La verdad es que nada es tan importante…

Photo by Tima Miroshnichenko on Pexels.com

La verdad que tener trabajo no es importante.

La verdad que tener pareja no es importante.

La verdad que hacer lo que quieren los demás no es importante.

La verdad que ser uno más no es importante.

La verdad que seguir los patrones no es importante…

Recientemente oía la nueva canción de Viva Suecia «El bien» que repetía una y otra en su letra esta frase: «La verdad es que nada es tan importante«.

Nos pegamos la vida llorando porqué el rollo del sábado ya no nos hace caso… por qué no tenemos el número de seguidores es redes sociales que nos haría ser considerados como «expertos», por qué no somos como los demás que son «cool» y nosotros uno «más»… porqué los amigos han quedado entre ellos y no han contado con nosotros…

Nos pegamos llorando mucho tiempo de nuestra vida dando valor a cosas que no son importantes.

Son importantes en ese momento…pero piensa ¿Cuál es el motivo por el cuál crees que es importante?

Muchos dirán que duele porqué creemos que importa. ¿Pero qué es lo que realmente te importa? Te importa a ti, no lo que dicen los demás que te debe importar.

Muchos dirán que son por los valores que tienen… Perfecto.. SI ese amigo te ha defraudado.. no tienes que darte mal por ello, otro nuevo y adiós muy buenas. No es ser frio, es apostar por tus valores esos dices que te importan. Y si te importan y quieres a esa persona, hablas con ella e intentas solucionar el tema si se puede solucionar. Sino es así… Mañana hará un año y que cada uno siga su camino.

Muchos dirán que no saben por qué les importa lo que ha ocurrido… En realidad lo que quieren decir, «nunca he investigado en mi realmente lo que quiero, lo que siento o cómo soy… Y ahora que ha pasado esto, me he dado cuenta lo que realmente es importante para mí y lo que no…»:

Si echamos la vista atrás seguro que nacerá una sonrisa en nuestros labios. ¿Por qué? Porqué nos daremos cuenta que hemos cambiado, que le dábamos importancia a cosas que a día de hoy pensaríamos que estamos locos o son cosas de críos..

Desde luego que todos tenemos nuestro camino a la hora de avanzar, desarrollarnos, avanzar… Y no todos están iluminados como lo dicen por redes sociales ni todos somos unos niños cuando dicen que somos inmaduros. Cada uno a su ritmo.

Pero a día de hoy, ¿Por qué seguimos dándole importancia a cosas que realmente, si pasaremos un poco, nos daríamos cuenta que no la tienen?

Porqué seguimos sin querer saber lo que realmente nos importa.

Preferimos que los demás nos digan lo que nos tiene que importar y lo que no…

Preferimos pensar que si no vamos a ese evento o concierto de «moda» no seremos considerados como parte del grupo y que nos desterrarán.

Preferimos pensar que tenemos que hacerle «favores» a esas personas que queremos nos introduzca en su «agenda,» y por ello hacemos lo que haga falta y más…

Preferimos tener pareja aunque le pongamos los cuernos que no estar solos y en paz con nosotros mismos..

Por no querer saber lo que queremos ( mejor dicho, por miedo a expresar lo que queremos no vayan a pensar que somos raros, diferentes o seamos expulsados del rebano ), hacemos lo que sea y más por ser aceptados por los demás.

Es decir, por no escucharnos acabamos haciendo cosas y teniendo pataletas que ni los niños pequeños tienen.

¿Qué está sucediendo?

Que seguimos siendo niños que vamos detrás de una «piruleta» en forma de modas, miedos y tendencias que sino las alcanzamos nos ponemos a llorar.

Tampoco te estoy diciendo que seas un ser humano frio, que no tenga emociones y un ego desconmensurable diciendo que has madurado de la noche al día y pasas de todo lo anterior, relájate.

Te estoy diciendo que muchos de los problemas que tenemos es por darle más importancia a lo que realmente no la tiene.

Vamos de «chulitos» diciendo que no nos importa lo que digan los demás de nosotros, hablamos de la libertad, de la originalidad… y luego cuando llegamos a casa acabamos llorando por lo que nos han dicho o creemos que nos han dicho.

¿En qué quedamos; nos importa lo que dicen los demás o no?

Por desgracia nos damos cuenta de muchas cosas no son tan importantes en momentos críticos de nuestra vida, cuando se ha marchado un familiar, estamos pasando una enfermedad o cualquier momento crítico, el cual no sabemos qué pasará con nosotros después de él… nos damos cuenta que hemos perdido mucho tiempo en absolutamente mierdas.

Mierdas que te daban de comer, que te hacían pasar buenos ratos y que te hacían aparentar algo, que en el fondo, sabías que ni querías ni sentías, que no eran importantes para ti.

¿Qué ocurre cuando damos un giro a nuestra vida ocupándonos de lo que realmente es importante para nosotros?

Somos más felices, vivimos con menos equipaje, pocos amigos pero siempre rodeado de los mejores, nuestras relaciones mejoran y otras se van… Todo cambia a mejor.

Así que:

.- Piensa en tus últimos disgustos y preguntante ¿cuál ha sido el motivo de ellos?

.- ¿Realmente son temas importantes para ti que en 5 meses aún estarás pensando en ellos?

.- Si crees que lo son, ¿Por qué? Y no valen excusas porqué te han hecho daño o no te han hecho del grupo… Explícalo en función de valores reales, no de tendencias eventuales.

.- Y si tú vida se basa en relación a cosas que no te importan.. ¿Qué vas a hacer para cambiar el rumbo de la misma?

Nos pasamos la vida preocupándonos por cosas que no valen la pena.

¿Qué pasaría si invirtiéramos la vida en cosas que realmente si nos importan?

Apunten, Disparen y No Acierten…

Photo by Vicky Tran on Pexels.com

Nos pegamos la vida queriendo acertar el tiro..

Como bien dice Paulo Coelho en su libro «El camino del arquero» nos pasamos la vida queriendo apuntar bien, pero sobre todo que acertemos el tiro, ya que sabemos que no lo volveremos a intentar de nuevo.

Queremos el éxito, la felicidad, el amor, al primer tiro…Sino ya tiraremos la toalla para no volverlo a intentar más.

Pero luego cuando vemos que alguien ha dado en el blanco que nosotros queríamos dar, en vez de preguntar cómo lo ha hecho, querer que nos enseñe, en definitiva, preguntar cómo lo ha conseguido.. lo echaremos por tierra, lo criticaremos y hasta en alguna ocasión inventaremos algún «bulo» para desprestigiarlo.

¿Pero por qué erramos?

Porqué nuestros intentos no son fuertes, no están enfocados y son débiles. Suelen ser tiros basados en modas, en el de la marca personal, en el del copy, en el del coach… Modas que pensamos que nos harán ser una persona de reputación intachable, con muchos seguidores en Redes y que nos lloverán las ofertas de trabajo…al igual que nos ha dicho nuestro profesor que le pasa a él.

Pero cuando nos damos cuenta que aun habiendo hecho lo que nos decían que teníamos que hacer, no conseguimos resultados, acabamos echando la culpa a los demás, cuando en realidad la has tenido tú mismo.

Pensamos que no habremos cumplido alguna norma , que nos habremos saltado algún paso, que no teníamos la misma actitud que nuestro «mentor», pensamos chorradas…cuando en realmente estábamos haciendo algo en lo que no creíamos de corazón y solamente lo hacíamos por desesperación.

¿Por qué?

Porqué cuando tú lanzas un tiro fuerte, recto, bien equilibrado, transparente y a mayor velocidad es cuando es un tiro basado en tu pasión, en lo que sientes, en lo que quieres y no en lo que los demás dicen que es cool.

Cuando tú lanzas un disparo así, no tienes miedo errar, solo tienes ganas de disfrutar. De disfrutar a dónde te lleva el tiro. Cuando tienes haces lo que no sientes, tienes miedo a dónde te llevará o las consecuencias que tendrá.

Cuando tu lanzas un disparo en el que crees lo haces con el alma, sabiendo que puedes errar, que no puede llegar hasta donde tú querías, pero sería peor no hacerlo sabiendo qué es lo que realmente quieres hacer.

Hablamos de motivación, que la gente va la gente sin pasión. Y desde luego que es así, a pesar de ser verano, las calles de las ciudades están en silencio, la gente no habla, las miradas parecen perdidas y faltan risas.

¿No será que su día a día está falto de motivación y pasión? ¿No será que realmente querrían lanzar el disparo a lo que quieren pero por X o Z no lo hacen?

Cuando haces las cosas desde el alma, sientes que AHORA es el momento para ese disparo. Te podrá llevar al éxito o no, pero siempre te llevará a un lugar diferente al que te encuentras en ese momento. Y no esperaras a jubilarte para dar un tiro que quizá ya no esté esperándote jamás.

Siempre había sido una persona que si no alcanzaba el blanco sentía que era un fracasado. Y estaba muy confundido. Queda muy «coach» pero fue cuando uno cambia la perspectiva de meta por el de camino, el desarrollo es mucho mayor.

Si pensaba en la meta y ni la rozaba en el primer intento, sentía que era un fracasado. Cuando seguía probando diferente métodos para llegar a ella tras las experiencias obtenidas, he conseguido en mi vida metas que jamás pensaría que llegaría a ellas.

La meta es el mayor enemigo del ser humano.

No me considero escritor, no me considero gestor de eventos, no me considero una persona realizada…por qué no he llegado a ninguna meta y echarme a dormir. La vida es un camino que debes recorrer y cada meta que solo una parada para disfrutar y seguir adelante subiendo la cuesta llamada vida.

Cada meta es una parada para reponer fuerzas y seguir. Nunca para dormirte hasta que te llegue el día que te digan que tienes que subir para arriba.

Cuando caminas hacia la meta, jamás olvides lo que hay a tu alrededor. No por tener una meta tienes que estar obsesionado con ella. Yo tenía la obsesión de trabajar en Madrid en el mundo de las finanzas pero fue el darme cuenta por el camino que había otras cosas y disfrutarlas, me llevo a cambiar el rumbo de la meta.

No se trata de enfocarse en una meta como una obsesión sino de disfrutar del camino y dejarte llevar. Lo digo por experiencia propia.

La verdad que no soy futurólogo ni pretendo serlo. ¿Por qué lo digo? Dicen que después del verano, vendrá el invierno como dicen en «Juego de Tronos«. Momentos en los que la incertidumbre será mucho más palpable y que la creatividad será más que nunca necesaria.

Lo sabemos y lo peor de todo es que no haremos caso. Nos centraremos en lo superfluo, en el qué dirán, en el esperar a que «pase todo y sin hacer nada»…

Nos encanta enfocarnos en el «postureo», en lo superfluo, en el tamaño de nuestras redes sociales… cuando realmente lo que queremos expresar a los demás y nos da miedo pedir:

.- Gente de verdad, serenas de corazón. Coherentes.

.- Que aproveche los malo momentos como una oportunidad y no como una decepción.

.- Que sean curiosas y no se dejen de preguntar a pesar de su éxito o del qué dirán.

.- Con pensamiento crítico y no piensen como los demás.

.- Que se arriesguen, se caigan y se levanten mucho más sabios por la experiencia vivida.

.- Que enfoquen su energía en lo que creen y quieren, no en lo que destestan.

En definitiva, todas estas personas tendrán una cosa en común, apuntarán siempre a su blanco con creatividad , originalidad y pasión.

¿Y eso no producirá desarrollo a las personas y con ello a la sociedad?

Con los años, (tengo 43) se van yendo gente de nuestro lado que no quieres, no esperas o esperas. Y cada vez tengo una idea en mente respecto a esa situación:

La vida es el arco que tenemos para enfocar el blanco.

Depende lo que hagas con tu vida, así será el resultado de tus intentos.

Embellece tu arco con tus pasiones y los blancos aparecerán.

Quizá no aciertes a la primera, pero si sabes que es tu blanco, seguirás intentándolo durante disfrutas del camino.

Tú decides.

.

¿Qué solemos hacer cuando nos quejamos de algo?

Photo by Lukas on Pexels.com

Hoy es trending topic en redes sociales un alegato de un presentador en el que comenta que los politicos nos han tratado por tontos.

Nos han tratado por tontos por su forma de gestión, por sus idas y venidas y por su falta de decisiones.

Nos han tratado por tontos y ahora nos quejamos.

Ahora gritamos que nos han tratado por tontos.

Gritamos a los 4 vientos que no estamos de acuerdo con lo que han hecho con nosotros. Que nos merecemos un respeto porque somos ciudadanos. Queremos nuestros derechos, queremos nuestra salud mental, el poder salir por ahí y llegar a casa a las 5 de la mañana como cubas…

Gritamos muchas cosas…. ¿Pero qué suele hacer normalmente el ser humano al respecto cuando se siente maltratado?

¡NADA!.

Mañana la noticia será que han llegado los Reyes Magos o que tu «gurú» le ha tocado la lotería.

Mañana ya nos hemos olvidado de todo. Mañana lo que exigíamos ya será historia.

Y todo, ¿Por qué?

Porqué no tenemos el ademán de luchar, de salirnos de lo establecido, de esforzarnos realmente por lo que queremos, por lo que sentimos. A cambio preferimos quedarnos como estamos, que «creemos que no estamos tan mal».

Y no solo estoy hablando de esta situación que estamos viviendo con el bicho llamado Covid-19. Hablo en general, nos quejamos mucho, pero hacemos poco para cambiar la situación.

Sabemos que nuestra pareja nos trata como tontos y nosotros aún seguimos ahí.

Sabemos que nuestro «jefe» es un déspota, por llamarlo finamente. Pero no nos vamos del trabajo a pesar de nuestros enfados y lloros porqué…

Sabemos que tenemos que cambiar, que las cosas no son como pensamos… Pero eso de cambiar si eso, lo dejamos para otro día.

Sabemos que nos están tratando por tontos. Quizá porqué estamos siendo demasiados buenos, quizá porqué nos interesa o vete a saber, quizá queríamos creer, quizá no queríamos sentirnos solos o creíamos que estaba realmente enamorada de nosotros.. …. En resumen, por querer creer, creer que sabrían más que nosotros, por confianza en la otra persona o por necesidad, hemos llegado a la situación que se «nos han hinchado los eggs».

Tranquilo, está genial que haya abierto los ojos y te hayas dado cuenta que no quieres dicha situación. Te aseguro que otros, aún sabiendo lo que están viviendo, se lo callan y siguen aguantando , porque creen que les interesa más «que se aprovechen de ellos» que no dar un paso adelante y dejar a un lado esa situación.

Felicidades, has reconocido que no te gusta como te están tratando. Pero también tienes que reconocer que parte de la culpa es tuya, ¿eh?. Claro que si, no eches la mierda al resto, que también tienes culpa. Quizá por confiar más de la cuenta, por no hacer esa pregunta que hubiera cambiado la situación,… has llegado hasta donde estás a día de hoy.

¿Seguimos?

En estos momentos te encuentras en una texitura:

.– No hacer nada, no decir una palabra más alta que otra y seguir con la cabeza baja aguantando el chaparrón.

¿Cómo suele acabar estas situaciones? Seguramente tú peor de cómo estás ahora y la otra persona con una sonrisa de oreja a oreja sin esa sensación de haber hecho las cosas mal.

Pero si optas por esta opción, lo respeto.

Pero eso si, NO TE QUEJES SI NO QUIERES HACER NADA AL RESPECTO.

Es respetable que no quieras hacer nada porque satisface algún interés, porqué quieres llevar tu vida de siempre o lo que sea….pero a partir de ese momento, no te quejes. Has tomado una decisión y tienes que consecuente con ello. Si sigues aceptando la situación, ¿No te irá tan mal, no?

.– Parar. Pensar qué quieres realmente y quizá salirte de esa relación.

También puede pasar que esa persona no se daba cuenta. Puede pasar. Si Messi se fue del Barca, a día de hoy puede pasar cualquier cosa. Pero ante todo para y piensa qué es lo que quieres realmente en tu vida. Sabes que NO quieres. Pues qué quieres es más fácil expresarlo. Y si sientes que tienes que «abandonar esa relación» es lo primero que tienes hacer.

Pero si sabes que NO quieres en tu vida y sigues «aguantando» esa situación, el problema es tuyo, seamos claros. No lo olvides.

Pero ¿Sabéis una cosa? Que por mucho que hablemos de felicidad, de responsabilidad ( he oído la palabra más en estos dos años que en todos mis 42 años ), de resiliencia, del despertar espiritual, de madurar, de muchos términos que inundan las redes sociales… ¿Qué acabamos haciendo?

QUEJÁNDONOS Y ESPERAR A QUE SEA OTRO A QUIEN DE EL PASO ADELANTE QUE SOLUCIONE NUESTROS PROBLEMAS.

¿Hacemos algo cuando algo no nos gusta?

VOMITAR EN REDES SOCIALES NUESTRA RABIA Y FRUSTRACIÓN, CAGARNOS EN LA CENA DE NAVIDAD POR NUESTRA VIDA DE MIERDA Y SI SALE EL POLITICO DE TURNO, DESEARLE EL MAYOR DE LOS MALES.

Y mañana volver a hacer lo mismo.

Seamos sinceros, SOBREVIVIMOS DORMIDOS EN ESTE TRAYECTO LLAMADO VIDA.

Pero cada opción es muy respetable… Sin embargo hablamos mucho de resiliencia, pensamiento en grande y leyes de atracción… Y mientras tanto, el problema está sin solucionar.

¡Menos quejas y más hechos! Quizá así conseguiríamos todos juntos esa «idea» de sociedad que tenemos…

¿Y tú qué haces cuando te quejas de algo?

Hoy es el 1º día. ¿Y mañana? También.

Photo by Tara Winstead on Pexels.com

» Cada salto en el vacío es una cuestión de fe, nunca nada se repite como la primera vezcanta Fito Paez.

Y así lo creo, todos los días debemos ser vírgenes.

Nos reimos de las personas que están haciendo algo por primera vez. Más miedo me daría saber qué estás haciendo algo por última vez.

Nos pasamos la vida haciendo las cosas en función de los resultados que hemos obtenido anteriormente.

Empieza septiembre y volvemos a hablar de los hábitos. De la depresión posvacacional, de cómo enfrentar el final de año o reinventarte profesionalmente.

Hábitos que no hemos conseguido implementar en nuestra vida desde aquel Enero en el que íbamos con dos copas de más.

Es decir actuamos en función de los resultados que hemos obtenido en comparación a Enero. Pero sigo.

Compramos la ropa o productos que nos han dado ya buenos resultados.

Lo vuelvo a repetir, actuamos en función de la comparación.

Hablamos con una persona o nos ponemos a salir con una pareja, porque la comparamos con otra pareja que tuvimos, con un cantante famoso que siempre nos ha gustado y se parece a él.

Seguimos tomando decisiones en función de comparaciones.

Basamos nuestras decisiones tras los resultados de haber comparado situaciones.

Si el resultado anteriormente fue bueno, repetimos o vamos a hacia algo que se parecía, creyendo que se repetirá el mismo resultado.

Si el resultado tras haberlo comparado, no es agradable, desechamos la oportunidad. Ya puede ser la oportunidad de nuestra vida, que decimos que NO de una forma rotunda.

¿Dónde queda hacer las cosas por primera vez? ¿Dónde quedan esos nervios de la primera vez? Pero sobre todo, ¿Dónde queda la creatividad y la innovación en nuestras vida por hacer algo por primera vez?

¡¡Qué lo haga otro, yo hago lo que conozco y lo que creo que me dará los mismos resultados que he tenido o espero!!.

Todos los días, en algún momento nos estamos comparando con algo que ocurrió en el pasado.

Con una relación rota, con una mala experiencia en el trabajo o una mala contestación por parte de un familiar.

Sea como sea la comparación, siempre salimos perdiendo.

¿Por qué?

Porqué no daremos una oportunidad a esa posible primera vez.

A esa primera vez de decirle te quiero a esa persona que nos tiene loco como nunca nadie lo habia conseguido. A ese pedir perdón al que no estás acostumbrado por tu ego. A ese curso que siempre te ha apetecido hacer pero por el miedo al qué dirán siempre lo posponías En definitiva, a la primera vez de apostar por ti, por tu paz y felicidad.

Y todo porque comparamos nuestros resultados futuros con nuestros fracasos pasados.

¿Y quién leches nos dice que siempre se van a repetir? ¡NADIE! Pero lo que pasa que el miedo nos ha ganado la partido, hemos dejado que nos gane ya que no confiamos en nosotros mismos y ni mucho menos en nuestras posibilidades.

Recientemente leía que una de las claves del éxito de Amazon a través del libro «Cada día es el primer día: Todos los secretos del éxito de las empresas más innovadoras«, es que uno de sus valores principales es que cada día era el primer día para ellos.

¿Por qué si es una empresa que puede vivir de las rentas sigue pensando que todos los días es el primer día?

  • Para no dormirse en los éxitos ni macharse en los fracasos pasados.
  • Para pensar continuamente en cómo hacer las cosas mejores.
  • Para vivir continuamente en la incertidumbre. Característica por antonomasia de un mundo actual.
  • Para no dejar de desarrollar nuestra creatividad.
  • Para desarrollar nuestra curiosidad.
  • Para que el miedo no te gane la partida ante las oportunidades de crecer.

Podría seguir enumerando beneficios de tener una mentalidad virgen en cualquier aspecto de tu vida.

Podría decirte muchas cosas más, pero si no las vives tú, por mucho que te diga yo, poco lo podrás confirmar.

Cada día nacemos vírgenes, puros de pecado y al despertar solo pensamos en ayer, cometiendo el mayor de los pecados.

Recuerda:

CADA DÍA ES EL PRIMER DÍA. Y me da igual los años que tengas o lo que hayas vivido, cada día es el primer día. Haz siempre algo por primera vez. Y no te dejes llevar por el ego de creer que ya sabes qué es o qué va a ocurrir porqué crees que ya lo has vivido.

Ser virgen el resto de tus días es ver la vida con ingenuidad, es fijarte en los detalles, es ver la vida con los ojos de un niño,… Pero no, es mucho mejor creer que no sabemos todo, pero luego pasa lo que pasa.

¿Y tú qué vas a hacer hoy como primer día?

Se virgen el resto de tus días.

¡La Vulnerabilidad también Marca!

Photo by cottonbro on Pexels.com

«Esa vulnerabilidad de las cosas valiosas es hermosa porqué la vulnerabilidad es una marca de existencia» decía Simon Well

Mi madre siempre me ha enseñado que en el término medio está la virtud.

Pero vivimos en una sociedad que si no eres de unos, eres de los otros. Y así nunca alcanzaremos ningún avance, más bien luchas fratricidas.

Últimamente estamos viendo en los medios de comunicación que se habla mucho de la salud mental gracias a la deportista Simon Biles. Que pena de país, tiene que venir alguien de fuera para recordarnos temas que nosotros tuvimos con consecuencias mucho más tristes, pero que nos olvidamos rápidamente.

Hablamos de la importancia de la sicología, de no ir al psiquiatra cuando nos hemos dado cuenta que tenemos un problema, sino antes, de hablar de nuestras emociones y de gestionar la presión que podamos sentir. Yo no soy psicólogo ni mucho menos siquiatra, solo soy un chico de Zaragoza que durante 10 años escribe lo que siente en cada momento. Pero una cosa déjame decirte una recomendación, un psicólogo en tu vida ayuda y bien.

Pero si quiero hablar de un tema que alguna que otra vez he escrito y que está relacionado con este tema, La Vulnerabilidad.

La educación que hayamos podido vivir, ser hombre o mujer y miles de circunstancias alrededor, llegamos a la madurez, no queriendo mostrar nuestros sentimientos, no queriendo mostrar nuestras emociones.

¡No queriendo ser ni sentirnos vulnerables ante los demás!.

Nos han dicho que tenemos que ser perfectos, que tenemos que dar resultados siempre en todo lo que hagamos, que tenemos que ser felices y lo mejor de todo, mostrarlo a los demás para que vean que es verdad ( o al menos se lo crean). Y eso de las emociones, que eres imperfecto, que te pasa algo, «te lo comes«, porque sino se reirán de ti, te dirán blando y ni se te ocurra llorar. En este momento siempre me acuerdo de la canción de Miguel Bosé: «Los chicos no lloran solo deben pelear».

Pero para el carro. No estoy diciendo que ser «vulnerable» es llorar más que Bustamante en Operación Triunfo. NI tampoco que nadie te pueda decir absolutamente nada porqué eres vulnerable.

¡No te flipes!

Estoy diciendo que ser vulnerable es mostrarse uno mismo siempre, SER INTEGRO. Es llorar cuando algo te emociona de verdad aunque tengas delante de ti al Director general de tu empresa, Es responder lo que sientas cuando te hacen una pregunta, no respondiendo lo que le gustaría oír a la otra persona.

¿Por qué está tan de moda ahora la vulnerabilidad cuando en realidad es la integridad de la persona en si? Porqué nos hemos pegado la vida pensando que somos héroes, que podemos con todo, que importa más la razón que el corazón y a la 1 de cambio, cuando vienen mal dadas, no tenemos ni pu… idea de gestionar nuestras emociones.

A eso se llama vulnerabilidad, cuando en realidad es que la vida te ha dado una ostia para que dejes e ir de «chulito» y vayas de lo que eres, «un ser humano». Pero bueno, una etiqueta más.

En este mundo de redes sociales, esta lucha contra la imperfección se ha hecho aún más visible. Con frases como «no tienes que ser un buen profesional, tienes que parecerlo.. Usa estos filtros de Instagram para que no se te vean esas arrugas, haz fotos de todo lo que hagas, que se te tiene que lucir todo lo que haces…» La ultima frase me lo dijo una persona que al dia siguiente decía que se quería quitar de redes sociales, en fin.

Todo debe ser perfecto, tienes que emanar éxito aunque mientas en lo que estás diciendo a tus seguidores… Eso no importa, lo importa es el like, que te compren y como un martillo pilón les metas tu mensaje a tus fans queriendo que no se olviden de él y mucho menos se vayan con «otro».

Hay que conseguir resultados desde la razón, ¿Desde la emoción? ¡¡NUNCA!! Buenos desde la manipulación, quizá.

Pero eso si, luego hay que tener una marca personal autentica, ¿Y la autenticidad no es también vulnerabilidad?

La verdad que no entiendo la incoherencia de muchos gurús de hoy en día.

Con esta situación, eso de mostrar nuestras emociones, eso de decir que lo estamos pasando mal… lo dejamos para las noches cuando nadie nos ve y solo nuestra almohada aguanta nuestros lloros.

Vivimos en un mundo donde la razón y la imagen están ganando la partida a la emoción. Y claro luego pasa lo que pasa, que hay más muertes por suicidios que por accidente de trafico. (Qué conste que todas las muertes son iguales de importantes, vengan de donde vengan).

Como en todo hay gente que lleva todo al extremo. Mostrando en redes sociales situaciones de lo más personales que deberían , a mi forma de ver, quedarse de puertas para adentro. Como exponer problemas que deberían tratar profesionales expertos y no tus seguidores en redes sociales. Y algunas hasta muestran situaciones falsas, ¿Por qué? ¿para dar pena? ¿para hacerse la victima? Me da igual el motivo pero usar desgracias para aumentar los seguidores siempre me ha parecido lo más rastrero del ser humano. Pero allá cada uno.

Vivimos en una sociedad en la que si no eres un Super Héroe de los negocios, del marketing, de la marca personal… eres un fracasado. Tienes que parecer, eso de ser, no importa. ¿Y tus emociones? Eso déjalas para ti y tu almohada.

Todo lo basamos en los resultados. ¿Las emociones? Mejor las dejamos para casa dónde nadie nos vea y sepa qué nos está pasando, qué nos ocurre o qué pensamos de verdad.

Desde luego que seguimos a la gente por sus resultados; o bueno lo que dicen que han conseguido. Desde luego que contratamos a la gente en función de las expectativas que pueden generar en nuestra empresa. Es decir, nos sigue importando mucho más la titulitis, lo que dicen de esa persona, que realmente quién es esa persona de verdad, emociones incluidas Luego si hay que despedirlo ya echaremos la culpa a la responsable de RR.HH. Pero bueno… por mucho que hablamos de felicidad en la empresa, en la sociedad, nos sigue importando más las expectativas que puede generar esa persona que no quién es de verdad.

Y lo vuelvo a repetir , no estoy diciendo que ahora nos tengamos que exhibir nuestras emociones sin parar. Porqué más bien estamos haciendo espectáculo que no ayudando a los demás. Sino lo que estoy diciendo que durante toda la historia de la sociedad y del mundo empresarial, la vulnerabilidad ha tenido una papel importante a la hora del éxito de personas, marcas y sociedades Y no solo dependiendo solo de los resultados.

Y no hace falta irnos años o siglos atrás para ver qué pasó y cómo pasó, a día de hoy lo estamos viendo con muchas empresas que están mostrando su sensibilidad/vulnerabilidad a la hora de contratar gente de una determinada edad, que han ayudado a gente desfavorecida ( y sin fotografías que lo testimonien) o que gracias a mostrarse vulnerables y no desde su despacho lleno de fotos de éxito, han reconocido estar pasando malos momentos y sus clientes, proveedores ayudarlos a salir adelante porqué creían en el proyecto, en lo que proyectaban o generaban. Y sobre todo porque su vulnerabilidad/sensibilidad les había ayudado antes que ellos tuvieran problemas.

Seguimos pensando que una marca tiene que dar resultados de forma racional, a través de un método o una fórmula. ¿Y dónde dejamos las emociones? Que si, que está claro que no hay que hacer un espectáculo, porque sino la delgada línea entre la verdad y la manipulación, es muy delgada. Totalmente de acuerdo.

Hablamos de que todos tener un propósito en la vida, luchar por algo. ¿Pero dejamos las emociones a un lado?

¿Las familias cómo se crean? ¿Sólo con resultados? ¿O con emociones también?

Podrás ofrecer mucho a una empresa y dar resultados, Pero si cuando están las cosas mal no eres empático, ¿Para qué sirves? ¿Qué tenemos que ser todos como Cristiano Ronaldo, el mejor, el que más goles mete, el que más ego tiene pero de empatía poca?

Puedes tener una marca que ofrezca el éxito a la mayor rapidez posible. Pero si luego a la hora de formar no tienes una pizca de sensibilidad , ¿Para qué sirves?

Creo que estamos en una vorágine de resultados y éxito que nos está haciendo perder muchas cosas por el camino y una de ellas son las emociones.

Lo vuelvo a repetir, no se trata de manipular a las personas a través de tu «papel vulnerable»

Pero si creo que una marca empresarial o personal , es la suma de resultados y de emociones. Porqué si hablamos de felicidad en las empresas, en la sociedad y solo pensamos en resultados, ¿Qué estamos promulgando?

Yo quiero verdad, no solo resultados desde la razón, sino también desde la emoción.

LA VULNERABILIDAD TAMBIEN MARCA.

¡Nunca llegarás a nada!

Photo by Chris Smith on Pexels.com

«Nunca llegarás a tu destino si te detienes a arrojar piedras a cada perro que te ladre» decía Wiston Churchill

He estado viendo la conferencia de Fernando Beltrán en el Branding Day de Mallorca. Y durante la misma, no paraba de repetir una frase que le decía su familia:

¡¡NUNCA LLEGARÁS A NADA!!:

Mientras la veía no paraban de caerse las lagrimas desde mis ojos. Me sentía muy identificado.

A día de hoy todavía sigo oyendo con la edad que tengo, la misma frase:

¡Nunca llegarás a nada!.

Pero no solamente me pasa a mí. Todos los días recibo varios emails en los que gracias al artículo que publiqué: ¡No eres un inútil!, la gente se siente identificada con él ya que en su casa, sus parejas todavía siguen diciéndoselo.

¿Qué nos pasa?

Que seguimos pensando que ser alguien en la vida, es tener una carrera con futuro, una casa ya a una edad determinada y sobre todo pareja, no vayan a pensar que eres de la «otra acera».

Sé que muchos padres lo hacen por el amor que tienen hacia sus hijos, por recordarles una y otra vez que tienen miedo de que será de él el día de mañana cuando sus padres no estén y siga teniendo la vida que tiene ( la de un trabajo de no 8 horas o si morirá en la máxima soledad). Y todo porque no quieren que sus hijos vivan lo que han podido vivir ellos, una guerra, una dictadura o el sudor de tener 5 trabajos para sacar a su familia adelante.

Lo entiendo y lo respeto. Pero están haciendo mucho daño a sus hijos. Y lo veo cada día en los emails que me llegan. Además si le añadimos que han tenido varios hijos y los demás si han conseguido «ser algo» en la vida, ya puedes cerrar el chiringuito que te van a dar la murga hasta sus últimos días.

No soy padre, que yo sepa, pero siempre he aprendido que cada persona es diferente, que cada situación es totalmente distinta a la anterior y lo que te servía para una persona no te puede servir para otra.

Y todo porque piensan que la felicidad de su hijo haciendo lo que le hace feliz, es no llegar a nada.

La seguridad nunca ha existido ni existirá. Seguridad que nos inculcan las generaciones anteriores y por las que luchamos. Lucha que es infructuosa y no porque haya venido la pandemia o la transformación digital, sino que nada es seguro. Relaciones de pareja que pensabas que durarían para siempre y cortan; empresas de éxito que de un día para otro cierran o partidos que el Real Madrid tenía ganados y acaba empatando en el último segundo.

Nada es seguro pero ni ahora ni nunca.

Y mientras nosotros luchando por alcanzar una meta que nunca alcanzaremos , la seguridad. De un día para otro, pasamos de estar con los amigos en la calle a pasarnos más de 3 meses encerrados en casa, asi que seguridad no existe.

¿Pero qué significa que nunca llegarás a nada?

QUE NO CUMPLES LAS EXPECTATIVAS QUE TENIAN LOS DEMÁS SOBRE TI O LA SOCIEDAD.

No tienes trabajo, no tienes pareja, no tienes con quien salir, no tienes de nada lo que esperaban los demás que a cierta edad deberías haber conseguido….

¡Eres una pena!.

Si a esta situación le añadimos que tenemos poca confianza en nosotros, los sueños que teníamos, los mandamos a la mierda optando por las «recomendaciones» de los demás. Pero eso si, luego por las noches a llorar pensando qué hubiera sido de nosotros si nos hubiéramos hecho caso a nosotros mismos.

Lo único que produce creer que NUNCA LLEGARÁS A NADA, es gente frustrada, amargada y deprimida.

Yo no te aseguro que llegues algo en la vida, a tener miles de seguidores o que puedas estar en el mismo cartel que Victor Kuppers o Tony Robbins, pero siempre las personas que no han creído como una verdad absoluta la frase que le repetían como un martillo pilón, son las personas que más en paz se sienten consigo mismo, más felices son.

Esas personas no quieren llegar a ser alguien reconocido como una meta indiscutible. No anhelan el éxito como si no hubiera un mañana, solo buscan una cosa:

SER FELICES SIENDO ELLOS MISMOS, HACIENDO LO QUE SIENTEN QUE TIENEN QUE HACER.

Y te aseguro por las más de cuatrocientas entrevistas que he realizado, que son personas que les va muy bien en todos los sentidos.

Solo quieren ser ellos mismos y vivir, no estar amargados con el que pudo ser y no fue.

Queda muy espiritual , pero es que la verdad:

QUIEREN SER, NO PARECER.

Son personas empoderadas que luchan por su pasión.

Son personas creativas que idean las soluciones para alcanzar su meta.

Son personas alegres que hablan con pasión de lo que sienten y quieren.

Son personas que les gusta andar por la incertidumbre, porque todo para ellos es nuevo porque su curiosidad asi les llama.

Son personas que inspiran a los demás a ver que otro mundo es posible y que la felicidad solo está a un click, el que des tu con tu decisiones.

Quizá no lleguen a ser Obama, Daviz Muñoz o trabajar en Silicon Valley, pero que progresarán mucho más que las personas que aceptan las «recomendaciones» de los demás, tenlo claro.

Haz oídos sordos a aquellas personas que te dicen que no llegarás a nada, perdónalos. Es su miedo, son sus deseos. Pero no son los tuyos.

Se trata de tu felicidad, de tu vida, no la de ellos. No lo olvides.

Así que tú decides.

Un nuevo virus: ¡¡LA NOSTALGIA!!

Photo by Kat Jayne on Pexels.com

«La nostalgia es un baúl que está lleno de recuerdos» decía Danne Vega

Han pasado 365 días desde que nos dijeron por televisión que nos teníamos que confiar en casa.

Y cada día creo más que un nuevo virus está afectando a la sociedad, LA NOSTALGIA.

Acabo de ver como un «gurú» de la felicidad, ponía en sus redes sociales un mensaje en el que pedía a sus seguidores, ¿Qué echas de menos de antes de la pandemia?.

Una persona que promulga en el vivir en el presente, el aceptar la situación que estemos viviendo, nos estaba diciendo que recordáramos cuando creíamos que éramos más felices y lo trajéramos al presente.

¿NO ES ESO UNA APOLOGIA DE LA NOSTALGIA?

Pero los medios de comunicación hacen lo mismo una y otra vez.

Recordándonos cómo era la vida antes del confinamiento, cómo era cuando nos íbamos de vacaciones o podíamos salir de nuestras ciudades.

Una cosa es la historia, recordar el pasado, pero otra cosa totalmente es no aprender de él.

Porque parece que no hemos aprendido, pero no solamente en esta situación, sino en todas.

Pensamos que éramos más felices cuando teníamos pareja y habíamos conseguido lo que los demás consideran como felicidad. Pensamos que éramos más felices, cuando nuestro puesto de trabajo nos daba un status ante los demás. Pensamos que éramos más felices cuando subíamos fotos en redes sociales cuando íbamos a eventos o estábamos de fiesta, para que vieran los demás que bien nos iba la vida y con quien nos juntábamos.

Se habla mucho de vivir en el presente, pero somos seres que añoramos con nostalgia momentos en los que pensamos que éramos realmente felices, cuando creíamos que las cosas nos iban realmente bien.

EL presente nos importa una mierda cuando sentimos y nos lamentamos que hemos perdido momentos en los que estábamos siendo realmente felices, en los que no había problemas.

Y mientras nos quejamos, lamentamos y preguntamos: ¿Por qué leches me pasa esto a mí y no le pasa al vecino del 2?, la vida se nos está yendo de las manos.

Y odiamos el presente, porque no somos lo que éramos antes, principalmente para los demás. Hablarán de nosotros, dirán que hemos perdido todo ese «encanto» que teníamos, que ya no somos tan «guay». Y eso nos da miedo. Que los demás nos vean menos de lo que éramos.

¡¡Nos importa más lo que digan los demás que lo que realmente nos pasa y cómo debemos afrontarlo!!.

Y cada vez más, veo a la gente hablando desde la nostalgia. Y la nostalgia lo único que te hace es ponerte una venda en los ojos, no queriendo ver lo único que tienes delante de ti, EL PRESENTE, EL AHORA o cómo quieras llamarlo.

Pero no solamente tenemos nostalgia a momentos en los que creíamos que éramos felices o que teníamos la vida resulta. Nostalgia con volver a momentos en los que perdimos la oportunidad con el trabajo de nuestros sueños, de dar un paso adelante hacia nuestras metas, de decir lo que sentíamos de verdad a esa persona… Y por miedo, por lo que fuera, no lo hicimos.

Esa nostalgia nos hace repetir una y otra vez lo que hubiéramos hecho, cómo se lo hubiéramos dicho…Pero sobre todo, nos hace flagelarnos en el dolor de un momento perdido para alcanzar nuestra felicidad.

Y te lo vuelvo a repetir, mientras tanto sigues con una venda en los ojos, no queriendo ver lo que tienes en el presente.

La nostalgia solo hace más que joderte la vida.

Esa oportunidad pasó, quizá esa persona ya no volverá y ese puesto que añoraba, ya desapareció con tu marcha.

¿Qué muestra la nostalgia?

QUe nos queremos aceptar el presente. No queremos aceptar las normas que están en ese momento, que no nos podemos abrazar, que no podemos salir de nuestra ciudad, pero sobre…QUE LOS TIEMPOS CAMBIAN Y LA VIDA AVANZA.

En vez de agradecer todo lo que has pasado, lo que has aprendido de la experiencia, de lo que te has dado cuenta de lo que eres capaz, de aceptarte, de tener una relación con tus emociones…NOS QUEJAMOS QUE TIEMPOS PASADOS YA NO VOLVERÁN.

No importa el presente, queremos que vuelva el pasado.

Se llame pandemia, crisis profesional o lo que se llame, el ser humano que se adapte más rapido a la situación presente, es el que siempre sale ganando. Pero no, estamos haciendo una oda constante a la nostalgia, a tiempos pasados y recordándolos con imágenes, para que no se nos olvide que felices éramos.

Con la nostalgia también se habla de otra palabra contrapuesta, la resiliencia.

Queremos salir adelante pero añoramos el pasado. Queremos ser creativos, pero queremos que vuelva la rutina de antes en la que no pensaba nada. Queremos ser felices y abrazarnos con los demás, pero no aguantamos las recomendaciones que nos dan para no contagiarnos.

¿En qué quedamos?

Qué solamente hay una solución:

VIVIR EN EL PRESENTE, SABIENDO QUE EL PASADO ES EL MEJOR MAESTRO QUE PODEMOS TENER EN EL UNICO MOMENTO QUE EXISTE, EL AHORA.

¿La nostalgia te invade o vives en el ahora?

Don Miguel Ruiz: «Si quieres mejorar tu vida recuerda que tú eres el productor, el director y el guionista»

Hoy dentro de la sección «Conversaciones con..» es un autentico placer presentar a Dr.Miguel Ruiz.

Tras leer muchos libros, había una idea que se repetía en mi mente una y otra vez como un martillo: «Esto de la vida y la felicidad, no puede ser tan difícil como la pintan en los libros de desarrollo personal«. Y llegó a mi vida un libro que reafirmaba lo que yo sentía» Los cuatro acuerdos» de Miguel Ruiz.

Claro, directo, con 4 pautas sencillas, que echan abajo la creencia que la felicidad, la paz, la tranquilidad son dificiles de conseguir.

Pero otra también me han enseñado este libro, que nos morimos por ser consideramos bestseller, por el éxito, por la fama que nos dicen que es. Cuando en realidad, este libro y su dilatada experiencia, nos enseña que la creatividad que transforma siempre son ideas simples pero que llegan al corazón sin adornos.

Hace unos días tuve el placer de conversar con Miguel Ruiz, una de las grandes referencias mundiales en el mundo de la espiritualidad. Autor de los 4 acuerdos, además de varios bestseller mundiales. Recientemente ha publicado «El actor«, libro que en un mundo lleno de mascaras, es esencial leer y estudiar.

Podéis conocer más el trabajo de Miguel Ruiz a través de su Web, Facebook, Twitter e Instagram.

  1. ¿Qué papel, como actor, cree que interpreta Miguel Ruiz?

Como cualquier otro actor, es polifacético, ya que interpreta un papel distinto en cada circunstancia que le presenta la vida.

  1. ¿Hubo algún momento de su vida, en el que se dio cuenta que no estaba interpretando el papel que le correspondía? ¿Qué hacer en esos momentos?

Siempre he actuado el papel que me corresponde, sólo que por mucho tiempo no me daba cuenta que estaba actuando. Cuando me di cuenta, también noté que todos los seres humanos han actuado todo el tiempo, sin saberlo. Desde ese momento, hice todo lo posible para actuar conscientemente, dejando de creer en los críticos pero escuchando sus mensajes.

  1. ¿Es el lenguaje, la herramienta más importante a la hora de mostrar nuestro mejor papel?

El lenguaje es muy importante porque lo usamos para crear el guión que utilizaremos para interpretar nuestro papel como actores.

  1. Me encanta hacerme preguntas, me encanta el mundo de la creatividad, ¿Cuál es la pregunta que se hace más a menudo?

Me pregunto: ¿Cómo puedo hacerlo mejor?

  1. ¿Qué debemos aprender de la muerte que nos da tanto miedo y que convivimos con ella, más habitualmente en estos momentos?

Que la muerte está siempre con nosotros,  ya que la muerte es nuestro cuerpo y somos nosotros los que le damos vida.

  1. ¿Por qué nos tomamos todo de forma tan personal? ¿Es nuestro ego quien reacciona?

Porque ignoramos que sólo somos un personaje secundario en la historia de los demás y ellos se refieren a lo que ellos creen de nosotros. Eso hace reaccionar a nuestro ego.

  1. ¿Qué quiere ser Miguel Ruiz de mayor?

Ya soy lo que quiero ser.

  1. ¿Qué secretos tiene una relación sana?

El secreto de una relación sana es el respeto.

  1. ¿Cuál es el principio del comienzo para ser nosotros mismos?

El principio del comienzo para ser nosotros mismos es darnos cuenta de lo que no somos.

  1. ¿Don Miguel Ruiz se considera feliz?

La mayor parte del tiempo soy feliz, en los distintos aspectos de la felicidad.

  1. Una reflexión para los lectores del portal “EL PRINCIPIO DE UN COMIENZO”.

La vida es muy simple, somos nosotros los que la complicamos. Si quieres mejorar tu vida recuerda que tú eres el productor, el director y el guionista.

Al darte cuenta de lo anterior, vas a ser, sin duda, el mejor actor o actriz.

¡¡Hagámos más caso al semáforo!!

“Tu corazón es fuerte. Ten el coraje de hacerle caso”.

el principio de un comienzoCreo que tenemos que hacer más caso a los semáforos. Tenemos que incorporarlos en nuestra vida.

Sé que estarás pensando: “Mira David, claro que si, cae de cajón. Si pasamos cuando el semáforo está en rojo y viene un autobús a toda velocidad, te aseguro que tus artículos los leeré desde el más allá”.

Estoy de acuerdo contigo y no quiero eso para ti. Pero parémonos a pensar.

Y hoy, esperando a que el semáforo se pusiera en verde para llegar a la panadería, me ha venido la idea. ¿Sería por el olor a galletas que desprendía la pastelería?

TENEMOS UN SEMAFORO INCORPORADO EN NUESTRA VIDA, Y NO LE HACEMOS NI CASO.

No me mires así, que tú también lo tienes. Pongámonos en situación.

¿Cuántas veces has recibido un NO, ante un proyecto, una proposición que sentías que te dirían que si, con una confianza absoluta?

SEMAFORO ROJO.

¿Cuántas veces, a pesar de haber recibido señales que te decían que tuvieras cuidado, que no siguieras por ese camino, tú seguiste a pesar de las contraindicaciones, llegando a darte la bofetada padre?

SEMAFORO AMARILLO.

¿Cuántas veces, sin darte cuenta, has fluido en la situación que querías, sin ningún inconveniente, hasta llegar a la meta?

SEMAFORO VERDE.

¿A qué ahora no estoy tan loco, verdad?

Todos tenemos un semáforo incorporado dentro de nosotros, pero no le hacemos ni puñetero caso.

Y luego nos quejamos de que nos va la vida como nos va. Si le hiciéramos más caso al semáforo, otro gallo cantaría.

Te habrás empeñado en conseguir salir con esa chica, en que tu proyecto empresarial salga adelante, por lo legal o por lo criminal, habrás intentado conseguir ese ordenador que tanto te gustaba, pero no ha habido manera.

Lo has intentado de todas las maneras, y tú ERRE que ERRE, hacías lo posible e imposible para llegar a tu meta. Pero lo único que recibías, eran NO.

Pero no le hacías caso, tú cabezón, seguías adelante. ¿Y qué acabaste consiguiendo?

Una de las leches más antológicas de tu vida.

En el fondo sabías que no le gustabas a esa chica, sabías que tu producto no marcaba tanto la diferencia, como los demás, sabías que no era el momento de subir al Everest, con esos kilos de más y la inexperiencia que arrastrabas… Pero te daba igual, tú seguías y seguías, aunque sabías que te la ibas a pegar.

Aunque cuando hablamos de la intuición, pensamos que eso es para gente “especialmente rarita”, pero todos la tenemos incorporada. Sin embargo, una cosa es que le hagamos caso o no.

Buscamos en los demás, sus opiniones para que nos digan si estamos o no en el buen camino, a la hora de conseguir el éxito añorado o liderar un proyecto.

A LOS DEMÁS TIENES QUE ESCUCHARLES, TIENES QUE SER EMPÁTICOS CON ELLOS, PERO LA ÚLTIMA DECISIÓN TIENES QUE TOMARLA TÚ.

imagesPero como muchas veces hemos hablado, tomar las riendas de nuestra propia vida, eso no mola. Mejor que los demás se hagan responsables, y si no consiguen los resultados, la bronca para los demás. Mientras nosotros vemos la vida pasar.

La intuición, el corazón, “ése no sé, que sé yo...” como tú quieras llamarlo, es tu semáforo.

Es eso que te dice, que tienes que dar el paso adelante, que tienes que hacer caso omiso a las reglas establecidas o darles la razón a tus padres, aunque no quieras, porque la tienen.

Es escuchar eso que tenemos en el lado izquierdo de nuestro cuerpo, pero que no le hacemos ni caso, ya que cuando llegamos a casa, después de la rutina de 8 horas, ponemos la música a toda caña o los informativos, para no escucharle, las verdades que nos tiene que decir.

No estoy diciendo que cuando el semáforo esté en amarillo, no tengas que seguir, que rechaces por siempre jamás tu sueño o el seguir dando pasos, SINO QUE TENGAS CUIDADO, porque tu semáforo te está diciendo, que por ahí no vayas o que aprendas algo, que estás obviando.

Así que tenlo en cuenta.

También habrás recibido semáforos rojos en tu vida.

Cómo hagas eso, sabes que te llevarás un castigo, Sacar un suspenso supone que repitas curso, no eres apto para este puesto de trabajo, sólo me gustas como amigo, lo siento…”

Todos hemos recibido un NO categórico y fulminante.

Nos dicen que ése camino no lo tenemos que seguir. Que está cerrado para nosotros. No te estoy diciendo que seas insistente con esa persona que te ha dicho que no, porque su luz verde seguro que será una orden de alejamiento, en días.

Hazte una pregunta: ¿Qué has aprendido de beneficioso con esa luz roja?

El orgullo siempre conduce a las caídas, no lo olvides.

Sé que en esos momentos pensaras que nada. Que soy un absurdo pensando que algo bueno sacaremos de algo que no hemos conseguido. PUES SI, ALGO BUENO SIEMPRE HAY.

Es una de las cosas que he aprendido de todos los canallas, y que recojo en “Liderazgo Canalla. Saca tu lado más rebelde”.

Que ellos, de todo lo negativo, que la gente normal podría considerar como una gran catástrofe, sacan algo positivo que les hace impulsarse más rápidamente hacia el éxito que han soñado.

Echa la vista atrás, mira lo que has conseguido, has caminado por sitios insospechados para ti, y ahora te están diciendo o que no es el tiempo, o que tienes que seguir aprendiendo hasta alcanzar la cima… Mira todo lo bueno que has sacado de la situación y aplícalo a la nueva estrategia.

Claro que nos gustaría que toda nuestra vida, fuera un semáforo en verde. Sería la ostia, pero te aseguro que los coach, los libros de autoayuda, nada de eso existirían, ni nadie hablaría de la felicidad, porque ya lo seríamos….Y MENUDO COÑAZO SERÍA, LA VERDAD.

Así que empieza a hacerle más caso a tu semáforo interno, porque te librarás de muchas leches, aprenderás más cosas de las que te imaginas, y sobre todo, vivirás el camino, con más foco.

¿En qué situación está tu semáforo?

El pasado día 3 comencé la Gira “Canalla Tour” en Pamplona. Este día 10 de marzo estaré en Zaragoza, presentando “Liderazgo Canalla”, os espero.

¡¡Mindfulness Canalla!!

«Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo» decía Facundo Cabral.

A man walking barefoot across stepping stones away from the shore of a lake.

Hasta hace veinte años, la palabra mindfulness apenas se utilizaba, sin embargo, en Occidente, hoy en día, ésta palabra se está imponiendo al término meditación.

Para todos los que practicamos meditación y queremos que, por el bien de la humanidad, esta práctica se difunda lo máximo posible, mindfulness es una gran noticia; por fin la meditación «sale del armario» y se coloca bajo los focos.

En los años ochenta, Jon Kabat-Zinn crea la clínica para Reducción del Estrés en la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts. Allí comienza a impartir el que sería el curso estrella para la difusión del mindfulness en Occidente: el programa de reducción de estrés basado en mindfulness. Un programa de ocho sesiones por el que actualmente han pasado miles de personas y que es ampliamente utilizado en hospitales, escuelas y empresas de todo Estados Unidos, llegando más tarde a Europa y al resto del mundo.

En 1999 Kabat-Zinn, junto a otro pionero en el estudio científico de mindfulness, el neurocientífico de la universidad de Madison (EEUU) Richard Davidson, llevan a cabo un estudio en el que miden la actividad eléctrica en el cerebro de un grupo de trabajadores sin experiencia en meditación,  y al que imparten el curso de reducción de estrés de Kabat-Zinn. Al medir la actividad cerebral de los participantes, los científicos descubrieron que, tras hacer el curso, las personas habían incrementado notablemente la actividad en las zonas  de control emocional y de resistencia a las dificultades. Además, comprobaron la mejora en el sistema inmunitario de los participantes.

En otro estudio de Richard Davidson con Dan Goleman (autor del libro Inteligencia emocional) se observó en un numeroso grupo de personas con alguna experiencia en meditación, que cuanta mayor era dicha experiencia, menos niveles de ansiedad padecían estas personas y mejor era su capacidad para estar atentas.

Años después, la doctora Sara Lazar, del hospital General de Massachusetts, comprobó por sí misma, al acudir a unas clases de yoga para estirar su maltrecha espalda, que las promesas de su monitora de yoga sobre los beneficios de las pequeñas prácticas de meditación que hacían al final de las clases de yoga, empezaban a cumplirse; sintiendo una mejoría en su estado emocional y personal. Estas sorprendentes mejoras llevaron a Lazar a querer investigar la práctica de la meditación.

Lazar dice que la práctica de la meditación puede literalmente cambiar la forma de nuestro cerebro, pero sobre todo, que puede hacer disminuir el tamaño de nuestra amígdala, haciendo que sintamos menos miedo y estrés, y que tengamos más disposición a actuar.

Finalmente, otro mítico estudio llevado a cabo por Richard Davidson, observando el cerebro del monje budista Matthieu Ricard mientras meditaba, mostró que mientras Ricard practicaba meditación su cerebro mostraba una actividad superior a la normal en la corteza prefrontal izquierda, lo cual indica un incremento en la sensación emocional positiva. En el cerebro de Ricard, la activación de la zona en la que experimentamos la sensación de felicidad, reflejaba una actividad tan alta, que de manera simbólica se habló de él como la personas más feliz del mundo.

Hoy mindfulness es además de una práctica de meditación, un método de manejo de emociones, una forma de relacionarse con los demás, y una manera de estar en la vida.

Para explicar de manera sencilla qué es mindfulness, podemos decir que es algo parecido a estar atento sin juicios mentales. Y que podemos entrenar esta cualidad de la atención sin juicio practicando meditación en sus diferentes formas.

Toda la filosofía de la meditación se encamina a una transformación personal para que el ser humano salga del sufrimiento psicológico, y para que descubra la libertad mental. Como decía el maestro Zen Taisen Deshimaru, la finalidad de esta práctica es vivir fuera del miedo, que actúa como filtro que condiciona la vida psicológica humana.

Hoy en día, afirmar que se puede salir del miedo psicológico y vivir desde el amor, se ve como algo ingenuo. Pero, al igual que hace veinte años la meditación se veía como algo exótico y extraño, y hoy está en todo partes; dentro de no demasiado tiempo, la meditación se extenderá como práctica y como filosofía de vida, haciendo que el ser humano se pregunte si vivir desde el miedo es el camino y si el amor es una posibilidad real.

Esto que hoy parece utópico será visto como obvio en el futuro. La gente del futuro mirará hacia nosotros y se preguntará por qué, si lo que más valoramos en nuestra vida es el amor, no vivimos en libertad desde lo que nos mueve a sentir amor, desde lo que tiene más sentido para nosotros, desde nuestra verdad. Ya lo decía hace no muchos años Erich Fromm: los seres humanos tenemos miedo a vivir en libertad. Por eso nacieron filosofía y prácticas como la meditación, para intentar dar solución al verdadero conflicto que vive la humanidad, el de cada uno de nosotros con nuestra propia mente.

La finalidad de la meditación no es liberarnos, es que nos demos cuenta de que ya somos libres.

Con la práctica de mindfulness y la meditación, además de lograr más calma mental y mejores estados de ánimo para enfrentar las diferentes circunstancias de la vida, nos damos cuenta de:

  1. Que realmente somos libres.
  2. Que nuestra manera de vivir la estamos eligiendo nosotros.
  3. Que el miedo nos hace creer que ser libres mentalmente no es posible.
  4. Que el amor y el sentido son una necesidad básica humana.
  5. Que vivir desde el miedo nos deja desorientados.

mindfulness canallaQuizá esta sería una buena definición para el estado actual del ser humano: desorientado, sintiéndose extraño en una sociedad basada en el estrés y el miedo, pero sin saber cómo salir de ella. Desde hace siglos, una filosofía de vida antigua nos dice que la clave para orientarnos y encontrarle sentido a la vida pasa por mejorar nuestro nivel de atención para liberarnos mentalmente de los condicionamientos, creencias e ideas que nos impiden ver con claridad.

La práctica de mindfulness se puede hacer en la vida diaria o practicando meditación sentados.

En la vida diaria practicamos mindfulness basándonos en un principio: poner la atención en lo que estamos haciendo, en lugar de tener el cuerpo en un sitio y la mente en otro. Y esto aplica a todas las actividades cotidianas humanas. La calma mental que experimentamos en la vida es directamente proporcional a cuánto somos capaces de vivir esta máxima.

En la práctica de meditación se puede empezar a practicar tomando asiento con la espalda recta y sintiendo la fricción de la respiración en la nariz, soltando cada pensamiento que llega y volviendo a la respiración.

tanto la práctica en la vida diaria como en la meditación mantenemos una actitud de buen trato mental hacia uno mismo.

Y esta actitud mental que describimos, encaja con la actitud canalla que describe David Asensio. El canalla del que habla David es sensible y no se mueve por miedo, pero, sobre todo, es libre mentalmente; y esta es precisamente la principal cualidad que fomenta la práctica de mindfulness: la libertad mental, y que independientemente de cómo sea la vida de uno, y de las circunstancias en las que esté inmerso, uno puede ser libre mentalmente.

Gracias a Álvaro Gómez por tu articulo.