Si crees una cosa no tienes moral… Si no crees en otra cosa, no tienes moral… Si no tienes valores… no tienes moral…
Todo se basa en función de la moral.
Pero yo iría un paso atrás.
Primero nos preocupamos por la moda de turno a la que nos tenemos que subir y luego por la moral.
Eso si, antes hay que saber qué dice la R.A.E. sobre la moral «Conforme con las normas que una persona tiene del bien y del mal.»
Genial, ¿No? Pero antes de nada, la moda.
La moda, que creemos que nos hará diferente a los demás, cuando en realidad nos hará uno más.
Ya son muchos años entrevistando, conociendo e incluso trabajando con personas » de cierto prestigio». Pero también han sido muchos los que han pasado y que ya no están. Que conste que están vivos pero ya no están en el «candelero».
Por diversos motivos, la moda ya pasó o se han dedicado a otra cosa, ya no están. Pero muchos de ellos, la clave de su desaparición, fue ante poner la moral a la moda.
Querían ser «famosos» y tener repercusión lo más rapido posible.
Era todo por y para su moda. Más bien por y para su ego.
No importaba lo que hubiera que hacer, como si había que comprar seguidores en Instagram, hacer la «pelota» a una persona para conseguir un objetivo aunque la criticase nada más conseguirlo… No importaba. Solo importaba la moda en cuestión.
El aparentar ser, NO EL SER DE VERDAD.
A día de hoy » ser referente» en algo, el hablar de algo que está de moda, es considerado lo «más».
Hablamos de cosas que no sabemos ni siquiera su significado y todo porqué lo «hemos oido por ahi» o lo que nos ha dicho las noticias de Google que se actualizan en nuestro móvil.
Debemos y queremos aparentar que sabemos de todo, que somos «guías» para los demás… Porqué eso del «no sé, lo investigaré, pues no tenía ni idea…» no es beneficioso para nuestra marca.
Ya sea lo que sea el tema, debemos saber y hablar de lo que está de moda. Porqué sino nos han dicho que nadie se acordará de nosotros.
Pero no solamente pasa en el mundo profesional, en el mundo personal, TAMBIÉN.
Hablamos de politica, de religión, de temas que salen en los medios de comunicación con una pasión desbordada. Pasión que supera los límites del respeto a los demás. ¿Y todo por qué?
Porqué ¿Cómo voy a desconfiar lo que ha dicho mi líder político, mi grupo de comunicación favorito sobre este tema?
Antes de dar nuestra opinión, no pensamos qué hemos oido, no dudamos lo que hemos creído oido,… Nada, lo único que hacemos es replicarlo. ¿Por qué íbamos a dudar?
Si replicamos algo que no sabemos si realmente nos hará daño o no a nuestro concepto de moral, ¿Qué tipo de personas nos estamos convirtiendo? ¿En personas que solo quieren la fama, el aparentar y ganar número de seguidores sea como sea, por las buenas o por las malas?
Pero eso si, luego no critiques a esas personas por sus valores, que se ofenden.
¿Qué pasaría si antes de apostar por una moda, nos preguntáramos si va o no acorde con nuestra moral?
Quizá muchas de ellas ni nacerían, quizá muchos «influencers» verían reducidos sus seguidores drásticamente y quizá hasta seriamos una sociedad mucho más coherente.
Hoy es trending topic en redes sociales un alegato de un presentador en el que comenta que los politicos nos han tratado por tontos.
Nos han tratado por tontos por su forma de gestión, por sus idas y venidas y por su falta de decisiones.
Nos han tratado por tontos y ahora nos quejamos.
Ahora gritamos que nos han tratado por tontos.
Gritamos a los 4 vientos que no estamos de acuerdo con lo que han hecho con nosotros. Que nos merecemos un respeto porque somos ciudadanos. Queremos nuestros derechos, queremos nuestra salud mental, el poder salir por ahí y llegar a casa a las 5 de la mañana como cubas…
Gritamos muchas cosas…. ¿Pero qué suele hacer normalmente el ser humano al respecto cuando se siente maltratado?
¡NADA!.
Mañana la noticia será que han llegado los Reyes Magos o que tu «gurú» le ha tocado la lotería.
Mañana ya nos hemos olvidado de todo. Mañana lo que exigíamos ya será historia.
Y todo, ¿Por qué?
Porqué no tenemos el ademán de luchar, de salirnos de lo establecido, de esforzarnos realmente por lo que queremos, por lo que sentimos. A cambio preferimos quedarnos como estamos, que «creemos que no estamos tan mal».
Y no solo estoy hablando de esta situación que estamos viviendo con el bicho llamado Covid-19. Hablo en general, nos quejamos mucho, pero hacemos poco para cambiar la situación.
Sabemos que nuestra pareja nos trata como tontos y nosotros aún seguimos ahí.
Sabemos que nuestro «jefe» es un déspota, por llamarlo finamente. Pero no nos vamos del trabajo a pesar de nuestros enfados y lloros porqué…
Sabemos que tenemos que cambiar, que las cosas no son como pensamos… Pero eso de cambiar si eso, lo dejamos para otro día.
Sabemos que nos están tratando por tontos. Quizá porqué estamos siendo demasiados buenos, quizá porqué nos interesa o vete a saber, quizá queríamos creer, quizá no queríamos sentirnos solos o creíamos que estaba realmente enamorada de nosotros.. …. En resumen, por querer creer, creer que sabrían más que nosotros, por confianza en la otra persona o por necesidad, hemos llegado a la situación que se «nos han hinchado los eggs».
Tranquilo, está genial que haya abierto los ojos y te hayas dado cuenta que no quieres dicha situación. Te aseguro que otros, aún sabiendo lo que están viviendo, se lo callan y siguen aguantando , porque creen que les interesa más «que se aprovechen de ellos» que no dar un paso adelante y dejar a un lado esa situación.
Felicidades, has reconocido que no te gusta como te están tratando. Pero también tienes que reconocer que parte de la culpa es tuya, ¿eh?. Claro que si, no eches la mierda al resto, que también tienes culpa. Quizá por confiar más de la cuenta, por no hacer esa pregunta que hubiera cambiado la situación,… has llegado hasta donde estás a día de hoy.
¿Seguimos?
En estos momentos te encuentras en una texitura:
.– No hacer nada, no decir una palabra más alta que otra y seguir con la cabeza baja aguantando el chaparrón.
¿Cómo suele acabar estas situaciones? Seguramente tú peor de cómo estás ahora y la otra persona con una sonrisa de oreja a oreja sin esa sensación de haber hecho las cosas mal.
Pero si optas por esta opción, lo respeto.
Pero eso si, NO TE QUEJES SI NO QUIERES HACER NADA AL RESPECTO.
Es respetable que no quieras hacer nada porque satisface algún interés, porqué quieres llevar tu vida de siempre o lo que sea….pero a partir de ese momento, no te quejes. Has tomado una decisión y tienes que consecuente con ello. Si sigues aceptando la situación, ¿No te irá tan mal, no?
.– Parar. Pensar qué quieres realmente y quizá salirte de esa relación.
También puede pasar que esa persona no se daba cuenta. Puede pasar. Si Messi se fue del Barca, a día de hoy puede pasar cualquier cosa. Pero ante todo para y piensa qué es lo que quieres realmente en tu vida. Sabes que NO quieres. Pues qué quieres es más fácil expresarlo. Y si sientes que tienes que «abandonar esa relación» es lo primero que tienes hacer.
Pero si sabes que NO quieres en tu vida y sigues «aguantando» esa situación, el problema es tuyo, seamos claros. No lo olvides.
Pero ¿Sabéis una cosa? Que por mucho que hablemos de felicidad, de responsabilidad ( he oído la palabra más en estos dos años que en todos mis 42 años ), de resiliencia, del despertar espiritual, de madurar, de muchos términos que inundan las redes sociales… ¿Qué acabamos haciendo?
QUEJÁNDONOS Y ESPERAR A QUE SEA OTRO A QUIEN DE EL PASO ADELANTE QUE SOLUCIONE NUESTROS PROBLEMAS.
¿Hacemos algo cuando algo no nos gusta?
VOMITAR EN REDES SOCIALES NUESTRA RABIA Y FRUSTRACIÓN, CAGARNOS EN LA CENA DE NAVIDAD POR NUESTRA VIDA DE MIERDA Y SI SALE EL POLITICO DE TURNO, DESEARLE EL MAYOR DE LOS MALES.
Y mañana volver a hacer lo mismo.
Seamos sinceros, SOBREVIVIMOS DORMIDOS EN ESTE TRAYECTO LLAMADO VIDA.
Pero cada opción es muy respetable… Sin embargo hablamos mucho de resiliencia, pensamiento en grande y leyes de atracción… Y mientras tanto, el problema está sin solucionar.
¡Menos quejas y más hechos! Quizá así conseguiríamos todos juntos esa «idea» de sociedad que tenemos…
Vivimos unos momentos en lo que todo es formación.
Entras en Instagram y todo es formación. Formación para el empleo, para tus redes sociales, para el aumento de tus ventas, para el éxito, para la felicidad, para aumentar tu mentes…
Si no te estás formando, es porqué no quieres. Porqué posibilidades hay.
Pero no solo hablo de formaciones que te encuentras en redes sociales o en LinkedIn, si pones la televisión también pasa lo mismo.
Y no es en forma de formación para nuestro éxito o felicidad, es en formación para el futuro que nos espera. No solo a nivel político, sino también en el futuro de la sociedad, no hay día que te encuentres una situación así.
¿Y qué tienen en común todas estas situaciones?
Que no forman sino que imponen.
No forman en una área, sino que nos dicen que cómo lo hacen ellos es lo mejor. Sin saber a veces que les distingue de los demás.
No forman en una área, sino que critican a lo que está haciendo el rival. Sin saber qué les distingue de la competencia, solo la critican.
No forman e inspiran para descubrir una área que ellos conocieron, imponen su forma creyendo que solamente existe la suya.
No forman e inspiran sino que coartan la creatividad y al curiosidad, haciéndonos creer que solamente ellos saben la receta para el éxito en dicho campo.
No forman e inspiran sino que crean más borregos. Ya que tenemos que seguirlos sin replicar, sin preguntar. Ya que si lo haces el problema de no alcanzar los éxitos que habían prometido, son tuyos. No del gran jefe.
No forman e inspiran ya que no quieren que veas otra realidad que la que ellos quieren que veas. ¿Y eso es formar? ¿O más bien es aleccionar?
No solamente estamos hablando del mundo de la formación, sino también de los líderes que tenemos en cualquier puesto de poder. ( no todos son iguales, ya lo sé ), pero la mayoría así actúan.
Hasta nos dicen que nos harán emprendedores, para acabar trabajando para ellos. ¿Dónde está la independencia aquí? Por no hablar de los que nos aseguran que en un plazo de una decena de días, nuestra vida dará una vuelta de 180º que solo podremos agradecérselo. Y nosotros preguntándonos, ¿Qué ha sido de nuestra vida antes que no habíamos conocido a esta persona?
Son situaciones que hemos visto a diario, que seguro que alguien nos ha dicho que la formación que había invertido dinero ha sido un fiasco o las expectativas que tenían con el gran «formador» no son como las pintan.
¿Qué nos pasa?
Que el ansia por la fama, por ganar un sillón, por un seguidor más en redes sociales, no forman, no inspiran, no alientan, sino que aleccionan. Cuando en estos momentos de incertidumbre, lo que necesitamos son guías, ir todos a unas, no lecciones que debemos repetir para no pensar ni mucho menos dudar.
Cuando más deberíamos aprender, lo que hacemos es ser aleccionados. Y aleccionados que si no piensascomo yo, ya que me ha dicho el «gran gurú» que es así como te irá bien, estás en contra de mí.
¿Qué estamos haciendo? ¿Dónde queda el investigar, el preguntar, la curiosidad o saber que las cosas se pueden hacer mejor? Pero eso si, hablamos mucho del trabajo en equipo, del bien común y del futuro.
Eso ya desapareció ,ahora no hay que pensar, hay que repetir y replicar, ya que nos lo ha dicho el «gran gurú» que con ello nos irá mejor en la vida personal y profesional. Y como nosotros no queremos pensar, no queremos sudar, no queremos tener iniciativa propia no vaya a ser que nos digan que somos «reaccionarios» o «transgresores»… no pensamos, solo seguimos.
Es hora de empezar a formar, para que la gente piense por si misma, no en aleccionarlas para que no lo haga si queremos salir de donde estamos, con personas felices pero sobre todo empoderadas.
«Nada contra la corriente. Ve en la otra dirección. Ignora la sabiduría convencional» decía Sam Walton
¿Qué obsesión hay de que la gente brille?
Tenemos que brillar, te enseño a cómo brillar, que las máquinas trabajen y tú mientras tanto a brillar…
Las redes sociales a parte de los artículos que hablan de los hábitos que hay que volver a intentar implementar en tu vida en septiembre, algo que no hiciste en enero, te hablan de brillar.
La única obsesión es brillar como una bombilla.
¿De eso se trata en la vida? ¿Después de la moda de la felicidad y la marca personal, ahora toca brillar?
Parece que como ahora la factura de la luz está a niveles prohibitivos, tenemos que ser nosotros quienes brillemos.
Y creo que como otras muchas modas que se han pervertido, esta en vez de impulsar al ser humano, lo está volviendo más competitivo, infantilizando y desviándonos de lo que es realmente importante.
¿Qué esta sucediendo?
1.- Se está jugando con la necesidad de la gente de destacar.
En un mundo en el que es más dificil despuntar, ser considerado diferente y en el que si no consigues el éxito, ya, nunca lo conseguirás, te ofrecen las formulas secreta para brillar, para destacar, para ser diferente a los demás. Pero eso si, previo pago de una cantidad de dinero, considerable.
2.- Nos estamos volviendo idiotas.
Y perdón porqué lo exprese así, pero es la verdad. Recientemente me llegaba una publicación como una persona expresaba en su perfil de una red profesional que se dedicaba a «buscar personas bonitas» para otras empresas.
¿A qué punto estamos llegando? ¿A decir que en vez de ir en autobus, vas a ir en un alfombra volante camino de la felicidad de los demás?
Y todo por querer brillar, por querer destacar entre los demás. ¿Dónde queda la profesionalidad?
3.- Por querer destacar llegamos a hacer lo que sea.
Y para eso están las peliculas del sabado por la tarde que nos explican que por el éxito el ser humano es capaz de todo. Pero no hace falta irse tan lejos, vemos como en las redes sociales se copian artículos que han alcanzado una repercusión cambiandoles el titulo, alguna palabra y a veces ni eso. Amistades falsas que surgen por mero interés o palmadas por la espalda que cuando uno se marcha se convierten en cuchillos.
Ya no solo estoy hablando en el mundo profesional, sino también el personal. Todos conocemos personas que se han unido a nosotros por un interés, con la mente de brillar ellos de alguna manera.
4.- Brillar es una consecuencia, no un objetivo.
No nos importa lo que hay que hacer, no nos importa lo que hay que decir y mucho menos si realmente creemos en ello. No nos importa cómo nos vean los demás y las mentiras que tengamos que decir, lo que nos importa es brilar. En definitivas cuentas, APARENTAR.
Brillar, al igual que te llamen experto, lo tienen que decir lo demás, NUNCA TÚ.
Tú debes hacer tu trabajo, debes luchar por lo que quieres, debes ofrecer experiencias unicas a tus clientes, superar las expectativas que tienen contigo… Y todo eso, sumado con esfuerzo, tenacidad, confianza y tesón….QUIZÁ harás que alguien te reconozca por el trabajo que estás haciendo.
PORQUÉ TE DISTINGUIRÁS DE ENTRE LOS DEMÁS… no por hacer lo mismo que el resto de la humanidad, sino porqué te distingues de entre los demás
5.- ¿Y dónde dejamos a la creatividad?
Por mucho que hablemos de ser únicos, diferentes y todo lo guay que tú quieras, somos una sociedad pragmatica.
Queremos el método más rapido que nos lleve al éxito, a brillar más que cualquier estrella del firmamento mundial. Pero eso si, decimos que somos creativos, innovadores y hasta disruptores. Lo único que somos es una copia más.
Más que nunca, en un momento en el que ya nada sirve y todo está por crearse, es la creatividad la herramienta que siempre nos ha distinguido de los demás seres que habitan en este planeta llamado tierra.
Es hora de impulsar NUESTRA CREATIVIDAD, nuestra visión del mundo, de cómo queremos hacer las cosas, de cómo pensamos…
Y quizá, te lo repito en letras grandes, QUIZÁ A ALGUNA PERSONA LE INSPIRES, LLEGUES A INNOVAR, A QUE TU TRABAJO SEA RECONOCIDO…. Y te lo repito QUIZA, pero si el único objetivo sea brillar, lo único que harás es copiar a los demás y NUNCA DAR RIENDA SUELTA A TU CREATIVIDAD.
¿Qué has aprendido desde el 15 de marzo del año pasado?
Me gustaría que te lo preguntases si no lo has hecho todavía. ¿Qué has aprendido? ¿Qué has vuelto a recordar que tenías olvidado? ¿Qué «bofetada» te ha dado la vida para que nunca olvides?.. Y si eres valiente respóndete desde la más absoluta sinceridad, ¿Qué nunca olvidaras de todo este tiempo que estamos viviendo?
Podrás pensar que estas cansado de todo lo que estamos viviendo, porqué si no te has dado cuenta, todavía lo estamos viviendo. Podrás haber dejado de ver los informativos que llevan más de 18 meses diciendo siempre lo mismo. Podrás haberte ido de vacaciones para desconectar creyendo que ya has vuelto a la normalidad… Podrás haber hecho muchas cosas queriendo no ver la realidad. Y te entiendo, pero la experiencia siempre me dice que todo aquello que no afrontas, siempre acaba repitiéndose una y otra vez en la vida hasta que no te enfrentes a ella.
No me cansaré de repetirlo. Me acuerdo de los primeros directos en Instagram en el que la gente se felicitaba porque por fin la sociedad iba a cambiar, iba a ser mejor , íbamos a trabajar más en equipo y muchas más cosas…
No hace falta que diga que hemos conseguido después de 18 meses, solo hace falta poner la televisión o las redes sociales.
El ser humano se olvida o pretende olvidarse muy rápidamente de lo malo. Y no es que yo ahora me haya vuelto un negativo empedernido, sino que quiero centrarme en tener presente, en qué hemos aprendido, en qué estamos aprendiendo para incorporarlo a nuestra vida y no olvidarlo nunca.
No voy ni quiero imponer catedra con lo que yo he aprendido. Sino quiero exponer que estoy aprendiendo y si alguien quiere ir añadiendo sus aprendizajes, formar entre todos algo de lo que nunca debemos olvidarnos, siempre estar agradecidos o echar de nuestra vida porque nos hemos olvidado y lo hemos vuelto hacer.
Aquí van mis aprendizajes:
1.- SOMOS TIEMPO.
No somos nuestros títulos, ni nuestros seguidores en redes sociales o la invitaciones que nos hagan a eventos. No somos las posesiones que tenemos o los deseos que anhelamos.
Somos tiempo y lo que hacemos con él.
Nos hemos dado cuenta que cuando creíamos que vendría la oportunidad para decir SI a esa proposición, a dar el paso adelante a ese sueño que nos da insomnio o ese te quiero que estamos locos por decir, quizá ya nunca venga porque un bicho o cualquier circunstancia nos dice que hasta aquí hemos llegado.
Somos tiempo y lo que hacemos con él. Muchas veces no hay una segunda oportunidad para decir SI a lo que siempre hemos querido y queremos. Así que usa bien el tiempo que tienes.
2.- NOS DA MIEDO EL PARAR.
Creemos que tener la agenda llena de eventos, deberes y compromisos, es ser una persona querida y de éxito. Creemos que saber que tenemos que hacer en el trabajo, es que somos buenos lideres y grandes compañeros de trabajo. Creemos que tener compromisos los fines de semana, es que somos buenos amigos. Y no queremos parar. No queremos parar, porque sabemos que si paramos, no sabremos qué hacer, no sabremos qué pasará con nosotros, si nuestros amigos nos seguirán llamando, si seremos buenos compañeros en la distancia o vete a saber qué se nos pasa por la cabeza.
Lo que realmente nos pasa es que le damos más importancia al exterior que al interior. Y cuando nos encierran, tenemos que quedarnos en casa o estamos enfermos, estamos con nosotros mismos. Algo a lo que no estamos acostumbrados. Acostumbrados a pensar, a tomar decisiones por nosotros mismos, a aceptar que nos hayamos podido confundir o reconocer que estamos a gusto con nosotros mismos.
Parar te ayuda a ver la vida desde otra perspectiva y en un mundo en el que si no vas con la 5ª marcha, parece que no eres un buen ciudadano, parar seguramente te hará ir a tu marcha, pero mucho más rapido que la de los demás.
3.- LO QUE NOS DIFERENCIA ES LA VERDAD Y LA CREATIVIDAD.
Somos seres confiados porque pensamos que cuánta más gente alrededor más querido seremos. Y por otro lado hacemos cosas impensables para sentirnos queridos por los demás. Ocultamos nuestra opinión, decimos Si a cosas que queremos decir NO y luego vienen situaciones así, que nos enseñan que no es oro todo lo que reluce en relación a muchas personas.
Preferimos ser otras personas para sentirnos queridos, cuidados y quizá hasta satisfacer algún interés que tenemos con esa persona.
Pero parar nos enseña, quieras o no, a vernos, a ver la realidad de nuestra vida hacia al exterior y nuestro interior. A ver que hemos tenido relaciones que no nos han llenado porque una parte no se mostraba como realmente vemos qué es. A que si queremos verdad en nuestra vida tenemos que empezar por nosotros.
Lo que nos diferencia de los demás, es nuestra verdad, nuestra esencia, nuestro ser. Y a partir de ella, empezaremos a crear. A crear relaciones autenticas, a tener ideas en el trabajo o a cambiar de trabajo, a conseguir retos de forma creativa, a alcanzar soluciones…Pero nada de ello lo conseguiremos si no lo hacemos desde la verdad.
4.- SOLO TIENES UNA VIDA.
Y no te estoy diciendo que te lances a tumba abierta como un kamikaze a vivir sin limites ni freno. Te estoy diciendo que solo tenemos una vida y que estamos aquí para disfrutarla, para descubrir con cada acción porqué hemos venido a la misma, a descubrir lo que nos gusta hacer y desechar lo que no, que seamos curiosos queriendo descubrir nuestros talentos y convivamos más con la incertidumbre.
Te estoy diciendo que no esperes, que actúes.
Que no sigas modas, que no te diluyas en tendencias y que siempre seas tu mismo.
5.- EN LA INCOMODIDAD DONDE MÁS SE APRENDE.
Se aprende que el concepto de éxito o felicidad es diferente para ti, que quieres amistades leales y no «irracionales»; que creas y avanzas más en la incertidumbre que en la seguridad, que es más importante que te digan lo que sienten para tu progreso.
Luchamos por la seguridad, por la tranquilidad y lo único que estamos haciendo, es matar nuestra creatividad e innovación con ello.
Busca progresar y no dormirte en los laureles. Busca personas que te digan cosas que no te gusta oir pero sabes que lo hacen por tu bien. Busca siempre la curiosidad y no la normalidad. Busca siempre avanzar y no estancarte en la mediocridad.
6.- LA FELICIDAD ES DORMIR EN PAZ TODAS LAS NOCHES.
Buscamos la felicidad más que si Leo Messi renueva o no por el FC. Barcelona.
Pensamos que tenemos que meditar x tiempo para alcanzar la felicidad, comprarnos el último libro del gurú de turno o ir al evento para hacernos una foto con el ponente y que lo vea todo el mundo.
La felicidad es estar en paz con uno mismo. Simple y llanamente así. No necesitas más. Si te vas a dormir en paz contigo mismo, por lo que has hecho, por lo que siente o no has hecho, ¿Qué más se puede pedir?
7.- NO SOMOS RESPONSABLES CON NOSOTROS MISMOS POR MUCHOS LIBROS QUE LEAMOS DE MOTIVACIÓN.
Llevamos más de un año oyendo una palabra que a mí ya me pone nervioso: RESPONSABILIDAD.
Nos dejan a los «seres humanos» que seamos responsables ante la situación que estamos viviendo. Que confían en nosotros para que seamos cautos, para que no rompamos las normas y que si es posible nos quedemos en casa.
No confiamos en nosotros mismos, no somos lideres de nosotros, de nuestras emociones y nuestras acciones… Pero ahora de repente tenemos que ser los máximos responsables de nuestra vida. Pero lo peor de todo, no nos preocupamos por nosotros mismos, por nuestra salud y quieren que nos preocupemos por no hacer «daño» a los demás.
¿De verdad tanto confían en nosotros seamos así o se están escaqueando del problema dejando la responsabilidad en el pueblo y no en ellos que son los que nos «lideran»?
El ser humano, siempre con excepciones, en el único bien que cree es en el suyo propio, en volver como sea a su «normalidad», a olvidar lo rapido que pueda por todo lo que ha pasado y si pasa cualquier cosa siempre tener un objetivo al que echarle la culpa. Ya sea el gurú de turno, el gobierno o al amigo que nos recomendó que lo hiciéramos..
¿Dónde queda nuestra responsabilidad? Si nos podemos escaquear y conseguir resultados sin esfuerzo, mejor. Así somos.
El ego y el aparentar sigue haciendo daño a este mundo.
Estas son algunas de las lecciones que la pandemia me está recordando o me ha enseñado.
«La mejor manera de predecir el futuro, es crearlo» decía Peter Drucker
No hay día que no hayas visto en los medios de comunicación o alguien te haya dicho algo en que la palabra innovación haya estado presente.
Ahora todo es innovación.
Hay que ser innovadores, hay que tener productores innovadores, hay que tener ideas innovadoras, si no somos innovadores, se nos comerán el «turrón» quien menos lo imaginemos.. Frases y situaciones que oímos cada día y más con motivo de la pandemia que estamos viviendo.
Pero preguntándole a personas durante esta semana, ¿Qué te viene a la cabeza cuando se habla de innovación?, las respuestas han sido casi siempre las mismas:
» Tecnología, creatividad, es algo imposible, yo no soy creativo…Eso sólo para ingenieros, informáticos Eso va sobre robots que nos van a quitar el trabajo..»
Son algunas de las contestaciones que he ido recibiendo, que demuestran que la innovación se relaciona con:
.- Robots
.- Miedo a no ser algo que nos pide las circunstancias que deberíamos ser si queremos que nuestro futuro no sea tan bonito como deseamos.
La innovación no es solo aplicable al mundo de la tecnología, sino a todos los aspectos de la sociedad que puedas imaginar. Desde la empresa, a la escuela como a nuestra vida privada. Todo puedes ser foco de innovación.
Se relacion la innovación con tener grandes ideas, con realizar grandes cambios en nuestra vida, en la empresa. Y estamos muy confundidos. ¿O es que un pequeño cambio en tu vida no supuso un gran cambio a posteriori?
¡Ya has innovado y no te habías dado ni cuenta!.
Pero antes de todo vamos a definir que es innovar.
Cuando tu creas algo y alguien te lo compra a ti y no a la competencia. Ya estás innovando.
Tranquilo, no te estoy llamando producto. Pero es algo que hacemos sin darnos cuenta, muchas veces a lo largo de nuestra vida.
Cuando la chica que te gusta te dice SI a una cita respecto a los demás pretendientes, has innovado. Le pareces diferente respecto a los demás.
Cuando tu empresa te contrata a ti respecto a los demás candidatos, ellos te consideran innovador, diferente. Y por eso te contratan.
Si nos damos cuenta, en muchos momentos de nuestra vida, hemos sido innovadores. Y no hacía falta crear un robot para que nos limpiara los dientes sin ningún esfuerzo.
¿Qué hemos hecho?
SIMPLEMENTE SER NOSOTROS MISMOS.
No ha hecho falta la ayuda de Google o aprender a ser creativo, simplemente hemos sido nosotros mismos.
¿A qué ya no nos da tanto miedo eso de la innovación?
Vivimos en el que hay expertos de todo, de marcas personal, de felicidad, de talento, de cómo hacer el mejor pan, en definitiva, de cualquier cosa… Hasta a los Gobiernos les damos esa etiqueta de expertos y las ultimas noticias mundiales demuestran que no es así.
Y como nos han enseñado que quien tenga el cartel de «experto» tiene que saber más que nosotros, no dudamos, creemos en ellos digan lo que digan.
Al darles ese poder , nos estamos rebajando nosotros. Creemos que no llegaremos a su nivel, a sus ideas o éxito.
Si tuviéramos un poco de pensamiento crítico, que bien nos iría a todos.
Innovar no es tener un Master en una universidad de nombré impronunciable. Quizá te pueda ayudar para algo pero la innovación es mucho más que eso, es una ACTITUD, como bien dice Ferrán Adrià.
Cuando sabias que te tenías que transformar, dejar atrás personas o hábitos y dabas un paso adelante, estabas innovando. Estabas teniendo la actitud de mejorar, de ir más allá.
En definitiva, estabas siendo tú.
Porqué cuando haces lo mismo que los demás, piensas igual que los demás y dejas a un lado lo que realmente piensas, igual que los demás, ¿Qué innovación va a haber en tu vida?
¡NINGUNA!.
Eso es la innovación, SER UNO MISMO.
Cuando eres tú mismo:
.- No quieres la mediocridad. Siempre quieres avanzar.
.- Sabes que quieres y no te fijas en lo que no quieres.
.- Sabes que las cosas se pueden hacer mejor y luchas por ellos.
.- Demuestras a los demás que se pueden hacer las cosas mejor. Eres inspiración y liderazgo para ellos.
.- Te mejoras continuamente.
Ser uno mismo en un mundo de fotocopias y en el que te relacionas con caretas según la moda que toque o el interés que necesiten, es pura innovación.
«A veces tienes que esperar a que alguien te empuje hacia el abismo, para descubrir que tienes la capacidad de volar»
Creo que se dejaron de enseñaros alguna que otra cosa en la escuela.
Entre ellas las diferencias entre empujar y empujar hacia arriba.
Empujar a un compañero era algo malo, empujar hacia abajo un coche en una cuesta era una chiquillada… En definitiva, empujar a alguien o algo, era algo absolutamente prohibido. Bueno si realmente querias comenzar una pelea en el patio del colegio, era el principio del comienzo un buen empujón.
Por eso, empujar, se ve como algo malo para el ser humano.
El empujar es no querer saber, es apartar los problemas de nuestro lado porque no queremos verlos, no queremos hacernos cargo de él. Empujar es evadirnos del amor porque no queremos que nos hagan daño, porque no queremos volver a sufrir.
Por lo tanto empujar es el sinónimo de apartar, de no querer ver y olvidar.
Lo que hace es que no seamos persistentes, perseverantes y con foco hacia una meta. Porque nos han dicho que alcanzar algo lleva su tiempo, su esfuerzo y sus posibles caídas. Así que mejor empujar de nuestra vida, nuestra posible felicidad, nuestros sueños y el amor que sentimos por esa persona, porque no queremos sufrir.
Lo único que hace todo esto es que nos convirtamos es personas frustradas, en melancólicos que apartamos el amor, la felicidad, nuestros sueños de nuestro lado pero en el fondo los añoramos, pensando qué hubiera pasado si lo hubiéramos intentando.
¿Qué pasaría si empujáramos hacia arriba?
Ya sé que estás sudando solamente de pensarlo. Pero es la única manera en la que aceptaré que empujes algo en tu vida, HACIA ARRIBA.
Hacia arriba empujamos lo que nos importa porque queremos llevarlo a cotas jamás imaginadas por nosotros.
Hacia arriba empujamos nuestras habilidades, porque es en el esfuerzo donde la estamos desarrollando. No cuando tiramos nuestros retos cuesta abajo.
Hacia arriba nos estamos empujando a nosotros. Porque hacia abajo va todo de forma fácil y sencilla. Hacia arriba nos descubrimos de lo que somos capaces, de los miedos que teníamos y eran una tontería, de quienes somos realmente.
Hacia arriba te das cuenta que eres capaz muchas más cosas de las que en tus sueños te podrías haber imaginado. Porque es la persistencia, la curiosidad, la pasión que se insuflan te llevan a darte cuenta con el paso del tiempo, de lo que eres capaz realmente.
Hacia arriba tu creatividad crece más rapido que tu tripa con una sesión de terraceo con los amigos. Cuando te enfrentas a retos la creatividad se engrandece. Cuando la empujas hacia abajo con tus retos, acaba muriendo como con tus sueños.
Empujar hacia arriba siempre te va a llevar a descubrir de lo que eres capaz, de qué pasta estás hecho y de que el miedo solamente nos está alejando de quienes somos realmente, de nuestra felicidad y en algunos casos de nuestro amor.
Pero no, preferimos empujar el amor de nuestra vida, no vaya a ser que seamos felices.
Preferimos empujar nuestros sueños de nuestro radar , no vaya a ser que los vayamos a conseguir.
Preferimos empujar la imagen de quien queremos ser, no vaya a ser que los demás se enfaden.
Tú lo único que tienes que hacer siempre, es empujar todos los días hacia arriba.
No conformarte con quien eres o has conseguido. Sino centrarte en ser un poco mejor todos los días.
Y para ello, siempre tienes que empujar la piedra, hacia arriba. Nunca dejarla rodar hacia abajo ni apartarla de ti.
«El amor se hace más grande y noble en lacalamidad» decía Gabriel García Márquez.
Si ves las redes sociales, no hay un segundo que no encuentres una foto, un meme o un artículo que hable del amor.
«Nos tenemos que amar los unos a los otros, ama a tus amigos, ama a la madre tierra, ama a tus compañeros de trabajo (que no quiere decir que te acuestes con tu secretaria, vale?)...»
Todo es amor. Parece que vivimos en un San Valentín continuo.
Lo siento, no me lo creo
¿Por qué?
Porque el amor no se retransmite como si tuviéramos un megáfono en la manos y fuéramos gritando a todo el que nos quiera escuchar que: «Te amo».
¿Qué está bien que te lo digan de vez en cuando?
¡Desde luego!.
Pero yo prefiero una persona me lo demuestre y no me lo retransmita
Llenamos el Whatsapp y más en época de pandemia, de emoticonos de corazones, de emoji o memes diciéndole a la otra persona que la echamos de menos, que la queremos. ¿Y cuándo se pone las cosas mal, quién está a tu lado?
Quien menos lo esperabas o quien no te decía lo que sentía por ti.
¿O no te ha pasado así?
Pero es que en el mundo de la empresa pasa igual.
Ahora hay que llenar la empresa de amor, que toda acción que realices este llena de amor y que no se te olvide, que tienes que amar a tus clientes ( te lo vuelvo a repetir, no es que te acuestes con ellos)
Ahora todo debe ser amor, felicidad y buen rollo. Todos somos amigos, todos somos hermanos aunque nunca nos hayamos visto en la vida.
Al igual que la felicidad, todo tiene que ser amor y constante, que no baje el nivel, sino habrá problemas.
La vida se basa en un equilibrio, no en un todo o en un nada.
¿Quién quiero? A quién me lo demuestra, no a quién está en las buenas, sino quién está en las malas y acepta.
La experiencia personal y profesional me ha dicho, que toda aquella persona que promulga amor a raudales, se demuestra que es una persona de verdad, cuando acepta o rechaza una crítica que le muestras respecto a algo que ha hecho. Si no la acepta, esa persona es un «pluff» y cuanto antes salgas de ahí, mucho mejor para tu salud mental.
A día de hoy el amor, la felicidad, la ilusión, tiene que estar expuesto., todo proclamado en redes sociales, en las webs, en los congresos on-line… Mira en un mundo ideal de un día para otro, no creo.
Pero eso si, cuando expones que estás pasando una mala racha, recibes llamadas apoyándote, dándote las gracias por lo que has dicho…con una coletilla final, «no le cuentes a nadie que también lo estoy pasando mal, por favor«.
Amamos a gente que no conocemos , ¿Y si luego fuera un criminal, también lo amarías? Más bien saldríamos corriendo no queriendo que nadie nos relacionase con esa persona.
Y entonces ¿En qué creo?
Creo en las acciones de corazón y no en la lucha de unos likes.
Creo en las personas de verdad, que se muestran más vulnerables que no una Instagram de postureo y mentiras.
Creo en las personas que hablan poco y actúan el doble.
Creo en las personas que piden perdón y están, cuando otros se van corriendo cuando huelen que ya nada volverá a ser como antes..
Creo en el día a día, o en la semana a semana. No en el te adulo por interés Andrés.
Creo en la acciones. NO en las reacciones en función de la situación
Creo en la mirada de los ojos o los abrazos de oso (cuando se puedan). No creo en el amor on-line.
Creo en el amor. Pero no en la sobre- exposición del mismo en un mundo lleno de selfis para ganar seguidores.
¿Y tú crees en las personas que hablan de amor pero poco lo hacen?
«No escondas tus talentos, se hicieron para su uso, ¿Qué es un reloj de sol a la sombra?'» decía Benjamin Franklin.
Cada día se oyen más noticias como estas:
«No hay talento en España… España necesita talento para salir de la situación en la que se encuentra…El talento que hay en España se marcha a otros países… Se empieza a despedir gente de diferentes campos profesionales por la pandemia Es hora de la reinvención..»
Solo oyes dos palabras:
Talento y Reinvención.
De la nada, al igual que pasa con la creatividad, hay que tener talento.
No solo se trata de aprobar los exámenes con un 5 raspado. Ahora hay que tener TALENTO. Si no tu futuro es más negro que el carbón.
Ahora de repente, tenemos que ser creativos. Pero no solo eso, sino también ser creativos y con talento. Sino eres así mejor quédate en la cama, les falta decir en algún artículo que he leído recientemente.
¿Y que es el talento?
Según la RAE «persona inteligente o apta para determinada ocupación».
Es decir, algo que se nos da de p*** madre, ¿Verdad?
Y si a eso le añades que te han metido en un ERE, encontrándote en la calle a una cierta edad en el que las empresas solo quieren gente joven con mucha experiencia pero menos de 30 años, tienes que reinventarte y además tienes que tener talento en ese algo, sino apaga y vámonos.
¿Pero qué es lo que realmente pasa?
1.- Que al igual que la creatividad, no creemos que tenemos talento alguno. Que son dones que les ha caído del cielo a alguno y a otros una suegra insoportable.
2.- Que desde pequeños nos han enseñado que salirse de lo establecido, del ciclo de formación es algo imposible. Que te guste o no, es lo que hay y es lo que tienes que aguantar.
3.- Que el talento solo es aprender matematicas, ingles o lenguaje. Que si no sacas más de un 5, no tienes talento para nada más. Siendo ya un parias de pequeño y con un futuro por delante, bastante desalentador.
4.- Que se nos ha enseñado que no podemos vivir de nuestros talentos. Que haces fiestas con los amigos como nadie, que dibujar o lo que sea, debe ser un hobbies y nunca un puesto de trabajo.
Y podría seguir sumando puntos a un lista que distingue a los países que siguen invirtiendo en el pasado de aquellos que invierten en el futuro.
No hemos sido educados en la cultura ni de la creatividad ni del talento. Porque si «sobresales» en algo, sabes que los demás te van a señalar, van a pensar que eres un «empollon» o vete a saber qué se les pasa por la cabeza.
Cuando desde pequeños deberíamos estar educados en una cultura del talento, de desarrollar las habilidades con las que más facilidades tenemos y a partir de ahí construir una carrera, lo que hacemos es que es mejor ser todos iguales o crisis para centrarnos en lo que realmente es importante.
Todos como buenos borregos, hacemos lo que se espera de nosotros, lo que dicen que debemos hacer ya que todos así lo hacen. Pero eso si, el deseo del ser humano es siempre destacar sobre los demás, dejar una huella, que se acuerden de uno, en definitiva, no pasar desapercibido. Y lo único que hacemos, no desarrollando nuestros talentos, es eso, pasar desapercibido.
Y lo peor de todo, parece que solo cuando viene una crisis que pone patas arriba todo lo que conocíamos es cuando tenemos que desarrollar nuestro talento. ¿Mientras tanto? No alces mucho la voz, no vayan a pensar que ere un rebelde, que tienes mucho ego o lo haces para destacar.
¿En qué quedamos?
Pero es que no solo el mundo se debe mover por el talento digital. También por el talento en las cocinas, a la hora de enseñar, a la hora de hacer casas y sus diseños arquitectónicos, a la hora de hacer productos que produzcan valor añadido de verdad, en la publicidad…. El mundo avanza con el talento, pero no solo el del mundo digital, sino el talento que hay en todos los aspectos profesionales y personales. Porqué si solo dependemos del talento digital, ¿Qué hacemos con los demás aspectos? ¿Los demás que no se desarrollen? ¿No puede influir en el talento digital?
Por lo tanto ya no solo para que un país avance hay que desarrollar todos los tipos de talentos que tiene a su disposición, sino que nosotros, también tenemos que desarrollar todos nuestros talentos, ya que es la única manera de avanzar.
Hay otra palabra que te he dicho que no dejamos de oírla: REINVENCIÓN.
Hay que reinventarse porque sino vendrá la crisis y te comerá. Por no decir que te podrán despedir, ya que alegaran que estás «desfasado».
Quien me conoce sabe que estoy en contra de la palabra.
Si tú desde pequeño estás desarrollando tus talentos, descubriendo nuevos, yendo más allá de tu miedo y con la curiosidad por bandera: y la creatividad como tu estilo de vida.
La reinvención no debe ser nunca un placebo para salvarnos el culo de una crisis o un despido. Porque en la mayoría de las ocasiones, te reinventas en algo que quizá no te guste, que no tengas pasión por ello y al igual que las 50000 personas que han pensado como tú, esperan que les elijan por su talento. Y si además son personas más jóvenes, ¿a quién contratará primero la empresa?
Entonces ¿Reinvención es una forma de desarrollar tu talento o de subsistir? En la mayoría de las ocasiones, de intentar subsistir. ¿Y así vamos a avanzar como personas y país? Eso parece.
Así que:
.- No dejes de formarte nunca
.- Se curioso y con ella aumentará tu creatividad.
.- No somos un talento, sino muchos. Ponlos en marcha.
.- No te reinventarás en algo que lo haces por subsistir y que quizá ni te apasiona.
.- Un país avanza o muere por la suma de los talentos de sus habitantes.
Pero sobre todo recuerda:
ERES LA SUMA DE TUS TALENTOS. VIVIR ES DESCUBRIRLOS Y DESARROLLARLOS.
«Las apariencias engañan. Y más engañarán a quien solo se fije en la apariencia».
…porqué si así que alguien me lo diga, porque yo no lo veo.
Hace unos días tuve el placer de estar en el backstage de la firma de libros del libro de Juan del Val, «Valparaiso» en mi ciudad.
Un libro que trata sobre una urbanización de lujo a las afueras de Madrid. En el que los muros que la rodean les protegen del miedo, del amor, la tristeza, del deseo y de la muerte.
Y en él, me ronda una pregunta siempre :
¿Por qué nos queremos proteger de la vida?
Por mi trabajo y mi curiosidad innata, me gusta observar a la gente en todos los ámbitos. Tanto en el día a día como entrar en las RR.SS y observar como actúan, te das cuenta que las personas buscamos lugares o nos los creamos, donde sentirnos seguros.
Seguros que no quiere decir coherentes, transparentes, originales, autenticos.
En estos momentos de crisis, observas con asombro como personas que se odiaban, ahora se aman con una locura inusitada. Profesionales que se habían entorpecido proyectos mutuamente ahora trabajan conjuntamente como si no hubiera un mañana. Ves como perfiles solo hablan de lo bien que le van las cosas aunque haya una crisis galopante.
En esos momentos te preguntas:
¿Por qué nos queremos proteger de la vida, si luego hablan de la felicidad, el poder de ser uno mismo y la paz mundial?
No hay quien entienda al ser humano.
Desde luego como dirían los gurús del desarrollo personal, tenemos que tener en cuenta que detrás de cada puerta, de cada perfil hay cosas que ni nosotros nos podríamos imaginar. Y como estoy totalmente de acuerdo con ello, también te digo, que también nosotros tendríamos que pensar en eso y no creernos todo lo que nos vemos.
Master en Marca Personal que nacen de la nada con un coste alto , sin titulación oficial y que nos creemos que nos ayudará a encontrar trabajo y reputación al igual o mayor que Amazon. Formaciones a base de videos que nos harán tener igual de conocimientos que los lideres de Silicon Valley, amigos que nos dicen que nos quieren hasta que les decimos algo que les hace torcer el morro. Personas que se autodenominan expertos en el futuro y no supieron ver ni el bicho que nos venia…
Por desesperación a que nos quieran, al éxito, a sentirnos parte del grupo acabamos creyendo cualquier cosa. Pero también por desesperación manipulamos a los demás.
Porque creemos que sino entramos en esas puertas que nos ofrecen la vida, la felicidad, el éxito, el amor, se nos escapará.
Y todo ello, nos hace creer que vivimos en un mundo ideal, en el que todos los amigos nos querremos para toda la vida, en las que el gurú de moda lo que dice lo cumple o que el curso de experto te va a llevar al éxito más rapido que el coche de Carlos Sainz. Un mundo que nos merecemos, que exigimos vivirlo y acabamos cayendo a base de «golpes» que no queremos aceptar, que la realidad no es como la pintan.
Vivimos en un mundo que uno de sus mayores miedos, es que le descubran que ha sido un ladron de identidades. Que no era quien decia hacer, que no conseguia los resultados que aseguraba que conseguirían con él,… que todo era una puta fachada
Por eso las relaciones que tenemos, es una lucha de control. Intento controlar que no sepas de mí lo que no quiero que te enteres, no respondo a lo que no me interesa que sepas, intento controlar tus pensamientos sobre mi, tus acciones,.. y todo ello para que no vean que no somos quienes aparentamos ser, para seguir manteniendo las apariencias que los demás creen de nosotros y el status que nos hemos ganado. Pero eso si, eso de los dilemas morales se lo dejamos para otros.
Vivimos en el que nos sorprendemos y echamos las manos a la cabeza cuando como quien no quiere la cosa, te enteras de alguna infidelidad, de la verdadera imagen de una persona que decía amarte, de la soledad que viven personas que en sus redes sociales siempre están rodeados de gente, hasta del asesinato de una persona que no tenia pintas de asesino o que lo que te prometían no era verdad… Echamos la culpa a los demás, siempre la culpa lo tienen ellos. ¿Pero nosotros también mostramos una apariencia a los demás que no es la verdad? ¿Queremos creer por necesidad y por eso nos las dan con queso? ¿Hacemos creer también a los demás para mantener el control de las apariencias que queremos dar?
Y por último: ¿Hemos llegado ya al mundo ideal que nos muestran los demás?