Soledad

Cada día encuentro más miradas vacías.

Miradas que no dicen nada, ni tristeza ni alegría y ni mucho menos ilusión.

Miradas que solo buscan una cosa, respuestas.

Respuestas a preguntas que hasta la fecha no se habían realizado.

Preguntas para que sirven, si realmente quieren vivir la vida que están viviendo o porqué seguimos los consejos de los demás cuando realmente nosotros queríamos haber hecho otras cosas.

Cada día recorro las calles de mi ciudad y me gusta fijarme en la mirada de los demás. Y lo que encuentro son miradas que tienen miedo mirar al frente, de encontrarse con los demás, de encontrarse con su verdad. Otras están tapadas por gafas de sol. Miradas escondidas que no quieren que se las encuentre. Que veamos que desde hace tiempo dejaron de llorar preguntadose dónde están las respuestas que buscaban y que tanto necesitaban, dejándose llevar en la actualidad sin querer ya pensar por si mismos

Cada día siento que se aprende más observando a la gente que a través de estadísticas o modas. Y cada día creo que esa soledad que tanto sentimos es porqué no nos llevamos bien con nosotros mismos.

Personas que encadenan una relación tras otra pensando que son «alguien» si están en pareja… Trabajadores que no entienden porqué están somatizando enfermedades si expresasen que realmente lo que les haría felices es hacer otro trabajo totalmente diferente. Personas que están enguachadas a libros de «felicidad», cursos y congresos pero cuando llega la noche se preguntan porqué a pesar de todo siguen estando cómo están, gente que mantiene en secreto su sexualidad por miedo al qué dirán, personas que luchan a escondidas por sus sueños, no vayan a pensar que están locos o algo así…

Podemos echar la culpa a la sociedad, a los estereotipos o a las presiones familiares por sentir que nuestros padres nos quieren o somos aceptados por los demás. Y no te faltará razón en muchas ocasiones. Somos una sociedad que quiere la paz, la felicidad y el desarrollo, la igualdad y un mundo ideal pero en realidad y en el día a día, somos unos grandes cabrones con el prójimo.

Taponamos el avance del vecino, mentimos para que no avance a pesar de que sabemos que lo podría conseguir, ponemos normas para tener a todo el mundo controlado y no le damos libertad alguna para crear, para que descubra y desarrolle su talento, su deseo…Hablamos de avance y mientras tanto ponemos piedras en el camino para que no lo hagan.

¿Y qué hacemos? ¿Quejarnos de que la culpa de todo la tienen los demás? ¿De tirar la toalla por nuestra soledad y acostumbrarnos a lo que nos dan?.

Muchos años me quejaba que no avanzaba por culpa de los demás. Cuando aprendí que «el principio del comienzo» empieza por uno mismo, las cosas cambiaron. Mi mundo cambió cuando empecé a cambiar yo.

Los demás que hagan lo que quieran, los demás que se tiren los pelos o lo que sea…si yo estoy mal, ¿POR QUÉ LO ESTOY?

Y tú lo sabes mejor que cualquier otro. O al menos lo intuyes. Pero lo que ocurre que nos da miedo hablar, nos da miedo expresarnos. Y no es que no sepas expresar lo que te pasa, sino que te da vergüenza decirlo no vayan a tildarte de loco o vete a saber qué . Cuando sabes qué te pasa, una palabra puede describirlo todo perfectamente. No hace falta la expreses, puedes escribirla, pintarla o hacer un grafiti.. El medio es el que mejor te sientas tú pero EXPRESA

Durante el día cotorreamos, no hablamos.

Invertimos el día hablamos de mierdas, de cosas sin importancia. ¿Y lo importante? Nos lo callamos, por miedo. ¿Miedo a qué? Es lo que sientes, es lo que quieres decir, es la ayuda que sabes que necesitas. ¿A qué tienes miedo? ¿Al que puedan decir que eres vulnerable y se rían porqué llora? Esa gente no te ha merecido ahora y nunca.

Cuando expresamos lo que sentimos, nos damos cuenta que no estamos solos como nos imaginábamos., sino más acompañados de lo que nos creíamos. Lo que pasa es que el miedo, nos hace creer cosas que no son así.

Podemos echar la culpa a la sociedad, que no nos enseñan a gestionar nuestras emociones, que ciertas generaciones no saben expresar sus emociones y así han criado a sus hijos, que en casa no se habla de debilidades… Te lo vuelvo a repetir… busca

A pesar de estar cada día más «rodeados» de gente, cada día estamos más solos. Es una frase que se oye habitualmente. Y estoy de acuerdo con ella, cada día tenemos más oportunidades de relacionarnos con gente pero cada día nos sentimos más solos. ¿Y todo por qué? PORQUÉ TENEMOS MIEDO A HABLAR CON EL CORAZÓN.

Nos han enseñado a hablar con la razón, a hablar en función de las expectativas que tienen sobre nosotros en el presente o en el futuro, dejando al corazón de lado. Y por eso nos encerramos más y más en nosotros mismos, porqué la razón no sabe gestionar lo que nos pasa. Ahí es cuando debes poner en marcha tu corazón, es el que rompe las barreras de tu aislamiento

Desde luego que no estoy diciendo que con eso ya está todo hecho. Yo fui dos años a un psicólogo y lo recomiendo a todo el mundo. Lo que te estoy diciendo es que:

¿Qué ocurriría si escucháramos antes a nuestro corazón y no nos dejáramos guiar tanto por la razón?

¿Qué ocurriría si hablásemos desde el corazón y no con una mascara llamada razón?

Quizá la razón no sabe gestionar cosas en las que el corazón es experto.

¿Por qué la soledad? Porqué llevamos tiempo sin escucharnos a nosotros y escuchando más a los demás.

Ya no importa el esfuerzo…

Photo by Andrew Neel on Pexels.com

Cada día tengo la sensación que el esforzarse se va acabar.

Ya no nos esforzarnos por dar valor a nuestros clientes. Compramos seguidores en Instagram y por el tamaño que crean que sabemos de lo que estamos hablando.

Ya no tenemos paciencia. Queremos todo para antes de ayer. Y exigimos que así sea porqué así creemos que nos lo merecemos.

Ya no nos esforzamos por crear vínculos DE VERDAD con nadie. Mentimos, manipulamos y lo que haga falta para aparentar algo ante los demás y ganarnos su confianza satisfaciendo nuestros deseos más ocultos.

No queremos disciplina en nuestra vida, queremos éxito. Ser consideramos referencias en nuestro campo profesional, lo antes posible no vaya a ser que el vecino de al lado se lleve toda la tortilla.

No queremos ningún esfuerzo alguno para alcanzar la felicidad, el éxito, el reconocimiento, el aplauso o lo que tú quieras alcanzar. Y si para ello tenemos que tomar «atajos», lo hacemos.

Y no estoy hablando que hay que sudar sangre para alcanzar cualquier meta (meta que por el método rápido nadie te asegura que la vayas alcanzar como el gurú de turno te comenta).

Te digo que no tenemos paciencia para caernos y levantarnos si estamos luchando por un sueño..

Te digo que queremos la felicidad ya. Pero eso de preguntarnos quiénes somos, qué queremos o dejar marchar a personas que solamente nos arrastran y no nos alientan, como que no.

Te digo que estamos apegados a una imagen de la realidad que cuando luego nos damos cuenta que no era tal cual pensábamos, aunque lloremos, aunque nos lamentemos de muchas cosas, lo único que hacemos es optar por el papel de víctima y no hacer nada más al respecto.

Te digo que confundimos a la pereza con el miedo. Tenemos pereza a nuestros sueños cuando lo hemos intentado una vez y no lo hemos conseguido. Que yo sepa nadie ha conseguido algo en la vida tirando la toalla al suelo al primer intento.

A pesar del tiempo escribiendo, haciendo cosas, innovando, todavía no he alcanzado muchas cosas que me he propuesto. Muchos como así me dijeron, tenía el deber de reclamar esos hitos. ¿Pero a quién se los reclamas? ¿Al de «arriba»? Creo que últimamente está ocupado con otras cosas más importantes.

Nosotros somos los únicos responsables de nuestros hitos en la vida persona o profesional. Si alguien nos pone la pierna encima para que no levantemos la cabeza, es su problema, no el nuestro. Nosotros tenemos que seguir enfocados en lo que queremos conseguir, en quién queremos convertirnos. Y solo lo haremos con disciplina.

Desde pequeños hemos creído que la disciplina es algo malo. Algo que nos hace sudar, que nos prohíbe de placeres, que no nos dejará respirar ni ser felices. Cuando con el paso del tiempo nos hemos dado cuenta que la única manera de conseguir cosas a veces imposibles, es a través de la disciplina, de ser constantes, del esfuerzo por un objetivo llevado hasta su consecución. Y no quiere decir que con la disciplina lo vayas a conseguir al 100%, sino que conseguirás siempre algo más importante, desarrollarte, conocerte, caerte y aprender de los errores enfocándolos hacia tu meta.

Muchas veces eres constante con una meta, con un procedimiento y te das cuenta que con el paso del tiempo, que has conseguido otras cosas mejores solo por tener disciplina que la meta que tenías en mente en un principio.

Te guste o no, vamos a tener durante toda la vida inconvenientes que no esperábamos y que nos molestarán la tranquilidad que teníamos hasta la fecha. No tienes que quejarte, no tienes que echar la culpa a los demás, ni al Gobierno ni a Facebook. O eres de los que apuestas en esos momentos por la disciplina, por el esfuerzo para dar lo mejor de ti o serás de los que tendrá un futuro cierto, lleno de quejas, lamentos y sin poder desarrollar su talento ni descubrir quién es en ningún momento.

Pero en estos momentos, cuando más necesitamos el esfuerzo, el salirnos de lo establecido, el no repetir patrones,…una y otra vez hacemos lo mismo. Y lo peor de todo, dejando a un lado la disciplina y el esfuerzo.

Que se esfuercen otros y nosotros ya seguiremos el camino de baldosas amarillas que ha dejado.

El camino de baldosas amarillas que tienes que seguir es el que TÚ CREAS con tu esfuerzo y disciplina. Porqué es el camino que está hecho para ti, el que te demostrará de que éstas hecho y lo grande que eres por dentro. ¿El éxito exterior? Quizá lo consigas y sea consecuencia del esfuerzo. Pero el mayor éxito siempre será que veas de lo que eres capaz.

Si queremos salir de esta, si queremos creatividad e innovación, NECESITAMOS ESFUERZO DE VERDAD.

No del que se habla, sino del que se actúa hasta las últimas consecuencias.

Y tú ¿Qué quieres, quillo?

Photo by u0410u043bu0435u043au0441u0430u043du0434u0440 u041fu0440u043eu043au043eu0444u044cu0435u0432 on Pexels.com

Y tú, ¿Qué quieres, quillo?

Está pregunta se hace todos los días cuando sale a «cazar» amaneceres el chef Ángel León con su barca.

Una pregunta que me hizo cuestionarme muchas cosas:

.- ¿Cuándo nos preguntamos lo que queremos?

.- ¿Creemos saber lo que queremos?

.- Lo que decimos que queremos ¿Es realmente lo que queremos nosotros? o ¿Es lo que quieren los demás para nosotros?

Descubrir lo que queremos realmente, ¿Es pensar que hemos perdido el tiempo hasta esa fecha? o ¿Cuántas oportunidades vamos a tener por delante?

Una pregunta que Ángel León se hace todos los días y que creo que TODOS nos la deberíamos hacer.

¿Por qué?

.- Vamos por la vida como «pollo sin cabeza».

Creemos que estamos viviendo si hacemos lo que nos dicen los demás, si tenemos miedo porque lo dicen los medios de comunicación, si subimos la misma publicación a nuestra redes porqué es lo que está de moda…. Pero luego cuando llegamos a la cama nos preguntamos ¿Cuál es la razón por la que estoy llorando? Porqué en la unión con la oscuridad, es tu subconsciente el que te está diciendo que no estás siendo coherente contigo mismo, que no estás haciendo lo que realmente deberías estar haciendo.

Vamos por la vida sin querer parar ni pensar, pero es la vida misma quien nos hará parar y pensar para preguntarnos: «Y tú, ¿Qué quieres, quillo?

No queremos parar porqué sabremos que nos daremos cuenta que hemos tomado decisiones que en realidad no queríamos tomar pero por presiones o cualquier otra cosa, acabamos haciendo…

No queremos parar porqué nos encontraremos con nosotros mismos y eso da mucho más vértigo que encontrarte con Elsa Pataky en un pasillo o tu actor de moda.

No queremos parar porqué sabremos que tomar decisiones por y para nuestra felicidad. Y lo que más miedo nos da es «salirnos del rebaño», que piensen que estamos locos, que nos ha pasado algo, cuando en realidad hemos tomado la decisión que todos quieren tomar, EMPEZAR A SER FELICES, A SENTIRNOS EN PAZ CON UNO MISMO.

No queremos parar porqué pensamos que si el objetivo que nos hemos marcado realmente no nos interesa y que realmente lo que nos interesa es otra cosa, pensaremos que hemos perdido el tiempo, qué no sabemos cómo focalizarnos y alcanzar otros retos que SI nos MOTIVAN MUCHO MÁS.

Nos han enseñado desde pequeño que hacerse preguntas es de niños raritos, «tocapelotas»…cuando en realidad es de personas despiertas, creativas y siempre quieren desarrollarse, avanzar.

¿Qué significa preguntarse todos los días «Y tú ¿Qué quieres, quillo?

.- Flexibilidad.

Porqué la vida no es 1+1=2. Así nos han enseñado, que la vida es un proceso y que si te sales de él, serás un bicho raro. Cuando te preguntas qué quieres, te das cuenta, que hay mucha vida, más allá de las normas y prejuicios establecidos, convirtiendo en más flexible ante los envites de la misma.

.- Aprendizaje continuo

No paras de aprender, ya que todos los días descubres cosas nuevas que quieres saber y con ellos averiguas cuál es el camino a seguir, qué herramientas debes conocer o qué personas debes contactar. Toda persona que deja de preguntarse y aprender es una persona «muerta»…¿Y eso es lo que quieres?

.- Foco en lo Importante

Cuando nos preguntamos ¿Qué queremos? y averiguamos la respuesta, nos estamos enfocando en lo que es importante para nosotros, en lo que realmente nos importa. ¿Y lo demás? No centramos nuestras energías en algo que no nos alienta y que no nos dará los resultados que queremos.

.- Sabemos decir NO.

Y cuando sabemos lo que queremos y nos enfocamos en ello, aprendemos a decir NO. Nos pasamos la vida diciendo Si a todo cuando en realidad muchas cosas pasamos de ellas por qué no nos interesan o lo que sea, pero las hacemos porqué pensamos que los demás se enfadarán con nosotros, nos excluirán si no vamos o vete a saber cualquier excusa. Cuando decimos NO estamos atesoran más energía para lo que SI queremos hacer.

.- Coherencia

Cuando sabes lo que quieres y vas a por ello, estás siendo coherente contigo mismo. En un mundo que busca la felicidad de forma desesperada, la coherencia es el método más rápido y simple para alcanzarla.

.- Talento

Descubres qué te gusta, qué tienes que hacer para ir a por ello, desarrollas tu curiosidad, tu intuición… En definitiva, estás continuamente desarrollando tus talentos y descubriendo otros nuevos.

.- Creatividad

No puedes desarrollar tu creatividad si realmente no sabes hacia dónde enfocarla, hacia dónde dará mejores resultados. Nos piden ser creativos pero no sabemos ni que rumbo tomar en la vida. Antes de nada pregúntate que es lo que quieres y ahí es cuando empezarás a desarrollar tu creatividad, eso que te distingue de los demás.

No te aseguro que será la mejor tila que te hayas tomado , pero preguntarte todos los días «Y tú ¿Qué quieres, quillo? te aseguro que te hará dormir mucho mejor todas las noches a partir de entonces, porqué te irás a dormir siendo tú mismo y no siendo uno más.

La verdad es que nada es tan importante…

Photo by Tima Miroshnichenko on Pexels.com

La verdad que tener trabajo no es importante.

La verdad que tener pareja no es importante.

La verdad que hacer lo que quieren los demás no es importante.

La verdad que ser uno más no es importante.

La verdad que seguir los patrones no es importante…

Recientemente oía la nueva canción de Viva Suecia «El bien» que repetía una y otra en su letra esta frase: «La verdad es que nada es tan importante«.

Nos pegamos la vida llorando porqué el rollo del sábado ya no nos hace caso… por qué no tenemos el número de seguidores es redes sociales que nos haría ser considerados como «expertos», por qué no somos como los demás que son «cool» y nosotros uno «más»… porqué los amigos han quedado entre ellos y no han contado con nosotros…

Nos pegamos llorando mucho tiempo de nuestra vida dando valor a cosas que no son importantes.

Son importantes en ese momento…pero piensa ¿Cuál es el motivo por el cuál crees que es importante?

Muchos dirán que duele porqué creemos que importa. ¿Pero qué es lo que realmente te importa? Te importa a ti, no lo que dicen los demás que te debe importar.

Muchos dirán que son por los valores que tienen… Perfecto.. SI ese amigo te ha defraudado.. no tienes que darte mal por ello, otro nuevo y adiós muy buenas. No es ser frio, es apostar por tus valores esos dices que te importan. Y si te importan y quieres a esa persona, hablas con ella e intentas solucionar el tema si se puede solucionar. Sino es así… Mañana hará un año y que cada uno siga su camino.

Muchos dirán que no saben por qué les importa lo que ha ocurrido… En realidad lo que quieren decir, «nunca he investigado en mi realmente lo que quiero, lo que siento o cómo soy… Y ahora que ha pasado esto, me he dado cuenta lo que realmente es importante para mí y lo que no…»:

Si echamos la vista atrás seguro que nacerá una sonrisa en nuestros labios. ¿Por qué? Porqué nos daremos cuenta que hemos cambiado, que le dábamos importancia a cosas que a día de hoy pensaríamos que estamos locos o son cosas de críos..

Desde luego que todos tenemos nuestro camino a la hora de avanzar, desarrollarnos, avanzar… Y no todos están iluminados como lo dicen por redes sociales ni todos somos unos niños cuando dicen que somos inmaduros. Cada uno a su ritmo.

Pero a día de hoy, ¿Por qué seguimos dándole importancia a cosas que realmente, si pasaremos un poco, nos daríamos cuenta que no la tienen?

Porqué seguimos sin querer saber lo que realmente nos importa.

Preferimos que los demás nos digan lo que nos tiene que importar y lo que no…

Preferimos pensar que si no vamos a ese evento o concierto de «moda» no seremos considerados como parte del grupo y que nos desterrarán.

Preferimos pensar que tenemos que hacerle «favores» a esas personas que queremos nos introduzca en su «agenda,» y por ello hacemos lo que haga falta y más…

Preferimos tener pareja aunque le pongamos los cuernos que no estar solos y en paz con nosotros mismos..

Por no querer saber lo que queremos ( mejor dicho, por miedo a expresar lo que queremos no vayan a pensar que somos raros, diferentes o seamos expulsados del rebano ), hacemos lo que sea y más por ser aceptados por los demás.

Es decir, por no escucharnos acabamos haciendo cosas y teniendo pataletas que ni los niños pequeños tienen.

¿Qué está sucediendo?

Que seguimos siendo niños que vamos detrás de una «piruleta» en forma de modas, miedos y tendencias que sino las alcanzamos nos ponemos a llorar.

Tampoco te estoy diciendo que seas un ser humano frio, que no tenga emociones y un ego desconmensurable diciendo que has madurado de la noche al día y pasas de todo lo anterior, relájate.

Te estoy diciendo que muchos de los problemas que tenemos es por darle más importancia a lo que realmente no la tiene.

Vamos de «chulitos» diciendo que no nos importa lo que digan los demás de nosotros, hablamos de la libertad, de la originalidad… y luego cuando llegamos a casa acabamos llorando por lo que nos han dicho o creemos que nos han dicho.

¿En qué quedamos; nos importa lo que dicen los demás o no?

Por desgracia nos damos cuenta de muchas cosas no son tan importantes en momentos críticos de nuestra vida, cuando se ha marchado un familiar, estamos pasando una enfermedad o cualquier momento crítico, el cual no sabemos qué pasará con nosotros después de él… nos damos cuenta que hemos perdido mucho tiempo en absolutamente mierdas.

Mierdas que te daban de comer, que te hacían pasar buenos ratos y que te hacían aparentar algo, que en el fondo, sabías que ni querías ni sentías, que no eran importantes para ti.

¿Qué ocurre cuando damos un giro a nuestra vida ocupándonos de lo que realmente es importante para nosotros?

Somos más felices, vivimos con menos equipaje, pocos amigos pero siempre rodeado de los mejores, nuestras relaciones mejoran y otras se van… Todo cambia a mejor.

Así que:

.- Piensa en tus últimos disgustos y preguntante ¿cuál ha sido el motivo de ellos?

.- ¿Realmente son temas importantes para ti que en 5 meses aún estarás pensando en ellos?

.- Si crees que lo son, ¿Por qué? Y no valen excusas porqué te han hecho daño o no te han hecho del grupo… Explícalo en función de valores reales, no de tendencias eventuales.

.- Y si tú vida se basa en relación a cosas que no te importan.. ¿Qué vas a hacer para cambiar el rumbo de la misma?

Nos pasamos la vida preocupándonos por cosas que no valen la pena.

¿Qué pasaría si invirtiéramos la vida en cosas que realmente si nos importan?

La Cultura del Sufrimiento

Photo by Andrew Neel on Pexels.com

Si no sufrimos no somos personas que se merecen el éxito y mucho menos la felicidad.

Durante muchos años hemos sido educados en la cultura del sufrimiento.

Si no sufrías para aprobar, eras un vago.

Si no sufrías por amor, eras un bicho raro.

SI no sufrías hasta encontrar un trabajo, tenías mucho suerte o muchos enchufes.

SI no sufrías por ser reconocido como un experto o influencer, es que no eras nadie.

Si no sufría tu empresa un fracaso, es que algo raro había que no querías decir.

Si no sufres por amor, es que escondes algo.

Sino sufrimos en esta sociedad, somos unos bichos raros.

Y lo pensé durante mucho tiempo.

Tenía que sufrir para aprobar, aunque se me diera bien la asignatura y con 5 minutos de repaso ya me valía.

Tenía que sufrir por trabajo, aguantando un jefe que no se aguantaba ni él mismo.

Tenía que sufrir haciendo algo que sabía que no me gustaba y todo porqué sino lo hacía, luchaba por lo que realmente sentía, era un «raro» o me pasaba algo mental.

¿Realmente tenemos que sufrir para ser nosotros mismos? ¿Sino sufrimos nunca podremos llegar a ser felices o a sentirnos en paz?

Fue un momento en el que me di cuenta que:

.- Era hora de no callarse lo que sentía o lo que quería hacer

.- En el que la curiosidad se había vuelto a adueñar de mi e investigar aquello que me motivaba.

.- En el que iba dónde quería no donde sufría.

.- Había que apostar por lo que te motivaba y no por lo que te frustraba.

.- Había que dejar atrás a personas que en vez de alentarte y motivarte, te arrastraban

¿A dónde me llevó todas estas situaciones?

.- A no sufrir por lo que querías hacer y no podías sino a luchar.

.- A no decir adios a personas que habían estado en tu vida, sino a darles las gracias por todo lo aprendido y darle la bienvenida a otras personas que te alientan y no frustran.

.- A tomar los lunes como un día más de tu vida y no un día menos para llegar al fin de semana.

.- A crear y no sentir que estaba trabajando. A sentir que estaba disfrutando superandome cada día en lo que me apasionaba.

¿Y ya no sufres? Seguro que estará pensando alguien algo parecido.

No quiere decir que ya no sufras, que ya todo sea una felicidad intensa y constante ( algo que no existe ), todo alegría y amor.

Lo que pasa que pasa de sufrimiento, dolor, angustia a un sentir de la incertidumbre que te provoca ir un paso más allá y no te limita, como pasaba antes.

Ese es el cambio que observaremos :

El sufrimiento no te limitará, sino que te provocará a superarlo y aprender de él.

Te levantas y al encender la televisión, solo ves desgracias y sufrimiento.

Sino es por el paro, por el gas, por una cosa u otra, TODO ES SUFRIMIENTO.

Y si nosotros no sufrimos, ¿Somos malos seres humanos?

No.

Como bien decía Viktor Frankl: «Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. EN ese espacio tenemos el poder de elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta se encuentra nuestro crecimiento y nuestra libertad».

Ten el valor de decidir si quieres sufrir o quiere vivir.

Ten el valor de luchar por lo que quieres y no sufrir por lo que no sientes.

¡Dar tu opinión en este mundo, es estar al nivel de Batman!

De pequeños soñabamos con ser mayores.

¿Para?

Para hacer lo que nos diera la gana, para llegar a casa cuando quisiéramos y decir tacos sin que nuestra madre nos echara la bronca.

¿Pero qué ocurre a día de hoy?

.- Que nos callamos lo que sentimos

.- Que medimos las palabras dependiendo de quien estemos delante.

.- Que hablamos que queremos personas autenticas y luego nosotros no lo somos delante de los demás.

.- Que tenemos miedo a dar nuestras opiniones, perdiendo oportunidades.

Pero eso si, nos cansamos de repetir que hay que ser auténticos, que la vida es una y que pase lo que pase, tenemos que ser nosotros mismos.

¿Pero realmente lo hacemos?

¡NO!.

Nos callamos nuestra opinión porqué no sabemos qué opinión tiene la otra persona y quizá podamos perder una amistad, un amor o una oportunidad profesional.

Nos callamos lo que realmente opinamos y luego llegamos a casa pensamos que «imbéciles» hemos sido porqué no hemos hecho ni dicho lo que realmente sentíamos.

Nos callamos lo que nos hubiera gustado decir a esa persona porqué había que tener «la fiesta en paz».

Y mientras nos seguimos callando, nuestra felicidad desaparece y nuestra rabia aumenta.

¿Por qué nos callamos lo que realmente opinamos o queremos decir?

PORQUÉ NOS SIGUE IMPORTANDO MÁS LA OPINIÓN DE LOS DEMÁS QUE LA NUESTRA PROPIA.

Seamos sinceros, hablamos mucho de transparencia , de dar nuestra «luz» a los demás, de gritar que somos felices digan lo que digan a los demás… cuando en realidad lo que tenemos es miedo a que nos señalen como «raros» porqué nos sentimos felices, por nuestras ideas pueden causar «molestias» a nuestro grupo de siempre o que el «grupo familiar» no será tan ideal cuando expongamos lo que sentimos.

Diremos que lo diremos pero nos siguen importando más lo que dirán que lo que realmente nosotros queremos decir o expresar. Pero eso si, hay que ser felices. ¿Pero cómo vas a conseguirlo si estás haciendo de primeras algo contrario a tu propia felicidad?

Nos quejamos de que no hemos dicho lo que esa persona necesitaba que alguien le dijera, no decimos lo que nos pasa no vayan a pensar que estamos «mal» de la cabeza por ver la realidad como los demás no la ven… Y todo ello porqué pensamos que nos podremos quedar solos, sin amigos, infelices….

Ser felices no es tener 168.000 amigos en Instagram comprados creyendo que todos son «amigos» nuestros y que aceptan y comprenden nuestras necesidades e ideas.

Vivimos en una sociedad en la que creemos que cuánta más gente conocemos (que no es lo mismo que amigos), más felices somos, más éxito tenemos y más nos reconocerán por la calle.

Como bien dice una persona importante para mí, «Conocidos muchos, ¿amigos? con los dedos de una mano y sobran dedos».

Son personas con las que podemos hablar, escuchar, recibir mensajes que seguro no nos gustarán, pero ellos lo hacen por nuestro bien, porqué quieren lo mejor para nosotros. Al igual que nosotros podemos ser nosotros mismos con ellos y siempre abunda el respeto, la confianza y el agradecimiento.

Pero a día de hoy «pseudo-amigos» hay muchos, pero cuando sientes la necesidad por cariño que tú crees, de decirle algo y no lo «acepta» bien ( siempre con respeto ), la mayoría de ellos, se marchan. Te critican diciendo quién eres tú para decir lo que has dicho…Solo una persona que pensaba que era tu amigo, que sentía que podía ser ella misma contigo y ya hemos visto que no ha sido así.

¿A quién no le ha pasado alguna vez?

Vivimos en un mundo en el que dar tu opinión sincera, es tener más valor que Batman. Ya que no sabes por dónde te puede salir el tiro. Pero cada día creo más que estas personas no son Batman, llevan por bandera uno de los valores que tanto se habla hoy en día, COHERENCIA.

La coherencia es difícil en este mundo de presiones pero te da una gran recompensa, que la gente que te rodea, será poca, pero siempre será de verdad.

Y si quieres un consejo:

Dónde te sientas Batman a la hora de dar tu opinión, ahí no está tu lugar.

¡Me considero CREATIVO y NO estoy LOCO!.

Photo by Tima Miroshnichenko on Pexels.com

Nos quejamos de que la escuela ha matado la creatividad. Vemos sin parar una conferencia que transmite dicho concepto y nos lamentamos del sistema educativo que tenemos. Comentamos que aprender no es repetir como una cacatúa sino que se debe aprender a través de la experiencia.

Nos quejamos de la poca creatividad que tiene nuestro cuerpo de políticos. Nos lamentamos que no se ponen de acuerdo en nada y menos para el bien común, Nos quejamos que toman las mismas soluciones de siempre para situaciones nuevas.

Nos quejamos que tenemos lideres en las empresas que la única creatividad que conocen es la de decir de diferentes maneras «Las cosas se hacen como te diga yo sino ahí tienes la puerta de salida«.

Nos quejamos que no tenemos relaciones creativas. Que no hay innovación ( aunque no sepamos realmente qué estamos diciendo con eso de innovación )

Nos quejamos que falta creatividad pero solo nos acordamos de ella cuando las cosas están yendo mal y lo que solíamos utilizar ya no da los resultados que antes ofrecía.

De un día para otro hablamos de creatividad, la incorporamos a nuestro vocabulario.

Nos olvidamos que pensábamos que no éramos creativos, que las ideas que teníamos nunca surtirían efecto o que a nadie les gustaría las ideas que teníamos. Todos esos sueños que teníamos los dejamos olvidados porqué creemos que no somos creativos. Y por lo tanto, la mejor opción es callarse y seguir lo que los demás dicen que es mejor para nosotros.

HOLA MEDIOCRIDAD, ADIOS CREATIVIDAD.

Pero ahora de repente, cuando más se está hablando de creatividad, de su importancia ( ahora y siempre, sin ella el ser humano no hubiera avanzado jamás ), cuando necesitamos las ideas de todos para salir adelante y crear nuevas oportunidades, vienen de nuevo a decirnos que la creatividad está relacionada con la locura mental

Ahora cuando más necesitamos la creatividad de la gente, que la gente desarrolle su talento, que crea en si misma, que innovemos, que luchemos por lo que creemos y no por lo que nos hacen creer…. todos a aplaudir que la creatividad es de los locos. ¡¡Así nos va!!.

La creatividad es una de las catapultas del desarrollo de la humanidad.

Sin la creatividad, todavía seguiríamos calentándonos a base de leches desde las cuevas donde estaríamos viviendo. Y yo me pregunto: ¿Los cavernícolas también estaban locos? o ¿Tenemos que agradecerles que tuvieran esa idea y gracias a ello nos calentamos cada uno de nosotros en nuestra casa?

Nos encanta generalizar y ya si nos lo dice un estadística, ya nos ponemos «cachondos perdidos».

Si una estadística nos dice que el 15% de las personas tenemos «un cable mal empalmado» y suelen ser personas que se dedican al artisteo o a la creatividad.. Ya presuponemos que…. ESTÁN MAL DE LA CABEZA TODOS LOS QUE ESCRIBIMOS O SE DEDICAN ALGO RELACIONADO CON LA CREATIVIDAD.

Una cosa, para mí toda actividad que crea algo y no hace falta que hablemos de artistas o escritores puede y debe ser creativa. Y no solo los de la «noche» o la publicidad…. pero sigamos adelante.

Y si eso le añadimos que en una noche de resaca, alguien del siglo pasado que creaba gracias a la cocaína o a las botellas de whisky que se bebía, ya creemos que el mejor método para hacer algo increíble y tener una relación para siempre con las musas, va a ser el alcohol y las drogas…. En fin…

No dudamos ni un ápice. Creemos que si lo dice una gurú o viene determinado por unas estadísticas de la Universidad de cuyo nombre no tengo ni idea de repetirlo… ¿Por qué dudar de ello? ¿Por qué pensar que una estadística o una historia de siglos atrás no es verdad o quizá esté inventada?

Haz lo que te de la gana, pero antes de creerte todo, duda, pruébala por ti mismo y luego determina, si es verdad o no según tus circunstancias.

He escrito dos libros abordando el tema de la creatividad desde diferentes ámbitos. Con muchos de los entrevistados he pasado noches de conversaciones y algún que otro amanecer hablando de creatividad, los he observado e investigado y serán una excepción pero no conozco a ninguno que les falte un tornillo. Creo que son más cuerdos que los que se consideran cuerdos siguiendo las normas que siempre han seguido esperando conseguir a la «proxima vez» por fin, resultados diferentes.

Y todos mis respetos a todas las personas que están pasando por depresiones o intentos de suicidios porque ante todo sé por lo que están pasando. Pero generalizar, como asi se da entender, que todos los creativos, están con un cable poco suelto, es atemorizar a la gente. Cuando en realidad lo que tendríamos que hacer AHORA y SIEMPRE es apostar y dejar que desarrollasen sus ideas. Porqué una vida creativa es una vida de darse a los demás, de solucionar los problemas que tienen y no de «bilis negras» que no nos dejan por las noches.

Porqué la gente tiene miedo a dar su opinión, a expresar lo que siente, a cómo ve la cosas .. y más en una sociedad tan radicalizada que si no estás de acuerdo conmigo estás en contra de mí. Pero eso si, nos hinchamos a libros de desarrollo personal, de felicidad y motivación, porqué es «cool» de cara a las redes sociales.

La creatividad no es locura, ni mucho menos tener una enfermedad mental:

.- Es empoderamiento, digan lo que digan los demás. Porqué estás luchando por lo que sientes.

.- Es compromiso con uno mismo, con lo que piensas y sientes.

.- No hace falta «meterse» de todo para encontrar las musas de la inspiración. Más bien a mi me dan dolor de cabeza solo de pensarlo.

.- El creativo no tiene tendencia a ninguna adicción. Y quizá estoy generalizando, lo sé. Bueno, si tienen una adicción, al inconformismo, a no dormirse con el éxito obtenido , a no creer que vivir es seguir normas y nada más…

.- No es depender de las opiniones de los demás ni mucho menos creer que estás loco porqué nadie de tu alrededor te apoya. Mucha gente empezó expresando su idea y sigue haciéndolo aunque no le escuche nadie o sigan creyendo que es una locura, porque siente que de eso trata la vida, luchar por una visión. ¿O es que seguimos creyendo que Ferrán Adría es un loco? Me da que no. Otra cosa es envidia, deporte nacional que nos gusta disfrutar.

.- Crear no es locura. Porqué si fuera así, no hubiéramos encontrado soluciones a tantos problemas que hemos solucionado durante toda la humanidad. En definitiva, han creado sus opciones para avanzar y nosotros en muchos casos, poder disfrutar de esos nuevos campos transcurridos.

.- Los valientes, los canallas como decía en «Liderazgo Canalla. Libera tu lado más rebelde«, claro que tienen imaginación. Imaginan un mundo mejor y van a por ello. Lo que pasa que dan un paso adelante cuando otros se quedan atemorizados en la cama esperando que la tempestad pase. Y eso no quiere decir que estén locos, SON COHERENTES CONSIGO MISMO. Cosa que mucha gente no es así llorando por las noches soñando con un mundo mejor pero al dia siguiente, no dando un paso adelante.

.- Son personas realmente felices, que están en paz consigo mismo, porqué hacen lo que su corazón les dicta. Y si los demás lo llaman loco, que lo hagan, es un prejuicio mental que tienen los demás. ¿Para ellos? Se sienten las personas más afortunadas del mundo.

No solo en los malos momentos debemos acudir a la creatividad, sino siempre y para todos los aspectos de nuestra vida. ¿O es que tras poner un toque de creatividad en tu relación pasional te sientes loco o con una sonrisa de oreja a oreja?

Somos una sociedad hipócrita que quiere una cosa pero luego no la acepta y es algo que ocurre con la creatividad. Ahora llamamos locos a los creativos, a los artistas o los escritores, cuando yo creo que son las personas más:

.- Coherentes

.- Productivas

.- Innovadora.

.- Visionarias

.- Humildes.

.- Que nos demuestran que las normas solo nos bloquean y no nos inspiran a ver qué hay detrás de ellas.

.- Que no se avergüenzan de lo que sienten y como se sienten.

.- Constantes y que apuestan por su pasión.

.- Y que dedican su vida a darse a los demás y no esperar a que se lo den todo hecho.

Un proceso creativo no es un proceso de locura, sino de felicidad, curiosidad e investigación hacia la ruptura de miedos e imposibles que nos han impuesto y nos hemos creído.

Gracias a muchos de estos procesos, estamos hablando ahora mismo tú y yo o haciéndonos un café para desayunar.

Desde luego que cada uno puede hacer lo que le de la gana con su vida pero todos creamos cosas en nuestra vida diaria, ¿Y eso quiere decir que estamos locos todos y no solo los escritores?

Pero si eso es estar loco, SEÑORAS Y SEÑORES, ESTOY LOCO Y A MUCHA HONRA.

Me considero creativo y no estoy loco. ¿Y tú?

¡Si no estás conmigo, estás contra mi!

Photo by Andrea Piacquadio on Pexels.com

De pequeños nos quejábamos de que nuestro mejor amigo se había ido con otro a su casa a jugar a la Play, que Luis se había ennoviado con la chica que siempre nos había gustado o que nuestra hermana nos había quitado el bocadillo de Nocilla con el que tanto habíamos soñado durante todo el día…

Ya podía ser quien fuera, ya podría haber pasado una tontería que siempre decíamos:

«Si no está con nosotros, está contra nosotros».

Y de fondo si había personas mayores, siempre había una persona mayor acaba diciendo algo así:

«No está en contra de ti, la vida son situaciones, estás enfadado por algo que no que es así, tienes que preguntarle antes de decir nada…» Y tú ibas y al instante te abrazabas con tu gran amigo que habías repudiado porqué se había ido a casa de tu «archienemigo» a jugar con él.

Y no soy ningún abuelo cebolleta, solo tengo unos preciosos 42 años, pero yo he vivido en primera persona y lo he visto, que por cualquier tontería, los niños repudian en un segundo a lo que antes amaban con locura. Y todo porqué creían que al no haber superado sus expectativas o deseos, ya están en contra de ellos.

Nos reíamos de la situación al ver que era una tontería e intentábamos al instante reconciliarnos con la persona.

¿Pero qué pasa a día de hoy?

Que si no estás conmigo, estás contra de mi, se lleva a limites insospechados.

Si no estás de acuerdo con mi opinión, no podemos ser amigos.

Si me rebates mi opinión, ya no podremos quedar más.

Si dudas de lo que te estoy diciendo, es que ya no podremos ser amigos.

Si no estás de acuerdo con lo que hago, tendrás que irte de la empresa.

Si me dices algo que no quería escuchar, es que estás contra de mi y no aplaudir lo que hago o cómo pienso.

Si no dices lo que quiero oír, ya no te volveré a llamar más.

SI pones en duda mi forma de vivir sabiendo que está dañando mi vida, es que no eres mi amigo.

Si crees que mis publicaciones no son verdad, es que no tienes que formar parte de mi «familia virtual».

Y ya no buscamos reconciliarnos con la persona en cuestión, ya la desterramos de nuestra vida. Ya no queremos saber nada de ella.

Fuera, Out, Finito, a la mierda…

Estamos llevando nuestro radicalismo a niveles insospechados, solo consiguiendo una cosa que nos enfrentemos unos a otros cuando a veces ni siquiera sabemos porqué estamos enfadados por esa persona.

Vivimos en una sociedad «calentada» por la industria de la felicidad. Una industria en la que solo debes mostrar la parte buena de tu vida, la de tus éxitos, parejas, eventos que asistes o éxitos que alcanzas…y aunque sean inventados, también debes mostrar. En la que se nos dice que hay que dudar de las creencias que nos han llevado al «hoyo» pero cuando ponen en duda nuestras creencias políticas, de vida o religiosas, vamos a muerte en contra de esa persona.

Pero eso si, que no se duda que somos personas empáticas, que somos creativas, que sabemos que tenemos que dar «feedback» o que seguimos a rajatabla la guía de nuestro gurú espiritual y meditamos de 8 a 9 todos los días del año.

¿Por qué no dejamos de ser tan hipócritas? ¿Por qué no dejamos de tener compasión por lo que vemos en la televisión y luego nos cagamos en los muertos del vecino que nos ha llevado la contraria?

Somos una sociedad de contradicciones que dice que necesitamos ser una sociedad mejor orientada a un bien común. El bien común el nuestro y si podemos joder al vecino, MEJOR.

Hablamos de creatividad pero no aceptamos las ideas que sean diferentes a las nuestras.

Hablamos de empatía pero creemos que los problemas de los demás son inventados o nos importan una mierda, porque nuestros problemas siempre son mas grandes y gordos que los demás.

Hablamos de aportar valor pero si ganamos seguidores para nuestras redes sociales desde el hospital o comprándolos Pues mejor oye.

Hablamos de autenticidad, de que queremos personas originales, transparentes… pero que no «toquen mi mundo, mis ideas» que son las que me han hecho feliz hasta la fecha.

Y entonces, ¿Cómo vamos a cambiar si creemos que lo nuestro es lo mejor, aunque mintamos sobre nuestra realidad? ¿Cómo vamos a querer transparencia si nosotros mismos no la queremos ni la damos? ¿Cómo vamos a desarrollarnos si solo pensamos que nuestro «mundo» es el único y el mejor? ¿Cómo vamos a solucionar problemas que tenemos si solo creemos que nosotros tenemos la razón?

¿El mejor método contra los gurús del humo y la mediocridad?

.- Bajarnos del «burro» de que nuestro mundo es el único y el mejor.

.- Dudar de todo empezando por nosotros mismos y mucho menos creer que los demás tienen la razón para así nosotros no pensar.

.- Humildad. Sin humildad nadie avanza, solo se estanca.

.- Pero sobre todo preguntarse: ¿Y si tiene razón que no estoy en lo correcto? Una pregunta que te llevará a un camino continuo de aprendizaje.

No todos que están contra de ti debes ponerles en contra tuya, sino aprender de la situación vivida.

La verdad no es propia, la verdad siempre es diversa. Y de ella siempre aprendes, si quieres.

Culpa, Felicidad y Creatividad.

¿Cómo manipulamos a la gente? A través de hacerles sentirles culpables.

Y no estoy hablando de influencia, en la que las dos partes deben ganar, estoy hablando de manipulación. En la que solamente una gana.

¿Y cómo nos pasa?

Haz memoria:

.- ¿Qué pasa cuando no haces algo que creen los demás que deberías estar haciendo? Te intentan hacer sentir culpable.

.- ¿Qué pasa cuando no participas algo en que los demás si hacen y tú no? Te intentan hacer sentir culpable.

.- ¿Qué pasa cuando no estás de acuerdo con la mayoría? Te intentan hacer sentir culpable.

.- ¿Qué pasa cuando sientes que no llegas a la operación «bikini» del verano? Más sentimiento de culpa.

.- ¿Qué pasa cuando no sigues la tendencia? Te intentan inculcar un sentimiento de culpa

¿Por qué tenemos ese sentimiento?

Porqué en el fondo nos estamos preguntando si hacer lo que hacen la mayoría sería lo mejor para nosotros que no seguir lo que de verdad NOSOTROS SENTIMOS.

La presión de los demás sigue siendo fuerte. Por mucho que digamos que somos independientes, que tenemos una marca personal que se distingue de todo lo demás, que hacemos lo que nos pasa por «el arco del triunfo»…. Por mucho que digamos lo que digamos…SIEMPRE TENDREMOS (en distintos niveles) ese sentimiento de culpa.

Porqué la presión de los demás, del exterior, …queramos o no, INFLUYE.

Será inducido por los demás para manipularnos y que hagamos lo que ellos quieran según sus intereses o porqué sentiremos que quizá no estemos tomando la «mejor opción» porqué estar «fuera de la mayoría» produce mucho frio e incertidumbre.

Nos creemos que si no hacemos dieta antes del verano, ya nadie nos querrá . Creemos que si no hacemos lo mismo que los demás, nos criticaran y seremos excluidos del grupo. Sentimos que si no hablamos de política o de la serie de moda en cuestión, ya no seremos uno más, ya nadie nos tendrá en cuenta para salir los sábados por la noche o tomar una después de trabajar.

Yo no sé si este sentimiento de culpa viene de nuestra formación cristiana y aquello de la manzana, no sé si viene de pequeños y esa creencia que si nos salimos de las «normas» , de seguir los puntos,… no llegaremos a nada en la vida… O quizá es todo un conjunto que provoca que si nos tenemos culpa por nada es que estamos haciendo las cosas bien.

Pero yo te pregunto:

Las cosas bien, ¿Según los demás o según tú?

Si haces una cosa que sientes que tienes que hacer, que está acorde a tus valores, que hay razones para no hacerla, sea cual sea,…¿Por qué tienes que tener un sentimiento de culpa?

Si lo tienes es porqué:

.- No confías en ti.

.- Sigue pesando la opinión de los demás más que la tuya propia.

Sino, no tendrías que tener ese sentimiento.

Porqué cuando haces lo que sientes a pesar de salirte de lo establecido te vas a dormir con la conciencia tranquila y duermes mejor que un bebe. Cuando sientes culpa, remordimiento y acabas haciendo lo que desean los demás que hagas y no lo que tú sientes, seguro que esa noche no pegas ojo.

El sentimiento de culpa se utiliza para «encaminar a la gente y no se salte las normas», » que no descarrilen los que dicen que piensan diferente», que el «líder del grupo sienta que todo está en calma y nadie le discute sus ideas»… En definitiva, para que no pienses por ti mismo.

Pero eso si, queremos innovación, creatividad…pero haciendo lo mismo de siempre, repitiendo lo mismo que hacen los demás y sin sentirnos culpables porqué nos hemos salido de lo establecido. Y así no avanzaremos nunca, solo aumentaremos la mediocridad, la frustración y la rabia por preguntarnos ¿Qué hubiera pasado si lo hubiéramos intentado?

Sé que estarás pensando que salirte de lo establecido es duro, que te encontrarás solo y miles de excusas más… Pero te aseguro que es peor saber que no estás haciendo lo que te gustaría y deberías estar haciendo porqué te importa más el que dirán.

¿Qué es la felicidad? La ausencia del sentimiento de culpa por lo que has hecho

¿Qué es la creatividad? Poner en acción esa idea que no te produce culpa sino orgullo y confianza.

Hablamos de libertad, de empoderamiento… y de otras muchas cosas parecidas, pero con el sentimiento de culpa autoinflingido o impuesto, jamás se podrá desarrollar todo lo que decimos.

Nunca sentirás culpa cuando haces lo que sientes que tienes que hacer. (PD: sin joder la vida a los demás, recuerda). Y cuando así lo hagas, seguro que estarás innovando en tu vida. Mientras tanto, solo estarás copiando y replicando los deseos de los demás.

Todos tenemos un cajón de «cosas que nunca he dicho».

Photo by cottonbro on Pexels.com

Todos tenemos un cajón «de cosas que nunca hemos dicho«.

Un cajón compuesto por:

Por cosas que nunca hemos dicho a nuestros amigos..

Por cosas que nunca hemos dicho ni mucho menos a nuestra familia o hermanos

Por cosas que nunca hemos dicho a nuestro jefe…

Por cosas que nunca hemos dicho ni a nuestro mejor amigo o amiga…

Por cosas que nunca hemos dicho y que quizá nunca diremos…

Sé que mucha gente, gurús del desarrollo personal, que no hay que guardarse nada, que hay que ser transparentes…. Y estoy de acuerdo, si eso que te estás guardando te está haciendo daño en tu día a día.

¿Si no? Me parece algo perfecto.

¿Por qué?

.- Porqué todo aquello que te guardas, viene de una experiencia que has vivido tú y que quieres guardar para ti.

. Viene de un aprendizaje que querías vivir tú o que surgió sin esperarlo.

.- Porqué vivimos en una sociedad que parece que si no cuentas todo, no retransmites todo lo que haces , no eres una persona de éxito, no conseguirás ser alguien importante. Es decir, importa más el aparentar que estás haciendo algo, que realmente el vivirlo y añadirlo a tus experiencias.

.- Porqué quizá te has salido de lo establecido y has hecho algo que querías hacer por ti. Descubrir, sentir, ser curioso… algo que en estos momentos, si no sigues los «patrones» establecidos como normales y coherentes, no eres una persona de «bien». ¿Y hacer lo que uno siente, no es felicidad?

Nos quejamos de que los niños «mientan» cuando sabemos que han hecho una «travesura». Les decimos que siempre tienen que decir la verdad porqué sino el castigo será mucho más grande. Pero eso si, mientras tanto, nosotros seguimos ocultando cosas que serían «perjudiciales» para nuestra reputación si salieran a la luz.

Y estamos muy equivocados.

Lo que has hecho y vivido, ha sido porqué tú has querido.

Lo que ocultas, seguro que es para ti una experiencia que querías sentir.

Lo que no quieres que se sepa, eres tú, es cómo piensas, es tu felicidad. Pero te avergüenzas de ti mismo y por eso prefieres que no se sepa.

Pero mientras buscamos en libros y congresos, qué es eso de la felicidad y como fabricarla. Y mientras, has estado «llenando» tu cajón de cosas que nos has dicho, de cosas que realmente te hacen feliz. ¿O no sonríes cuando las recuerdas?

Eso es felicidad. Eso eres tú.

¡No necesitas nada más, ya lo has encontrado en ese cajón!.

Todos tenemos un cajón «de cosas que nunca hemos dicho» que tenemos como algo secreto y oscuro. Cuando en muchos casos, lo que contiene ese cajón es nuestra felicidad que nos da miedo mostrar.

¿Y qué contiene tu cajón de las «cosas que nunca he dicho»?