¿Sirve de algo lamentarse por algo que querías hacer?

Photo by Lakshman Jung Khadka on Pexels.com

El arrepentimiento es una emoción humana común. Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido tristes por decisiones pasadas y hemos experimentado el peso de los arrepentimientos. Sin embargo, en mi camino personal, he descubierto que no arrepentirme nunca de nada ha sido una filosofía liberadora y transformadora. En lugar de aferrarme a los lamentos y a los «qué hubiera pasado si...», he aprendido a abrazar cada experiencia y encontrar el aprendizaje en todas ellas. Aquí comparto algunas lecciones valiosas que he aprendido gracias a esta mentalidad.

  1. Las decisiones son oportunidades de crecimiento: Al no arrepentirme de nada, he comprendido que cada elección, incluso las que parecían equivocadas en su momento, me ha brindado una oportunidad invaluable de crecimiento personal. Tomé la decisión de escribir y me ha enseñado muchas cosas. Tomé la decisión de descubrir lo que sentía y que me gustaba y me ha enseñado más, que seguir haciendo lo que estaba haciendo hasta la fecha. Cada experiencia, ya sea buena o mala, ha contribuido a forjar mi carácter y ha ampliado mi perspectiva sobre la vida. Reconocer esto me ha permitido aceptar mis decisiones pasadas y seguir adelante sin cargar con el peso del arrepentimiento.
  2. El pasado no define mi presente: No permitir que el arrepentimiento se apodere de mi vida me ha enseñado que el pasado no tiene el poder de definir quién soy en el presente. Si hubiera seguido creyendo que era un puesto de trabajo, todavía estaría en él, seguramente. Si hubiera seguido creyendo que ciertas personas me querían de verdad, todavía seguiría siendo manipulado por ellas. Aceptar mis elecciones pasadas y aprender de ellas me ha liberado de la carga emocional que conlleva el arrepentimiento. En lugar de vivir en el pasado, he aprendido a centrarme en el aquí y ahora, que es lo único que tenemos, aprovechando las oportunidades que se presentan en mi camino.
  3. La aceptación personal es esencial: No arrepentirme nunca de nada me ha llevado a un nivel más profundo de aceptación personal. He aprendido a abrazar mis errores y fracasos como parte integral de mi viaje. He descubierto quién soy, cuál es el motivo por el cual tomo una u otra decisión y porqué digo NO a lo que antes decía SI. Reconocer que soy humano y que cometer errores es natural me ha permitido perdonarme a mí mismo y cultivar una relación más saludable conmigo mismo. En lugar de lamentarme por las decisiones pasadas, me enfoco en aprender de ellas y avanzar con mayor sabiduría.
  4. La responsabilidad personal es clave: Al no arrepentirme de nada, también he asumido la responsabilidad total de mis acciones y decisiones. No se trata de hacer las cosas y luego si han salido mal, echarle la culpa al alcohol. En lugar de culpar a otros o a las circunstancias por mis errores, reconozco mi papel en cada situación y busco maneras de rectificar, si tengo que pedir perdón o aprender de ellas. Esto me ha empoderado enormemente, ya que me ha dado el control sobre mi propia vida y me ha permitido tomar decisiones más conscientes y responsables en el futuro.
  5. La valentía de vivir sin arrepentimientos: No arrepentirme nunca de nada requiere valentía. A menudo, la sociedad nos presiona para lamentarnos y cuestionar nuestras elecciones pasadas. Toda elección pasada me ha llevado dónde estoy ahora y no puedo volver atrás, por mucho que quisiera. Soy quien soy a día de hoy, gracias a esas decisiones. Pero no soy quién seré mañana, porqué seguiré tomando las decisiones, que yo sienta que tengo que tomar por corazón y no por exigencias. Sin embargo, he descubierto que vivir sin arrepentimientos es una forma de vida audaz y liberadora. Me ha permitido tomar riesgos calculados, explorar nuevas oportunidades y abrazar la incertidumbre con confianza. Al adoptar esta mentalidad, he experimentado una sensación de libertad y plenitud que nunca antes había experimentado.

En última instancia, no arrepentir me ha llevado a uno de los mejores regalos que me ha dado la vida, quitarme de miedos y sesgos que me oprimían y descubrir quién era yo realmente, que quería y que no, que odiaba y no soportaba. No arrepentirme de nada, me ha llevado a descubrirme. ¿Y no es eso lo que queremos todos, saber quiénes somos?

«Tengo que..», la respuesta del miedo.

Photo by Pixabay on Pexels.com

La lista de los libros más vendidos copados por psicólogos y psiquiatras.

Linkedin lleno de publicaciones que nos hablan de la felicidad y del bienestar.

Organizaciones que buscan que en cada ciudad haya un congreso suyo de la felicidad.

Instagram lleno de publicaciones en las que a todo el mundo le va de «puta madre» y nadie está sufriendo ningún tipo de crisis. Pero luego vienen los lamentos y sorpresas.

En un mundo Happy, el que lidera el «cotarro» siempre es el miedo.

Hace unos días, una persona me repetía una y otra vez que tenía que estar (debía estar) en una organización en la que estar, a pesar de no recibir un duro, gastar horas sin límite, los «beneficios» se los llevaba la organización, no tú.

Le preguntaba una y otra vez ¿Por qué sientes que tienes que estar ahí si no vas a recibir ningún tipo de beneficio?

Solo sabía responderme: «Tengo que estar». Pero al volverle preguntar: «¿Debes estar?. Siempre me respondía lo mismo, «Tengo que estar».

Escuchando durante esta semana a la gente, he detectado que si respondemos «Tengo que…» es el comienzo de una excusa que si después del «tengo que..» pusiéramos la palabra miedo, lo entenderíamos todo mucho mejor.

Esta persona tenía miedo a no aparentar delante de los demás si no se apuntaba a esa organización. Aunque lo «puteasen» él tenía que estar, porqué sus redes tenían que saber que estaba ahí.

Y como dirían las madres, ¿Y si tu amigo se tira por la ventana, tú también lo harías?

Cada día estoy más convencido que muchos, aunque dijeran que no, que son mayores, maduros, acabarían haciéndolo, todo por aparentar algo ante los demás , aunque no haya ningún tipo de beneficio de ninguna clase.

El «Tengo que…» es la máxima expresión del miedo que sufrimos.

Miedo a no ser considerado alguien dentro de nuestra comunidad social o profesional.

Miedo a que piensen que no estamos en la «onda», que no leemos los libros que están de moda o acudimos a los eventos «cool» del momento.

Miedo a que piensen que no somos como ellos.

Y todo porqué pensamos que si no lo hacemos, seremos «desterrados» a la isla de los desconocidos, los mediocres y los que no están a la «última».

El «Tengo que..» es la máxima expresión que nos preocupa más lo que digan o hagan los demás, la consideración que tengan sobre nuestra persona, que lo que a nosotros nos importe de verdad, lo que nosotros queremos de verdad.

Un «Tengo que..» es satisfacer las expectativas de los demás puesta en nosotros.

Es decir SI a otros cuando en el fondo sabemos que deberíamos decir NO.

Es hacer algo que no querríamos hacer para no hacer algo,, que si desearíamos hacer.

Y todo porqué tenemos miedo.

Miedo a ser nosotros mismos, a crear lo que imaginamos, a decir te quiero cuando lo sentimos y vete a la mierda cuando lo deseamos.

Vivimos en un mundo que está dominado por el «tengo que..» es decir por el miedo, por aparentar y no ser, por mostrar y no sentir, por mentir y no decir la verdad .

Y en realidad, el único miedo que nos tenemos, es a nosotros mismos. Y no fuera así, muchas tonterías se acabarían de repente en esta vida.

¿Y tú también has dicho hoy «Tengo que..»?

¿Por qué no te perdonas?

Photo by Vie Studio on Pexels.com

Creo que muchas de las dificultades que pasamos, se esfumarían si nos preguntásemos:

¿Te lo has perdonado?

¿Te has perdonado no haber actuado de otra manera?

¿Te has perdonado no haber dicho SI a algo que querías hacerlo?

¿Te has perdonado haber desdichado esa oportunidad de trabajo por algo que te apetecía mas y salió mal?

Y yo tengo que decir que hasta no hace mucho no me había perdonado muchas cosas en mi vida.

¿Pero por qué no nos perdonamos no haber hecho lo que sentíamos que teníamos que hacer? ¿Por qué no nos perdonamos hacer lo que queríamos hacer?

Porqué no salió como esperabas,

Porqué realmente fuiste contrario a tus valores.

Porqué la impulsividad te ganó la partida.

Porqué luchabas por algo que sentías a pesar de lo que te decían los demás.

Y como no dijiste lo que sentías, como no fue cómo esperábamos nos pasamos la vida flagelándonos y sin perdonarnos.

¿Por qué no te perdonas?

A día de hoy no eres la misma persona que eras en ese momento.

A día de hoy, espero que hayas aprendido la lección y no la hayas vuelto a repetir.

A día de hoy, sabes que no lo volverías a repetir…

¿Y entonces?

Hemos construido una personalidad bajo esa situación.

Nuestra vida será una mierda, no tengo suerte, mis padres no me quieren ( cuando seguramente lo han hecho lo mejor que sabían), no encuentro trabajo… Y todo por la decisión que tuvimos hace años

Nos hemos convertido en «victimas del resultado» porqué es mejor echar la culpa a otros de nuestra mala suerte que ser responsables de nuestra vida.

Ser responsables de nuestra vida es ser responsable de las acciones que tomamos, de las creencias que adquirimos sin preguntarnos si eran verdad o no y de todo lo ocurrido después de esa situación.

Pero eso no, es mucho mejor el lamento , el lloro y el no reconocer que en toda crisis, nosotros también tenemos parte de culpa.

Muchos de los problemas que tienes a dia de hoy son causa de que hayas arrastrado ese problema.

De que tu ego sea desmedido y no sepas reconocer que no siempre tienes la razón.

Que quien te lleva la contraria al instante lo borras de tu vida porqué no aplaude lo que estás diciendo.

Y muchas más cosas así.

Si rascáramos un poco, muchos de nuestros problemas del día a día , son por culpa de no habernos perdonado por alguna situación de tiempo atrás.

Y claro está que siempre tendremos el pensamiento de: «¿Cómo voy a perdonarme si la culpa la tuvo otra persona?».

A lo mejor la otra persona ni se acordó de lo que hizo o quizá no lo vio cómo tú lo viste o ya no está entre nosotros, te lo aseguro…suele pasar. Y además estamos hablando de ti, no de la otra persona.

Es hora de hacerte responsable de la situación y perdonarse.

Como diria la canción: «Lo que pasó, pasó».

Suelta lastre, pide perdón a ti mismo y a quien hayas hecho daño si todavía no te has atrevido a hacerlo.. Y sigue adelante.

Es hora de seguir adelante y con menos «equipaje» por el camino que lastra el trayecto.

Deja de quejarte , perdónate y empezaras a ver la vida desde otra perspectiva.

¿Por qué no te perdonas?

El arroz nunca se pasa si…

No hay semana que por H o por B siempre oiga la misma frase:

SE TE VA A PASAR EL ARROZ.

Se te va a pasar el arroz porque no tienes pareja

Se te va a pasar el arroz porque no tienes trabajo

Se te va a pasar el arroz porqué no le dices nada a esa chica que te gusta.

Se te va a pasar el arroz si no das un paso adelante.

Se te ha pasado el arroz para ir a eventos así.

Se te ha pasado el arroz para gustarte grupos como esos…

Aunque no soy experto en hacer arroces, ya de tanto oír la frase creo ya soy un autentico gurú de los arroces.

¿PERO QUE NOS HA DADO CON QUE SE NOS PASA EL ARROZ?

Durante mucho tiempo era una frase que pesaba mucho en mi.

Pensaba que si a cierta edad no tenía cierto estatus, no había conseguido ciertas metas…era un raro y otras veces un «paria».

Si seguimos esta filosofía, en vez de beneficiarnos, lo único que hará es perjudicarnos.

Porqué aunque nosotros sepamos quienes somos, lo que queremos, lo que nos hace felices…si en algún momento tenemos algún momento de debilidad, pensamos que no somos «aptos» para este sociedad porqué no hemos alcanzado los estándares que se suponían que teníamos que haber alcanzado por la edad que teníamos.

Muchas personas lo harán con cariño, como nuestras abuelas. Pero otras realmente lo hacen con fines «no muy positivos o cotillas».

Las personas mayores te querrán en pareja, te querrán que todo va bien o que has conseguido «esa seguridad profesional» que ellos tanto les consiguió alcanzar. Y es algo totalmente licito y de agradecer.

Pero ¿Qué le importa a los demás si tienes pareja, con quien te acuestas o de qué trabajas?

Vivimos en una sociedad llena de prejuicios. Una sociedad que piensa que si no has alcanzado ciertos hitos a ciertas edades, seguro que lo primero que pensarán será algo así:

¿Qué esconderá que no lo quiere decir?

Cada día pienso que nos tomamos la vida demasiado en serio.

Tenemos que hacer esto no vayan a pensar que.

Tenemos que callarnos lo otro, no vayan a pensar que.

Tenemos que aparentar no sé que, no vayan a dudar de nosotros.

Tenemos que…cuando en realidad ni tenemos ni queremos. Debemos hacer lo que nosotros sintamos.

Y no todo el mundo tiene esa confianza y fuerza de voluntad de confiar en si mismo a pesar de las circunstancias, de las presiones. Son personas que acaban haciendo cosas de las que luego se lamentan, de las que luego dicen algo así como «Pero si yo no quería, era por la presión de los demás...». Todo por no volver a oír la frase del arroz y sentirse «una más del grupo».

Hablamos de la felicidad con la boca llena pero todavía vivimos en una sociedad que se gestiona en base a prejuicios por mucho que hablemos de originalidad, autenticidad y felicidad. los mismos que hablan de felicidad, luego tienen prejuicios sobre los demás pero.. ése es otro tema.

¿Cuántas veces hemos hecho cosas de forma oculta por qué teníamos miedo / vergüenza a las consecuencias a pesar de hacer lo que sentíamos que queríamos hacer?

MUCHAS. Y todo porqué no queríamos oír lo del arroz.

El único arroz que se nos puede pasar es el que echamos a la paellera o cuando queremos hacer arroz con leche. Y aún así seguro que algún truco o receta habrá para que no se nos pase el arroz.

¿Y lo demás? Nunca se nos pasará el arroz.

Porqué no se nos pasa el arroz porque no tengas hijos ni pareja…puedes adoptar que seguro que muchos niños te lo agradecerán.

Porqué quizá no encuentres trabajo pero lo puedes crear.

Porqué quizá no tengas pareja pero te puedes apuntar a grupos para conocer gente.

Porqué siempre habrá una solución para un problema que los demás te intenten «meter en tu cabeza».

Si estás a gusto contigo mismo, confías en ti, eres coherente en lo que haces, haces la vida que quieres…TE ESTÁS COMIENDO TÚ EL ARROZ y NUNCA DEJÁRAS QUE SE TE PASE, porque siempre que tengas oportunidad, te lo comeras.

Las personas que son fuertes, que no les importa los prejuicios o el qué dirán, hacen eso, SE COMEN EL ARROZ que las personas que piensan que se te está pasando el arroz, les gustaría comerse.

¿Por qué cohibimos nuestros deseos?

Photo by Monstera on Pexels.com

¿Por qué en navidad y cuando soplamos las velas hablamos de deseos?

Hablamos de los deseos para el año entrante, hablamos de los deseos tras soplar las velas deseando que se cumplan…Pero eso si, no vayamos a decirlo, que sino dirán que somos demasiado ambiciosos o vete a saber qué.

Seamos sinceros, deseamos todos los días de la vida. Otra cosa es que no lo digamos, que nos lo callemos,…

Yo creo que todo empezó con nuestra formación católica y alguno de los mandamientos que repetíamos durante la clase de Religión.

No podíamos desear.

El deseo es gula.

La gula es ambición y ego.

El ego te lleva al infierno.

Durante la juventud deseamos el último modelo de zapatillas pero no lo decimos porqué no tenemos dinero, porqué nuestros padres anda escasos de capital o porqué las creencias que nos han inculcado, nos han dicho que desear lo que tiene el prójimo es de mal persona.

Unos no harán caso y harán lo posible por conseguir ese sueño. Otros por lo civil, lo intentarán.

Pero mientras tanto, ¿Qué ocurre?

Que cuando hablas de tus sueños o deseos, tienes miedo a que te miren raro, a que piensen que eres un ser egoísta o un pirado.

NUESTROS DESEOS SON LA EXPRESIÓN DE QUIENES SOMOS, DE LO QUE NOS GUSTARÍA INTENTAR O DE LO QUE QUEREMOS ALCANZAR.

Son la expresión de que estamos cansados de lo mismo y queremos probar cosas nuevas.

De que nos hemos callado mucho tiempo y queremos hacer por fin realidad nuestros sueños, superarnos y ver de que somos capaces.

NUESTROS DESEOS HABLAN POR NOSOTROS. EXPRESAN LO QUE NO NOS ATREVEMOS DECIR A LOS DEMÁS SIN PONERNOS ROJOS.

Pero solo hablamos de ellos en navidad cuando comienza el año o estamos soplando las velas de nuestro cumpleaños.

¿Y el resto del año?

NOS OCULTAMOS, NOS AVERGONZAMOS DE NOSOTROS MISMOS O LO HACEMOS A ESCONDIDAS NO VAYAN A SABER DE QUÉ PASTA ESTAMOS HECHOS.

Se nos llena la boca hablando de originalidad, de la importancia de la marca personal y el principio de todo que son nuestros deseos, nuestra autenticidad, no le hacemos caso.

Y por deseos no estoy hablando matar al jefe o decirle que se calle de una forma poco ética a la suegra. Por deseos hablo de ser mejores personas, de dar un giro de 180 grados a quiénes somos y lo que queremos en la vida. ¡Qué nos conocemos!.

Algunos deseos se harán realidad, otros no y otros no habrá manera por donde empezar a hacerlos realidad.

Pero todos ellos te enseñaran de lo que eres en realidad.

DESEA MÁS Y DALES UNA OPORTUNIDAD , PERO DURANTE TODO EL AÑO.

De cerca, NADIE es normal

Photo by Alexander Kozlov on Pexels.com

«Pues si parecía una persona normal«.

Es una frase que siempre oímos cuando nos hemos enterado de un suceso de una persona que conocemos y que nos ha sorprendido que así ocurriera.

¿Pero por qué decimos lo mismo de siempre?

Porqué no conocemos a las personas de verdad.

Y conocer a las personas no es acostarse con ella, tomarse una copa o verse una vez a la semana.

Eso no es conocer a las personas.

Porqué eso son amigos de «conveniencia» que mandarás a la mierda cuando te «tuerzan» el morro con algo que te han dicho que no querías oír.

Creemos que el mundo es normal porqué sigue las normas que creemos que se deben seguir, tener un trabajo, tener pareja, salir los sábados por la noche con los amigos o la pareja de amigos y tener hijos.. Si ya cumplen todos los requisitos que no sé quien ha dicho que son los requisitos para ser considerado «persona normal, ya podemos etiquetarlos de «normales».

Pero ¿Qué pasa cuando conoces de verdad a una persona? ¿Qué pasa cuando estás en las buenas y en las malas con esa persona que considerabas «normal»?

QUE TE DAS CUENTA QUE LAS PERSONAS DE CERCA, NINGUNA ES NORMAL.

Y eso es lo que nos hace auténticos, únicos , ser mágicos o como tú quieras llamarlo… Pero de cerca, NADIE ES NORMAL.

A día de hoy, creemos que con tener una red de seguidores importante en redes sociales ( y da igual si son seguidores comprados ), ya podemos ser considerados personas sociales, de éxito, de confianza y hasta con talento. Creemos que conocemos a las personas que nos siguen y nosotros, a las personas uqe seguimos. Las consideramos personas normales, como nosotros y hasta creemos conocerlas.

A día de hoy decimos y creemos creer que conocemos a toda persona con la que nos relacionamos, aunque sean 5 minutos al año lo que nos relacionamos con ella.

Eso no es conocer ni es nada, eso es un conocido o la vecina del 5º que ves de vez en cuando y solo te dice «Hola y Adiós», nada más.

A día de hoy creemos que toda persona que se relaciona con nosotros, es una persona normal. ¿Por qué? Porqué creemos que es un reflejo nuestro, porqué no se sale de lo establecido. Pero luego, si realmente conociéramos a esas personas, veríamos que de NORMAL no tienen nada. Y quizás verías cosas que no te gustarían.

Pero ni ellos ni tú.

NADIE ES NORMAL, TODOS TENEMOS NUESTRAS TARAS Y TALENTOS, NUESTROS MIEDOS Y SUEÑOS.

Pero lo que ocurre, que llamamos personas normales, como escudo para no conocerlas de verdad, para no saber cómo piensas, para tener muchas relaciones pero pocas de calidad…

De cerca, TODOS NADIE ES NORMALES.

¡Enchufe redondo para clavija cuadrada!

Photo by Steve Johnson on Pexels.com

¿Por qué está el ser humano en la tierra? Para encajar en el hábitat en el que se encuentre.

Ya no hace falta hacer más investigaciones, meditaciones o libros de motivación, ya hemos descubierto la respuesta que tantos siglos nos ha rondado y no sabíamos responder.

Nos pegamos la vida no buscando la felicidad o el éxito. Nos pegamos la vida queriendo encajar, cuando realmente el ser humano lo que quiere es destacar.

Queremos encajar en un grupo de amigos, en el trabajo, en la familia… no buscamos la felicidad, no buscamos el éxito, buscamos encajar.

Y estamos en el camino incorrecto, LO SIENTO, alguien tenía que decirtelo.

¿Por qué te preguntas que si teniendo el método para ser feliz y las herramientas no lo consigues?

¿Por qué no entiendes que esa persona no te quiera si haces lo que sea por complacerla?

¿Por qué no entiendes cómo no te aceptan en el grupo?

PORQUÉ TODOS SOMOS UNOS ENCHUFES REDONDOS PARA UN MUNDO DE CLAVIJAS CUADRADAS.

Y hasta que no lo aceptemos , eso que llamamos felicidad, éxito o bienestar no lo conoceremos.

Ya ha venido la nueva normalidad, ya ha podemos salir e ir a los campos de futbol como hacíamos siempre. Ya podemos dejar de pensar qué nos está pasando, cuál es el motivo de que pensemos así o ver la realidad como es y no como nos gustaría que fuera.

Otra vez tenemos que volver a encajar en los demás, a intentar que nuestro enchufe redonda entre en una clavija cuadrada. Y luego nos reimos que diciendo que somos el ser humano que tropieza dos veces en la misma piedra. Añadiendo, dos , tres y más veces.

Buscamos encajar cuando en realidad es algo imposible. Porque aunque lo creamos, siempre habrá algún momento en el que un sueño nos vendrá y le diremos no, porqué eso no encaja en lo que consideramos normal. O una relación que no encaja en los estereotipos que conozco y la rechazamos no vayan a disgustarse los demás, cuando en realidad es nuestra felicidad la que está llamando a nuestra puerta.

Dejemos de buscar encajar en algo imposible. Nunca lo conseguiremos. Y por mucho que lo creamos , siempre habrá alguna incomodidad que nos diga, «realmente no encajas porque otra cosa te está esperando en la que si lo harás».

Y todo empieza por aceptarse uno mismo .

Cuando lo haces , cuando gritas «Soy un enchufe redondo en un mundo clavija cuadrado«, lo primero que te ocurrirá, es una sonrisa nerviosa. Son los nervios que te están diciendo, » vienen curvas pero sobre todo viene tu felicidad».

Después empezarás a ver cosas que hasta la fecha no te habías dado cuenta. Empezarás a ver detalles que te interesan, cuando antes habían pasado desapercibidos.

Empezarás a ver tus relaciones de otra manera. No es que te vuelvas más exigente y quieras gente perfecta a tu lado, pero si acorde a lo que sientes de verdad, a lo que quieres.

Y así te pasará con todo, tu visión de las cosas será diferente. Pero sobre todo te irás a dormir, muy feliz, muy tranquilo.

Buscamos el bienestar y es simplemente eso, algo muy sencillo, reconocer que somos enchufes redondos queriendo entrar en clavijas cuadradas.

No se trata de encontrar la tuya, sino de aceptar lo que eres, de gritar a los cuatro vientos lo sientes y quieres. Y a partir de ahí, la niebla que hayas tenido en tu vida, empezará a desaparecer, empezando a aparecer, esas clavijas en forma de personas, pasiones, situaciones que realmente soñabas, querías y anhelabas.

Impulsemos que somos diferentes. SI sabemos que no somos cuadrados y si redondo, ¿Por qué no lo explotamos?

Eso es la vida, encontrar la clavija que encaja en tu enchufe, no intentar encajar en una clavija que por mucho que lo intentes, nunca ocurrirá nada.

Dejémonos de tonterías, ¡¡odiamos aprender!!

«La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos , sino el hecho de negarse a adquirirlos» decía Karl Popper

Los medios de comunicación nos piden que estemos en un continuo aprendizaje.

Que la incertidumbre de una pandemia, la revolución digital que estamos viviendo, que los robots se van a comer muchos puestos de trabajo que conocemos a día de hoy van a desaparecer, que tenemos que convivir con la incertidumbre y la única manera es estando en continuo aprendizaje.

¿Pero qué ocurre?

Que cuando vas a dar una formaicón o una conferencia, siempre te encuentras a algunas personas, con cara de cabreados. Como los niños pequeños cuando no quieren estar en casa con su tia que hace años que no ven o que es más aburrida que el telediario, pues esa misma cara.

Ya puede ser el mejor ponente, el mejor documental que puedas ver o la mejor formación hasta ese momento, si puede ir a joderte , lo hará. A través de preguntas maliciosas, a través de hablar con el compañero de al lado o quien le de conversación… Irá a joderte.

Igual que el matón de la clase que va a reventar la clase, pues igual. Ya lo tienes identificado, es la bomba de relojería que si no te haces con ella, te explotará.

¿Pero no nos han dicho que había que estar en pleno aprendizaje? Pues parece que hay gente que no es lo que quiere realmente en su vida.

Hace poco una amiga me comentaba que durante un curso que daba para gente desempleada, una persona se le había dormido como en el instituto, esperando a que se acabase la clase para cobrar lo que le prometieron si iba.

Pero no solamente te estoy hablando del mundo profesional, también nos pasa en el mundo personal.

Llegamos a una edad y ya no aguantamos «tonterias». No aguantamos las noticias de la cadena contraria a nuestros intereses politicos; no aguantamos que una amiga nos repita siempre lo mismo; no aguantamos ir siempre a los mismos sitios todos los fines de semana (cuando se podía salir), no aguantamos que nuestro cuñado hable de su equipo de fútbol que es contrario al nuestro,….

NO AGUANTAMOS NI LO MÁS MÍNIMO…A la mínima, nos piramos.

Es decir, en la «inmadurez» , no queremos oír nuevos grupos musicales por muchos que nos los recomiende quien sea. Lucharemos hasta donde haga falta porque nuestro jugador o equipo mantenga siempre su honra delante de quien lo intente manchar. No queremos escuchar más a los amigos de nuestra pareja , por mucho que sean los de nuestra pareja, es que no los aguantamos y no pasamos por ahí.

Y todo ¿Por qué?

Porqué creemos que somos nuestros pensamientos. Y si hasta la fecha creemos que nos ha ido bien con ellos, no va a venir ni el Santo Padre a rebatirlos ni a cambiarlos.

¿Y qué provoca?

Lo que estamos viendo cada vez más, UNA SOCIEDAD QUE NO PUEDE CONVERSAR NI MUCHO MENOS DIALOGAR PARA LLEGAR A UN CONSENSO.

Creemos que ya lo sabemos todo. Que no hay nada ni nadie que pueda cambiar lo que ya sabemos. Es decir, tenemos más cariño a nuestras creencias que a nuestro perro.

Es doloroso decirlo, pero es así.

En un momento en el que tendríamos que tener la mente abierta, para pensar qué podemos hacer mejor nosotros ante la crisis económica que YA estamos viviendo, ante lo que puede venir o quizá dudar de que esa persona sea como creemos que es y solamente nos está lanzando una «llamada de socorro» si la oyéramos más entre líneas y no como creemos que la oímos.

No sé a qué edad se nos cierra la «mollera», pero cada día lo creo así. Y por mucho que lo intentes, no hay manera ya no que cambie de opinión, sino que sea capaz que otro tipo de opciones son posibles y que existen en realidad.

¡¡SI LO CONSIGUES, YA ES MEJOR QUE UN ORGASMO VER LOS OJOS DE ESA PERSONA DÁNDOSE CUENTA QUE OTRO MUNDO ES POSIBLE!!:

Nuestro Ego se defiende con uñas y dientes. Provocará que hagas lo que sea para exigir lo que te mereces. Hará que digas excusas que ni tú mismo te reirías al oírlas.  Te hará creer que eres mayor para aprender, para aguantar cosas que tú crees que son tonterías pero son importantes para la otra persona. Que tu tiempo es oro y que no estás para «chorradas».

Estamos cada vez más necesitados ya no solo de personas curiosas que quieran descubrir qué hay detrás de lo que le dicen que hay; de personas que quieran crear junto a otras personas, que no hay diferencias entre una persona y otra, sino que están enfocadas hacia un mismo objetivos, hacia un bien común.

Pero además, señores y señoras, CUÁNTA MAS ABIERTOS ESTEMOS DE MENTE, MÁS OPORTUNIDADES VAMOS A TENER EN CUALQUIER ASPECTO DE LA VIDA.

Descubriremos que a lo mejor el salmón a la plancha de nuestra suegra nos gusta aunque el de nuestra madre no. Quizá nos demos cuenta que eso que nos daba miedo, es nuestra verdadera pasión y se nos da muerte. Quizá empecemos a darnos cuenta, que hay más vida y mundo más allá que nuestras creencias nos decían que había.

Se habla mucho de la creatividad y que la gente se cree que no es creativa.  Abre la mente y estarás regando tu creatividad.

El miedo siempre cierra la creatividad, no lo olvides.

PD: Este jueves 24 de Septiembre a las 19:00 horas, inauguraré las Sirania Talent Talks hablando de Creatividad y Talento.. Os dejo el enlace aquí para que nos veáis si os apetece y estare encantado de resolver vuestras preguntas.

¡¡En todo, se trata de alumbrar, nunca de deslumbrar!!

«Toda la variedad, todo el encanto, toda la belleza de la vida está hecha de luces y sombras» decía Tolstoi

«Hoy me han entrevistado para un medio de comunicación. Y aunque me han dicho que quizá no saldrá, quiero que lo sepas…. Hoy os digo que tengo todo el año 2020 cerrado con conferencias, eventos y formaciones…Hoy os digo que tengo la formaciones cerradas, ya veré al año que viene ya veremos si lo hacemos.. No crees un personaje virtual, se siempre tú..«

Son algunas de las frases que últimamente leo en redes sociales. Y la verdad que me hacen reflexionar, por no decir, calentarme mucho.

Se nos llena la boca que hay que ser humildes, que hay que ser uno mismo. Que la respuesta a la pregunta de ¿A qué hemos venido a este mundo? es fácil de responder: «Siendo uno mismo y dándonos siempre a los demás». Llenamos los muros de nuestras redes sociales con frases bonitas y flores que las acompañan. Que eso de las expectativas va del ego, que hay que liderar sin ego y miles de libros hablando de la felicidad (que son copias unos de otros)..Y lo único que estamos consiguiendo es una sociedad «enganchada» al Prozac, a la envidia y a la mentira, en la actualidad eso se llama «postureo».

Cada dia creo más que el concepto de éxito que tenemos en la sociedad, en vez de ayudar a superarnos, a ser nosotros mismos, a luchar por una meta…, lo único que produce son «tarados».

Lo reconozco, al principio de mis tiempos, llegué a pensar, porque yo no era como los demás. Porque yo no era llamado a dar conferencias, porqué me costaba tanto llegar a los demás cuando otros si lo conseguían. Y fue una conversación con uno de mis mentores, que me hizo cambiar la visión para siempre. 

«Tu éxito es ser tú mismo, sin «aparatos laser», sin anuncios en Instagram que vendan lo que haces porque nadie lo ha comprado en meses, sin incoherencias entre lo que escribes y lo que haces en la vida real. Haz lo que sientes en todo momento  y siempre SIN ESPERA NADA. Por mucho que quieras correr, todo llega cuando tiene que llegar. Y llegará lo que tiene que ser de verdad, no lo que tienes que aparentar o lo que igual que viene, se irá. Pero mientras tanto, sigue haciendo lo que sientes, porque a eso es lo que has venido, ya vendrá todo lo demás«

Siempre me acordaré de sus palabras, pero sobre todo cuando alguna vez no ves resultados y tu ego te hace una mala pasada queriéndote comparar con los demás.

Y es así, hemos venido a darnos a los demás a través de lo que sabemos hacer mejor. Ya puede ser dar una conferencia, escribir un libro , ayudar a una persona a conseguir trabajo, hacer unas tortillas de patata de puta madre o lo que hacer cuadros que iluminen los salones de tus compradores. 

Pero hazlo sin esperar, hazlo porque así lo sientes. Eso ya es para mí el verdadero éxito, la verdadera puta felicidad. 

Sé que muchos estarán pensando: «Pero no tener metas, no tener expectativas, eso no da dinero para pagar las facturas…«. Te aseguro por experiencia propia y lo que he visto a lo largo de todas las entrevistas realizadas, que la gente que piensa así, vive de su pasión, pagando sus facturas. 

Pero el concepto de éxito que se nos ha vendido y se nos está vendiendo, es que tenemos que ser como Steve Jobs y cambiar el mundo entero, tenemos que ser como Elon Musk y que nuestra publicidad llegue hasta la Marte, que hay que publicar libros que digan que podemos alcanzar una facturación de 6 cifras en tan solo 7 días ( menuda tomadura de pelo). Se nos vende un concepto que si no alcanzamos un éxito masivo, no hemos tenido éxito. Pero lo peor de todo es que nos lo creemos y acabamos frustrándonos aunque nuestra ciudad o una simple persona, esté agradecida por el trabajo que hemos hecho. 

Nosotros queremos más, porque sino no creemos que habremos alcanzado el éxito. 

¿Qué produce esta autoexigencia?

Que compremos seguidores en las redes sociales para parecer que hemos alcanzado algo que ni siquiera olemos. Que esté «prohibido» hablar de nuestro anterior trabajo , porque si lo supieran , verían que soy un incoherente…  Pongo o «me invento» mi agenda para que todos vean que soy muy solicitado por los demás..( bueno luego viene otro confinamiento y no hay agenda que valga en estos momentos, querido gurú).. Que digamos cosas porque es la moda , pero luego seguimos haciendo lo contrario a lo que decíamos el día anterior…

Esas y otras muchas «imbecilidades» hacemos por alcanzar el éxito o aparentar que lo hemos conseguido. 

EL éxito es darnos a los demás. Y aún habiendo alcanzando el «reconocimiento» de los demás, seguir dándolo con humildad como si fuera el primer día. No el primer día de tu estupidez.

Pero no sólo estoy hablando de algunas personas de la «industria de la felicidad y el desarrollo personal», que en vez de ayudar a los demás, lo único que quieren es ayudarse a ellos mismos y «sanar» la falta de confianza que tienen en ellos mismos, dándoselas de algo que no son, una vez conseguida una cima. Sino también estoy hablando del día a día.

Ya puede ser una relación de amistad, de pareja… o de lo que quieras, siempre se trata de ayudar, de alentar, de alumbrar a la otra persona ya no solo cuando las cosas vayan mal, sino cuando están bien. Recordando lo que ha superado, recordando lo que ha alcanzado. Ayudándole a disipar la niebla que en esos momentos nubla sus éxitos anteriores y que le ayudarían a alcanzar unos nuevos. 

No a deslumbrar con lo que hemos conseguido nosotros en algún momento

Más que nunca, hemos venido a alumbrarnos unos a otros. La estamos viviendo es de órdago y la que viene, para mear y no echar gota. Y mientras tanto, como todo en la viña del señor, unos intentando deslumbrar y otros alumbrando, pero cuidado con escupir hacia arriba, suele caerte encima. 

 

¡¡Todo es Mentira!!

«El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera.» decía Alexander Pope

Todo es mentira. 

Es mentira lo que te han hecho creer desde pequeño que sirves o no para hacer una cosa. 

Es mentira que los pactos de sangre que haces con tus amigos de la infancia, vayan a durar para toda la vida. 

Es mentira que te prometan que en 14 días con un curso gratis vas a tener una marca más rentable que la de Zara.  Pregúntale cuanto tiempo le costó a Zara hasta que fue reconocida por los demás, te aseguro que 14 días, no

Es mentira que esos amigos te quieren de verdad aunque no te hayan visto en toda su vida. El amor se demuestra con hechos, no con palabras. Y sobre todo cuando les dices algo que no quieren oír, que casualidad acaban desapareciendo.

Es mentira el número de seguidores que tienen muchos «gurús» e influencer en cualquier red. Si luego ves sus publicaciones y/o directos de Instagram; y dónde tendría que haber miles de likes solo hay unos pocos. 

Es mentira que solo con estar motivado puedas cambiar de hábitos. Si no estás en un ambiente que te aliente al cambio, poco puedes hacer. 

Es mentira que haciendo lo mismo siempre, vayan a reconocerte como alguien diferente. Lo que es cierto, que ese pensamiento , si es una gran mentira.

Es mentira que tus ideas no tengan recorrido. ¿Quién te lo ha dicho? ¿El que nunca ha intentado nada en su vida?

Es mentira lo que piensas de ti. ¿Quién te dice que es verdad todo lo que piensas de ti? ¿Tienes un certificado que te dice que todo lo que vayas a intentar, nada vas a conseguir?

Es mentira el miedo que tienes. Es eso, miedo. Miedo a lo nuevo, miedo a lo desconocido, miedo a creer que no eres capaz o no eres digno de conseguir eso que te propongas. ¿Quién lo dice?  Tu miedo y todo porqué le haces caso. 

Es mentira que cuantos más seguidores tenga una persona es que más inteligente. Si te das cuenta, cuanto más seguidores tiene, más «chorradas» de 1º de la ESO suele poner, como si la gente fuera imbécil.

Es mentira lo que dice todo el mundo de medios de comunicación o políticos. Todos barren para su casa. Pero eso sí, les creemos porque pone que su titulo es de político o sale por televisión. Si tuviéramos un poco más de pensamiento critico, ¡¡LO DIFERENTE QUE SERÍAN LAS COSAS!!:

Es mentira porque tengas que hacer y decir lo que dicen las tendencias para sentirte integrado dentro del grupo. Se tú mismo y te aseguro que hay muchos grupos esperándote. 

Es mentira que un gurú te diga que no hagas una cosa , cuando si supieras que lo hace él en su vida real, verías la incoherencia en su vida y en las redes.

Es mentira todo lo que estoy diciendo si no lo vives por ti mismo. Y seguro que descubres más cosas que yo. 

Hace unos días, me preguntaba una persona: ¿Cuál crees que es la solución para poner un poco de orden al mundo?

No creo que una reunión de la ONU dirigida por el Papa, no creo que sanciones a China ayudasen ni tampoco y que Donald Trump se acabe marchando de la Casa Blanca salvásemos el mundo.

El cambio siempre empieza por uno mismo. Muchos cambios personales , empezaría a cambiar la rotación del mundo. Pero mientras tanto las cosas van a seguir como están. 

¿Por dónde empezar?

DEJA DE MENTIRTE A TI MISMO.

DEJA DE MENTIRTE y acepta lo que sientes por esa persona. 

DEJA DE MENTIRTE y acepta que no estás en el trabajo de tu vida. Empieza a buscar el que tú quieres o créalo. 

DEJA DE MENTIRTE y decir que eres feliz, cuando en realidad , todas las noches te vas a la cama llorando por la mierda de vida que llevas. 

DEJA DE MENTIRTE y creer que tienes muchos amigos, cuando en realidad solamente te llaman cuando les interesas, mientras tanto, no saben o no contestan. O que consigues acceder a ciertas cotas por tu trabajo, cuando todo el mundo sabe que no es así.

DEJA DE MENTIRTE y estar en una relación que solamente te hace daño.

DEJA DE MENTIRTE y creer que por comprar seguidores en tus redes sociales, vayas a vender más. Eso no es tener más influencia, eso es ser uno más.

DEJA DE MENTIRTE y ocultar en tonterías tu orientación sexual. No te digo que la tengas que exponer a los 4 vientos , pero si aceptarte tú. Tu felicidad empezará realmente en ese momento. 

Ya no solamente nos «comemos» muchas mentiras de los demás. Sino que también que nos creemos nosotros muchas mentiras, para aparentar algo que no somos, para alcanzar algo que creemos querer y no es así. 

Si dejáramos de mentirnos, la niebla que nos rodea, se acabaría disipando, viendo nuestra felicidad tras disiparse dichas mentiras. 

Pero parece que es mejor vivir en una mentira constante. Allá tú.