada confianza de primeras a personas desconocidas o poca razón donde hubo demasiada pasión.

.- Que las personas van y vienen. Que algunas se quedarán mas tiempo que otras. Pero que todas ten enseñan cosas de ti que hasta la echa no querías darte cuenta o no sabías.

.- Que cuando aprendes lo que te ha enseñado esa persona, la ves como una experiencia vivida que incluyes en tu vida, no le echas los problemas surgidos solo a esa persona. Tú también has tenido parte de culpa en algún momento y te haces responsable de tu parte.

.- Todo «mal sabor de boca» si aprendes de lo vivido, la acabas recordando hasta con cariño, dando gracias por todo lo aprendido que te ha servido para avanzar en la vida.

.- Te enfrenta a nuevos retos en tu vida, que seguro hasta la fecha no te habias enfrentado. Nos da miedo, no sabemos si lo sabremos superar. Por eso echas la culpa a la otra persona, cuando en realidad tendrías que darle gracias, ya que te está haciendo más «fuerte» con el paso de los tiempos.

Todas personas que han pasado por nuestra vida y están en nuestra vida, lo han hecho o hacen para que aprendamos algo. Pero siempre aprendemos más, con el paso del tiempo de las que nos dejan «un mal sabor de boca» que las del bueno, pero tú decides.

¡Somos protagonistas del mayor proceso creativo: TU VIDA!

Photo by Stefan Stefancik on Pexels.com

Nos alucina la creatividad.

Pensamos que no somos creativos. Que nunca llegaremos a tener una idea que cambie el mundo como las que ha tenido Einstein, Adriá o Elon Musk.

Sin embargo no nos damos que nunca que nosotros mismos somos los protagonistas de nuestro proceso creativo. El más importante de la historia.

A través de las ideas que tenemos, que todos tenemos ideas, decidimos nuestro futuro. Decidimos qué queremos hacer pero también lo que no queremos hacer.

Somos creativos, pero depende de nosotros mismos, ir hacia la excelencia o seguir en la mediocridad.

Cuando tomamos un camino, hasta la fecha desconocido para nosotros, podemos fallar. Recuerda fallar no es lo mismo que fracasar. Podemos fallar porqué las ideas a la primera nunca triunfan. Y de nosotros depende, qué hacer. Si aprender de los errores o tirar la toalla a la primera de cambio. Si tiramos la taolla, la innovación que deseabamos, se esfumara y daremos de nuevo la bienvenida al miedo, a la frustración y a la ira contra la vida. Si nos levantamos y aprendemos de la experiencia, fortaleceremos el compromiso con la idea, siendo agiles tras la experiencia y pensando en nuevas formas de hacerlo, de conseguirlo.

Por el camino nos encontraremos personas que harán que dudemos e nuestras ideas. Ellos no lo saben, pero ayudarán a que creamos más en nosotros mismo o que nos hundan un poco más. Que creamos más en nuestra idea o o que la olvidemos para siempre.

Quizá no consigas tu idea, pero habrás conseguido mucho más que aquellas personas que dijeron no a sus ideas.

Cuando escuchas a tus ideas estás abriendo la compuerta a qué vengan más. Mientras otros cierran la compuerta, esperan a que se jubilen o cuando tengan tiempo, tú sabes que no hay tiempo en el futuro, se trata del ahora. No se espera, se actúa.

La creatividad te enseña a tener una relación con la paciencia. Quieras o no, las ideas no surten efecto a la primera y quien lo haya vivido, ha tenido mucha suerte o te ha mentido. A la primera no conseguirás el resultado que esperabas. No todo en la vida lo conseguimos a la primera, pero si crees en la idea y en ti, la paciencia te dirá que sigas, que confíes, que pruebes de otra manera, que busques más, que preguntes hasta no parar de alcanzar desarrollar tu idea.

Y estoy diciendo desarrollar tu idea porqué la meta en la creatividad nunca se alcanza. Siempre se piensa que se pueden hacer mejor las cosas, que siempre se puede ofrecer mejores proyectos a los demás No hay una meta determinada y ya echarse a dormir. Sino que hay un camino que siempre quiere recorrer.

Pero la vida de un creativo es una vida de dar a los demás y no de amasar.

Un creativo crea para solucionar la vida a los demás, a ese grupo de personas que no encuentra la solución a sus problemas. Un creativo no es aquella persona que reboza una idea en la que no cree, que solo lo hace porqué está de moda. Sino que la moda para él es hacer lo que siente que tiene que hacer para ayudar a los demás.

Tenemos miedo a la creatividad y nosotros somos protagonistas del mayor proceso creativo de la historia, NUESTRA PROPIA VIDA.

¿Por qué cohibimos nuestros deseos?

Photo by Monstera on Pexels.com

¿Por qué en navidad y cuando soplamos las velas hablamos de deseos?

Hablamos de los deseos para el año entrante, hablamos de los deseos tras soplar las velas deseando que se cumplan…Pero eso si, no vayamos a decirlo, que sino dirán que somos demasiado ambiciosos o vete a saber qué.

Seamos sinceros, deseamos todos los días de la vida. Otra cosa es que no lo digamos, que nos lo callemos,…

Yo creo que todo empezó con nuestra formación católica y alguno de los mandamientos que repetíamos durante la clase de Religión.

No podíamos desear.

El deseo es gula.

La gula es ambición y ego.

El ego te lleva al infierno.

Durante la juventud deseamos el último modelo de zapatillas pero no lo decimos porqué no tenemos dinero, porqué nuestros padres anda escasos de capital o porqué las creencias que nos han inculcado, nos han dicho que desear lo que tiene el prójimo es de mal persona.

Unos no harán caso y harán lo posible por conseguir ese sueño. Otros por lo civil, lo intentarán.

Pero mientras tanto, ¿Qué ocurre?

Que cuando hablas de tus sueños o deseos, tienes miedo a que te miren raro, a que piensen que eres un ser egoísta o un pirado.

NUESTROS DESEOS SON LA EXPRESIÓN DE QUIENES SOMOS, DE LO QUE NOS GUSTARÍA INTENTAR O DE LO QUE QUEREMOS ALCANZAR.

Son la expresión de que estamos cansados de lo mismo y queremos probar cosas nuevas.

De que nos hemos callado mucho tiempo y queremos hacer por fin realidad nuestros sueños, superarnos y ver de que somos capaces.

NUESTROS DESEOS HABLAN POR NOSOTROS. EXPRESAN LO QUE NO NOS ATREVEMOS DECIR A LOS DEMÁS SIN PONERNOS ROJOS.

Pero solo hablamos de ellos en navidad cuando comienza el año o estamos soplando las velas de nuestro cumpleaños.

¿Y el resto del año?

NOS OCULTAMOS, NOS AVERGONZAMOS DE NOSOTROS MISMOS O LO HACEMOS A ESCONDIDAS NO VAYAN A SABER DE QUÉ PASTA ESTAMOS HECHOS.

Se nos llena la boca hablando de originalidad, de la importancia de la marca personal y el principio de todo que son nuestros deseos, nuestra autenticidad, no le hacemos caso.

Y por deseos no estoy hablando matar al jefe o decirle que se calle de una forma poco ética a la suegra. Por deseos hablo de ser mejores personas, de dar un giro de 180 grados a quiénes somos y lo que queremos en la vida. ¡Qué nos conocemos!.

Algunos deseos se harán realidad, otros no y otros no habrá manera por donde empezar a hacerlos realidad.

Pero todos ellos te enseñaran de lo que eres en realidad.

DESEA MÁS Y DALES UNA OPORTUNIDAD , PERO DURANTE TODO EL AÑO.

¿Gana siempre quién tiene mejores cartas?

Photo by Yanina on Pexels.com

¡Qué confundidos estamos!

Nos pegamos la vida calificándola de pésima o de éxito en función de las cartas que tenemos a nuestra disposición. Y la verdad que estamos muy equivocados.

Pensaba que con las cartas que tenía, una formación increíble, un expediente inigualable y un trabajo bueno, ya mi vida sería de éxito y felicidad.

Pero llego una crisis, una finalización de contrato y las cartas con la que contaba desaparecieron.

No sé que pensaba. Pensaba que ya no sabría que hacer con mi vida, que tenía unas cartas con las que no quería jugar. No era las cartas por las que había luchado. Me las habían cambiado y no estaba de acuerdo con el reparto.

Nos pasamos la vida quejándonos. Nos han cambiado las cartas por diversos motivos y no son las que creemos que nos merecemos, por las que hemos luchado…

¿Y por qué tenemos miedo?

Porqué no son cartas esperadas.

Son cartas que nos dan por un despido, por una partida inesperadas, por un adiós impensable. Y como ya nos habíamos acostumbrado a las cartas que teníamos, ya sabíamos el futuro que nos esperaba…¿Y ahora? No sabemos qué pasará, no vislumbramos ese futuro que tan seguro teníamos en ese momento y eso nos da mucho miedo.

Mientras unos les da miedo, solo hacen más que quejarse, otros se preguntan: ¿Y ahora qué?

Siempre me han hecho creer que el futuro era para quienes sacaban las mejores notas en el colegio. Y sin darme cuenta eso es lo que buscaba, ser el mejor para tener un mejor futuro. Y aunque me ayudó en muchos aspectos de mi vida, una crisis, me quito de un soplo todas esas cartas que había recogido y que me habían dicho que eran imprescindibles para ser un «buen» ciudadano y hombre de provecho.

No se trata de quien tiene las mejores cartas, sino lo que hace con las cartas que tiene en ese momento.

De un día para otro, tenía unas cartas que no sabía qué hacer con ellas. No eran las que yo quería pero con las que tenía, había que hacer algo.

Mientras nos quejamos por lo desgraciados que somos, hay otras personas que ponen en marcha su creatividad y empiezan a jugar con las cartas que en ese momento la vida les ha dado. Pasará el tiempo y unos seguirán quejándose, mientras otros, algo más que los que se quejaban, habrán avanzado en la vida.

No sé que jugada llevo con las cartas que tengo ahora, pero si sé que me siento un ganador.

Un ganador porqué aunque no quería esas cartas, he sacado de ellas una jugada con la que me siento a gusto, feliz, me siento realizado y jamás sin preguntarme: ¿Qué hubiera pasado si lo hubiera intentado? .

No soy ejemplo de nada, ni preténdelo serlo. Pero creía que siempre ganaba el que mejor notas tenía, el más guapo, el más rapido. Algo que empecé a darme cuenta en la carrera por obstáculos que realice. No era el mas cachas, más bien asomaba por mi algún kilo de más para esos momentos, pero mientras corría iba dejando a gente más preparada que yo detrás. Mientras saltaba , otra gente se caía… Y mientras unos se retiraron, yo acabé la carrera.

Esto me hizo pensar una y otra vez, no se trata de quien tiene las mejores cartas, sino quien sabe usar mejor las cartas que tiene. Y no hablo de manipular con ellas, de echarse faroles como he ido conociendo a mucha gente que hacían creer que tenían unas cartas cuando realmente eran peores las que tenían.

Gana quien les sabe sacar el mayor rendimiento a las que tiene en ese momento. Y para ello siempre:

.- Acepta lo que te ha tocado y juega con ellas.

.- Usa tu imaginación.

.- No dejes de experimentar con ellas.

.- Siéntete orgulloso de ti por todo lo que haces e irte a la cama con la conciencia tranquila, ya que sabes que solo tienes el presente.

.- No dejes de crear con las cartas que tienes. Cuánto más creas, más oportunidades estás generando.

No sé a dónde me llevaran estas cartas, pero me siento más ganador que con las que tenía anteriormente.

¿Y tú qué haces con las cartas que tienes ahora?

El mundo avanza gracias a los «DIFERENTES»

Photo by Daniel Reche on Pexels.com

Aunque muchas veces pienso el mundo no avanza, sino más bien va en retroceso, cada día tengo más claro que el mundo es y será de los diferentes.

Y no hablo por diferente a aquellos que repiten como una cacatúa que son diferentes, ni tampoco aquellos que hacen un papel encima de un escenario para que todos digan que es diferente porqué hace algo fuera de lo normal o que otros no se atreverían a hacer.

Esos no son diferentes, son puro humo.

Hablo de las personas que saben que:

.- las cosas se pueden hacer de forma diferente. Y no siguiendo los patrones de siempre.

.- no quieren relaciones como los demás tienen. Las basan en la verdad, transparencia y lealtad.

.- quieren trabajar en algo que les haga feliz, que se sientan que sus ideas son tenidas en cuenta, que lo que hacen tiene un propósito y no se queda en saco roto.

.- quieren sentirse en paz con ellos mismos, yéndose a dormir sabiendo que han hecho lo que querían hacer, dando su talento a los demás.

.- no quieren poder, sino quietud.

.- no quieren fama, sino desarrollar su creatividad.

.- no creen en las fórmulas del éxito, la felicidad o la influencia, sino en la originalidad, el talento y la paciencia.

¿Pero qué ocurre?

Que observan como otros alcanzan la cima más rápido que ellos con manipulación o mentiras.

Que sigue habiendo relaciones basadas en la mentira y el intereses. Que la gente no quiere se le diga la verdad pero eso sí , te llaman amigos cuando les interesa.

Que el bien común no existe y si el beneficio propio.

Que el talento, del que tanto se habla y que tanto se requiere, brilla por su ausencia, siendo el gran poder lo que se anhela.

Que la felicidad se basa en la codicia y no en la actitud.

Que las oportunidades no están para el mejor preparado sino para el que más contactos tiene.

Que el esfuerzo pocas veces se recompensa y el «enchufismo» siempre.

Son personas no negativas, sino que desde su sensibilidad ven la realidad no desde las apariencias, sino desde la realidad cruda y dura.

¿Qué ocurre en esos momentos?

Muchos entran en barrena emocional. Depresión, dudas, ilusiones evaporadas y no depjan de preguntarse:

¿QUÉ HAGO CON MI VIDA? ¿SIGO CON MIS SUEÑOS O TIRO LA TOALLA?

Unos tirarán la tolla, perdiéndonos todos su talento que lo diferenciará de la mediocridad.

Mientras otros, a pesar de lo que digan unos y piensen otros, seguirán adelante aun con más convicción, con más ímpetu hacia lo que creen, por lo que siempre lucharan y han luchado.

Estas personas son las que transforman el mundo, los que creen y crean en lo que sienten a pesar de las normas y de las posibles vergüenzas.

Puedes ponerle el nombre que quieras, no hace falta leerte el libro de alguien para que los relaciones o abras los medios de comunicación, hay gente a tu alrededor, que han roto las normas, las expectativas y han acabado alcanzando en lo que creían con esfuerzo, constancia, CONSISTENCIA y fe.

Ellos son los que cambian el mundo pero mientras tanto ¿Qué hacemos?

DENOSTARLOS.

Son diferentes, raros, especiales, los rechazamos, no siguen las modas, no siguen las tendencias… Cuando pensamos que por seguir modas, nosotros seremos considerados como diferentes al igual que los 40.000 de personas que también hacen lo mismo que nosotros.

El mundo avanzará siempre gracias a los diferentes. A los que hacen oídos sordos a la rutina, a los que ven entre la mediocridad una rendija para sacar su talento y ofrecerlo al bien común, a los que se van a dormir con la conciencia tranquila porqué han dado lo que sabían que podían dar y más.

Ellos no quieren oportunidades, por ellos mismos se bastan.

Solo piden una cosa, no entorpecer su trabajo, su creatividad. ¿Tanto cuesta?

La verdad es que nada es tan importante…

Photo by Tima Miroshnichenko on Pexels.com

La verdad que tener trabajo no es importante.

La verdad que tener pareja no es importante.

La verdad que hacer lo que quieren los demás no es importante.

La verdad que ser uno más no es importante.

La verdad que seguir los patrones no es importante…

Recientemente oía la nueva canción de Viva Suecia «El bien» que repetía una y otra en su letra esta frase: «La verdad es que nada es tan importante«.

Nos pegamos la vida llorando porqué el rollo del sábado ya no nos hace caso… por qué no tenemos el número de seguidores es redes sociales que nos haría ser considerados como «expertos», por qué no somos como los demás que son «cool» y nosotros uno «más»… porqué los amigos han quedado entre ellos y no han contado con nosotros…

Nos pegamos llorando mucho tiempo de nuestra vida dando valor a cosas que no son importantes.

Son importantes en ese momento…pero piensa ¿Cuál es el motivo por el cuál crees que es importante?

Muchos dirán que duele porqué creemos que importa. ¿Pero qué es lo que realmente te importa? Te importa a ti, no lo que dicen los demás que te debe importar.

Muchos dirán que son por los valores que tienen… Perfecto.. SI ese amigo te ha defraudado.. no tienes que darte mal por ello, otro nuevo y adiós muy buenas. No es ser frio, es apostar por tus valores esos dices que te importan. Y si te importan y quieres a esa persona, hablas con ella e intentas solucionar el tema si se puede solucionar. Sino es así… Mañana hará un año y que cada uno siga su camino.

Muchos dirán que no saben por qué les importa lo que ha ocurrido… En realidad lo que quieren decir, «nunca he investigado en mi realmente lo que quiero, lo que siento o cómo soy… Y ahora que ha pasado esto, me he dado cuenta lo que realmente es importante para mí y lo que no…»:

Si echamos la vista atrás seguro que nacerá una sonrisa en nuestros labios. ¿Por qué? Porqué nos daremos cuenta que hemos cambiado, que le dábamos importancia a cosas que a día de hoy pensaríamos que estamos locos o son cosas de críos..

Desde luego que todos tenemos nuestro camino a la hora de avanzar, desarrollarnos, avanzar… Y no todos están iluminados como lo dicen por redes sociales ni todos somos unos niños cuando dicen que somos inmaduros. Cada uno a su ritmo.

Pero a día de hoy, ¿Por qué seguimos dándole importancia a cosas que realmente, si pasaremos un poco, nos daríamos cuenta que no la tienen?

Porqué seguimos sin querer saber lo que realmente nos importa.

Preferimos que los demás nos digan lo que nos tiene que importar y lo que no…

Preferimos pensar que si no vamos a ese evento o concierto de «moda» no seremos considerados como parte del grupo y que nos desterrarán.

Preferimos pensar que tenemos que hacerle «favores» a esas personas que queremos nos introduzca en su «agenda,» y por ello hacemos lo que haga falta y más…

Preferimos tener pareja aunque le pongamos los cuernos que no estar solos y en paz con nosotros mismos..

Por no querer saber lo que queremos ( mejor dicho, por miedo a expresar lo que queremos no vayan a pensar que somos raros, diferentes o seamos expulsados del rebano ), hacemos lo que sea y más por ser aceptados por los demás.

Es decir, por no escucharnos acabamos haciendo cosas y teniendo pataletas que ni los niños pequeños tienen.

¿Qué está sucediendo?

Que seguimos siendo niños que vamos detrás de una «piruleta» en forma de modas, miedos y tendencias que sino las alcanzamos nos ponemos a llorar.

Tampoco te estoy diciendo que seas un ser humano frio, que no tenga emociones y un ego desconmensurable diciendo que has madurado de la noche al día y pasas de todo lo anterior, relájate.

Te estoy diciendo que muchos de los problemas que tenemos es por darle más importancia a lo que realmente no la tiene.

Vamos de «chulitos» diciendo que no nos importa lo que digan los demás de nosotros, hablamos de la libertad, de la originalidad… y luego cuando llegamos a casa acabamos llorando por lo que nos han dicho o creemos que nos han dicho.

¿En qué quedamos; nos importa lo que dicen los demás o no?

Por desgracia nos damos cuenta de muchas cosas no son tan importantes en momentos críticos de nuestra vida, cuando se ha marchado un familiar, estamos pasando una enfermedad o cualquier momento crítico, el cual no sabemos qué pasará con nosotros después de él… nos damos cuenta que hemos perdido mucho tiempo en absolutamente mierdas.

Mierdas que te daban de comer, que te hacían pasar buenos ratos y que te hacían aparentar algo, que en el fondo, sabías que ni querías ni sentías, que no eran importantes para ti.

¿Qué ocurre cuando damos un giro a nuestra vida ocupándonos de lo que realmente es importante para nosotros?

Somos más felices, vivimos con menos equipaje, pocos amigos pero siempre rodeado de los mejores, nuestras relaciones mejoran y otras se van… Todo cambia a mejor.

Así que:

.- Piensa en tus últimos disgustos y preguntante ¿cuál ha sido el motivo de ellos?

.- ¿Realmente son temas importantes para ti que en 5 meses aún estarás pensando en ellos?

.- Si crees que lo son, ¿Por qué? Y no valen excusas porqué te han hecho daño o no te han hecho del grupo… Explícalo en función de valores reales, no de tendencias eventuales.

.- Y si tú vida se basa en relación a cosas que no te importan.. ¿Qué vas a hacer para cambiar el rumbo de la misma?

Nos pasamos la vida preocupándonos por cosas que no valen la pena.

¿Qué pasaría si invirtiéramos la vida en cosas que realmente si nos importan?

¡Prefiero una persona Real que no una con un perfil perfecto de Instagram!

Photo by Tiana on Pexels.com

A día de hoy queremos gente «perfil perfecto de Instagram»

Aquellas personas que hayan estado en lugares increíbles en vacaciones. Que cada cierto tiempo pongan fotos «picaronas» y muestren el cuerpo por el que soñamos devorar una noche de verano.

Aquellas personas que salgan todos los sábados por ahí y nos demuestren que se lo pasan bien, que se ríen y que tienen gente variada como grupos de amigos.

Aquellas personas que nos demuestren que saben de lo que hablan, aunque sean una frase «usada» de un libro que está de moda.

Aquellas personas que sean perfectas, aunque sepamos que tienen un par de filtros encima de ellos.

Queremos la perfección en todos los aspectos de nuestra vida.

Queremos una persona nos haga reír , inteligentes, que sepan lo que nosotros sepamos y que en definitiva, nos hagan una vida mejor.

Es decir, una vida Instagram.

Una vida en la que todo es bonito, ideal a pesar de que sepamos que todo lleva varios filtros por encima

Podría hablar de una vida Instagram, con toques de pensamiento Mr.Wonderful, con actitud de algún gurú de la actitud y toques que nos hagan saber que toda nuestra felicidad, éxito y abundancia empieza en el cerebro, que con solo eso te puedes echarte a dormir y esperar.

¿Y dónde queda el lado oscuro? Mejor que lo vea otra persona, nosotros queremos´, éxito, felicidad a raudales. Sin esfuerzo, sin lamentos y ni mucho menos con conversaciones incomodas.

No queremos «lo bueno, bonito y barato», a día de hoy queremos «Lo excelente, lo mejor y lo más caro». Pero eso si sin esfuerzo.

Con el paso del tiempo, todos nos hemos ido quitando den nuestra vida a gente, nuestra agenda ha ido disminuyendo. En definitiva, nos hemos quitado gente Instagram.

Gente que pensábamos que era de una manera y no era así como era en realidad.

Sus seguidores eran 3 reales, no 20.000 comprados.

Tenía más episodios de tristeza que fotos ponía en sus redes.

Y con un ego que tapaba «sus vergüenzas emocionales».

Nos pasamos la vida diciendo que somos seres de éxito, que todo el mundo quiere estar con nosotros, que nos rodeamos de lo mejor del «mundo mundial» y que siempre estamos sonriendo. Y si para eso hay que comprar «seguidores», hay que reírle las gracias a personas que no aguantamos para ponerlas a «parir» cuando se den la vuelta o utilizamos «cualquier cosa o persona» para ocultar lo que realmente sentimos……LO HACEMOS.

Pero si , leemos libros de desarrollo personal, vamos a retiros espirituales o ponemos fotos «zen» para que sepan los demás que estamos a la última.

Cada uno puede hacer lo que le dé la p… gana, desde luego. Faltaría más…. ¿Pero qué estamos haciendo? ¿Hablar de una cosa que luego ni por todo el oro del mundo se nos ocurriría hacer? ¿Ocultar nuestra realidad bajo filtros para sentirnos queridos y aceptados por los demás? Pero yo te pregunto….¿Te aceptas a ti mismo? Cuando «rascas» un poco debajo de los filtros de esas personas , rápidamente se derrumban cuando encuentran a alguien que ve más allá del «filtro New York» con el que lleva años instalado.

Cada día quiero más gente con «heridas» en su vida.

Que acepta que no es perfecto. ..

Que llora por los esfuerzos que está realizando…

Que se lamenta por lo que está viviendo pero que sabe que le hará más fuerte..

Que tiene pensamiento crítico y no cree en todo lo que ve hasta que no investiga realmente si lo que ves es verdad…

Que tiene un sueño y lucha por él a pesar de lo que le digan los demás, a pesar de las cosas y seguridad que haya dejado atrás…

Que no tienen miedo a mostrar sus sentimientos y «vergüenzas» no vaya a ser que alguien se aproveche de ellos…

Que aceptan «conversaciones incomodas» porqué saben que hacen más fuertes las relaciones entre personas y no evitándolas.

Son las personas Real y no las personas Instagram.

Cada uno que haga lo que quiera, pero ¿Qué ocurriría si fuéramos por la vida sin filtros y mostrando nuestra realidad?

¿La he cagado?

Photo by Andrea Piacquadio on Pexels.com

El ser humano siempre ha tenido una máxima:

NO CONFUNDIRSE.

No quiere confundirse a la hora de escoger una pareja, encontrar trabajo, escoger las mejores entradas de cine para ir con tu pareja o a la hora de dar un giro radical a su vida.

En ese momento, a pesar de que realmente es lo que quieres hacer y sabes que es lo que tienes que hacer, la duda entra en juego.

Unos dirán que es nuestro ego, otros las presiones de la sociedad y otros que realmente no confías en ti mismo. Ponle el nombre que quieras, será correcto y respetable, pero que la duda siempre va a estar a pesar de que hagas lo que quieres, ni los más «Iluminados» se libran de ella.

¿Pero por qué pasa?

Porqué pensamos que no alcanzaremos la ilusión que tenemos.

Porqué paramos y vemos hacia dónde nos queremos encaminar y nos da respeto, algo que no habíamos pensando.

Porqué abrimos los oídos y escuchamos de más a las personas que nos rodean y dicen que nos quieren.

Porqué nos damos cuenta que dejamos atrás el pasado, al cual estamos apegados por un futuro que no sabemos si llegaremos. Preguntándonos por el camino ¿Y si me quedo en medio sin conseguir una cosa y perdiendo otra?

Hablamos mucho del cambio, que en momentos de oscuridad hay que cambiar, llenamos los blogs de artículos de cómo cambiar y todo es tan bonito…Pero es uno de los procesos más duros que el ser humano siente a pesar de que apueste por él.

¿Y qué pasa cuando escuchas más a la realidad, haces más caso a las presiones y abres los oídos a la normalidad que no a lo extraordinario?

QUE EMPIEZAS A PREGUNTARTE : ¿Dónde leches me he metido?

La ansiedad empieza a transformarse en negativa. Esa ansiedad que antes te habia servido para cambiar, como palanca para un nuevo futuro, ahora es la palanca a tu ansiedad, nerviosismo y dudas.

¡PARA y ECHA LA VISTA ATRÁS!.

¿Por qué diste el cambio que diste? Puede ser por qué no aguantabas más una relación toxica, porqué haciendo lo que haces ahora te sientes más feliz que estando en un trabajo 8 horas aguantando mierdas, gritos e insultos…Puede ser por cientos de motivos que ahora mismo has olvidado. Así que vuelve los a recordar, a recordar porqué diste ese paso adelante que ni tú mismo a veces te crees que hayas podido dar.

¿CÚAL FUE EL MOTIVO DE TU CAMBIO? NUNCA LO OLVIDES.

Pregúntate también otra cosa:

¿QUÉ HAS GANADO DURANTE EL CAMINO EMPRENDIDO?

Me da igual que hayas dado un paso pequeño como 2 grandes, me importa poco, porqué todos de alguna manera han ganado algo, han aprendido algo desde el momento en el que diste el paso.

Has podido crear cosas que ni tú mismo te imaginabas, hacer cosas que para ti eran imposibles , vivir momentos únicos e inolvidables que en tu anterior vida eran imposibles,…Lo que sea, pero seguro que has aprendido y experimentado algo, que hasta la fecha jamás olvidarás.

¿POR QUÉ NO LOS RECUERDAS Y LOS APUNTAS PARA QUE NO SE TE OLVIDEN?

También me gustaría preguntarte otra cosa:

¿ES MÁS IMPORTANTE EL CAMINO O LA META?

Pensamos que cuando cambiamos vamos a ser felices y comeremos perdices, que todas las empresas se van a pelear por nosotros y que vamos a conseguir el éxito que nos merecemos.

La vida no es la suma de metas alcanzadas, sino de pasos dados cuando los demás están parados.

Y cuando no lo alcanzamos a la primera, ¿Qué es lo que pasa? Que nos venimos abajo. Cuando vemos que quizá nuestras habilidades no son las todavía adecuadas , cuando no tenemos los contactos necesarios o la repercusión para que nos llamen a ciertos eventos, nos venimos abajo.

Pensamos que ya que hemos dado el cambio nos merecemos el éxito al primer intento, porqué sino ¿para qué hacerlo? ¿para que esforzarse?

No te aseguro que alcanzarás la meta con la que has soñado, con la que te imaginabas nada más empezar que llegarías. Quizá alcances otras que ni te imaginarias, otras mucho mejor a las establecidas… Pero te aseguro una cosa, que cuando eches la vuelta atrás seguro que siempre pensarás una cosa:

NI LOCO VUELVO A DÓNDE ESTABA ANTES.

Queremos tener el destino a nuestra merced, algo que es imposible. Pero si sabes hacerlo, ya me dirás cómo lo haces, porqué yo no lo sé.

Lo que sí sé, que siempre dudaremos si hacemos caso a las normas establecidas, a lo que dicen los demás, a lo que dicen las personas que intentaron algo en su día y no lo consiguieron, a los que quieren dominarte, a los que no quieren verte feliz, a los que temen perderte,…. en definitiva a los que no quieren lo mejor para ti, si así es lo que tú crees.

¿Por qué dudas si sabes que estás haciendo lo mejor para ti?

Date tantas oportunidades como puedas, porqué si te vas a dormir con la conciencia tranquila, en paz, desarrollando tu creatividad, sintiéndote mejor persona…

¿POR QUÉ DUDAS?