Creemos que todos son tontos menos nosotros…

Photo by Olya Kobruseva on Pexels.com

Seamos sinceros:

¿Cuántos de nosotros se cree más inteligente que la mayoría?

Seguramente que todos, buenos excepto alguno que tenga un Ego más grande que el Santiago Bernabéu, dirán que no, que no se consideran más inteligentes que los demás.

En este tipo de preguntas sale la falsa humildad. Esa humildad que utilizamos para que no nos detecten la verdad, que SI que nos creemos más listos que los demás.

Esa falsa humildad tapa cosas como:

.- Creemos que la gente se creerá las excusas que ponemos para no aceptar que nos hemos confundido o no aceptar que no nos apetecía hacer algo.

.- Se creerán las ofertas que les hagamos vendiendo las virtudes de la misma, pero no le dejaremos que haga preguntas y se dé cuenta que quizá es «gato por liebre».

.- Publicando en redes sociales todo lo que hacemos cuando en realidad de lo dicho al hecho, va mucho trecho y no tenemos ninguna propuesta encima de la mesa.

.-Que se creerán lo que les digamos porqué creemos que siempre se han creído todo lo que les hemos dicho. Es decir, hemos subestimado siempre a todas las personas con las que hemos tenido relación por nuestro ego.

.- Que la gente nos quiere por lo que mostramos y conseguimos. Cuando en realidad cree que somos lo que no somos en realidad porqué lo que realmente hemos hecho es comprar seguidores en redes sociales.

.- Que porqué estamos haciendo lo que está de «moda», somos más que los demás. Pero nos dicen que tenemos que ser humildes cuando en realidad lo único que queremos es darle en los «morros» a los demás.

Cada día que me encuentro más con la pregunta:

¿Se creerá que soy imbécil o qué?

Nos encontramos con esta pregunta cuando nos encontramos con personas que:

.- Se creen el papel que están haciendo

.- Se creen que los demás no se van a dar cuenta

.- Creen que así pueden dominar a los demás y llevarlos a dónde quieran.

.- Creen que los demás en el fondo, son unos pobres infelices que se creen todo lo que les dicen. Cuando en realidad, ellos están haciendo lo mismo creyendo que son algo que simplemente es un mero papel de «villano».

¿Qué les ocurre a este tipo de personas?

Se creen que han encontrado «la formula» para que los demás no vean quienes son de verdad y así poderlos manipular. En definitiva, se están mintiendo a ellos mismos.

La gente será «tonta» o se lo hará, pero te aseguro que podrá caer una vez, dos pero a la tercera se dará cuenta del pastel que tiene enfrente de si y sabrá que lo que dices que eres, haces o puedes llegar a conseguir, ES ABSOLUTAMENTE MENTIRA.

Seguimos creyendo que los demás son gilipollas cuando los primeros gilipollas somos nosotros.

Somos nosotros porqué nos estamos creyendo algo que realmente no somos y que a la definitiva, acabará con nosotros.

Desde luego que puedes seguir con el «papel», ya que si no vuelve a caer esa persona, otra seguro que no sabe de qué palo vas, tiene más posibilidad de caer. Pero una vez , los demás no se darán cuentan, podrán hacerse «los tontos» pero el paso del tiempo, les abrirá los ojos…y tu efecto «se terminará».

¿Por qué hacemos lo que hacemos?

Porqué por mucho que hablemos de originalidad, libertad y demás valores que en el fondo los dejamos apartados por el éxito rápido, la manipulación masiva, la felicidad efímera y el dominio de los demás.

Todo porqué NOS DA PEREZA SER NOSOTROS MISMOS, MOSTRARNOS COMO REALMENTE SOMOS…Seres vulnerables que tienen miedo, que les cuesta pedir ayuda y reconocer que se han confundido. Y si encontramos el «método» rápido para ser alguien sin esforzarnos, sin dudar, sin sudar…¿Por qué no aceptarlo?

Vivimos en una sociedad en la que si alguien no piensa como nosotros, sin escucharlo, sin parar a pensar si tiene razón o no, …ya lo despreciamos, ya pensamos que es tonto y que nosotros somos mucho mejor que ellos…Y todo por la defensa a ultranza de nuestras creencias, de nuestro equipo de futbol o de la moda a la que nos hemos «subido», ya que nos dan seguridad de que somos algo, que somos alguien y sobre todo más que los demás.

Lo único que provoca esto es que se habla mucho del bien común, de la necesidad de la creatividad, de la innovación…Y lo único que estamos haciendo es dividirnos y estancarnos como sociedad.

Dejemos de pensar que los demás son imbéciles y escudarnos en títulos de expertos, en número de seguidores en redes sociales o en cursos que has pagado un pastón y no te han dicho nada para «tomar» a los demás por imbéciles que no están a tu nivel.

A lo mejor el gilipollas eres tú porque creerte algo que ni en sueños llegarás a ser.

La verdad es que nada es tan importante…

Photo by Tima Miroshnichenko on Pexels.com

La verdad que tener trabajo no es importante.

La verdad que tener pareja no es importante.

La verdad que hacer lo que quieren los demás no es importante.

La verdad que ser uno más no es importante.

La verdad que seguir los patrones no es importante…

Recientemente oía la nueva canción de Viva Suecia «El bien» que repetía una y otra en su letra esta frase: «La verdad es que nada es tan importante«.

Nos pegamos la vida llorando porqué el rollo del sábado ya no nos hace caso… por qué no tenemos el número de seguidores es redes sociales que nos haría ser considerados como «expertos», por qué no somos como los demás que son «cool» y nosotros uno «más»… porqué los amigos han quedado entre ellos y no han contado con nosotros…

Nos pegamos llorando mucho tiempo de nuestra vida dando valor a cosas que no son importantes.

Son importantes en ese momento…pero piensa ¿Cuál es el motivo por el cuál crees que es importante?

Muchos dirán que duele porqué creemos que importa. ¿Pero qué es lo que realmente te importa? Te importa a ti, no lo que dicen los demás que te debe importar.

Muchos dirán que son por los valores que tienen… Perfecto.. SI ese amigo te ha defraudado.. no tienes que darte mal por ello, otro nuevo y adiós muy buenas. No es ser frio, es apostar por tus valores esos dices que te importan. Y si te importan y quieres a esa persona, hablas con ella e intentas solucionar el tema si se puede solucionar. Sino es así… Mañana hará un año y que cada uno siga su camino.

Muchos dirán que no saben por qué les importa lo que ha ocurrido… En realidad lo que quieren decir, «nunca he investigado en mi realmente lo que quiero, lo que siento o cómo soy… Y ahora que ha pasado esto, me he dado cuenta lo que realmente es importante para mí y lo que no…»:

Si echamos la vista atrás seguro que nacerá una sonrisa en nuestros labios. ¿Por qué? Porqué nos daremos cuenta que hemos cambiado, que le dábamos importancia a cosas que a día de hoy pensaríamos que estamos locos o son cosas de críos..

Desde luego que todos tenemos nuestro camino a la hora de avanzar, desarrollarnos, avanzar… Y no todos están iluminados como lo dicen por redes sociales ni todos somos unos niños cuando dicen que somos inmaduros. Cada uno a su ritmo.

Pero a día de hoy, ¿Por qué seguimos dándole importancia a cosas que realmente, si pasaremos un poco, nos daríamos cuenta que no la tienen?

Porqué seguimos sin querer saber lo que realmente nos importa.

Preferimos que los demás nos digan lo que nos tiene que importar y lo que no…

Preferimos pensar que si no vamos a ese evento o concierto de «moda» no seremos considerados como parte del grupo y que nos desterrarán.

Preferimos pensar que tenemos que hacerle «favores» a esas personas que queremos nos introduzca en su «agenda,» y por ello hacemos lo que haga falta y más…

Preferimos tener pareja aunque le pongamos los cuernos que no estar solos y en paz con nosotros mismos..

Por no querer saber lo que queremos ( mejor dicho, por miedo a expresar lo que queremos no vayan a pensar que somos raros, diferentes o seamos expulsados del rebano ), hacemos lo que sea y más por ser aceptados por los demás.

Es decir, por no escucharnos acabamos haciendo cosas y teniendo pataletas que ni los niños pequeños tienen.

¿Qué está sucediendo?

Que seguimos siendo niños que vamos detrás de una «piruleta» en forma de modas, miedos y tendencias que sino las alcanzamos nos ponemos a llorar.

Tampoco te estoy diciendo que seas un ser humano frio, que no tenga emociones y un ego desconmensurable diciendo que has madurado de la noche al día y pasas de todo lo anterior, relájate.

Te estoy diciendo que muchos de los problemas que tenemos es por darle más importancia a lo que realmente no la tiene.

Vamos de «chulitos» diciendo que no nos importa lo que digan los demás de nosotros, hablamos de la libertad, de la originalidad… y luego cuando llegamos a casa acabamos llorando por lo que nos han dicho o creemos que nos han dicho.

¿En qué quedamos; nos importa lo que dicen los demás o no?

Por desgracia nos damos cuenta de muchas cosas no son tan importantes en momentos críticos de nuestra vida, cuando se ha marchado un familiar, estamos pasando una enfermedad o cualquier momento crítico, el cual no sabemos qué pasará con nosotros después de él… nos damos cuenta que hemos perdido mucho tiempo en absolutamente mierdas.

Mierdas que te daban de comer, que te hacían pasar buenos ratos y que te hacían aparentar algo, que en el fondo, sabías que ni querías ni sentías, que no eran importantes para ti.

¿Qué ocurre cuando damos un giro a nuestra vida ocupándonos de lo que realmente es importante para nosotros?

Somos más felices, vivimos con menos equipaje, pocos amigos pero siempre rodeado de los mejores, nuestras relaciones mejoran y otras se van… Todo cambia a mejor.

Así que:

.- Piensa en tus últimos disgustos y preguntante ¿cuál ha sido el motivo de ellos?

.- ¿Realmente son temas importantes para ti que en 5 meses aún estarás pensando en ellos?

.- Si crees que lo son, ¿Por qué? Y no valen excusas porqué te han hecho daño o no te han hecho del grupo… Explícalo en función de valores reales, no de tendencias eventuales.

.- Y si tú vida se basa en relación a cosas que no te importan.. ¿Qué vas a hacer para cambiar el rumbo de la misma?

Nos pasamos la vida preocupándonos por cosas que no valen la pena.

¿Qué pasaría si invirtiéramos la vida en cosas que realmente si nos importan?

¡No persigas al Éxito!

Photo by Laker on Pexels.com

No creo que haya perdido el tiempo pero cuanto he sudado intentando alcanzar el éxito.

Ya podía ser el éxito amoroso, el empresarial o el de las redes sociales,… siempre iba detrás del éxito.

Pero lo peor de todo es que nunca llegaba a alcanzarlo.

Intentaba alcanzar lo establecido, lo que en esos momentos estaba de moda, lo que los demás esperaban de mí, para con ello tras cruzar la meta, sentir que era una persona de éxito.

Pero nunca llegaba a dicha meta.

Alguna veces veía la meta, veía que llegaba el amor, veía que alcanzaba un puesto de trabajo que podría reconocerme ante los demás como una persona de éxito… Pero nunca llegaba a cruzar la meta.

Durante todos estos años he conocido muchas clases de éxitos y muchos de ellos venían con la etiqueta de «experto en..». Pero también he conocido a muchas personas que se les tildaba de «exitosos». Unos por sus apariciones en televisión, otros por sus libros o sus conferencias …. Y muchos de ellos a día de hoy, ni están ni se les espera.

Lo que hoy consideramos éxito «canciones tipo Rosalía», lo que a día de hoy nos apasionan las conferencias que hablan de actitud y de la felicidad o lo que nos asombra cuando nos dicen que conociendo a nuestro cerebro, empezaremos a ser una persona de éxito… Esto unido a nuevos conceptos de pareja, de éxito, de trabajo… Hace que nos volvamos «locos» buscando ese éxito. Ese éxito en el que los demás nos digan que somos «tendencia», que menudo éxito tenemos en el amor o que somos unos profesionales de éxito.

Pero yo te pregunto: ¿Tú crees que al año que viene nos acordaremos de muchos de estos éxitos? Yo creo que NO, al no ser que acudas a Spotify a la lista de tus canciones guardadas.

El éxito no es algo lineal como algunos «gurús» con sus cursos express nos hacen querer entender.

El éxito va, gira, vuelve a un lado, se esconde y luego vuelve por el otro lado.

La fórmula del éxito NO LA TIENE NADIE.

Nadie que te diga que te ofrece la fórmula del éxito la tiene y más bien te recomendaría una cosa, SAL CORRIENDO.

Pero nos hemos «tragao» que la misión del ser humano es PERSEGUIR EL ÉXITO.

Algo que nunca llegarás a alcanzar porqué como te he dicho, nunca lo alcanzaras.

Correr detrás de algo que no alcanzaras ( bueno claro que lo podrás alcanzar, mintiéndote a ti mismo y a los demás, inventándote títulos, comprando seguidores en Instagram y si los demás se creen lo que proyectas) y lo que único que haces es cansarte, frustrarte y pensar que tu vida ya será por el resto de los días, serás tildado como un fracasado.

¿Pero quién es más fracasado en la vida: quién sigue el fracaso y sabe que nunca será como el grú de turno, que no quiere ser como los demás le dicen que debe ser pero lo aparenta o aquella persona que no persigue un éxito instaurado, sino que persigue SU CONCEPTO DE ÉXITO?

Seguro que mucha gente pensará que mola más la 2 opción, es más autentica, más duradera pero que… la otra te aceptarán más rápidamente, estarás a la moda y ya tendrás tiempo de buscar tu éxito en el tiempo libre o cuando te jubiles.

Qué pena mentirte a ti mismo dando más poder a los demás que a lo que tú quieres, ¿No? Pero eso si que no nos digan que no somos felices, de éxito y auténticos, cuando en realidad lo que somos una copia de la sociedad, de las modas y «súbditos» de los miedos.

Una persona que CREA su éxito, no lo persigue, lo Crea. No va detrás de NADA, sino que lo va construyendo y muchas veces, lo que produce es innovación en algo que ya estaba hecho.

¿Cuesta más? Si.

¿Hay más duda? Si.

¿Te empoderarás? Desde luego.

¿Te sales del rebaño? Ni lo dudes.

Pero no vas detrás de nada que no alcanzaras..

No depende de las modas pasajeras, dependes de tu actitud, creatividad, curiosidad, coraje e ilusión…. DEPENDES DE TI.

Pero no quiere decir que lo vayas a conseguir, superar esa meta si o si, pero lo que si te aseguro que;

.- cada día de esfuerzo, constancia y caidas, desarrollaras tu talento,

.- te darás cuenta de lo que eres capaz y que estabas convencido de que no.

.- Desarrollaras tu quietud. Quizá tus nervios eran por qué no hacías lo que tú querías hacer, pregúntatelo.

.- Conocerás tu felicidad, no la que digan los demás, SINO LA TUYA.

Recuerda que no es mismo perseguir el éxito que crear TU éxito.

¿La he cagado?

Photo by Andrea Piacquadio on Pexels.com

El ser humano siempre ha tenido una máxima:

NO CONFUNDIRSE.

No quiere confundirse a la hora de escoger una pareja, encontrar trabajo, escoger las mejores entradas de cine para ir con tu pareja o a la hora de dar un giro radical a su vida.

En ese momento, a pesar de que realmente es lo que quieres hacer y sabes que es lo que tienes que hacer, la duda entra en juego.

Unos dirán que es nuestro ego, otros las presiones de la sociedad y otros que realmente no confías en ti mismo. Ponle el nombre que quieras, será correcto y respetable, pero que la duda siempre va a estar a pesar de que hagas lo que quieres, ni los más «Iluminados» se libran de ella.

¿Pero por qué pasa?

Porqué pensamos que no alcanzaremos la ilusión que tenemos.

Porqué paramos y vemos hacia dónde nos queremos encaminar y nos da respeto, algo que no habíamos pensando.

Porqué abrimos los oídos y escuchamos de más a las personas que nos rodean y dicen que nos quieren.

Porqué nos damos cuenta que dejamos atrás el pasado, al cual estamos apegados por un futuro que no sabemos si llegaremos. Preguntándonos por el camino ¿Y si me quedo en medio sin conseguir una cosa y perdiendo otra?

Hablamos mucho del cambio, que en momentos de oscuridad hay que cambiar, llenamos los blogs de artículos de cómo cambiar y todo es tan bonito…Pero es uno de los procesos más duros que el ser humano siente a pesar de que apueste por él.

¿Y qué pasa cuando escuchas más a la realidad, haces más caso a las presiones y abres los oídos a la normalidad que no a lo extraordinario?

QUE EMPIEZAS A PREGUNTARTE : ¿Dónde leches me he metido?

La ansiedad empieza a transformarse en negativa. Esa ansiedad que antes te habia servido para cambiar, como palanca para un nuevo futuro, ahora es la palanca a tu ansiedad, nerviosismo y dudas.

¡PARA y ECHA LA VISTA ATRÁS!.

¿Por qué diste el cambio que diste? Puede ser por qué no aguantabas más una relación toxica, porqué haciendo lo que haces ahora te sientes más feliz que estando en un trabajo 8 horas aguantando mierdas, gritos e insultos…Puede ser por cientos de motivos que ahora mismo has olvidado. Así que vuelve los a recordar, a recordar porqué diste ese paso adelante que ni tú mismo a veces te crees que hayas podido dar.

¿CÚAL FUE EL MOTIVO DE TU CAMBIO? NUNCA LO OLVIDES.

Pregúntate también otra cosa:

¿QUÉ HAS GANADO DURANTE EL CAMINO EMPRENDIDO?

Me da igual que hayas dado un paso pequeño como 2 grandes, me importa poco, porqué todos de alguna manera han ganado algo, han aprendido algo desde el momento en el que diste el paso.

Has podido crear cosas que ni tú mismo te imaginabas, hacer cosas que para ti eran imposibles , vivir momentos únicos e inolvidables que en tu anterior vida eran imposibles,…Lo que sea, pero seguro que has aprendido y experimentado algo, que hasta la fecha jamás olvidarás.

¿POR QUÉ NO LOS RECUERDAS Y LOS APUNTAS PARA QUE NO SE TE OLVIDEN?

También me gustaría preguntarte otra cosa:

¿ES MÁS IMPORTANTE EL CAMINO O LA META?

Pensamos que cuando cambiamos vamos a ser felices y comeremos perdices, que todas las empresas se van a pelear por nosotros y que vamos a conseguir el éxito que nos merecemos.

La vida no es la suma de metas alcanzadas, sino de pasos dados cuando los demás están parados.

Y cuando no lo alcanzamos a la primera, ¿Qué es lo que pasa? Que nos venimos abajo. Cuando vemos que quizá nuestras habilidades no son las todavía adecuadas , cuando no tenemos los contactos necesarios o la repercusión para que nos llamen a ciertos eventos, nos venimos abajo.

Pensamos que ya que hemos dado el cambio nos merecemos el éxito al primer intento, porqué sino ¿para qué hacerlo? ¿para que esforzarse?

No te aseguro que alcanzarás la meta con la que has soñado, con la que te imaginabas nada más empezar que llegarías. Quizá alcances otras que ni te imaginarias, otras mucho mejor a las establecidas… Pero te aseguro una cosa, que cuando eches la vuelta atrás seguro que siempre pensarás una cosa:

NI LOCO VUELVO A DÓNDE ESTABA ANTES.

Queremos tener el destino a nuestra merced, algo que es imposible. Pero si sabes hacerlo, ya me dirás cómo lo haces, porqué yo no lo sé.

Lo que sí sé, que siempre dudaremos si hacemos caso a las normas establecidas, a lo que dicen los demás, a lo que dicen las personas que intentaron algo en su día y no lo consiguieron, a los que quieren dominarte, a los que no quieren verte feliz, a los que temen perderte,…. en definitiva a los que no quieren lo mejor para ti, si así es lo que tú crees.

¿Por qué dudas si sabes que estás haciendo lo mejor para ti?

Date tantas oportunidades como puedas, porqué si te vas a dormir con la conciencia tranquila, en paz, desarrollando tu creatividad, sintiéndote mejor persona…

¿POR QUÉ DUDAS?

¿Los secretos nos dan seguridad?

Photo by Andrea Piacquadio on Pexels.com

Desde pequeños hemos tenido una relación con los secretos.

Nos guardábamos para nosotros que habíamos sido nosotros quien había roto los platos y no el gato como habíamos expuesto.

¿Y quién no decía que no habíamos hecho los deberes y que la culpa la tenía el perro del vecino?

Nos decían que mentir era lo peor que podíamos hacer. Que mentir significaba perder la confianza de las personas que nos querían si descubrían que estábamos ocultando algo.

Unos hacían caso y decían todo, vomitaban la verdad porque como buen ser humano, queríamos siempre el reconocimiento de nuestros padres, de nuestros mayores. Otros seguían callados y mantenían su secreto, como lo que debía ser, en secreto.

Pero de mayores seguimos ocultando muchas otras cosas:

.- Una orientación sexual

.- Que hemos dejado nosotros el trabajo y que no nos han echado.

.- Que no aguantamos a la pareja de nuestra hermana o hermano pero pones buena cara porqué es de familia.

.- Que llegaste más tarde de la hora que prometiste llegar…

.- Que tienes un amante que disfrutas mucho más que con tu pareja…

Aún a día de hoy, sigo conociendo gente que se sorprende al darse cuenta de los secretos que mantenía la gente. Y que seguirá manteniendo.

Utilizamos los secretos como nuestros «peluches para dormir«. Con ellos nos sentimos seguros, estamos tranquilos, nos sentimos nosotros mismos.

Y que nadie los descubra, que nadie sepa que no somos felices y si haciendo otra cosa totalmente diferente a lo que los demás esperan de nosotros. Que no sepan que nuestra pasión es otra y no hacer lo mismo que los demás. Que no sepan que tenemos secretos porqué perderemos la confianza de ellos.

¿Y qué c**** te importa lo sepan los demás si luego no te respetas a ti mismo?

Nos pasamos la vida preguntándonos quienes somos, qué queremos en la vida, cómo pensamos… Leemos libros para descubrirnos, vamos a psicólogos a los que les contamos nuestros secretos pero no tenemos los huevos de gritar a los 4 vientos, que somos como somos, que somos felices haciendo lo que hacemos y que no aguantamos a nuestra cuñada.

No me cansaré de repetirlo, la moda es hablar de autenticidad, de originalidad, de querer a tu lado personas transparentes que te dicen lo que nadie se atreve a decir… pero luego somos los primeros que nos guardamos secretos, por qué no queremos que piensen que somos tal o cual… Pero eso sí, ante todo satisfacer nuestras exigencias.

Los secretos son nuestras islas dentro un océano llamado sociedad en el que sentimos que hay que vivir con las caretas que nos han impuesto. Por eso esos secretos son donde nos sentimos nosotros mismos, donde la coherencia hace acto de presencia y donde nuestra conciencia puede descansar un rato de estar mintiendo todo el día.

Muchas veces hablando con personas sale la conversación que no entienden que no sean felices. La conversación prosigue y sin querer ellos mismos empiezan a sacar a la luz secretos, que en el fondo lastran su felicidad.

El título del artículo preguntaba que si los secretos nos dan seguridad y te diré SI y NO.

Si porqué nos sentimos nosotros mismos en ellos.

Pero NO porqué son un lastre para nuestra autenticidad, coherencia y en definitiva, felicidad.

Podemos decir que somos la suma de nuestras acciones y no acciones, de lo que decimos y de lo que no, pero también somos la suma de los secretos que tenemos y que no expresamos.

Los secretos son un caparazón contra la vulnerabilidad. Esa sensación de sentirnos desnudos ante los demás porqué nos pasa tal o cual cosa.

Los secretos los tomamos como nuestro refugio ante la vergüenza que sería que supieran como somos, que queremos de verdad en la vida. en una sociedad que nos desterraría para luego reírse de nosotros mientras marchamos del rebaño.

¿Qué hacer con ellos?

Lo que quieras pero siempre acaban arrastrándote en tu día a día, en las relaciones con los demás y en definitiva, con tu felicidad.

Tú decides.

Y luego censuramos lo que no nos gusta…

Photo by cottonbro on Pexels.com

¿Para qué sirve todo lo que estamos haciendo si luego somos los primeros en censurar lo que no nos gusta?

Hablamos de felicidad, de amor, de trabajo en equipo, de ser agradecidos, de dar la mano al que lo necesita…Y algunas cosas claro que las hacemos pero la mayoría de las veces, nos olvidamos de lo que decimos, de lo que queremos hacer y acabamos censurando lo que creemos que está en contra de nuestras creencias.

Hablamos de creatividad, de felicidad, innovación, de un mundo ideal como diría alguna película y solamente hay censura en todos lados.

Y no estoy hablando de los medios de comunicación, que pienso que son un reflejo de la sociedad que tenemos, sino en nuestro día a día.

Nos pegamos en el pecho gritando que somos tolerantes, que queremos la diversidad, pero:

.- Rechazamos a los que piensan diferente a nosotros.

.- No soportamos que no nos lleven la contraria. Y cuando lo hacen lo primero que hacemos es gritar para cortar la conversación.

.- No soportamos que otra persona sea del partido político contrario al nuestro. Y si ya eres del Barcelona y el otro del Madrid, hasta no queremos una relación con una persona así.

Y si a eso le añadimos los «gritos» que hay en televisión o que tomamos como algo normal que haya «libros censurados en pleno siglo XXI». ¿Qué estamos haciendo?

Creando una sociedad que nunca la veremos realizarse ya que mientras tanto, estamos haciendo lo contrario a lo que decimos.

¿Cómo podemos ser creativos si no aceptamos las ideas de los demás?

¿Cómo podemos ser tolerantes si no aceptamos que nos lleven la contraria en una discusión política?

¿Cómo podemos tener una pareja con la que no aceptamos sus gustos pero si amamos?

No es algo idílico y que he llevado al extremo. Es algo que en el día a día estamos viviendo y todos hemos observado.

Cada día estamos siendo más una sociedad censora:

Todo lo que no está a favor mío, está en contra de mí

Todo aquel que no hace lo que deseamos, está en contra de nosotros.

Quitamos canales de televisión por qué no nos gusta lo que vemos en ellos.

Pero eso sí, somos diversos, creativos, innovadores y tolerantes.

¡INCOHERENCIA!.

¿Pero por qué lo hacemos?

No me voy a meter en teorías «raras» ni cosas raras, voy a ir a ti que lo que haces es censurarte y censurar.

Y todo por qué nos aceptamos ni nos queremos aceptar.

No nos aceptamos ni tampoco nos hemos además de intentarlo.

Como no queremos aceptarnos , pensar, dudar, sudar, estudiar, curiosear…acabamos «subiéndonos» a las ideas que están de moda, a las que nos hagan parecer que estamos a la última. Todo lo que haga falta para no pensar, para no sentir por nosotros mismos.

Así satisfacemos nuestra necesidad de reconocernos y de reconocimiento. Los demás saben cómo pensamos, que ideas tenemos y nosotros nos sentimos parte de un grupo que nos puede llevar al éxito, a la felicidad e incluso al amor.

La muestra de que es un grupo con ideales «débiles» es que hay que defenderlos a muerte. Nos hacen creer y creemos que es la verdad absoluta, que nadie nos puede poner en duda lo que creemos porqué es la única verdad. Y por ello iremos a dónde sea.

No hay comunicación, empatía, no hay un posible debate… No hay nada cuando ponen en duda nuestras ideas «cool». Solo queremos no defender nuestras ideas, sino no escuchar a las de los demás.

Esta situación demuestra una falta de confianza en uno mismo, de coherencia…. que determina muy poca vida a esa relación.

Y no solo lo vemos en el día a día, también lo vemos en medios de comunicación. Personas que se gritan por defender sus ideas ( ideas en las que creen creer o previo pago ) y que hacen lo que haya que hacer solo para que vean que defiende sin fisuras sus ideas. Pero sobre todo, no quiere escuchar las ideas de la otra persona, las censura.

Estamos viviendo en un mundo que promulga una cosa pero día a día vemos que hace lo contrario que promulga.

¿Cómo podemos avanzar si vetamos las ideas que creemos que son contrarias a las que tenemos?

¿Cómo podemos decir que somos tolerantes cuando en realidad no sportamos que nos lleven la contraria?

¿Cómo podemos decir que somos una empresa creativa cuando en el día a día no hacemos caso a ninguna idea que no venga de nosotros?

¿Qué sería de nosotros, como sociedad si dejáramos de censurarnos y censurar a los que no opinan como nosotros? Quizá otro gallo nos cantaría.

Hablamos de muchas cosas…pero luego censuramos lo que no nos gusta

¿Tienes futurofobia?

Photo by Alina Vilchenko on Pexels.com

Futurofobia: Dícese de la enfermedad que sufrimos en silencio que a través de los síntomas como no hacer nada aun quejándonos de la situación que tenemos, produce miedo al futuro pero sin acción alguna al respecto.

El ser humano sigue paciendo una enfermedad que le limita, la futurofobia.

Tenemos miedo al futuro que:

.- Le dejaremos a nuestros hijos con el medio ambiente que estamos matando.

.- Que sería dejar a nuestra pareja que no nos sentimos felices con ella.

.- Que sería dejar un trabajo que no nos llena, sino más bien nos limita y amedrenta.

.- Decir lo que sentimos y todo lo que se pueda producir cuando lo oigan

.- A hacer lo que queremos hacer y sientan que hemos defraudado a muchas personas que tenían las expectativas puesta en nosotros.

.- Puede producir el ser y no el dejar de aparentar ser.

Otro síntoma de esta futurofobía es quejarnos.

Nos quejamos de lo que estamos viviendo. Nos quejamos y gritamos a los 4 vientos que no nos merecemos lo que estamos pasando. Nos lamentamos imaginando qué puede pasar si seguimos así…

¿Pero qué haces al respecto?

¡NADA!

Con estos dos síntomas puedo asegurarte que tienes futurofobia.

Son personas que durante mucho tiempo siempre les estarás oyendo el mismo tema, sus quejas, lamentos, miedos y sollozos ante una situación que están pasando. Pero cuándo les preguntas o «recomiendas» que hagan tal o cual cosa, sin preguntar cómo se haría, sin darle una oportunidad… lo primero que hacen es responderte con frases así: «¿Estás loco o qué? Yo jamás podría hacer eso…». Una confirmación aún mayor que reafirma que está sufriendo la FUTUROFOBIA.

¿Pero la sociedad padece futurofobia?

Yo creo que sí. Y desde luego sin generalizar.

A día de hoy sigue habiendo una pandemia entre nosotros, una guerra, una crisis global…. Y aunque nos quejamos, lamentamos por lo que estamos pasando, por lo que puede venir….¿Pero qué estamos haciendo?

Dejamos que los demás tomen las decisiones y así si se confunden, ahí si les echaremos la culpa cuando en realidad tendríamos que haber cogido la «sartén por el mango» y empezar a crear, a hacer y a solventar el problema que tenemos.

Y seguro que habrá gente que dirá: «David, pero el tema de Ucrania nosotros no podemos hacer nada, el tema de la inflación no podemos hacer nada…» y estoy de acuerdo. Pero quiero añadir, ¿tienes un negocio? Y ¿en serio no puedes hacer nada contra la inflación, contra el miedo a cerrar con tu creatividad para salir adelante? Nada más que añadir.

Creemos que no podemos hacer nada porque el problema es demasiado grande, por qué no tienes herramientas para solucionar el tema.

El miedo hace el problema más grande. Hagámoslo más pequeño y seguro que nos sentiremos con capacidad de hacer y sacar soluciones al respecto.

Sacaremos el coraje para solucionar el problema y cambiar la actitud con el futuro.

Sé que mucha gente dirá ahora: «Vive el presente» es la solución. Estoy de acuerdo, mientras estamos pensando en lo que estamos viviendo o creemos que estamos viviendo, en las consecuencias que pueden pasar… no estamos viviendo el presente. Y ahora la moda es vivir el presente, no pensar más. Algo que hace que hecha «la ley hecha la trampa». Cuando solo piensas que estamos viviendo el presente, no afrontamos el problema, la ambición, la curiosidad .. y por lo tanto no hacemos, solo creemos que sentimos, vivimos, no pensamos.

La futurofobia es la enfermedad que deja dormida a la sociedad. Una sociedad que ve las noticias, se lamenta pero no hace nada por cambiar la situación ( y no te digo de coger una escopeta ), sino de hacer algo, por pequeño que sea.

La futurofobia nos adormece, si queremos crear, si queremos la felicidad de verdad, si queremos un desarrollo, debemos despertar.

Pensar, Ver y Crear, ¿3 verbos malditos?.

Photo by Anna Shvets on Pexels.com

La creatividad es la mayor expresión del ser humano.

A través de ella expresa sus emociones, su visión, su forma de ver la vida.

A través de ella no pretende dejar una huella en la vida de los demás, eso es una consecuencia. Sino quiere convertirla en su forma de vivir, en su felicidad… Y si con ello ayuda a otras personas, ¿Qué más se puede pedir?

Pero para desarrollar nuestra creatividad, HAY QUE PENSAR. Y eso no nos gusta nada.

Hace unos días volví a tener un deja vu. En dicha conversación me decían porqué no acudía a determinadas conferencias, en las que a los asistentes les hacían bailar, reírse de forma forzada y darle a una pelota como si fuera un concierto de «Parchís» queriendo volver a ser niños….Que eran lo mejor del mundo. Y quizá para muchas personas les sirven, les ayudan.. pero tengo que reconocer todavía no conozco a una persona que después de 45 minutos de la conferencia, recuerden qué se ha dicho en la misma.

¡Ninguna!.

¿Qué estamos haciendo?

Utilizando «placebos» del tipo que tú quieras para no pensar. Como dicen, para vivir con el «piloto automático», en el que la rutina, saber lo que vendrá es más importante que realmente lo que nosotros pensemos o queramos hacer.

Y ¿Cuál es el motivo?

Que no queremos pensar.

Pensar qué nos gustaría de verdad hacer con nuestra vida…. Con lo que queremos estudiar, con lo que es mejor para nosotros según nuestros intereses… Descubrir nuestro intereses y ver.

Porqué tras pensar, empezamos a ver. Y eso tampoco nos gusta. No nos gusta ver qué quizá hemos «perdido» el tiempo en algo que realmente sabíamos que no iba a llevar a ningún lugar y no hacer lo que nosotros queríamos hacer.

Ver es abrir los ojos, es aceptar lo que hemos hecho y también lo que no hemos hecho. Es empezar a hacernos cargo de nuestras acciones y decisiones.

Si no queremos pensar, no queremos ver, ¿Cómo podemos crear algo?

¡IMPOSIBLE!.

Pero eso de ser autentico, único, inigualable,… mola mogollón. Pero a la hora de la verdad, pensar, ver y crear son 3 verbos malditos que pocos quieren experimentar.

Si no piensas, no te puedes dar cuenta de cómo está yendo tu vida, de tus intereses, de lo que realmente quieres y de cómo ves la vida.

Si no quieres mirar, solo verás aquello en lo que crees. Creyendo que el mundo solo está formado por tus creencias, por aquellas ideas que no te «hacen dudar».

Y con todo ello, nunca llegaremos a crear nada. Bueno podremos copiar, replicar, fotocopiar ideas que nos gustan, ideas que sentimos que nos harán «parecer» diferentes, pero nunca lo llegaremos a ser.

¿Por qué?

PORQUÉ NOS DA MIEDO PENSAR.

Porqué cuando pensamos nos damos cuenta de muchas cosas…

Que queremos otras cosas en la vida y no lo que estamos haciendo hasta la fecha.

Que podemos hacer lo que siempre hemos querido hacer y mientras tanto hemos estado «gastando» el tiempo que no invirtiéndolo en una vida, «cómoda» pero que no nos daba lo que realmente nosotros queríamos.

¿Pero por qué no pensamos?

PORQUÉ EL SER HUMANO ES MUY VAGO.

Damos el poder de nuestros pensamientos a los demás. Creemos que los demás pensarán mejor por nosotros que nosotros mismos. Y lo que estamos haciendo a la larga, es matando nuestra creatividad, nuestras ideas y nuestro pensamiento crítico.

Hablamos del coraje, aplaudimos a historias personales que han conseguido cosas «increíbles» que pensamos que nunca podremos alcanzar, pensar o idear…. ¿Y luego qué hacemos? Dudar de que nosotros podemos hacer algo igual y todo porqué nos da miedo pensar.

¿Pero es fácil pensar?

Desde luego que no.

Y más en un mundo donde las presiones para seguir lo establecido, dónde por mucho que digamos el miedo reina a sus anchas y dónde las modas triunfan sobre la autenticidad.

Dice una frase así de Epíteto «Somos aquello en lo que nos enfocamos». Si no pensamos nos enfocamos en lo que hacen los demás, en cómo piensan los demás, en cómo creen sentir los demás… ¿Y así crearemos algo diferente a los demás?

¡NO!

Si queremos nuestra felicidad, si queremos vivir de nuestra creatividad, si queremos dormir en paz… No tengas al MIRAR, AL CREAR, AL VER, como los verbos malditos que dicen que son.

El trabajo que mucha gente detesta.

Photo by Valeria Boltneva on Pexels.com

¿Cuál es el peor trabajo que has podido realizar? y ¿El que nunca aceptarías?

Son dos de las preguntas que últimamente he hecho a la gente. Quería saber que consideraban ellos como «un trabajo repugnante», o cuáles eran los límites que tenían a la hora de trabajar.

Muchos decían que vendedor, otros trabajar en una funeraria, en una cadena de comida rápida…Pero recibí un mensaje que me ha hecho pensar. ¿Qué me contestó?

El peor trabajo que uno puede realizar es ser uno mismo.

Al principio no estaba de acuerdo con él. Pero lo hacía desde todo el proceso que había vivido y sigo viviendo durante todo este tiempo ( Porqué nunca acabarás de conocerte y descubrirte al 100%). Pero luego me di cuenta, que ser uno mismo , no es un trabajo muy gratificante.

No es gratificante que la gente te vea como un «bicho raro» cuando dices lo que sientes. Aunque ellos se peleen para ver quién ha leído más libros de desarrollo personal que nunca llegarán a a poner en marcha.

No es gratificante ver como luchas por tu autenticidad y luego ves como gente «mentirosa», que urde sus planes desde la manipulación, consigue resultados mucho antes que tú, que luchas porqué vean algo diferente.

No es gratificante ver como te esfuerzas y solo recibes incomprensión, rechazo y dudas. Y todo porqué la gente no quiere entender que estás luchando por encontrarte y/o que por fin has encontrado algo por lo que levantarte de la cama todos los días, aunque sea festivo.

NO es el trabajo más gratificante, ya que los resultados no los ves dentro de las 8 horas de trabajo, ni tampoco dentro del próximo quinquenio que te da la oportunidad de acceder a beneficios en la empresa. Quizás verás los resultados mucho tiempo después y la paciencia tiene un limite. Pero tiene un limite para quién no cree en lo que está haciendo, quién piensa que es un placebo para alcanzar el éxito de forma rápida.

No es gratificante ser uno mismo en un mundo de presiones, en los que los sueños tienes que dejarlos para cuando te jubiles, (si lo consigues) y en el que tienes que cumplir unos cánones si realmente quieres ser aceptado.

No es gratificante tener un concepto de felicidad totalmente distinto al de los demás. No crees que la felicidad es comprar seguidores en Instagram, mentir sobre la vida que llevas o las relaciones que tienes o mentir a las pocas personas que todavía te hablan.

Lo pensaba y estaba con él, no es gratificante el trabajo de ser uno mismo en este mundo.

Pero siento decirle, que también es el trabajo que más satisfacciones te dará nunca.

¿Y tú que trabajo crees que es el menos gratificante del mundo: ser uno mismo?

¡Dar tu opinión en este mundo, es estar al nivel de Batman!

De pequeños soñabamos con ser mayores.

¿Para?

Para hacer lo que nos diera la gana, para llegar a casa cuando quisiéramos y decir tacos sin que nuestra madre nos echara la bronca.

¿Pero qué ocurre a día de hoy?

.- Que nos callamos lo que sentimos

.- Que medimos las palabras dependiendo de quien estemos delante.

.- Que hablamos que queremos personas autenticas y luego nosotros no lo somos delante de los demás.

.- Que tenemos miedo a dar nuestras opiniones, perdiendo oportunidades.

Pero eso si, nos cansamos de repetir que hay que ser auténticos, que la vida es una y que pase lo que pase, tenemos que ser nosotros mismos.

¿Pero realmente lo hacemos?

¡NO!.

Nos callamos nuestra opinión porqué no sabemos qué opinión tiene la otra persona y quizá podamos perder una amistad, un amor o una oportunidad profesional.

Nos callamos lo que realmente opinamos y luego llegamos a casa pensamos que «imbéciles» hemos sido porqué no hemos hecho ni dicho lo que realmente sentíamos.

Nos callamos lo que nos hubiera gustado decir a esa persona porqué había que tener «la fiesta en paz».

Y mientras nos seguimos callando, nuestra felicidad desaparece y nuestra rabia aumenta.

¿Por qué nos callamos lo que realmente opinamos o queremos decir?

PORQUÉ NOS SIGUE IMPORTANDO MÁS LA OPINIÓN DE LOS DEMÁS QUE LA NUESTRA PROPIA.

Seamos sinceros, hablamos mucho de transparencia , de dar nuestra «luz» a los demás, de gritar que somos felices digan lo que digan a los demás… cuando en realidad lo que tenemos es miedo a que nos señalen como «raros» porqué nos sentimos felices, por nuestras ideas pueden causar «molestias» a nuestro grupo de siempre o que el «grupo familiar» no será tan ideal cuando expongamos lo que sentimos.

Diremos que lo diremos pero nos siguen importando más lo que dirán que lo que realmente nosotros queremos decir o expresar. Pero eso si, hay que ser felices. ¿Pero cómo vas a conseguirlo si estás haciendo de primeras algo contrario a tu propia felicidad?

Nos quejamos de que no hemos dicho lo que esa persona necesitaba que alguien le dijera, no decimos lo que nos pasa no vayan a pensar que estamos «mal» de la cabeza por ver la realidad como los demás no la ven… Y todo ello porqué pensamos que nos podremos quedar solos, sin amigos, infelices….

Ser felices no es tener 168.000 amigos en Instagram comprados creyendo que todos son «amigos» nuestros y que aceptan y comprenden nuestras necesidades e ideas.

Vivimos en una sociedad en la que creemos que cuánta más gente conocemos (que no es lo mismo que amigos), más felices somos, más éxito tenemos y más nos reconocerán por la calle.

Como bien dice una persona importante para mí, «Conocidos muchos, ¿amigos? con los dedos de una mano y sobran dedos».

Son personas con las que podemos hablar, escuchar, recibir mensajes que seguro no nos gustarán, pero ellos lo hacen por nuestro bien, porqué quieren lo mejor para nosotros. Al igual que nosotros podemos ser nosotros mismos con ellos y siempre abunda el respeto, la confianza y el agradecimiento.

Pero a día de hoy «pseudo-amigos» hay muchos, pero cuando sientes la necesidad por cariño que tú crees, de decirle algo y no lo «acepta» bien ( siempre con respeto ), la mayoría de ellos, se marchan. Te critican diciendo quién eres tú para decir lo que has dicho…Solo una persona que pensaba que era tu amigo, que sentía que podía ser ella misma contigo y ya hemos visto que no ha sido así.

¿A quién no le ha pasado alguna vez?

Vivimos en un mundo en el que dar tu opinión sincera, es tener más valor que Batman. Ya que no sabes por dónde te puede salir el tiro. Pero cada día creo más que estas personas no son Batman, llevan por bandera uno de los valores que tanto se habla hoy en día, COHERENCIA.

La coherencia es difícil en este mundo de presiones pero te da una gran recompensa, que la gente que te rodea, será poca, pero siempre será de verdad.

Y si quieres un consejo:

Dónde te sientas Batman a la hora de dar tu opinión, ahí no está tu lugar.