La coherencia es no romper el contrato que tienes firmado contigo mismo.

La coherencia es no romper el contrato que tienes contigo mismo
La coherencia es una cualidad esencial en nuestras vidas. De la que tanto se habla y que poco se ve en ciertos momentos de la vida. Nos permite mantener la integridad personal, vivir acorde a nuestros valores y principios, y establecer relaciones sólidas y saludables con los demás. En pocas palabras, ser coherente implica no romper el contrato que tenemos con nosotros mismos cuando nos hemos comprometido ser nosotros mismos, pase lo que pase.
¿Qué significa esto? Imagina que tu vida es un contrato que estableces contigo mismo. En este contrato, te comprometes a actuar de acuerdo con tus creencias, metas y deseos más profundos. Es un compromiso personal que determina cómo quieres vivir y cómo quieres ser recordado.
Cuando rompemos el contrato que tenemos con nosotros mismos, perdemos la coherencia. Puede suceder de muchas formas: dejamos de seguir nuestros sueños, nos traicionamos a nosotros mismos, permitimos que otros influyan demasiado en nuestras decisiones o actuamos en contra de nuestros valores. Cada vez que nos desviamos del camino que trazamos, nuestra coherencia se ve afectada.
La falta de coherencia puede generar conflicto interno y emocional. Nos sentimos perdidos, desorientados y frustrados. Echamos la culpa a los demás, cuando hemos sido nosotros los culpables por romper el contrato que teníamos firmado con nosotros mismos. Nos alejamos de nuestro propósito de vida y nuestras acciones carecen de sentido. Romper el contrato que tenemos con nosotros mismos es como perder el rumbo en el mar: nos quedamos a la deriva, sin un destino claro.
La coherencia, por otro lado, nos brinda una sensación de paz y plenitud. Como digo yo, dormir como un angelito todas las noches. Nos permite vivir en armonía con nuestras convicciones y ser fieles a nosotros mismos. Nos ayuda a tomar decisiones coherentes con nuestros valores, incluso cuando las circunstancias sean difíciles. Además, fortalece nuestra confianza y autoestima, ya que nos muestra que somos personas íntegras y dignas de confianza.
Ser coherente no significa que nunca cometeremos errores o que no cambiaremos a lo largo del tiempo. Unos cuantos reconozco que he cometido yo. Todos somos seres humanos en constante evolución y aprendizaje. Así que perdónate, no te preocupes. La coherencia se trata de ser conscientes de nuestros cambios y crecimientos, y de asegurarnos de que nuestras acciones sigan alineadas con nuestra verdadera esencia.
Para cultivar la coherencia en nuestras vidas, es importante conocer nuestros valores y principios fundamentales. Recuerda, hablo de tus valores, no el de los demás. Reflexiona sobre lo que realmente te importa y define tus objetivos personales. Luego, toma decisiones y actúa de acuerdo con esas convicciones. No permitas que la presión social o las expectativas externas te desvíen de tu camino. La única moda que tienes que seguir, es la que dictan tus valores, no los valores de los demás.
Asimismo, es fundamental mantener una comunicación abierta y honesta contigo mismo. ¿No quieres que los demás sean honestos contigo? Pues empieza por ti mismo. Escucha tu voz interior y sé sincero contigo mismo acerca de tus necesidades y deseos. Aprende a establecer límites y a decir «no» cuando algo no está en línea con tu contrato personal. A medida que practiques la coherencia, te volverás más consciente de ti mismo y de tus acciones.
Recuerda que ser coherente no es un camino fácil. Y más en un mundo de modas, máscaras y presiones. Requiere valentía, autoconocimiento y perseverancia. Pero los beneficios son enormes. Vivir en coherencia te permitirá construir una vida auténtica y significativa, en la que te sientas realizado y en paz contigo mismo. Y SOBRE TODO ORGULLOSO DE NO ROMPER EL CONTRATO QUE HABÍAS FIRMADO CONTIGO MISMO.