¡Cómo nos gusta vivir bloqueados por el miedo!

Photo by Sorapong Chaipanya on Pexels.com

Hoy paseando me he dado cuenta:

¡Cómo nos gusta vivir bloqueados por el miedo!

Abres la puerta de casa y de nuevo los atascos forman parte del día a día. El miedo al llegar a un trabajo que odiamos nos hace que nos acordemos de la familia entera del conductor del coche de delante.

Llegamos a una oficina en la que recordamos como eran los primeros días, aquellos días en los que pensábamos que nuestros trabajo por fin sería tenido en cuenta, en la que nos contarían todo lo que pasa y la información correría sin ningún tipo de problema. Y meses después, de todo lo que nos dijeron, nada se ha cumplido. Pero cuando lo digo, siempre me responden lo mismo, tengo que aguantar que ahora con la crisis, ya sabemos como están las cosas..

Llegamos a casa y nos seguimos «cagando» en todo el árbol genealógico del conductor de al lado que nos ha hecho una pirula cuando intentábamos cambiarnos de carril.

Pero en casa la situación sigue igual. Compramos seguidores para nuestro «proyecto personal», para que los demás vean que somos expertos, que crean que sabemos de lo que estamos hablando y que hay gente de todo el mundo, que nos sigue. Todo esto lo hacemos, porque tenemos miedo al esfuerzo, a alcanzar la meta de «experto» mostrando nuestras ideas y nos puedan llamar «locos». Y como tenemos miedo a ser nosotros mismos, preferimos coger el atajo que nos han dicho que nos lleva a la misma meta.

Sin embargo, la cosa no queda ahí. Preferimos aguantar relaciones sentimentales y/o de amistad por el miedo a quedarnos solos. Aguantamos relaciones que lo único que nos hace en «ponernos de los nervios» o «dolor de cabeza». Pero no hacemos nada , porqué preferimos vivir siendo cómplices de nuestra infelicidad que responsables de nuestras acciones y éxitos.

Ya hemos vuelto a la ANTIGUA NORMALIDAD.

Aquella en la que reprimíamos nuestros sentimientos , no vaya a ser que piensen que somos «raros» o vete a saber tú qué.

Seguimos ocultando nuestros deseos porqué en estos momentos, mejor tenerlos ocultos para cuando podamos hacer realidad nuestros anhelos.

Hemos vuelto a la normalidad, a olvidarnos aquellos que decíamos que íbamos a cambiar, a decir todo lo que sentíamos porque pensábamos que mañana quizá ya no íbamos a estar en este mundo, a intentar hacer realidad lo que siempre hemos sentido que debíamos hacer y no aguantar más lo que no soportábamos.

Pero ¿Qué ocurre?

Que ese coraje que teníamos que se nos iba por la boca, era eso, puro postureo.

Ahora que hemos vuelto a la ANTIGUA NORMALIDAD, ya nos hemos olvidado de todo, ya hemos vuelto a nuestro papel de victima en la que echarle la culpa de todo a todo el mundo menos a nosotros mismos.

En el fondo, nos gusta vivir bajo el «yugo» del miedo.

Del miedo a ser nosotros mismos como sabemos que somos y que poca gente conoce. Del miedo a decir lo que sentimos y que nos haría ir por la vida con la cabeza más alta de la que hablamos habitualmente. Del miedo a levantarnos todas las mañanas de la cama camino de un trabajo que no soportamos mientras soñamos qué sería de nosotros si hiciéramos realmente lo que nos apasiona.

Si volver a la «Nueva Normalidad» es volver a renunciar al compromiso con uno mismo, a tener el coraje de hacer y decir lo que siente uno, pase lo que pase, caiga quién caiga…YO NO ME APUNTO.

¡Dar tu opinión en este mundo, es estar al nivel de Batman!

De pequeños soñabamos con ser mayores.

¿Para?

Para hacer lo que nos diera la gana, para llegar a casa cuando quisiéramos y decir tacos sin que nuestra madre nos echara la bronca.

¿Pero qué ocurre a día de hoy?

.- Que nos callamos lo que sentimos

.- Que medimos las palabras dependiendo de quien estemos delante.

.- Que hablamos que queremos personas autenticas y luego nosotros no lo somos delante de los demás.

.- Que tenemos miedo a dar nuestras opiniones, perdiendo oportunidades.

Pero eso si, nos cansamos de repetir que hay que ser auténticos, que la vida es una y que pase lo que pase, tenemos que ser nosotros mismos.

¿Pero realmente lo hacemos?

¡NO!.

Nos callamos nuestra opinión porqué no sabemos qué opinión tiene la otra persona y quizá podamos perder una amistad, un amor o una oportunidad profesional.

Nos callamos lo que realmente opinamos y luego llegamos a casa pensamos que «imbéciles» hemos sido porqué no hemos hecho ni dicho lo que realmente sentíamos.

Nos callamos lo que nos hubiera gustado decir a esa persona porqué había que tener «la fiesta en paz».

Y mientras nos seguimos callando, nuestra felicidad desaparece y nuestra rabia aumenta.

¿Por qué nos callamos lo que realmente opinamos o queremos decir?

PORQUÉ NOS SIGUE IMPORTANDO MÁS LA OPINIÓN DE LOS DEMÁS QUE LA NUESTRA PROPIA.

Seamos sinceros, hablamos mucho de transparencia , de dar nuestra «luz» a los demás, de gritar que somos felices digan lo que digan a los demás… cuando en realidad lo que tenemos es miedo a que nos señalen como «raros» porqué nos sentimos felices, por nuestras ideas pueden causar «molestias» a nuestro grupo de siempre o que el «grupo familiar» no será tan ideal cuando expongamos lo que sentimos.

Diremos que lo diremos pero nos siguen importando más lo que dirán que lo que realmente nosotros queremos decir o expresar. Pero eso si, hay que ser felices. ¿Pero cómo vas a conseguirlo si estás haciendo de primeras algo contrario a tu propia felicidad?

Nos quejamos de que no hemos dicho lo que esa persona necesitaba que alguien le dijera, no decimos lo que nos pasa no vayan a pensar que estamos «mal» de la cabeza por ver la realidad como los demás no la ven… Y todo ello porqué pensamos que nos podremos quedar solos, sin amigos, infelices….

Ser felices no es tener 168.000 amigos en Instagram comprados creyendo que todos son «amigos» nuestros y que aceptan y comprenden nuestras necesidades e ideas.

Vivimos en una sociedad en la que creemos que cuánta más gente conocemos (que no es lo mismo que amigos), más felices somos, más éxito tenemos y más nos reconocerán por la calle.

Como bien dice una persona importante para mí, «Conocidos muchos, ¿amigos? con los dedos de una mano y sobran dedos».

Son personas con las que podemos hablar, escuchar, recibir mensajes que seguro no nos gustarán, pero ellos lo hacen por nuestro bien, porqué quieren lo mejor para nosotros. Al igual que nosotros podemos ser nosotros mismos con ellos y siempre abunda el respeto, la confianza y el agradecimiento.

Pero a día de hoy «pseudo-amigos» hay muchos, pero cuando sientes la necesidad por cariño que tú crees, de decirle algo y no lo «acepta» bien ( siempre con respeto ), la mayoría de ellos, se marchan. Te critican diciendo quién eres tú para decir lo que has dicho…Solo una persona que pensaba que era tu amigo, que sentía que podía ser ella misma contigo y ya hemos visto que no ha sido así.

¿A quién no le ha pasado alguna vez?

Vivimos en un mundo en el que dar tu opinión sincera, es tener más valor que Batman. Ya que no sabes por dónde te puede salir el tiro. Pero cada día creo más que estas personas no son Batman, llevan por bandera uno de los valores que tanto se habla hoy en día, COHERENCIA.

La coherencia es difícil en este mundo de presiones pero te da una gran recompensa, que la gente que te rodea, será poca, pero siempre será de verdad.

Y si quieres un consejo:

Dónde te sientas Batman a la hora de dar tu opinión, ahí no está tu lugar.

Culpa, Felicidad y Creatividad.

¿Cómo manipulamos a la gente? A través de hacerles sentirles culpables.

Y no estoy hablando de influencia, en la que las dos partes deben ganar, estoy hablando de manipulación. En la que solamente una gana.

¿Y cómo nos pasa?

Haz memoria:

.- ¿Qué pasa cuando no haces algo que creen los demás que deberías estar haciendo? Te intentan hacer sentir culpable.

.- ¿Qué pasa cuando no participas algo en que los demás si hacen y tú no? Te intentan hacer sentir culpable.

.- ¿Qué pasa cuando no estás de acuerdo con la mayoría? Te intentan hacer sentir culpable.

.- ¿Qué pasa cuando sientes que no llegas a la operación «bikini» del verano? Más sentimiento de culpa.

.- ¿Qué pasa cuando no sigues la tendencia? Te intentan inculcar un sentimiento de culpa

¿Por qué tenemos ese sentimiento?

Porqué en el fondo nos estamos preguntando si hacer lo que hacen la mayoría sería lo mejor para nosotros que no seguir lo que de verdad NOSOTROS SENTIMOS.

La presión de los demás sigue siendo fuerte. Por mucho que digamos que somos independientes, que tenemos una marca personal que se distingue de todo lo demás, que hacemos lo que nos pasa por «el arco del triunfo»…. Por mucho que digamos lo que digamos…SIEMPRE TENDREMOS (en distintos niveles) ese sentimiento de culpa.

Porqué la presión de los demás, del exterior, …queramos o no, INFLUYE.

Será inducido por los demás para manipularnos y que hagamos lo que ellos quieran según sus intereses o porqué sentiremos que quizá no estemos tomando la «mejor opción» porqué estar «fuera de la mayoría» produce mucho frio e incertidumbre.

Nos creemos que si no hacemos dieta antes del verano, ya nadie nos querrá . Creemos que si no hacemos lo mismo que los demás, nos criticaran y seremos excluidos del grupo. Sentimos que si no hablamos de política o de la serie de moda en cuestión, ya no seremos uno más, ya nadie nos tendrá en cuenta para salir los sábados por la noche o tomar una después de trabajar.

Yo no sé si este sentimiento de culpa viene de nuestra formación cristiana y aquello de la manzana, no sé si viene de pequeños y esa creencia que si nos salimos de las «normas» , de seguir los puntos,… no llegaremos a nada en la vida… O quizá es todo un conjunto que provoca que si nos tenemos culpa por nada es que estamos haciendo las cosas bien.

Pero yo te pregunto:

Las cosas bien, ¿Según los demás o según tú?

Si haces una cosa que sientes que tienes que hacer, que está acorde a tus valores, que hay razones para no hacerla, sea cual sea,…¿Por qué tienes que tener un sentimiento de culpa?

Si lo tienes es porqué:

.- No confías en ti.

.- Sigue pesando la opinión de los demás más que la tuya propia.

Sino, no tendrías que tener ese sentimiento.

Porqué cuando haces lo que sientes a pesar de salirte de lo establecido te vas a dormir con la conciencia tranquila y duermes mejor que un bebe. Cuando sientes culpa, remordimiento y acabas haciendo lo que desean los demás que hagas y no lo que tú sientes, seguro que esa noche no pegas ojo.

El sentimiento de culpa se utiliza para «encaminar a la gente y no se salte las normas», » que no descarrilen los que dicen que piensan diferente», que el «líder del grupo sienta que todo está en calma y nadie le discute sus ideas»… En definitiva, para que no pienses por ti mismo.

Pero eso si, queremos innovación, creatividad…pero haciendo lo mismo de siempre, repitiendo lo mismo que hacen los demás y sin sentirnos culpables porqué nos hemos salido de lo establecido. Y así no avanzaremos nunca, solo aumentaremos la mediocridad, la frustración y la rabia por preguntarnos ¿Qué hubiera pasado si lo hubiéramos intentado?

Sé que estarás pensando que salirte de lo establecido es duro, que te encontrarás solo y miles de excusas más… Pero te aseguro que es peor saber que no estás haciendo lo que te gustaría y deberías estar haciendo porqué te importa más el que dirán.

¿Qué es la felicidad? La ausencia del sentimiento de culpa por lo que has hecho

¿Qué es la creatividad? Poner en acción esa idea que no te produce culpa sino orgullo y confianza.

Hablamos de libertad, de empoderamiento… y de otras muchas cosas parecidas, pero con el sentimiento de culpa autoinflingido o impuesto, jamás se podrá desarrollar todo lo que decimos.

Nunca sentirás culpa cuando haces lo que sientes que tienes que hacer. (PD: sin joder la vida a los demás, recuerda). Y cuando así lo hagas, seguro que estarás innovando en tu vida. Mientras tanto, solo estarás copiando y replicando los deseos de los demás.

¿Qué me han enseñado los Haters de mi vida?

Photo by Soulful Pizza on Pexels.com

Durante toda la vida, todos hemos tenido Haters.

Y no hace falta ser una eminencia en redes sociales o ser «experto» según Linkedin para ser digno de haters. Todos hemos tenido y tenemos haters a nuestro alrededor.

El primer hater siempre es uno mismo. Y sobre todo cuando queremos dar un paso adelante.

Nosotros somos el primer hater que conocemos. Creemos que no podremos dar ese paso, que no nos merecemos ese éxito con el que soñamos o nos preguntamos ¿Quién será el osado que acepte nuestras ideas?

Todas estas preguntas hasta tenemos respuesta para ellas. Todas son negativas. Todas nos dicen que no tenemos talento, que no valemos nada y que nuestras ideas…mejor que nos dediquemos a otra cosa.

Pero también existen otro tipo de haters que aparecen a lo largo de nuestra vida.

Son los que depende si les escuchas siempre están minusvalorando tu trabajo. Son los que hagas lo que hagas, tu trabajo nunca va a llegar a ningún lado, que tus ideas no le van a gustar a tu jefe y que mejor no te lances, porqué la ostia que te vas a dar va a ser de «campeonato».

Y tengo que decirte, que con el paso del tiempo, cuanto más personas así me encuentro más motivado me ponen. Porqué son personas «barrera» o yo los llamo «Tú dices eso y mira lo que hago yo». Si aceptas lo que dicen, si les das más poder del que deberían tener sobre tu vida, adiós y muy buenas. Ya no intentarás nada, ya no darás un paso adelante. Pero si aceptas que son personas «Tú dices eso y mira lo que hago yo», en realidad sus menosprecios, te están alentando a seguir adelante, a darte cuenta que estás yendo por buen camino ya que estás provocando el miedo en las personas mediocres, que eso es lo que son, mediocres y llenas de miedos. Lo único que no quieren es que tú consigas lo que ellos en un día, lo intentaron o peor aún, solo quieren dominarte.

Pero no solo ocurre esto antes que de un paso adelante o estés con los primeros pasos. Cuando has conseguido un pequeño «éxito» en tu vida, también vendrán a ti esos cenizos, que no están bien con su vida, que intentarán que retrocedas en ese avance que has conseguido.

Durante muchos años, pensé que esas personas que querían que no diera un paso adelante, lo hacían por mi bien. Y no es por ego, pero con el paso del tiempo, me he dado cuenta que son personas que realmente no son felices con ellos mismos, por muchos títulos y respetos que les otorguemos.

¿Y cómo te das cuenta? Porqué durante el camino, te irás encontrando con personas que querrán apoyarte, que han conseguido lo que tú quieres conseguir y entienden por lo que estás pasando. Y ellos solo quieren ayudarte, impulsarte y siempre quieren que muestres tu esencia. NO QUE LA APAGUES.

Quien te quiere, quien quiere lo consigas, quien quiera que conozcas la mejor versión de ti… por mucho que haya caído, que no lo haya conseguido o que haya recibido muchos NOES en su vida, no echará su mierda contra ti, sino lo que hará es mostrarte sus aprendizajes para si te pueden ayudar a ti en algún momento o situación, los tengas. Nunca echarán su mierda contra ti para que te paralice, sino que siempre querrán alentarte y motivarte a que siempre seas tú mismo.

Una cosa quería decirte, que consigas un pequeño éxito, no quiere decir que todos vayan a «aplaudirte» y darte la enhorabuena. Y más si provocas que algunos «cimientos» se muevan. Por mucho que pienses que estás abriendo mentes, otras formas de hacer las cosas, siempre habrá personas que te digan que están en contra. Principalmente son personas que sienten que les puedes «robar el chiringuito» o que los demás vean que lo que decían hasta la fecha, era mentira.

Esas personas, inseguras porqué la tranquilidad alcanzada se va a la mierda, tienen miedo a lo que has conseguido. Miedo a que los clientes ya no vean sus productos como innovadores y si los tuyos. Que vean que están «anclados» en lo mismo de siempre y que tú les estás ofreciendo lo que necesitaban, innovación y avance.

Cuánta más gente tengas que está en contra de tu producto más confiado tienes que estar que lo que pretendías, remover conciencias, lo estás consiguiendo. Así que sigue.

Y si ellos no ven lo que quieres decir, lo que quieres mostrar, es su problema. Tú sigue.

Creo que el peor de lo virus que puede sufrir el ser humano es el ridículo.

No hacemos las cosas por el ridículo que creemos que podemos pasar y sin haber hecho nada aún. Nos adelantamos a las consecuencias aún sin haber hecho nada.

Solo es tu miedo diciéndote que no hagas nada que estás mejor como estás. Ni puto caso. Si paras y escuchas, lo único que estás haciendo es hace más caso a los demás que a tí mismo. No lo harás, perfecto pero al cabo del tiempo te acabarás arrepintiendo, viendo a otra persona que si lo ha conseguido, que tú podrías haberlo hecho mejor o mil cosas.

Ante el ridículo, CONFIANZA y más CONFIANZA.

Que los demás digan lo que quieran…. que se la cojan con «papel» o cómo quieran. Es tu vida, es tu felicidad, son tus ideas y es tu creatividad.

HEMOS VENIDO AL MUNDO A DESARROLLAR NUESTRA CREATIVIDAD… A ESO HEMOS VENIDO. Y el ridiculo es la mayor muestra que damos poder a los demás sobre nosotros que a nosotros mismos. Y luego nos va como nos va.

Así que no olvides siempre repetirte: «Que le den por c… a los demás, se trata de ti, de tu felicidad, de tu creatividad».

Hemos venido a remover el status quo en cualquier aspecto personal o profesional de nuestra vida. Y lo hacemos a través de nuestras ideas.

No damos un paso adelante porque pensamos miles de excusas con el fin de no dar un paso adelante. Pensamos que el trabajo no es valiente, que no es audaz, que no es creativo o disruptivo, que no dejará un legado, una marca.

Y estamos muy confundidos. EN un mundo en el que nadie da un paso adelante porqué tienen miedo del qué puedan decir, mostrar un trabajo tuyo, sin miedos ni tapujos, te aseguro que siempre ese tipo de trabajo, de acciones, SON LAS QUE PERDURAN EN ESTE MUNDO DE MIEDOS Y MEDIOCRIDAD.

QUE LOS HATERS, FRUSTRADOS Y LOS AMARGADOS NO TENGAN PODER EN TU VIDA. Y SI LA CONSISTENCIA, PERSEVERANCIA, CONFIANZA Y CON ELLO , TU CREATIVIDAD.

De cerca, NADIE es normal

Photo by Alexander Kozlov on Pexels.com

«Pues si parecía una persona normal«.

Es una frase que siempre oímos cuando nos hemos enterado de un suceso de una persona que conocemos y que nos ha sorprendido que así ocurriera.

¿Pero por qué decimos lo mismo de siempre?

Porqué no conocemos a las personas de verdad.

Y conocer a las personas no es acostarse con ella, tomarse una copa o verse una vez a la semana.

Eso no es conocer a las personas.

Porqué eso son amigos de «conveniencia» que mandarás a la mierda cuando te «tuerzan» el morro con algo que te han dicho que no querías oír.

Creemos que el mundo es normal porqué sigue las normas que creemos que se deben seguir, tener un trabajo, tener pareja, salir los sábados por la noche con los amigos o la pareja de amigos y tener hijos.. Si ya cumplen todos los requisitos que no sé quien ha dicho que son los requisitos para ser considerado «persona normal, ya podemos etiquetarlos de «normales».

Pero ¿Qué pasa cuando conoces de verdad a una persona? ¿Qué pasa cuando estás en las buenas y en las malas con esa persona que considerabas «normal»?

QUE TE DAS CUENTA QUE LAS PERSONAS DE CERCA, NINGUNA ES NORMAL.

Y eso es lo que nos hace auténticos, únicos , ser mágicos o como tú quieras llamarlo… Pero de cerca, NADIE ES NORMAL.

A día de hoy, creemos que con tener una red de seguidores importante en redes sociales ( y da igual si son seguidores comprados ), ya podemos ser considerados personas sociales, de éxito, de confianza y hasta con talento. Creemos que conocemos a las personas que nos siguen y nosotros, a las personas uqe seguimos. Las consideramos personas normales, como nosotros y hasta creemos conocerlas.

A día de hoy decimos y creemos creer que conocemos a toda persona con la que nos relacionamos, aunque sean 5 minutos al año lo que nos relacionamos con ella.

Eso no es conocer ni es nada, eso es un conocido o la vecina del 5º que ves de vez en cuando y solo te dice «Hola y Adiós», nada más.

A día de hoy creemos que toda persona que se relaciona con nosotros, es una persona normal. ¿Por qué? Porqué creemos que es un reflejo nuestro, porqué no se sale de lo establecido. Pero luego, si realmente conociéramos a esas personas, veríamos que de NORMAL no tienen nada. Y quizás verías cosas que no te gustarían.

Pero ni ellos ni tú.

NADIE ES NORMAL, TODOS TENEMOS NUESTRAS TARAS Y TALENTOS, NUESTROS MIEDOS Y SUEÑOS.

Pero lo que ocurre, que llamamos personas normales, como escudo para no conocerlas de verdad, para no saber cómo piensas, para tener muchas relaciones pero pocas de calidad…

De cerca, TODOS NADIE ES NORMALES.

En la Vida como en las Elecciones, AQUÍ NADIE PIERDE.

Photo by Element5 Digital on Pexels.com

Nos pasamos la vida hablando del fracaso, de la importancia que tiene a la hora de conseguir el éxito, de que hay que aprender de él, llenando libros sobre historias de fracasos que fueron la palanca para el éxito de muchas de las empresas de hoy en día… y luego en la vida real, NADIE PIERDE.

Cuando hay elecciones, NADIE PIERDE.

Ya han podido quedar los últimos, que dirán que serán importantes para crear un gobierno. Ya habrán podido perder la mitad de su representación, que dirán que su partido estará en el parlamento para que se oiga su voz.

Ya habrá pasado la peor debacle de la historia, que ELLOS NUNCA HABRÁN PERDIDO.

Pero eso si, ellos no han perdido, han sido los demás A pesar de haberles ganado, a pesar de no haber alcanzado las expectativas que tenían puestas en las encuestas… Ellos no han perdido, han sido los demás quienes lo han hecho.

Pero eso si luego nos piden que seamos responsables con las mascarillas. ¿Cuándo son ellos responsables con sus acciones?

Pero no solamente esta muestra de que no existe el fracaso la podemos encontrar en el mundo electoral. En los medios de comunicación tampoco existe el fracaso.

A pesar de que el año 2020 fuera un año de confinamientos, si hablan de estadísticas, el 2021 ha sido un año de éxito, de revolución y transformación. A pesar del fracaso del año, de las perdidas que se hayan podido arrastrar, de todo… el 2021 siempre leerás que ha sido un año de desarrollo, avance, éxito, de todo lo que tú quieras y más…

No hay fracasos, solo éxitos. Y desde luego que si comparas

Pero también pasa en las redes sociales.

Normalmente cuando ves la frase «Un gran éxito de convocatoria», puedes ver normalmente que son fotos sacadas por detrás o las luces apagadas y donde se observa solo las personas de la primera fila.

Solo ha habido un éxito atronador, nunca reconocemos que no hemos conseguido alcanzar las expectativas que teníamos puestas en el evento, en las elecciones, en la entrevista de trabajo…

Nunca. Y como mucho lo que reconoceremos que la culpa ha sido de los demás. Pero nunca pasaremos de ahí.

Nos pasamos la vida hablando de la importancia de reconocer el error, de aprender de los fracasos, de que los fracasos no existen que son lecciones, pero eso si… nadie los reconoce.

Y tengo que decirte que no es que hoy me haya levantado negativo, que si llevas tiempo leyéndome, soy el primero que he reconocido en muchos artículos, que me he equivocado, que no he conseguido alcanzar la expectativas que había tenido en un proyecto o en una relación. Pero eso si, no quiere decir que sea yo un «Santo», porqué también ha habido momentos de mi vida, que no he querido reconocer que había fracasado a pesar de haberlo intentado una y otra vez.

Pero yo me pregunto, si los medios de comunicación, los profesionales, los partidos políticos,… no reconocen que no han alcanzado lo que esperaban, lo que soñaban, no reconocen que se han confundido…¿Cómo vamos los demás ha reconocer que nos hemos confundido con nuestras decisiones? Será algo imposible de implementar por muchos libros de motivación o desarrollo personal que nos lo digan, porqué pensaremos «Si no lo hace éste, ¿Por qué voy a hacerlo yo?».

Cuando NO reconocemos que nos hemos equivocado o que realmente hemos perdido:

.- No nos estamos haciendo responsables de nuestras decisiones y resultados. Pero eso si, luego pedimos a los demás que lo sean.

.- No estamos inspirando, más bien estamos desmotivando. No haciendo algo que mientras tanto decimos que los demás deben hacer.

.- Mintiéndonos. Creyendo que obviando la realidad, el resultado cambiará. Y lo peor de todos, que los demás nos creerán.

.- Y queriendo MENTIR A LOS DEMÁS. Convirtiéndonos en victimas de los demás, pretendemos que los demás no se vayan de nosotros si vieran realmente que no hemos cumplido lo que decíamos que íbamos a cumplir o conseguir.

Dejemos de ser un mundo HIPOCRITA, TODOS FALLAMOS, NOS EQUIVOCAMOS, ERRAMOS en algún momento de la vida. Y para conseguir un «mundo ideal» como nos dicen los gurús del «desarrollo personal», tenemos que empezar a ser coherentes con nosotros mismos, desde YA.

Pero si quieres saber el método que conseguirá que NUNCA PIERDAS, no haciendo nada o haciendo lo mismo de siempre. Ahí es cuando

La moda de ser «Un impostor y creértelo».

Photo by Sam Lion on Pexels.com

«Tienes que creértelo aunque no tengas los conocimientos…», «Tienes que hacerlo porqué ahora lo que importa es la visibilidad, si no saben qué existes, no sabrán que haces…», «Que crean que lo sabes luego ya lo demostrarás..«

Son algunas de las frases que todos hemos oído alguna vez. Ya puede ser en formaciones, en libros o en artículos… porqué a día de hoy nos importa más la visibilidad, el aparentar que somos «expertos» en algo, que tenemos una marca única, genuina e inigualable

Estamos mas desesperados porqué nos vean que realmente por disfrutar de lo que estamos haciendo, por crear un camino a largo plazo, por realmente SER NOSOTROS MISMOS.

Por visibilidad el ser humano es capaz de casi todo. Bueno también hemos visto gente morir por un selfie extremo, así que si, EL SER HUMANO ES CAPAZ DE TODO POR VISIBILIDAD.

Somos capaces de hablar en contra de un tema un día y al día siguiente hacernos una foto con el defensor de ese tema que ayer estábamos criticando ferozmente.

Somos capaces de hablar de un tema y al dia siguiente hablar de otro totalmente diferente que no tiene nada que ver. Y eso si, siempre con actitud de experto, porqué lo único que nos importa es ser visibles.

Exponemos ante las Redes Sociales nuestra actitud ante la vida, ante los negocios pero luego en la vida realmente, ni creemos en lo que decimos ni hacemos lo que decimos.

Mientras todos buscan la visibilidad de forma desesperada, me sigo preguntando cómo hay personas que sin tener redes sociales (si, no te asustes, conozco personas que no tienen redes sociales, que no se hacen fotos con sus coches o con sus clientes para aparentar que la vida les va bien) les va la vida como realmente les gustaría les fuera a esas personas que buscan la visibilidad de forma desesperada.

Por APARENTAR, que no SER, somos capaces de todo.

Y todo, porque nos hemos creído que primero hay que creérnoslo. Y con ello haremos creer a los demás que somos «expertos», que sabemos de lo que estamos hablando.

Claro que si, LO QUE ESTAMOS HACIENDO ES MENTIRNOS A NOSOTROS MISMOS Y MENTIR A LOS DEMÁS.

Con esta filosofía lo que estamos creando no es valor, sino humo y más humo. Y como bien dice Xavier Marcet, hasta lo que venden humo no se dan cuenta que lo están haciendo.

No estamos creando gente empoderada

No estamos creando gente creativa y que apuesta por ser diferente a los demás..

No estamos creando innovación ni desarrollo con personas que quieren saltarse las normas de la mediocridad…

No estamos creando proyectos a largo plazo, que dejen una huella en nuestro mundo

No estamos creando NADA… Bueno si, MÁS MEDIOCRIDAD.

Y todo porqué nos han dicho que sino somos visibles, no existimos.

Da igual lo que quieras decir, da igual si crees en lo que estás diciendo o no… SOLO IMPORTA LA VISIBILIDAD. Y si para ello tienes que comprar seguidores en Instagram, allá que vamos.

¡Todo por la visibilidad!.

En vez de valor, innovación y creatividad, estamos creando impostores.

Impostores que por tener seguidores en redes sociales, por una mención en Twitter o una invitación a un evento, repiten lo que esté de moda en esos momentos aunque no crean en ello o sepan lo que están diciendo, porqué es importante la visibilidad.

La visibilidad no se crea de forma artificial, SE GANA.

Se gana siendo de verdad aunque nadie te escuche en un principio. Exponiendo en lo que crees, aunque nadie esté esperando lo que vas a decir.

Se gana dando valor diferencial a todos aquellos que te escuchan, aunque les «moleste» al oido al principio lo que dices.

Se gana siendo autentico, mostrando tus éxitos pero también tus errores.

Se gana cuando muestras el lado oscuro hasta alcanzar lo que has alcanzado. Pero además el éxito también tiene su lado oscuro, no todo es tan bonito como lo pintan.

Se gana cuando muestras los NO en vez de los SI. Porqué la vida está formada por más Noes que Sies.

Se gana cuando das lo que dices que vas a dar. Y no cuando solo te interesan los demás porqué necesitas satisfacer tu interés.

Se gana dándote de verdad y sin esperar nada a cambio.

Se gana escuchando lo que te tienen que decir aunque no te guste. Porque si realmente te quiere esa persona, lo está haciendo por tu bien.

Se gana cuando la gente sabe a lo que se atiene cuando está contigo. No cuando incertidumbre a ver cómo vas a reaccionar.

Se gana cuando no hablas más de lo que demuestras. Es decir menos hablar de lo que sabes hacer y más demostrarlo.

Se gana cuando no estiras el «chicle» a un éxito pasado y estás innovando constantemente dentro de tu pasión.

La visibilidad se gana con estas y otras muchas acciones más… Pero como verás es una consecuencia de tus acciones, no una meta.

Pero eso del esfuerzo, de la verdad, de recorrer caminos que no has recorrido y que los demás te dicen que no vas a encontrar el éxito que está de moda, de estudiar lo que te apasiona, de aprender lo que te hace realmente feliz cuando los demás solo replican lo que ven….

Pero esto no mola, ¿no?

Claro que sufrirás el síndrome del impostor si realmente has creado una «fachada» en la que no creías, en la que fue diseñada para seguir una moda y no estaba basada en tu confianza, en lo que creías y sentías.

Claro que lo sufrirás, porque lo que te ocurrirá es que no creías en ti ni antes ni durante ni tampoco en ese momento. Y por eso te sentirás un impostor.

Hablamos de creatividad, de innovación, de desarrollo y disrupción… Y mientras tanto creamos impostores que solo buscan la visibilidad y nunca ofrecer un valor diferencial.

Pero ganarse la visibilidad a base de esfuerzo, tenacidad y verdad no es «cool ni trending», ¿Verdad?

¿Qué solemos hacer cuando nos quejamos de algo?

Photo by Lukas on Pexels.com

Hoy es trending topic en redes sociales un alegato de un presentador en el que comenta que los politicos nos han tratado por tontos.

Nos han tratado por tontos por su forma de gestión, por sus idas y venidas y por su falta de decisiones.

Nos han tratado por tontos y ahora nos quejamos.

Ahora gritamos que nos han tratado por tontos.

Gritamos a los 4 vientos que no estamos de acuerdo con lo que han hecho con nosotros. Que nos merecemos un respeto porque somos ciudadanos. Queremos nuestros derechos, queremos nuestra salud mental, el poder salir por ahí y llegar a casa a las 5 de la mañana como cubas…

Gritamos muchas cosas…. ¿Pero qué suele hacer normalmente el ser humano al respecto cuando se siente maltratado?

¡NADA!.

Mañana la noticia será que han llegado los Reyes Magos o que tu «gurú» le ha tocado la lotería.

Mañana ya nos hemos olvidado de todo. Mañana lo que exigíamos ya será historia.

Y todo, ¿Por qué?

Porqué no tenemos el ademán de luchar, de salirnos de lo establecido, de esforzarnos realmente por lo que queremos, por lo que sentimos. A cambio preferimos quedarnos como estamos, que «creemos que no estamos tan mal».

Y no solo estoy hablando de esta situación que estamos viviendo con el bicho llamado Covid-19. Hablo en general, nos quejamos mucho, pero hacemos poco para cambiar la situación.

Sabemos que nuestra pareja nos trata como tontos y nosotros aún seguimos ahí.

Sabemos que nuestro «jefe» es un déspota, por llamarlo finamente. Pero no nos vamos del trabajo a pesar de nuestros enfados y lloros porqué…

Sabemos que tenemos que cambiar, que las cosas no son como pensamos… Pero eso de cambiar si eso, lo dejamos para otro día.

Sabemos que nos están tratando por tontos. Quizá porqué estamos siendo demasiados buenos, quizá porqué nos interesa o vete a saber, quizá queríamos creer, quizá no queríamos sentirnos solos o creíamos que estaba realmente enamorada de nosotros.. …. En resumen, por querer creer, creer que sabrían más que nosotros, por confianza en la otra persona o por necesidad, hemos llegado a la situación que se «nos han hinchado los eggs».

Tranquilo, está genial que haya abierto los ojos y te hayas dado cuenta que no quieres dicha situación. Te aseguro que otros, aún sabiendo lo que están viviendo, se lo callan y siguen aguantando , porque creen que les interesa más «que se aprovechen de ellos» que no dar un paso adelante y dejar a un lado esa situación.

Felicidades, has reconocido que no te gusta como te están tratando. Pero también tienes que reconocer que parte de la culpa es tuya, ¿eh?. Claro que si, no eches la mierda al resto, que también tienes culpa. Quizá por confiar más de la cuenta, por no hacer esa pregunta que hubiera cambiado la situación,… has llegado hasta donde estás a día de hoy.

¿Seguimos?

En estos momentos te encuentras en una texitura:

.– No hacer nada, no decir una palabra más alta que otra y seguir con la cabeza baja aguantando el chaparrón.

¿Cómo suele acabar estas situaciones? Seguramente tú peor de cómo estás ahora y la otra persona con una sonrisa de oreja a oreja sin esa sensación de haber hecho las cosas mal.

Pero si optas por esta opción, lo respeto.

Pero eso si, NO TE QUEJES SI NO QUIERES HACER NADA AL RESPECTO.

Es respetable que no quieras hacer nada porque satisface algún interés, porqué quieres llevar tu vida de siempre o lo que sea….pero a partir de ese momento, no te quejes. Has tomado una decisión y tienes que consecuente con ello. Si sigues aceptando la situación, ¿No te irá tan mal, no?

.– Parar. Pensar qué quieres realmente y quizá salirte de esa relación.

También puede pasar que esa persona no se daba cuenta. Puede pasar. Si Messi se fue del Barca, a día de hoy puede pasar cualquier cosa. Pero ante todo para y piensa qué es lo que quieres realmente en tu vida. Sabes que NO quieres. Pues qué quieres es más fácil expresarlo. Y si sientes que tienes que «abandonar esa relación» es lo primero que tienes hacer.

Pero si sabes que NO quieres en tu vida y sigues «aguantando» esa situación, el problema es tuyo, seamos claros. No lo olvides.

Pero ¿Sabéis una cosa? Que por mucho que hablemos de felicidad, de responsabilidad ( he oído la palabra más en estos dos años que en todos mis 42 años ), de resiliencia, del despertar espiritual, de madurar, de muchos términos que inundan las redes sociales… ¿Qué acabamos haciendo?

QUEJÁNDONOS Y ESPERAR A QUE SEA OTRO A QUIEN DE EL PASO ADELANTE QUE SOLUCIONE NUESTROS PROBLEMAS.

¿Hacemos algo cuando algo no nos gusta?

VOMITAR EN REDES SOCIALES NUESTRA RABIA Y FRUSTRACIÓN, CAGARNOS EN LA CENA DE NAVIDAD POR NUESTRA VIDA DE MIERDA Y SI SALE EL POLITICO DE TURNO, DESEARLE EL MAYOR DE LOS MALES.

Y mañana volver a hacer lo mismo.

Seamos sinceros, SOBREVIVIMOS DORMIDOS EN ESTE TRAYECTO LLAMADO VIDA.

Pero cada opción es muy respetable… Sin embargo hablamos mucho de resiliencia, pensamiento en grande y leyes de atracción… Y mientras tanto, el problema está sin solucionar.

¡Menos quejas y más hechos! Quizá así conseguiríamos todos juntos esa «idea» de sociedad que tenemos…

¿Y tú qué haces cuando te quejas de algo?

Desprecia lo imposible.

Photo by iRise Drink on Pexels.com

Llegó final de año.

Momentos en los que echamos la vista atrás y vemos lo que ha ocurrido durante los 364 días restantes. Época en la que decimos te quiero a personas que realmente no hemos visto durante todo el año ni hemos hecho el ademan de verlos.

Llega la época en la que nos reímos de aquellas metas que nos pusimos aquél 1 de Enero del 2021 y que el 4 de Enero del mismo año nos habíamos olvidado ya que habíamos prometido.

Llega la época en la que «si o si» este año vamos a conseguir lo que nos propongamos. Aunque sean metas que no van con nosotros, aunque sea por seguir la moda… Nosotros lo vamos a conseguir.

¿Por qué no paramos un poco, aplicamos un poco de pensamiento crítico y somos coherentes con nosotros mismos?

Pero hoy te voy a hablar una proposito que todos los años me he propuesto y poco a poco he ido consiguiendo:

DESPRECIAR LO IMPOSIBLE.

Y aunque haya gente que diga que estoy como «una cabra» o que digo cosas que no debería decir ni tampoco escribir, poco a poco he ido desechando de mi mente la palabra IMPOSIBLE.

No te estoy diciendo que subas al Everest con algún que otro kilo de más en tu tripa, ni tampoco pienses que tu libro va a ser un «bestseller» mundial nada más que salga a la luz , simplemente porqué lo has escrito tú..

Tampoco te flipes.

Te estoy diciendo que todo aquello que tu «mente» diga que es imposible, que te des la oportunidad de descubrir si es imposible o no.

Ya no te estoy diciendo que hagas «oídos sordos» cuando alguien te diga que es una locura, a no ser que ponga en riesgo tu vida seriamente. Te estoy diciendo que no hagas caso a lo que piensas como imposible.

A día de hoy estás disfrutando muchas cosas que al principio dijeron que eran imposibles y mira dónde están. ¿O es qué tú mismo no has conseguido cosas que al principio te dijeron que era algo imposible? Y mira tú por dónde las hiciste realidad.

Pero vivimos en una sociedad, que lo imposible se ve como algo difícil de conseguir además de utilizar para que no te salgas de lo establecido. Para que no consigas eso que anhelas antes que el vecino del 5º.

Sin embargo, queremos cosas diferentes, nuevas, que haya novedad…

Creemos más en lo imposible como excusa para no alcanzar nuestros sueños, que como motivación para alcanzar nuestra felicidad y paz.

¿Qué descubrirás durante todo este proceso?

.- De cuántas cosas te has perdido por el miedo.

.- De que no hay que hacer tanto caso a los demás, a las normas y a las vergüenzas. Y si más a tu intuición.

.- Que la vida es un camino y nunca una meta. Un camino que debes recorrer, disfrutar y aprender de él. Y nunca obsesionarte por las metas. Y siempre por el camino que recorres.

.- Descubres tu creatividad. Aquella que habías cubierto de miedos. Descubres de qué estás hecho y de cómo gracias a ello , quién eres y qué quieres.

.- Y con ello a la gente que realmente te quiere, cree en ti y te apoya en todo lo que hagas. Apostar por los imposibles es apostar por uno mismo y darte cuenta, quien está a tu lado incondicionalmente.

Creo que necesitamos más apostar por los imposibles y menos por retos que ni nosotros mismos nos creemos. Este transito llamado vida, lo disfrutaríamos de otra manera.

Feliz año.

¿Qué es el éxito?: ¡Vivir a tu manera!

Photo by cottonbro on Pexels.com

Querida Vida:

Llevaba tiempo queriéndote escribir esta carta.

Y me gustaría empezar preguntándote una cosa: ¿Por qué dejas que te hagan eso?

¿Por qué dejas que se prostituya tu verdadero sentido? ¿Por qué no pones los puntos sobre las ies y dices que realmente el éxito es hacer lo que realmente uno siente que quiere hacer? ¿Por qué dejas que la sociedad, los miedos, los intereses propios hagan que en vez de producir personas felices, coherentes, acordes con ellas mismas, produzca personas infelices, frustradas y enganchadas a placebos?

¿Por qué?

Así es como hubiera contestado si te hubiera tenido delante años atrás. Ahora sé que si lo hubiera hecho, hubiera sido un autentico cínico, porque tú no tienes la culpa, la tenemos nosotros.

Los deseos de los demás, las ganas de «contentar» a nuestros padres, amigos o familiares o el hecho de ser y sentirse parte del grupo, hace que nos dejemos llevar por el deseo de ser como los demás, no como sentimos que queremos ser.. Pero luego cuando nos damos cuenta que eso no es el verdadero éxito, que hemos perdido el tiempo , que no hemos alcanzado la «felicidad soñada», a la primera persona que nos viene a la mente, es a ti, a la vida.

Te echamos la culpa a ti, cuando realmente no es así. Tu única misión es darnos la oportunidad de vivir en este lugar llamado mundo y aprender por nosotros mismos, de todo lo que nos pase y nos deje de pasar. Nos das un regalo que no sabemos aprovechar y nosotros lo único que hacemos, cuando no nos gusta el regalo, es echarte la culpa a ti.

Desde que nacemos , nos dicen nuestros padres, los medios de comunicación, amigos y «mentores», que el éxito, es no salirse del renglón.

No digas tacos, no hagas eso en este momento, no digas tonterías, no te rías, no te metas el dedo en la nariz, no y más noes sin parar oímos desde que nacemos…. Pero el peor de todos los Noes: «No pienses y hazme caso a mí».

Si al no pensar, le añadimos que sin parar vemos artículos en el que nos expresan cual es el más guapo, el que tiene más seguidores en las redes, el que tienes más dinero en el banco,… pues luego te encuentras en el día a día, con la envidia como deporte nacional.

Y todo ello provoca que tengamos dos opciones:

.- Seguir pensando que tarde o temprano se hará realidad lo que nos recomendaron que siguiéramos para ser consideramos «hombres de bien».

.- O darnos cuenta que no es la vida que queremos llevar, que no nos lleva a ningún camino en el que nosotros nos sintamos a gusto. Y aun así, tomando un nuevo rumbo tras un «viaje interior», no se lo decimos a nadie, ocultando nuestra decisión. Y todo porqué nos importa y nos pesa más el «qué dirán» que nuestra felicidad, coherencia o paz.

Cualquiera de las dos opciones sigue una pauta:

Nos importa mucho más el qué dirán que nuestras emociones o nuestros deseos.

Y aún así pensamos que los demás, serán los que nos darán esa felicidad, ese éxito que ambicionamos.

Y tras muchas generaciones, seguimos estando muy equivocados.

Hablamos mucho de frases o situaciones de enfermeras que dicen que cuando una persona está a punto de morir, siempre se lamenta de no haber hecho tal cosa, haber dicho tal otra o haber dado un paso en una relación en la que se sentía él mismo.

Yo añadiría, que día a día que pasamos pensando más en los demás, dejando que un miedo infundado nos oprima y dejando pasar oportunidades a las que nos queremos subir y no lo hacemos, es un día más que «desahuciados», muriéndonos en vida.

Te exigimos el éxito, la felicidad, el amor y todos los bienes…Y cuando no los tenemos te echamos la culpa a ti. Cuando en realidad los únicos responsables somos nosotros, no tú.

Algunos no lo aprenderán nunca, para otros será demasiado tarde, otros se avergonzarán de lo que quieren y sienten hacer… Pero todos de una manera u otra sabrán una cosa:

EL VERDADERO ÉXITO ES HACER Y DECIR LO QUE DESEAS, DESDE TU COHERENCIA, DESDE TU VERDAD. DESDE TU CORAZÓN.

PD: Sin hacer daño a los demás.

Tú no tienes la culpa de «muchas de nuestras desgracias», somos nosotros que no queremos coger las riendas del regalo que nos diste al nacer, nuestra vida.

Un saludo, una persona que sigue luchando por su éxito.