Nos pegamos la vida calificándola de pésima o de éxito en función de las cartas que tenemos a nuestra disposición. Y la verdad que estamos muy equivocados.
Pensaba que con las cartas que tenía, una formación increíble, un expediente inigualable y un trabajo bueno, ya mi vida sería de éxito y felicidad.
Pero llego una crisis, una finalización de contrato y las cartas con la que contaba desaparecieron.
No sé que pensaba. Pensaba que ya no sabría que hacer con mi vida, que tenía unas cartas con las que no quería jugar. No era las cartas por las que había luchado. Me las habían cambiado y no estaba de acuerdo con el reparto.
Nos pasamos la vida quejándonos. Nos han cambiado las cartas por diversos motivos y no son las que creemos que nos merecemos, por las que hemos luchado…
¿Y por qué tenemos miedo?
Porqué no son cartas esperadas.
Son cartas que nos dan por un despido, por una partida inesperadas, por un adiós impensable. Y como ya nos habíamos acostumbrado a las cartas que teníamos, ya sabíamos el futuro que nos esperaba…¿Y ahora? No sabemos qué pasará, no vislumbramos ese futuro que tan seguro teníamos en ese momento y eso nos da mucho miedo.
Mientras unos les da miedo, solo hacen más que quejarse, otros se preguntan: ¿Y ahora qué?
Siempre me han hecho creer que el futuro era para quienes sacaban las mejores notas en el colegio. Y sin darme cuenta eso es lo que buscaba, ser el mejor para tener un mejor futuro. Y aunque me ayudó en muchos aspectos de mi vida, una crisis, me quito de un soplo todas esas cartas que había recogido y que me habían dicho que eran imprescindibles para ser un «buen» ciudadano y hombre de provecho.
No se trata de quien tiene las mejores cartas, sino lo que hace con las cartas que tiene en ese momento.
De un día para otro, tenía unas cartas que no sabía qué hacer con ellas. No eran las que yo quería pero con las que tenía, había que hacer algo.
Mientras nos quejamos por lo desgraciados que somos, hay otras personas que ponen en marcha su creatividad y empiezan a jugar con las cartas que en ese momento la vida les ha dado. Pasará el tiempo y unos seguirán quejándose, mientras otros, algo más que los que se quejaban, habrán avanzado en la vida.
No sé que jugada llevo con las cartas que tengo ahora, pero si sé que me siento un ganador.
Un ganador porqué aunque no quería esas cartas, he sacado de ellas una jugada con la que me siento a gusto, feliz, me siento realizado y jamás sin preguntarme: ¿Qué hubiera pasado si lo hubiera intentado? .
No soy ejemplo de nada, ni preténdelo serlo. Pero creía que siempre ganaba el que mejor notas tenía, el más guapo, el más rapido. Algo que empecé a darme cuenta en la carrera por obstáculos que realice. No era el mas cachas, más bien asomaba por mi algún kilo de más para esos momentos, pero mientras corría iba dejando a gente más preparada que yo detrás. Mientras saltaba , otra gente se caía… Y mientras unos se retiraron, yo acabé la carrera.
Esto me hizo pensar una y otra vez, no se trata de quien tiene las mejores cartas, sino quien sabe usar mejor las cartas que tiene. Y no hablo de manipular con ellas, de echarse faroles como he ido conociendo a mucha gente que hacían creer que tenían unas cartas cuando realmente eran peores las que tenían.
Gana quien les sabe sacar el mayor rendimiento a las que tiene en ese momento. Y para ello siempre:
.- Acepta lo que te ha tocado y juega con ellas.
.- Usa tu imaginación.
.- No dejes de experimentar con ellas.
.- Siéntete orgulloso de ti por todo lo que haces e irte a la cama con la conciencia tranquila, ya que sabes que solo tienes el presente.
.- No dejes de crear con las cartas que tienes. Cuánto más creas, más oportunidades estás generando.
No sé a dónde me llevaran estas cartas, pero me siento más ganador que con las que tenía anteriormente.
¿Cómo manipulamos a la gente? A través de hacerles sentirles culpables.
Y no estoy hablando de influencia, en la que las dos partes deben ganar, estoy hablando de manipulación. En la que solamente una gana.
¿Y cómo nos pasa?
Haz memoria:
.- ¿Qué pasa cuando no haces algo que creen los demás que deberías estar haciendo? Te intentan hacer sentir culpable.
.- ¿Qué pasa cuando no participas algo en que los demás si hacen y tú no? Te intentan hacer sentir culpable.
.- ¿Qué pasa cuando no estás de acuerdo con la mayoría? Te intentan hacer sentir culpable.
.- ¿Qué pasa cuando sientes que no llegas a la operación «bikini» del verano? Más sentimiento de culpa.
.- ¿Qué pasa cuando no sigues la tendencia? Te intentan inculcar un sentimiento de culpa
¿Por qué tenemos ese sentimiento?
Porqué en el fondo nos estamos preguntando si hacer lo que hacen la mayoría sería lo mejor para nosotros que no seguir lo que de verdad NOSOTROS SENTIMOS.
La presión de los demás sigue siendo fuerte. Por mucho que digamos que somos independientes, que tenemos una marca personal que se distingue de todo lo demás, que hacemos lo que nos pasa por «el arco del triunfo»…. Por mucho que digamos lo que digamos…SIEMPRE TENDREMOS (en distintos niveles) ese sentimiento de culpa.
Porqué la presión de los demás, del exterior, …queramos o no, INFLUYE.
Será inducido por los demás para manipularnos y que hagamos lo que ellos quieran según sus intereses o porqué sentiremos que quizá no estemos tomando la «mejor opción» porqué estar «fuera de la mayoría» produce mucho frio e incertidumbre.
Nos creemos que si no hacemos dieta antes del verano, ya nadie nos querrá . Creemos que si no hacemos lo mismo que los demás, nos criticaran y seremos excluidos del grupo. Sentimos que si no hablamos de política o de la serie de moda en cuestión, ya no seremos uno más, ya nadie nos tendrá en cuenta para salir los sábados por la noche o tomar una después de trabajar.
Yo no sé si este sentimiento de culpa viene de nuestra formación cristiana y aquello de la manzana, no sé si viene de pequeños y esa creencia que si nos salimos de las «normas» , de seguir los puntos,… no llegaremos a nada en la vida… O quizá es todo un conjunto que provoca que si nos tenemos culpa por nada es que estamos haciendo las cosas bien.
Pero yo te pregunto:
Las cosas bien, ¿Según los demás o según tú?
Si haces una cosa que sientes que tienes que hacer, que está acorde a tus valores, que hay razones para no hacerla, sea cual sea,…¿Por qué tienes que tener un sentimiento de culpa?
Si lo tienes es porqué:
.- No confías en ti.
.- Sigue pesando la opinión de los demás más que la tuya propia.
Sino, no tendrías que tener ese sentimiento.
Porqué cuando haces lo que sientes a pesar de salirte de lo establecido te vas a dormir con la conciencia tranquila y duermes mejor que un bebe. Cuando sientes culpa, remordimiento y acabas haciendo lo que desean los demás que hagas y no lo que tú sientes, seguro que esa noche no pegas ojo.
El sentimiento de culpa se utiliza para «encaminar a la gente y no se salte las normas», » que no descarrilen los que dicen que piensan diferente», que el «líder del grupo sienta que todo está en calma y nadie le discute sus ideas»… En definitiva, para que no pienses por ti mismo.
Pero eso si, queremos innovación, creatividad…pero haciendo lo mismo de siempre, repitiendo lo mismo que hacen los demás y sin sentirnos culpables porqué nos hemos salido de lo establecido. Y así no avanzaremos nunca, solo aumentaremos la mediocridad, la frustración y la rabia por preguntarnos ¿Qué hubiera pasado si lo hubiéramos intentado?
Sé que estarás pensando que salirte de lo establecido es duro, que te encontrarás solo y miles de excusas más… Pero te aseguro que es peor saber que no estás haciendo lo que te gustaría y deberías estar haciendo porqué te importa más el que dirán.
¿Qué es la felicidad? La ausencia del sentimiento de culpa por lo que has hecho
¿Qué es la creatividad? Poner en acción esa idea que no te produce culpa sino orgullo y confianza.
Hablamos de libertad, de empoderamiento… y de otras muchas cosas parecidas, pero con el sentimiento de culpa autoinflingido o impuesto, jamás se podrá desarrollar todo lo que decimos.
Nunca sentirás culpa cuando haces lo que sientes que tienes que hacer. (PD: sin joder la vida a los demás, recuerda). Y cuando así lo hagas, seguro que estarás innovando en tu vida. Mientras tanto, solo estarás copiando y replicando los deseos de los demás.
«Ten menos pasión por la razón y más curiosidad por la acción».
¿Cómo que no encuentras el premio? ¿No lo ves?
Todas las acciones que realizamos queremos que tengan un premio. Sino no las realizamos.
Queremos hacer ese curso porqué queremos estar a la moda como hacen los demás.
Queremos perder peso porqué así la chica de nuestros sueños creemos que se fijará en nosotros.
Queremos agradar a todo el mundo porqué así seremos aceptados por los demás.
Queremos hacer los recados que nos pide nuestra pareja para ver si por la noche nos deja hacerle mimitos que toca porqué es sábado.
Todo lo hacemos con un fin. Todo lo hacemos esperando un premio.
Ya partimos mal.
Porqué estamos haciendo las cosas sin esperar nada a cambio. Sin la intención de hacerlo porqué te da la gana, sino lo que esperas que por hacerlo, te den un regalo, un caramelo como a los niños.
Estás queriendo satisfacer un interés , no lo haces por hacer, sino por un fin.
¿Y qué pasa cuando no te «comes» ese caramelito?
Enfados, rabia, frustración… Todo porqué tus expectativas, tu ego no ha sido satisfecho.
Parecemos perros en búsqueda de la palmadita en vez de hacer las cosas porque las sientes, sin esperar qué digan los demás o qué puedas alcanzar.
Nos hacemos Tik Tok porqué queremos alcanzar la fama de Ibai. Hacemos directos de Instagram porqué queremos tener miles de seguidores sin importar el valor que podamos ofrecer. Queremos hacer conferencias porqué eso que te aplaudan «pone» mucho pero a la hora de saber qué quieres exponer, dices lo mismo que los demás…
Hacemos miles de cosas por un éxito efímero, porqué lo hacen los demás y «mola» mucho.
¡¡Queremos el éxito para antes de ayer!!.
Pero lo peor de todo aunque hagamos las cosas porqué así lo sentimos, porque nos hemos querido esforzar en algo que así sentíamos sin que nadie nos dijera nada… Cuando creíamos que ya tocaba nuestra «recompensa» y no llega… el ego hace acto de presencia.
Nos frustramos igual que el que esperaba que esta noche hubiera «jarana» con la pareja, el que hizo un curso para ser experto en felicidad en menos de 6 horas o el que le hizo la «pelota» al jefe para ver si le ascendía…
Nos pasamos la vida en búsqueda de premios y exigiéndolos porqué nos hemos esforzado.
Sé que lo que voy a decir no paga muchas facturas ni tampoco servirá para mucho en el momento presente para algunos….PERO SIEMPRE HAY PREMIO.
Y yo he sido el primero que he «exigido» mi premio ante esfuerzos que había hecho. Esfuerzos que al no ver la recompensa, gritaba a la vida que coño le pasaba conmigo que no me daba lo que creía que me había ganado.
¿Mi recomendación?
¡PARA Y ECHA LA VISTA ATRÁS!.
Sé que no te servirá en ese momento. Sé que te estarás preguntando cuál es el motivo por el cuál el vecino de al lado lo ha conseguido antes que tú y sin esforzarse.
¡NO TE COMPARES, PARA!.
Echa un ojo a lo que has hecho, al esfuerzo realizado, a la constancia que has tenido, a la creatividad que has puesto en el tema en cuestión… A todo aquello que no te imaginabas que podrías hacer, superar o crear.
Sé que es muy «Mundos de Yupi» lo que te he dicho, pero es un mundo en el que si no consigues una medalla, un ascenso o irte a la cama con la chica de tus sueños eres un puto fracasado, el verdadero éxito es ése.
Es no quejarte, es hacer, luchar y no dejar de aprender.
Porqué quien aprende de toda experiencia, no deja de luchar por lo que siente y quiere. Y algo que sí te aseguro al 100%, que alcanzará siempre mayores metas que aquél que se queja, se lamenta y no hace nada por cambiar sus circunstancias desde su pasión o talento.
Pero tú decides… Yo te digo que siempre hay un premio.. ¿Y tú qué crees?
«Mira con los ojos del turista, que ven belleza donde otros ven rutina»
He tenido a lo largo de mi vida muchas lecciones que no olvidaré, al igual que todos. Pero también creo, que todos, no olvidaremos este año para el resto de nuestras vidas.
Siempre he escrito como una forma de «apuntes», para volver a ellos si alguna vez se me olvida algo. Y escribir sobre este año, era necesario e imprescindible.
Parece que con las compras navideñas y la apertura con algunas restricciones, nos hemos olvidado de todo. Ahora lo único que importa son los centollos, los bogavantes y qué haremos con la abuela ya que si viene ya no nos podemos reunir.
¿Esto es la «nueva normalidad»? ¿Esto es una nueva sociedad que tanto queriamos en marzo?
¡¡YA LO VEO!!.
Tampoco estoy diciendo que nos tenemos que «regodear» en la mierda que hemos pasado, porque todos la hemos pasado de una manera u otra.
Sino lo que estoy diciendo es, echa una vista atrás, mira qué has aprendido y no lo olvides.
Y aunque todos hayamos vivido un confinamiento seas del lugar que seas del mundo, todos lo hemos vivido de una manera diferente, todos hemos afrontado este año de una manera diferente. Todos hemos aprendido cosas de él de una manera diferente.
¿Pero que no me gustaría olvidar de este momento histórico que todos hemos pasado?
NO IMPORTA EL CARGO DE TU TARJETA DE NEGOCIOS, TODOS SOMOS IGUALES.
Queríamos llegar a la meta antes que los demás. Queríamos ser consideramos los padres del término que nos habíamos inventado. Queríamos ser consideramos como los pioneros. Queríamos darle en los morros a nuestra competencia y vecinos, consiguiendo algo antes que ellos. Y ha sido la pandemia, la que nos ha puesto a todos al mismo nivel.
No importa lo que tengas, no importa el número de tus seguidores, no importa qué ponga en tu tarje de visita o dónde vivas, a todos nos ha puesto por igual.
Deja de compararte con los demás, deja de medir tu valía en función de los números de seguidores, deja de creer que eres menos que los demás porque salen en sus redes con gente famosa.
Todos somos iguales, todos tenemos los mismos miedos, todos tenemos las mismas vergüenzas.
DI MÁS TE QUIERO, LO SIENTO, GRACIAS, ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE.
De un día para otro, una tos se convierte en un ingreso en un hospital. De un día para otro ya no puedes ver a esa persona que tanto te importa y quieres, recibiendo noticias de ella a través de una persona que no conoces. De un día para otro, ya no puedes decirle lo que sientes, lo que la quieres.
No te guardes ningún te quiero, creyendo que ya vendrá la ocasión perfecta. La ocasión es ahora.
EN LOS MALOS MOMENTOS TE DAS CUENTA DE QUIEN SI Y DE QUIEN NO.
Cuando vienen mal dadas, siempre saltan del barco, los cobardes, se suele decir, ¿Verdad?. Y es lo que ha pasado en muchas ocasiones.
Mucha gente nos ha demostrado de qué palo están hecho, viendo de qué estaban hechas nuestras relaciones.
Solo consideramos amigos aquellos que están en las malas, porque en las buenas están todos. Pero y ¿En las malas?
NADA ES PARA SIEMPRE.
Nos apegamos a las personas, a las cosas, pensando que una vez conseguidas ya estará para siempre en nuestra vida. Que nos merecemos que una vez han llegado a ella, estén para siempre en ella. Nuestros padres, familiares, amigos, parejas…nunca estarán para siempre en nuestra vida. Y por mucho que nos joda, es la puta realidad.
Pero mientras están con nosotros no las cuidamos, pensamos que como ya están para siempre junto a nosotros, ya no hay que cuidarlas, mimarlas, decirles que las queremos.
No lo olvides, nada es para siempre.
CONFIA EN TI, ESCUCHA MÁS A TU INTUICIÓN.
Parar nos ha ayudado a escucharnos más. Si eso que no hacías cuando llegabas del trabajo, que ponías la musica a todo volumen o empezabas a discutir con tu pareja, para no oír esa voz que te decía, la vida no es cómo tú la ves, tienes que cambiar el rumbo de tu vida, tienes ideas a las que no haces caso…
La intuición es tu corazón diciéndote qué tienes que hacer y por dónde no tirar. Y ha sido el parar, el que nos ha permitido que la intuición empiece a tomar las riendas de nuestra vida. A tomar decisiones que no queríamos tomar pero sabíamos que teníamos que tomar. A descubrirnos y con ello nuestra creatividad.
LA ÚNICA MODA QUE TIENES QUE SEGUIR ES LA DE TU CORAZÓN.
Parar nos ha enseñado que hemos seguido modas, tendencias, por miedo al qué dirán. Cuando en realidad lo que hacíamos era para sentirnos aceptados por los demás.
Escuchar a nuestra intuición, a tu corazón hablándote, es darte cuenta que la única moda que tienes que seguir es la de tu corazón. Es la única que dejará una verdadera huella allá donde vayas, allá con quien te relaciones.
Sigue a tu corazón.
NO DIGAS LO QUE VAS A HACER, HAZLO .
Nos encanta hacernos fotos con cosas que hemos conseguido. Con medallas que dictaminan que somos empresas responsables o que somos empresas que la felicidad nos importa.
No digas lo que vas a hacer o lo que piensas hacer, HAZLO.
El verdadero impacto se produce haciendo, no diciendo que lo vamos a hacer.
NOS DA MUCHO MIEDO ESCUCHARNOS, PREFERIMOS EL RUIDO.
Odiamos el silencio. Queremos ruido, música, quedadas con amigos. No queremos ni un minuto de soledad. Y todo porque nos da miedo escucharnos, sobre todo porque el silencio nos dice mucho más de nuestro presente y realidad que el ruido que nos envuelve.
EL ruido nos desvía de nuestro camino. El silencio nos disipa las dudas
SIEMPRE HAY MIRADAS QUE PASAMOS POR ALTO.
Nuestra velocidad endiablada nos hace perdernos muchas cosas. Y una de ellas son personas a las que pasamos por alto o miradas que hasta la fecha no nos habíamos dado cuenta.
Para y observa. Seguro que te llevas alguna sorpresa.
LA FELICIDAD ES DORMIR CON LA CONCIENCIA TRANQUILA TODAS LAS NOCHES.
Buscamos la felicidad de forma continua. Más bien lo que nos han dicho que es a felicidad y con ello el éxito. Hay que alcanzar esa meta, cuando en realidad la felicidad es la paz que tienes haciendo lo que sientes que tienes que hacer, lo que tienes que decir en todo momento y dando todo de ti en toda situación.
Eso es la felicidad, no lo que nos han dicho que es.
SOMOS CREATIVOS. OTRA COSA ES QUE NO CONFIEMOS EN NOSOTROS.
Hemos creado pan de la nada sin ser reposteros. Hemos creado blogs, libros, empresas…. Y en muchos casos, que veníamos de una situación en la que no creíamos que éramos capaces de hacer nada de lo que hemos acabado haciendo.
Todos somos creativos. Y este «parón», así nos los ha demostrado. Solamente teníamos que escucharnos, confiar en nosotros y sobre todo, lo que ha ayudado es que no nos importaba lo que dijeran los demás, lo hacíamos porque así lo sentíamos.
Así nace la creatividad, siendo uno mismo, sin importar lo que dirán. Desde el corazón.
LIDERATE.
Hemos vivido esperando a qué los demás nos dijeran que era lo mejor para nosotros. Creíamos que ellos sabían mejor lo que sería conveniente para nosotros. Y esta situación nos ha puesto a todos por igual. Nos ha demostrado que tenemos que liderarnos si queremos crear, si queremos salir del lugar donde estamos
Los demás que digan lo que quieran, tú sabes qué quieres y ve a por ello. Y para ello, tienes que liderar tu vida y responsabilizarte de tus acciones, que es lo que se nos ha recomendado. Algo que también ha demostrado que otras muchas, nunca serán responsables de sus actos, echando la culpa a los demás.
Estos son algunos de los aprendizajes personales y que he observado que esta pandemia me ha enseñado y me está enseñando, ¿Y a ti.? Espero tus respuestas.
Recientemente tuve el placer de conversar con él antes de una firma de libros. Felicidad, confianza, la sociedad, el presente,.. fueron algunos de los temas que tratamos, herramientas para andar en esta incertidumbre que vivimos y que te ayudará a conocer quién hay detrás de una persona que solo quiere ayudar a los demás desde su máxima humildad e interior.
La verdad que es una buena pregunta David, ya que es la pregunta que más veces me he hecho durante todo mi vida y creo que es la pregunta más importante que todos nos tenemos que hacer, ¿QUÍEN SOY?.
Yo llego a la conclusión que soy un ser humano que está explorando, aprendiendo y tratando de llegar a su propia verdad.
.- ¿No crees que siempre debemos apostar por la felicidad y no solamente ahora?
Es algo realmente muy importante, ya que nuestra salud emocional depende de que estemos felices en un sentido amplio. Que nos sintamos felices ya que estamos sintiendo que vamos caminando hacia adelante, que vamos generando nuevos proyectos, en definitiva que nuestra vida avanza hacia donde nosotros queremos. En definitiva que no estamos como vacas sin cencerro sin saber qué hacer.
Es algo muy importante, ya que significa que tienes una vida con sentido. Un sentido que para ti será algo que para mí puede ser totalmente diferente, pero lo importante es que tenga sentido para cada uno de nosotros. Y todo empieza por una decisión personal: ¿Qué quiero hacer yo con mi vida?
Y una vez tomada la decisión, camina hacia allí. Evidentemente hay dificultades pero cuando tienes las ideas claras, todo comienza a rodar un poco mejor.
.- ¿Las circunstancias son las excusas que siempre ponemos hacia la felicidad?
Las circunstancias siempre nos van a influir . Pero siempre que la gente me dice o periodistas me dicen que con las circunstancias difíciles es muy difícil dar ese paso adelante, siempre les digo que tienen razón, pero lo que estamos intentando es que sea un poco más fácil
Siempre podemos conseguir que las circunstancias sean adversas, sean un poco menos desagradables. Es decir que no tengan la ultima palabra sobre nuestra felicidad, sobre nuestra paz interior. Sino que seamos nosotros quienes observemos estas circunstancias y decidamos atravesarlas sin perder del todo nuestra felicidad.
Pero si estas viviendo en las circunstancias que deseabas, lo que se trata de es mantener. Pero sin dejar de retando y avanzando, porque el amor o sigue creciendo o va desapareciendo.
.- ¿Qué es para ti la felicidad?
Es un concepto que admite muchas definiciones. Para mí la felicidad es la conexión conmigo mismo y con el Universo. Cuando yo me siento conectado conmigo mismo, me siento conectado a la vida , no importa lo que esté haciendo o dónde me encuentre, ahí es cuando yo me siento bien, poderoso, feliz.
Por eso tengo un tatuaje que pone conexión, ya que para mí es lo más importante. Yo siempre estoy atento a mi equilibrio emocional, ya que cuando estoy bien, en mi centro siento que todo va a ir bien. También es verdad, que puede haber veces que podemos perder ese centro, sabiendo que lo más importante es volverlo a recuperar. Y la manera de recuperarlo, no es peleándome con los demás, sino mirando hacia adentro. Y una vez recuperado, es cuando puedo proponerme pasar a la acción.
.- Echando la vista atrás, ¿Qué has aprendido desde ese primer día que viste tu primer libro publicado?
He aprendido mucho ya que he dado un salto muy grande. He pasado de estar totalmente atrapado por los miedos, por el qué dirán, por la falta de amor a mi mismo, a una gran confianza en mi y en la vida. Pero principalmente me he permitido ser yo mismo, a aceptarme , gustarme y a quién le guste bien y a quién no, será que tienen que irse con otras personas pero yo he venido para esto, y no me puedo negar a mí mismo.
No me puedo negar quién soy para agradar a otros. No hay que apegarnos a las personas, ya que hay abundancia de ellas. Se trata de estar en sintonía y no forzando algo que no hay razón alguna por lo que hay que tener que aceptar.
Y curiosamente cuando me he atrevido a ser yo mismo, es cuando han venido cosas mejores a mi vida.
.- ¿El mayor virus de esta sociedad es el no aceptarse?
El aceptarse es algo muy importante. Ya que para tú ofrecer lo que tienes que ofrecer al mundo, lo primero que tienes que hacer es aceptarte. Saber que es importante que lo que tú hagas, te lo dice tu interior. Pero si tú no te aceptas por lo que sea, no vas a poder hacer tu propósito de vida, sosteniendo tu felicidad como un proyecto mucho más difícil.
.- ¿Cómo ves esa relación éxito y felicidad?
El éxito es una palabra que lleva a equívocos. Ya que hay personas que presuntamente podríamos decirles «exitosos» que son muy infelices. Para mí sin felicidad no hay éxito, una pareja que siempre tiene que ir de la mano.
Para mí el mayor éxito es ser feliz. Pero no solo ser feliz, sino avanzar hacia lo que deseas con amor y felicidad. Para mí, eso es el éxito.
.- ¿Y cómo gestionamos esa frustración de no conseguir lo que deseamos?
Si tú eres feliz en el presente, no te importa no conseguir lo que deseas. Y además lo vas a conseguir. El problema es que pongas tu felicidad en el logo y no en el camino.
Los deseos no se van acabar nunca, ya que son la propuesta de la vida de hacernos evolucionar. Pero yo tengo mucho el foco en el hoy, en disfrutar el presente.
Para mí uno de los grandes logros es poder disfrutar de cada momento de mi vida. Porqué si no estuviera disfrutando, algo tendría que cambiar, Porque si no disfrutas en el presente, algo va francamente mal.
.- ¿Cómo ves todo esto que estamos viviendo actualmente como sociedad?
Para mí el momento perfecto es el que estamos viviendo. Pero si que tengo muchas ganas de lo que está por venir también. Lo vivo con ilusión, con entusiasmo. En mi mente, lo que está por venir es muy maravilloso, mucho más maravilloso de lo que hay ahora.
La confianza y la fe que tengo en un futuro maravilloso me hace disfrutar del presente mucho más. Ya que no es lo mismo tener una visión catastrófica que una visión positiva. Una visión positiva me ayuda a aumentar las posibilidades , al igual que les pasa a muchos de mis lectores, de que esos deseos se hagan realidad y disfrutar del presente.
Tenemos que darnos cuenta que el cambio es individual. Yo no estoy de acuerdo con los mensajes que necesitábamos la pandemia para un cambio, ya que se puede cambiar sin pandemia. Podemos cambiar internamente cada día si nos lo proponemos.
Mi filosofía es que el mundo cambiará si empezamos a cambiar nosotros mismos. Cada persona es la que tiene que sacar conclusiones de lo que está pasando, ya que a todos no nos afecta por igual
A lo mejor una persona se dio cuenta que iba demasiado rápido y la pandemia le ayudo a pararse. Pero lo que pasa es que no se paró a preguntarse: ¿Está yendo bien mi vida? ¿Esto es lo que yo quiero?
No digo que este dolor sea necesario y que nos hubiéramos ahorrado tanto sufrimiento. Sino que estoy diciendo que después de este dolor desaparezca, mucha gente reconocerá un crecimiento en ellos. Y te pongo un ejemplo, por ejemplo con las personas de cáncer, que tras su enfermedad
.- ¿Qué se aprende de la muerte que no nos han enseñado?
Para mí la muerte es un impulso para vivir con más fuerza, a liberarte del qué dirán, a impulsar a hacer tu vida. La muerte te ancla en lo más valioso de la vida.
Yo tengo la muerte muy presente, ya que tengo conciencia de muerte. La conciencia de que cada cosa que hago, puede ser la ultima que haga . Algo que no me genera angustia de ningún tipo, al revés, lo que me genera es impulso y aprovechar más la vida. Y relativizas más algo que no es como te habría gustado, llevando inmediatamente el foco a lo que si puedo hacer ahora.
.- ¿Cuándo creamos una mascarilla para los pensamientos negativos?
Sería maravilloso un artilugio que los expulsara. Ya que los pensamientos negativos hacen mucho daño a la salud, a las personas, en nuestro bienestar , impendiendo nuestra felicidad y además de eso son contagiosos.
Yo opto por ser conscientes. De mirar la realidad, la zona oscura para tomar decisiones. Pero ser consciente es no apegarse a los pensamientos negativos
.- ¿Por qué aprendemos las mejores lecciones en los peores momentos?
En los peores momento aprendo qué necesidades tengo yo como ser humano, que siempre está relacionado con el amor a uno mismo. Como digo al principio del libro «No estás solo, estás con la persona más importante de tu vida, tú mismo, cuida de ti».
En esos momentos aprendes que eres responsable de un ser humano y que eres tú mismo.
.- ¿Es imprescindible que en el colegio ya se estudie desarrollo personal desde el principio?
Me uno a tu propuesta David. Me parecería buenísimo que en el colegio e institutos empezase a darse enseñanzas que nos ayuden a gestionar mejor nuestras emociones, de nutrición o de cómo hacer los documentos de Hacienda, ya que cuando eres autónomo eso es algo de locos.
Yo creo que es algo que está llegando y llegará, sobre todo en la medida que los profesores también vayan renovándose por dentro y entendiendo que a veces es más importante una respuesta amable o enseñar sobre inteligencia emocional que a veces enseñar matemáticas. Aunque para los niños que quieran aprender matemáticas también estarán muy bien los números.
.- ¿Por dónde se empieza a confiar en uno mismo?
Se empieza decidiéndolo. Yo empecé con la decisión que yo iba a aprender a confiar en mí.
Lo primero que tienes que saber es que se puede aprender, algo que no sabe prácticamente nadie, ya que es una cuestión de decisión. La confianza en ti es la decisión de ver el vaso medio lleno, en lugar de medio vacío. Y una vez que tú lo decides es cuando ya empieza el aprendizaje. Y una de esas maneras es cuidando el dialogo interno.
.- ¿Cuál es la delgada línea roja entre el ego y la confianza en nosotros mismos?
El ego es nuestro falso yo. Bastante molesto si no está educado ya que está siempre intentando que pierdas tu energía en cosas que no tiene importancia.
El ego siempre está intentando que tú tengas miedo, vergüenza de ti mismo, que no hagas lo que amas. Y la confianza va con tu alma, con tu yo más alto, con lo que está dentro de ti.
.- Una reflexión para los lectores del portal.
Es el momento que seamos más felices que nunca. La felicidad es la esencia de la vida. El entusiasmo es la base de la felicidad. El propósito de tu vida es avanzar cada vez con más amor hacia lo que deseas.
«Lo pequeño es hermoso y eficiente al mismo tiempo, ya que a menudo el tamaño incrementa la fragilidad«. dice Nassim Taleb.
Ha venido una pandemia para darnos una buena bofetada en muchos sentidos.
Pero principalmente una muy interesante, que espero que sirva a partir de ahora para que cambien las cosas.
¿Y de que bofetada se trata?
DE QUE SOMOS MÁS FRÁGILES DE LO QUE APARENTAMOS SER.
Vamos por la calle como chulitos y chulitas haciendo parecer que somos algo en la vida. Cuando realmente no somos nadie.
Nos aprovechamos de la gente para que nos eleven a lugares que no nos merecemos pero que deseamos , por nuestros esfuerzos profesionales o personales.
Vamos diciendo a los demás que somos fuertes, que las circunstancias de la vida nos han hecho así, que nada nos importa y nada nos hace daño.
Y todo se nos viene abajo de repente.
Lo que decíamos que éramos, lo que creíamos que éramos , todo lo que habíamos hecho por aparentar ser alguien importante en la vida, se va de un momento para otro.
Se puede llamar «coronavirus», se puede llamar muerte repentina , se puede llamar detección de una enfermedad incurable… Se puede llamar lo que quieras, pero son esos momentos o situaciones que piensas que a ti nunca te van a ocurrir, te tocan.
Te das cuenta, que todo el esfuerzo por luchar por algo exterior a ti, quizá lo hayas podido conseguir, pero en ese momento, ya no vale la pena.
Te das cuenta, que todo esfuerzo para aparentar algo que querias aparentar, no vale la pena para la situación que estás viviendo o apunto de vivir.
Me importa poco seas un gurú, o una experta según Linkedin en algo que ni tú misma sabes que estás diciendo, seas famoso o el más rico del mundo, este virus nos está enseñando algo muy importante, somos más frágiles de la imagen que podamos dar a los demás.
Y eso tenemos que aceptarlo, te guste o no.
Luchamos por mierdas, luchamos por querer caer bien a los demás. Luchamos por aparentar algo que no somos y que muchas veces no queremos ni ser. Pero es lo que dicen los demás, es la «presión» de los demás para alcancemos algo que nos dará una «falsa» felicidad.
Y cuando nos hemos esforzado, cuando estamos disfrutando de esos premios, viene un bicho en estos casos y nos lo roba de un momento para otro.
No solamente esto , pensamos que tenemos las personas al lado, que siempre estarán junto a nosotros, porque somos quienes somos. No hace falta decir te quiero, no hace falta hacer detalles, no hace falta dar un simple gesto de cariño. Si ya están con nosotros, ¿Para qué?
Y de repente, esa persona se va. Y no puedes despedirte, no puedes decirle todo lo que querías haberle dicho. Te arrepientes de haberte callado, de no haberle hecho sentir todo lo que tú sentías por ella y todo porque lo dabas todo por hecho.
Mira haz lo que te de la gana con tu vida, sigue creyendo que eres la reina o el rey del mambo, que tienes que pagar las facturas como sea y dejando de lado a toda aquella persona que no te baila el agua.
Mira haz lo que te de la gana, pero no cuides a esa persona que está a tu lado porque te quiere de verdad, porque te respeta y quiere lo mejor para ti.
Mira haz lo que te de la gana, pero no eres inmortal. Eres más frágil que cualquier jarrón chino en manos de tus sobrinos de 1 año.
Lucha por ti, por lo que quieres, por lo que sientes y que le den a los demás. Porque te puedes ir en cualquier momento al barrio de allá arriba y te irás con la sensación de que podrías haber hecho más , que no has sido feliz y que has jodido a más gente que la que has hecho feliz. ¡¡Y que pena irte al otro barrio sin haber dicho un te quiero!! Pero lo peor de todo, no haberlo dicho muriéndote de ganas por haberlo hecho.
¡¡Qué pena no reconocer que somos más frágiles de lo que aparentamos ser!!.
Pero somos más frágiles, cuando hemos basado nuestra vida en tonterias, en creencias y en apariencias. En el exterior y no en el interior. Cuando somos nosotros mismos, no nos consideramos vulnerables, (palabra ahora tan cool) porque sabes que la vida es una suma de acontecimientos de los que depende de ti como enfrentarte a ellos. No te sientes vulnerable en esos momentos, te sientes fuerte, sabiendo que lo que tienes que afrontar es lo que tienes delante y que solo tienes el presente.
¿El futuro? Se empieza afrontando el presente.
No dejes nada en el tintero, no solo cuando te vayas para allá arriba, sino cuando te vayas todos los días a dormir.
«Las apariencias engañan y más engañarán a quien sólo se fije en la apariencia»
¿Grande por bueno? o ¿Bueno por Grande?
Nos volvemos locos con el tamaño. ( ¡¡Mal pensados!! ).
Pensamos que si anuncian que ha estado de gira por todo el mundo tendrá que ser buena. Pero no preguntamos cuánta gente lo ha visto.
Pensamos que si un libro pone que ha vendido tantas ediciones (aunque sean ediciones de 5 libros cada una), tiene que ser un libro genial e ideal para nosotros.
Pensamos que si esa persona tiene tantos números de seguidores, tiene que ser un gran profesional. Olvidándonos que a día de hoy, los seguidores se pueden comprar a miles.
Pensamos que si una profesional cambia de profesión, también tiene que ser buena en la otra profesión. Y todo porque en la otra era una persona reconocida.
Sin pensar antes, sin recapacitar nada, ya pensamos que todo lo grande, tiene que ser bueno para nosotros. Ya que hay muchas personas que así lo consideran, no vamos a ser nosotros los gilipollas de decir y creer que no están en lo cierto.
Y por gilipollas, nos comemos alguna cosa, que nos sienta mal a la cabeza o al corazón. Pero por orgullo no lo decimos, no vayan a pensar que somos «raros».
Según la Wikipedia; el efecto halo, consiste en «afirmaciones exageradas o irreales sobre destrezas , capacidades o atributos de una persona o de una cierta circunstancia«.
Ya no solo las redes sociales han potenciado este efecto halo a niveles estratosféricos, sino en la vida real también lo hacemos
«¿O es que nadie ha dicho: «Me han dicho que tienes ojos de buena persona y así lo creo».? ¿Tiene pinta de ser gran profesional por llevar el traje bien planchado?» …Chorradas así hemos dicho todos. Y luego nos hemos dado una buena ostia. ¿O es que no creía que una persona era de una manera según te lo habían dicho y luego te diste cuenta que no era como la pintaban?
Me parece que no soy yo el único. A todos nos ha pasado algo así.
Antes pensábamos que si nos lo decía un amigo, es que lo hacía por nuestro bien y teníamos que comprarnos el libro, ir a la conferencia de esa persona o creer lo que nos están diciendo. Ahora ya no solo creemos en lo que nos dice nuestro amigo, ahora nos referenciamos en los datos, en los anuncios con los que nos taladran en las redes sociales o si los vemos todo el rato en televisión.
Es decir, creemos que los demás saben qué es lo mejor para nosotros, que nosotros mismos. Y por lo tanto, como no nos gusta pensar, como no queremos confundirnos, como no queremos fallar, si todos van al mismo lado, NOSOTROS TAMBIÉN.
Un borrego más al rebaño.
No se nos enseña entre otras cosas a dudar.
No queremos dudar, porque eso significaría pensar por uno mismo y darnos cuenta que pensamos diferente a lo que piensan los demás. Y como no nos apetece que nos señalen como «raritos» o especiales, pensamos como piensan los demás. Yéndose nuestro pensamiento critico, nuestro talento, nuestra esencia, tan lejos como el viento lo permita.
La duda es para las personas que su vida está marcada por el esfuerzo. La duda no la quieren, quienes quieren el éxito sin ningún tipo de él.
Cada día creo más que necesitamos tener más dudas.
No soy un pitoniso, pero cuando dudo de algo, de una persona , de un profesional que tengo delante, no suelo confundirme. Al igual que la intuición, la creatividad, la duda tendría que ser una habilidad que tendríamos que desarrollar durante toda nuestra vida.
Cuando dudo, conozco más a las personas, veo su verdadero potencial, conozco la realidad de las situaciones. Cuando no dudo, creo que todo lo se, que lo que me dicen que es bueno para mí, que es lo mejor.
Cuánto más dudo, más ganas tengo de mejorar, más aumenta mi motivación, mi curiosidad de descubrir qué hay detrás de todo eso, no creyendo a ciencia cierta lo que los demás determinan.
Algo que nos hace innovar, crear, ir más allá. Cuando creemos en el efecto halo, creemos que lo nos dicen es la verdad, nos estamos limitando, nos está dominando el miedo.
¿Grande por bueno? Dudo.
¿Bueno por grande? Dudo.
¿La calidad lo determina el tamaño de algo? LO DUDO
«La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos , sino el hecho de negarse a adquirirlos» decía Karl Popper
Los medios de comunicación nos piden que estemos en un continuo aprendizaje.
Que la incertidumbre de una pandemia, la revolución digital que estamos viviendo, que los robots se van a comer muchos puestos de trabajo que conocemos a día de hoy van a desaparecer, que tenemos que convivir con la incertidumbre y la única manera es estando en continuo aprendizaje.
¿Pero qué ocurre?
Que cuando vas a dar una formaicón o una conferencia, siempre te encuentras a algunas personas, con cara de cabreados. Como los niños pequeños cuando no quieren estar en casa con su tia que hace años que no ven o que es más aburrida que el telediario, pues esa misma cara.
Ya puede ser el mejor ponente, el mejor documental que puedas ver o la mejor formación hasta ese momento, si puede ir a joderte , lo hará. A través de preguntas maliciosas, a través de hablar con el compañero de al lado o quien le de conversación… Irá a joderte.
Igual que el matón de la clase que va a reventar la clase, pues igual. Ya lo tienes identificado, es la bomba de relojería que si no te haces con ella, te explotará.
¿Pero no nos han dicho que había que estar en pleno aprendizaje? Pues parece que hay gente que no es lo que quiere realmente en su vida.
Hace poco una amiga me comentaba que durante un curso que daba para gente desempleada, una persona se le había dormido como en el instituto, esperando a que se acabase la clase para cobrar lo que le prometieron si iba.
Pero no solamente te estoy hablando del mundo profesional, también nos pasa en el mundo personal.
Llegamos a una edad y ya no aguantamos «tonterias». No aguantamos las noticias de la cadena contraria a nuestros intereses politicos; no aguantamos que una amiga nos repita siempre lo mismo; no aguantamos ir siempre a los mismos sitios todos los fines de semana (cuando se podía salir), no aguantamos que nuestro cuñado hable de su equipo de fútbol que es contrario al nuestro,….
NO AGUANTAMOS NI LO MÁS MÍNIMO…A la mínima, nos piramos.
Es decir, en la «inmadurez» , no queremos oír nuevos grupos musicales por muchos que nos los recomiende quien sea. Lucharemos hasta donde haga falta porque nuestro jugador o equipo mantenga siempre su honra delante de quien lo intente manchar. No queremos escuchar más a los amigos de nuestra pareja , por mucho que sean los de nuestra pareja, es que no los aguantamos y no pasamos por ahí.
Y todo ¿Por qué?
Porqué creemos que somos nuestros pensamientos. Y si hasta la fecha creemos que nos ha ido bien con ellos, no va a venir ni el Santo Padre a rebatirlos ni a cambiarlos.
¿Y qué provoca?
Lo que estamos viendo cada vez más, UNA SOCIEDAD QUE NO PUEDE CONVERSAR NI MUCHO MENOS DIALOGAR PARA LLEGAR A UN CONSENSO.
Creemos que ya lo sabemos todo. Que no hay nada ni nadie que pueda cambiar lo que ya sabemos. Es decir, tenemos más cariño a nuestras creencias que a nuestro perro.
Es doloroso decirlo, pero es así.
En un momento en el que tendríamos que tener la mente abierta, para pensar qué podemos hacer mejor nosotros ante la crisis económica que YA estamos viviendo, ante lo que puede venir o quizá dudar de que esa persona sea como creemos que es y solamente nos está lanzando una «llamada de socorro» si la oyéramos más entre líneas y no como creemos que la oímos.
No sé a qué edad se nos cierra la «mollera», pero cada día lo creo así. Y por mucho que lo intentes, no hay manera ya no que cambie de opinión, sino que sea capaz que otro tipo de opciones son posibles y que existen en realidad.
¡¡SI LO CONSIGUES, YA ES MEJOR QUE UN ORGASMO VER LOS OJOS DE ESA PERSONA DÁNDOSE CUENTA QUE OTRO MUNDO ES POSIBLE!!:
Nuestro Ego se defiende con uñas y dientes. Provocará que hagas lo que sea para exigir lo que te mereces. Hará que digas excusas que ni tú mismo te reirías al oírlas. Te hará creer que eres mayor para aprender, para aguantar cosas que tú crees que son tonterías pero son importantes para la otra persona. Que tu tiempo es oro y que no estás para «chorradas».
Estamos cada vez más necesitados ya no solo de personas curiosas que quieran descubrir qué hay detrás de lo que le dicen que hay; de personas que quieran crear junto a otras personas, que no hay diferencias entre una persona y otra, sino que están enfocadas hacia un mismo objetivos, hacia un bien común.
Pero además, señores y señoras, CUÁNTA MAS ABIERTOS ESTEMOS DE MENTE, MÁS OPORTUNIDADES VAMOS A TENER EN CUALQUIER ASPECTO DE LA VIDA.
Descubriremos que a lo mejor el salmón a la plancha de nuestra suegra nos gusta aunque el de nuestra madre no. Quizá nos demos cuenta que eso que nos daba miedo, es nuestra verdadera pasión y se nos da muerte. Quizá empecemos a darnos cuenta, que hay más vida y mundo más allá que nuestras creencias nos decían que había.
Se habla mucho de la creatividad y que la gente se cree que no es creativa. Abre la mente y estarás regando tu creatividad.
El miedo siempre cierra la creatividad, no lo olvides.
PD: Este jueves 24 de Septiembre a las 19:00 horas, inauguraré las Sirania Talent Talks hablando de Creatividad y Talento.. Os dejo el enlace aquí para que nos veáis si os apetece y estare encantado de resolver vuestras preguntas.
«Toda la variedad, todo el encanto, toda la belleza de la vida está hecha de luces y sombras» decía Tolstoi
«Hoy me han entrevistado para un medio de comunicación. Y aunque me han dicho que quizá no saldrá, quiero que lo sepas…. Hoy os digo que tengo todo el año 2020 cerrado con conferencias, eventos y formaciones…Hoy os digo que tengo la formaciones cerradas, ya veré al año que viene ya veremos si lo hacemos.. No crees un personaje virtual, se siempre tú..«
Son algunas de las frases que últimamente leo en redes sociales. Y la verdad que me hacen reflexionar, por no decir, calentarme mucho.
Se nos llena la boca que hay que ser humildes, que hay que ser uno mismo. Que la respuesta a la pregunta de ¿A qué hemos venido a este mundo? es fácil de responder: «Siendo uno mismo y dándonos siempre a los demás». Llenamos los muros de nuestras redes sociales con frases bonitas y flores que las acompañan. Que eso de las expectativas va del ego, que hay que liderar sin ego y miles de libros hablando de la felicidad (que son copias unos de otros)..Y lo único que estamos consiguiendo es una sociedad «enganchada» al Prozac, a la envidia y a la mentira, en la actualidad eso se llama «postureo».
Cada dia creo más que el concepto de éxito que tenemos en la sociedad, en vez de ayudar a superarnos, a ser nosotros mismos, a luchar por una meta…, lo único que produce son «tarados».
Lo reconozco, al principio de mis tiempos, llegué a pensar, porque yo no era como los demás. Porque yo no era llamado a dar conferencias, porqué me costaba tanto llegar a los demás cuando otros si lo conseguían. Y fue una conversación con uno de mis mentores, que me hizo cambiar la visión para siempre.
«Tu éxito es ser tú mismo, sin «aparatos laser», sin anuncios en Instagram que vendan lo que haces porque nadie lo ha comprado en meses, sin incoherencias entre lo que escribes y lo que haces en la vida real. Haz lo que sientes en todo momento y siempre SIN ESPERA NADA. Por mucho que quieras correr, todo llega cuando tiene que llegar. Y llegará lo que tiene que ser de verdad, no lo que tienes que aparentar o lo que igual que viene, se irá. Pero mientras tanto, sigue haciendo lo que sientes, porque a eso es lo que has venido, ya vendrá todo lo demás«
Siempre me acordaré de sus palabras, pero sobre todo cuando alguna vez no ves resultados y tu ego te hace una mala pasada queriéndote comparar con los demás.
Y es así, hemos venido a darnos a los demás a través de lo que sabemos hacer mejor. Ya puede ser dar una conferencia, escribir un libro , ayudar a una persona a conseguir trabajo, hacer unas tortillas de patata de puta madre o lo que hacer cuadros que iluminen los salones de tus compradores.
Pero hazlo sin esperar, hazlo porque así lo sientes. Eso ya es para mí el verdadero éxito, la verdadera puta felicidad.
Sé que muchos estarán pensando: «Pero no tener metas, no tener expectativas, eso no da dinero para pagar las facturas…«. Te aseguro por experiencia propia y lo que he visto a lo largo de todas las entrevistas realizadas, que la gente que piensa así, vive de su pasión, pagando sus facturas.
Pero el concepto de éxito que se nos ha vendido y se nos está vendiendo, es que tenemos que ser como Steve Jobs y cambiar el mundo entero, tenemos que ser como Elon Musk y que nuestra publicidad llegue hasta la Marte, que hay que publicar libros que digan que podemos alcanzar una facturación de 6 cifras en tan solo 7 días ( menuda tomadura de pelo). Se nos vende un concepto que si no alcanzamos un éxito masivo, no hemos tenido éxito. Pero lo peor de todo es que nos lo creemos y acabamos frustrándonos aunque nuestra ciudad o una simple persona, esté agradecida por el trabajo que hemos hecho.
Nosotros queremos más, porque sino no creemos que habremos alcanzado el éxito.
¿Qué produce esta autoexigencia?
Que compremos seguidores en las redes sociales para parecer que hemos alcanzado algo que ni siquiera olemos. Que esté «prohibido» hablar de nuestro anterior trabajo , porque si lo supieran , verían que soy un incoherente… Pongo o «me invento» mi agenda para que todos vean que soy muy solicitado por los demás..( bueno luego viene otro confinamiento y no hay agenda que valga en estos momentos, querido gurú).. Que digamos cosas porque es la moda , pero luego seguimos haciendo lo contrario a lo que decíamos el día anterior…
Esas y otras muchas «imbecilidades» hacemos por alcanzar el éxito o aparentar que lo hemos conseguido.
EL éxito es darnos a los demás. Y aún habiendo alcanzando el «reconocimiento» de los demás, seguir dándolo con humildad como si fuera el primer día. No el primer día de tu estupidez.
Pero no sólo estoy hablando de algunas personas de la «industria de la felicidad y el desarrollo personal», que en vez de ayudar a los demás, lo único que quieren es ayudarse a ellos mismos y «sanar» la falta de confianza que tienen en ellos mismos, dándoselas de algo que no son, una vez conseguida una cima. Sino también estoy hablando del día a día.
Ya puede ser una relación de amistad, de pareja… o de lo que quieras, siempre se trata de ayudar, de alentar, de alumbrar a la otra persona ya no solo cuando las cosas vayan mal, sino cuando están bien. Recordando lo que ha superado, recordando lo que ha alcanzado. Ayudándole a disipar la niebla que en esos momentos nubla sus éxitos anteriores y que le ayudarían a alcanzar unos nuevos.
No a deslumbrar con lo que hemos conseguido nosotros en algún momento
Más que nunca, hemos venido a alumbrarnos unos a otros. La estamos viviendo es de órdago y la que viene, para mear y no echar gota. Y mientras tanto, como todo en la viña del señor, unos intentando deslumbrar y otros alumbrando, pero cuidado con escupir hacia arriba, suele caerte encima.
«El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera.» decía Alexander Pope
Todo es mentira.
Es mentira lo que te han hecho creer desde pequeño que sirves o no para hacer una cosa.
Es mentira que los pactos de sangre que haces con tus amigos de la infancia, vayan a durar para toda la vida.
Es mentira que te prometan que en 14 días con un curso gratis vas a tener una marca más rentable que la de Zara. Pregúntale cuanto tiempo le costó a Zara hasta que fue reconocida por los demás, te aseguro que 14 días, no
Es mentira que esos amigos te quieren de verdad aunque no te hayan visto en toda su vida. El amor se demuestra con hechos, no con palabras. Y sobre todo cuando les dices algo que no quieren oír, que casualidad acaban desapareciendo.
Es mentira el número de seguidores que tienen muchos «gurús» e influencer en cualquier red. Si luego ves sus publicaciones y/o directos de Instagram; y dónde tendría que haber miles de likes solo hay unos pocos.
Es mentira que solo con estar motivado puedas cambiar de hábitos. Si no estás en un ambiente que te aliente al cambio, poco puedes hacer.
Es mentira que haciendo lo mismo siempre, vayan a reconocerte como alguien diferente. Lo que es cierto, que ese pensamiento , si es una gran mentira.
Es mentira que tus ideas no tengan recorrido. ¿Quién te lo ha dicho? ¿El que nunca ha intentado nada en su vida?
Es mentira lo que piensas de ti. ¿Quién te dice que es verdad todo lo que piensas de ti? ¿Tienes un certificado que te dice que todo lo que vayas a intentar, nada vas a conseguir?
Es mentira el miedo que tienes. Es eso, miedo. Miedo a lo nuevo, miedo a lo desconocido, miedo a creer que no eres capaz o no eres digno de conseguir eso que te propongas. ¿Quién lo dice? Tu miedo y todo porqué le haces caso.
Es mentira que cuantos más seguidores tenga una persona es que más inteligente. Si te das cuenta, cuanto más seguidores tiene, más «chorradas» de 1º de la ESO suele poner, como si la gente fuera imbécil.
Es mentira lo que dice todo el mundo de medios de comunicación o políticos. Todos barren para su casa. Pero eso sí, les creemos porque pone que su titulo es de político o sale por televisión. Si tuviéramos un poco más de pensamiento critico, ¡¡LO DIFERENTE QUE SERÍAN LAS COSAS!!:
Es mentira porque tengas que hacer y decir lo que dicen las tendencias para sentirte integrado dentro del grupo. Se tú mismo y te aseguro que hay muchos grupos esperándote.
Es mentira que un gurú te diga que no hagas una cosa , cuando si supieras que lo hace él en su vida real, verías la incoherencia en su vida y en las redes.
Es mentira todo lo que estoy diciendo si no lo vives por ti mismo. Y seguro que descubres más cosas que yo.
Hace unos días, me preguntaba una persona: ¿Cuál crees que es la solución para poner un poco de orden al mundo?
No creo que una reunión de la ONU dirigida por el Papa, no creo que sanciones a China ayudasen ni tampoco y que Donald Trump se acabe marchando de la Casa Blanca salvásemos el mundo.
El cambio siempre empieza por uno mismo. Muchos cambios personales , empezaría a cambiar la rotación del mundo. Pero mientras tanto las cosas van a seguir como están.
¿Por dónde empezar?
DEJA DE MENTIRTE A TI MISMO.
DEJA DE MENTIRTE y acepta lo que sientes por esa persona.
DEJA DE MENTIRTE y acepta que no estás en el trabajo de tu vida. Empieza a buscar el que tú quieres o créalo.
DEJA DE MENTIRTE y decir que eres feliz, cuando en realidad , todas las noches te vas a la cama llorando por la mierda de vida que llevas.
DEJA DE MENTIRTE y creer que tienes muchos amigos, cuando en realidad solamente te llaman cuando les interesas, mientras tanto, no saben o no contestan. O que consigues acceder a ciertas cotas por tu trabajo, cuando todo el mundo sabe que no es así.
DEJA DE MENTIRTE y estar en una relación que solamente te hace daño.
DEJA DE MENTIRTE y creer que por comprar seguidores en tus redes sociales, vayas a vender más. Eso no es tener más influencia, eso es ser uno más.
DEJA DE MENTIRTE y ocultar en tonterías tu orientación sexual. No te digo que la tengas que exponer a los 4 vientos , pero si aceptarte tú. Tu felicidad empezará realmente en ese momento.
Ya no solamente nos «comemos» muchas mentiras de los demás. Sino que también que nos creemos nosotros muchas mentiras, para aparentar algo que no somos, para alcanzar algo que creemos querer y no es así.
Si dejáramos de mentirnos, la niebla que nos rodea, se acabaría disipando, viendo nuestra felicidad tras disiparse dichas mentiras.
Pero parece que es mejor vivir en una mentira constante. Allá tú.