La prudencia no vacuna contra el fracaso

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Otra vez volvemos a la producencia.

A ser prudentes no vayamos a lastimar emocionalmente a una persona si decimos lo que pensamos..

A ser prudentes no diciendo nuestras emociones no vayamos a perder la oportunidad de estar con la chica que nos gusta.

A ser prudentes no diciendo lo que pensamos dentro de la empresa no vayan a despedirnos…

A ser prudentes con nosotros mismos… no vayamos a ser felices.

Oir la palabra prudencia, se nos apreta el culo.

Pensamos que algo nos va a pasar, por lo tanto tenemos que ser prudentes, no vayamos a cagarla, no vayamos a liarla.

Y por no liarla o eso creemos o nos han hecho creer, nos hacemos lo que realmente sentimos que querríamos y deberíamos hacer.

Nos pasamos la vida en modo «prudencia» y luego vienen los lamentos.

Lamentos porqué nos dimos cuenta que si hubiéramos quitado el «freno de mano» en nuestra vida personal o profesional, otras cosas hubieran ocurrido o vivido que realmente deseamos.

Cohibimos nuestros deseos.

Nos han hecho creer que desear es de mal cristiano.

Que el deseo es de egoístas, de personas que solo piensan por si mismo dejando de lado a los demás. Pero la experiencia me dice, que cuando más prudente eres, más oportunidades pierdes.

La oportunidad de conocerte, de saber qué puedes hacer, de tu felicidad, de descubrir tus talentos….. La prudencia no es la vacuna contra el fracaso. Es la vacuna contra la originalidad, la excelencia y la creatividad.

La prudencia es el peor virus que uno mismo se puede inocular. ¿Y entonces por qué lo haces?

Porqué tenemos miedo de nosotros mismos. Por prudencia no queremos saber de qué estamos hechos, de qué somos capaces, de nuestra paz o felicidad…

Pero eso si, buscamos la felicidad pero con el «freno de mano» puesto, con prudencia.

¡Qué jodido es insistir y no desistir!

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¡Qué jodido es insistir y nunca desistir!.

Leemos libros de desarrollo personal en el que nos cuentan historias de superación increíbles. Vemos conferencias en las que el conferenciante nos dice que ha conseguido cosas increíbles a pesar de sus circunstancias. Y nos llenamos los ojos de lágrimas con las películas del sábado por la tarde en la que nos enseñan que el poder del esfuerzo nos lleva incluso a tener pareja cuando tú no has querido tenerla.

¿Qué bonito todo, verdad?

Estas cosas nos hacen lanzarnos a nuestros sueños. Por fin vamos a alcanzar el sueño de tener nuestro primer libro (aunque sea una copia de los libros que en ese momento está haciendo todo el mundo), por fin vamos a abrir nuestro pequeño restaurante pero con sueños de grandeza de alcanzar las 3 estrellas Michelin ( no se trata de ser como los demás, sino como tú sueñas ser…), por fin vamos a ir a Madrid, a tener la vida de actor que hemos soñado ( no se trata de las consecuencias, se trata del camino )…. Por fin vamos a dar un paso adelante para encontrarnos con lo que siempre hemos soñado. Y todo porqué hemos leído, escuchado y visto historias que resumidas en una hora o 45 minutos nos han dicho como ha sido el proceso hasta conseguirlo.

¿Empezamos?

Empezamos ese mismo día que el «chute» ha entrado por fin en nuestras vidas. Solo pensamos en la meta, solo pensamos en cómo vamos a disfrutar del éxito y no en la meta.

¿Qué ocurre?

Que cuando nos caemos al primer inconveniente, lo mandamos todo a tomar por culo. Nos quejamos de todo y todos pero eso si, nunca tendremos nosotros ninguna parte de responsabilidad. Siempre son los demás los responsables de nuestra desdicha.

Volverán a la rutina, volverán a los hábitos que conocían, a hacer lo que hacian antes y a cagarse en la vida de mierda que tendrán el resto de su vida. Pero ellos nunca tendrán parte de responsabilidad.

En fin….

Lo que pasa es que no es bonito para redes sociales insistir y no desistir.

¿Cómo son estas personas?

CREEN EN LO QUE ESTÁN HACIENDO.

Si no crees en lo que quieres conseguir, a la primera de cambio, lo mandarás todo a la mierda. Y no siento si te duele lo que te digo, pero es la verdad. Todos lo que tiran la toalla a la primera, se les ha ido por la boca su fuerza y lo peor de todo, creían más en la meta que en el camino. Quien cree en el camino y no solo en la meta, luchará por lo que siente y quiere, SIEMPRE. Y lo mejor de todo, lo hará porqué así lo siente, PORQUÉ ES EN LO QUE CREE Y CREERÁ SIEMPRE, NO PORQUÉ SEA UNA MODA DE ESE MOMENTO.

CUANDO CREES EN LO QUE HACES, LA CREATIVIDAD Y LA CURIOSIDAD VIENE A TU ENCUENTRO.

Cuando no crees en lo que estás haciendo porqué es la moda de ese momento, no hay creatividad en tu vida. Estás siguiendo un método, un proceso, unos tips y esperas conseguir los mismos resultados que el «mentor» de turno que te ha dicho como lo hizo él. Simple y llanamente eso, nada más. Solo estás repitiendo, no estás poniendo una idea de tu parte, no te estás preguntado si las cosas se podrían hacer de otra manera, no estás dudando si es el camino que tú necesitas,…. NO ESTÁS HACIENDO NADA, pero aun así crees que serás una persona diferente cuando en realidad estás siendo uno más.

EL ESFUERO, LA CONFIANZA Y LA FE SON TUS COMPAÑEROS.

Cuando luchas por avanzar a través de lo que sientes, el esfuerzo te acompañara. Algo que en estos momentos no está bien visto. Esfuerzo por lo que quieres, esfuerzo por descubrir qué es lo que importa y que no durante el proceso, esfuerzo por investigar, por ir más allá de lo que han ido los demás…

Confiar en la confianza es lo más duro. Porqué nuestro ego también entra en acción. Quiere conseguir lo antes posible esa recompensa y echarse a dormir, a vivir de las rentas. Y los verdaderas cambios no se consiguen de la noche a la mañana, se consiguen con tiempo y a veces, nunca llegaremos a conseguir lo que nos habíamos propuesto al 100% pero siempre habremos aprendido más que si no lo hubiéramos intentado.

Confiar es lo más duro porque durante el camino habrá muchos impedimentos que te harán dudar. Verás gente a tu alrededor que te superarán por la izquierda riéndose de ti porqué estás tardando más, verás injusticias y te preguntarás ¿QUÉ COÑO ESTOY HACIENDO CON MI VIDA QUE ESTE SUBRNOMAL ESTÁ MEJOR QUE YO? Te harás muchas preguntas porque sobre todo te dirá tu EGO: «Coge el atajo y déjate de tonterías, sigue lo que hacen los demás que parece que no les va mal». Te aseguro que lo pensarás pero la experiencia me dice que esas personas con el tiempo, los irás viendo tú pasar por tu derecha por tu avance.

Las modas pasan pero la autenticidad siempre perdura.

A insistir y no desistir nunca nos han enseñado. Solo a seguir las normas, a amar los procedimientos que nos llevarán a un resultado previsto y a otra cosa. ¿Pero a seguir tu intuición, a luchar por lo que quieres a pesar de las circunstancias, confiar en ti y saber que será un camino largo, duro y en muchos momentos, de soledad? Eso no, preferimos seguir a la mayoría pero en la soledad de la noche preguntarnos qué hubiera pasado si lo hubiéramos intentado.

Hablamos de felicidad, hablamos de creatividad, de innovación y la necesidad de desarrollo…. Perfecto, sabemos que tenemos que avanzar si no nos queremos enquistar y repetir errores. Pero ¿Qué ocurriría si insistiéramos y no desistiéramos en lo que cada uno tiene por felicidad o por lo que sueña y dejáramos de restar el valor añadido que cada uno de nosotros? ¿Y si les diéramos todas las condiciones posibles para insistir en sus sueños y no, a la primera de cambio, querérselos robar?

Seguramente:

.- Seriamos más empáticos con los demás

.- Respetaríamos más a las personas e impulsaríamos la diversidad.

.- Sería una sociedad más rica y con una inteligencia emocional mucho más fuerte ante los imprevistos.

.- Recompensaríamos el esfuerzo, la originalidad, la creatividad.

Pero sobre todo seriamos una sociedad formada por personas que luchan por lo que creen de verdad hasta las últimas consecuencias, porqué saben que hemos venido a ser y desarrollar nuestro ser, no aparentar algo que solo produce frustración e infelicidad.

¡QUÉ JODIDO ES INSISTIR Y NO DESISTIR PERO CUANDO QUIERES ALGO Y CREES EN ELLO… ESO ES TU FELICIDAD!

¿Por qué nos olvidamos rápidamente de lo que no nos interesa?

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«Vivimos en la época de los TE QUIERO, pero sin compromiso»

¿Por qué nos olvidamos tan rápido de lo que no nos interesa? 

¿Por qué nos hemos olvidado ya de los aplausos a las 20:00 horas que hacíamos a los héroes que teníamos en los hospitales luchando contra esa 1 ola? 

¿Por qué nos hemos olvidado ya lo que dijimos de ese grupo de personas y ahora nos interesa trabajar con ellos? 

¿Por qué nos hemos olvidado de ese amigo que tanto queríamos ahora que tenemos pareja? 

EL SER HUMANO SE OLVIDA MUY RAPIDAMENTE DE LO QUE NO LE INTERESA.  

Con una gracia decimos “¿En serio dije yo eso?”. No me acuerdo.  

Cuando en el fondo nos acordamos como si fuera el primer día de lo que dijimos.  Pero lo que no queremos recordar, observar y certificar, es que hemos sido incoherentes con lo que habíamos prometido o quizá lo que dijimos, era para aparentar delante de unos amigos, para luego hacer otra cosa delante de otros.  

Y no valen excusas, de que las circunstancias cambian. Eso es una forma burda de decir “Soy volátil y voy en función de las necesidades que tengo y lo que puedo ganar con una persona u otra, hago. Por no hablar del postureo que me interesaba poner en Instagram o en otra red”.  

Si nos escucháramos más lo que decimos al cabo del día, en la mayoría de las ocasiones nos daríamos cuenta que somos unos bocazas, por no decir que un gran porcentaje de lo que decimos, no nos lo creemos ni nosotros mismos.  

No nos creemos que vayamos a perder peso, ni mucho menos es lo que queremos.  

No nos creemos que vayamos a llamar a esa persona que acabamos de entrevistar, porque sabemos que no es la adecuada para el puesto. Aunque se lo hayamos prometido.  

No nos creemos que nos consideramos amigos de esa persona, porque solamente nos interesa para satisfacer unos deseos que esa persona nos puede satisfacer.  

No nos creeríamos mucho más de la mitad de las cosas que acabamos diciendo al cabo del día. Y ya al cabo del año…NI TE LO IMAGINAS.  

Sería para escribir una novela de ciencia ficción, mucho mejor que las de Harry Potter.  

¿Por qué nos olvidamos rápidamente de lo que hemos dicho? 

PORQUE SOMOS SERES QUE NO NOS GUSTA COMPROMETERNOS. 

No nos comprometeremos con nosotros mismos, ¿Y nos vamos a comprometer con los demás?  

¡¡NI DE COÑA! 

Pue si ya hablamos de compromiso en una relación, el nivel de infidelidades que dicen que hay, de separaciones y demás, ¿CÓMO NOS VAMOS A COMPROMETER CON NOSOTROS MISMOS? 

No nos interesa.  

¿Por qué? 

Porqué si algo va mal, lo primero que haremos es intentar huir de la situación lo antes posibles. Vivimos en una sociedad en l que no quiere problemas, solamente ser feliz. ¡¡Y QUE CONFUNDIDOS ESTAMOS! 

Parece que hay que vivir de felicidad en felicidad y así podremos considerarnos felices. Cuando hasta los momentos tristes, los que joden y te hacen cuestionarte muchas cosas, son el germen de una felicidad mucho más robusta y duradera que esa que nos están vendiendo.  

No nos comprometemos con lo que hemos dicho, porque vivimos en función de las tendencias y de nuestros intereses a corto plazo.

Y luego cuando nos damos cuenta, esa promesa que nos habíamos hecho, eso que habíamos prometido a ese amigo, pasa el tiempo, y sigue sin hacerse realidad.  

Es más fuerte la presión de los demás, de las tendencias que podamos estar viendo, del MIEDO a no ser como los demás quieren que seamos, a perdernos cosas por no ser como los demás. 

Además, en este mundo de innovaciones, de flashes y tendencias, nos va mucho más una novedad que seguir manteniendo lo que tenemos y a lo que nos hemos comprometido. 

Es la moda, es la tendencia, es lo cool, es lo guay en es esos momentos. ¿Y nosotros nos vamos a comprometer a seguir con algo con lo que nos comprometimos hace pocos días o meses? 

¡JA, preferimos lo último, porque así nuestro ego estará contento y podremos dar en los morros a los vecinos y competencia, lo “cool” que somos! 

Por eso, hemos llegado ya no solo a faltar el respeto a los demás, a que nuestra palabra ya no valga nada a partir de ese momento, sino a faltarnos el respeto a nosotros mismos.  

¿Alguien volverá a confiar en ti si a la primera de cambio les dejas por otra cosa más “cool”? ¿Alguien volverá a creer en tu palabra cuando anteriormente dijiste lo mismo y no cumpliste? 

Estos momentos que vivimos, nos damos cuenta que nos olvidamos muy rápidamente de lo que dijimos. Y todo ello, entre otra cosa lleva a la falta de unión de las personas. A no creer las unas en las otras. Y solo centrarse en ellos mismos y satisfacer sus necesidades, olvidándose por completo de los demás.  

Nuestra palabra, es un contrato con nosotros mismos y con los demás. Si lo incumplimos, ¿A dónde vamos a ir a parar?  

AL CAOS.  

Pero lo peor de todo, que nos olvidamos de nuestras palabras y nos estamos olvidando de nosotros mismos. Porque nos da miedo SER NOSOTROS MISMOS. Y me da igual las presiones de la sociedad, de tus familiares o de Rita la cantaora,  

. – si tú te has comprometido con algo, CUMPLELO 

. – Si tú has dicho que harás algo, HAZLO.  

. – Si tú has sentido o dicho algo y no es lo correcto, PIDE DISCULPAS.  

.- Si crees en algo, que piensan los demás que está pasado de moda, son ellos, los pasados de moda, porque tú siempre apuestas por lo que crees.

TU PALABRA ES TU MARCA.  NO LO OLVIDES

Andrea Vilallonga: «Tenemos que ser nosotros mismos lo antes posible».

Hoy dentro de la sección «Conversaciones con..» es un placer presentar a Andrea Vilallonga.

Cuando vi la frase que engloba la filosofía de trabajo de Andrea, «acepta lo que ves, quiere lo que eres«, era una persona que había que tenerla en esta sección y poder conversar con ella.

¿Te gustaría descubrir y aceptar el reflejo que te encuentras cuando te miras al espejo? Andrea tras años de experiencia profesional, tiene un método en el que nos enseña algo que no es nada fácil, ser consciente de la imagen que tenemos y que transmitimos.

El método Mírate, nos ayuda a darnos cuenta que nuestra mente confunde el VER, con el SER. Ayudándonos a través de la Imagen Externa, la Expresión y la Actitud a ser más conscientes de lo que parecemos o cómo nos expresamos. Cuando tomas consciencia de tu imagen es cuando puedes decidir qué influencia quieres transmitir.

Además de ser colaboradora en medios de comunicación, formadora en grandes empresas, la hemos visto en programas como Operación Triunfo. Es autora de los libros «Mírate: Mejora tu imagen, renueva tu actitud, trabaja tu expresión» y recientemente ha publicado «Enamórate«.

Podéis conocer más el trabajo de Andrea a través de Facebook, Twitter, Instagram y su Web.

.- ¿Qué imagen crees que da Andrea Vilallonga?

Yo creo que mi imagen ha sido muy evolutiva, como la imagen de todos. Todos deberíamos revisar la imagen que transmitimos a los demás cada dos o tres años. Como cambia nuestro físico y nuestra imagen está relacionada con lo que parecemos ser, es algo evolutivo.

Ahora mismo creo que Andrea da una imagen de seguridad, eficiencia, jovialidad y un poco de simpática.

.- Si te miras en un espejo ahora, ¿Qué ves tras todo el tiempo vivido?

Veo muchas cosas, pero estoy muy contenta del resultado. No me puedo quejar de todas las experiencias buenas y malas que he tenido. Y veo que con 45 años a una señora, algo que me encanta ser. Una señora que se toda las cosas cada vez, con un poquito más de calma.

.- ¿Podemos enamorarnos de nosotros mismos con la que está cayendo y con la que dicen que va a caer?

Es que la que está cayendo y la que va a caer no tiene nada que ver con nosotros mismos. El amor propio no tendría nada que ver con las circunstancias externas.

Por lo tanto, te digo que SI, debemos y podemos enamorarnos de nosotros mismos.

De hecho las circunstancias ajenas, no deberían impedirnos enamorarnos de nosotros ni de nadie. Quizá harán que vivamos las cosas con un poco más de estrés, de angustia, de incertidumbre pero bien gestionado , no tiene nada que ver con el amor.

.- Optimismo, realidad y creatividad, es mi formula de la felicidad. ¿Cuál es la tuya?

Yo no creo que haya ninguna formula de la felicidad que funcione universalmente.

Creo que cada uno se construye su pequeña formula. Sin embargo, lo que a mí me gusta decir es que la felicidad no es una emoción constante. Y al ser impermanente tenemos que saber aceptar lo momentos buenos como son y disfrutarlos al máximo. Y si son momentos malos, de la mejor manera posible.

Pero para mí la formula de la felicidad es entender que depende de nosotros e no permanente.

.- ¿Son los ojos ahora una nueva fuente de comunicación del ser humano?

No solamente los ojos, sino también la frente, las cejas, las manos, el cuello, el cuerpo… Ahora de lo único que estamos prescindiendo es de la boca y ya está.

Pero en general, le estábamos dando demasiada importancia a la boca. Y es una buena manera de volver a utilizar el lenguaje no verbal para enfatizar lo que queremos decir.

.- ¿Qué piensas que los demás al oírte dicen que es una locura?

Esto es algo que va variando con el tiempo, ya que soy una tia que soy muy valiente y me atrevo con muchas cosas. La mayoría de cosas que voy a hacer o que digo que si, son consideradas como una locura, algo que para mí no es. Y quizá vaya encaminada al fracaso, en el buen sentido, pero es algo que me pasa habitualmente. Por lo tanto no es una cosa en concreto.

.- ¿Qué cambios crees que se están produciendo en la sociedad a la hora de relacionarnos en estos momentos?

Yo era mucho más optimista cuando comenzó el confinamiento en relación a cómo iba a evolucionar las relaciones. Pero me doy cuenta que en esta «2 ola» estamos en el mismo punto que en marzo, es decir que los seres humanos volvemos rápidamente a nuestras costumbres antiguas.

Y todo lo bueno que podríamos haber hecho, como instaurar de manera definitiva en algunos casos como la combinación del teletrabajo pues la mayoría de las empresas han vuelto a lo de siempre. También pensaba que podría haber más confianza y quizá más compromiso en general, volviendo otra vez al control. Por no decir que también pensaba que habría más voluntad para que las cosas fueran mejor, pero es curioso que solamente haya pocos que están dispuestos a sacrificar su bienestar que teníamos antes para que la sociedad funcione.

Siempre hay pocos. Sino no estaríamos otra vez en esta misma situación.

Desde luego que hay trabajo que no se pueden permitir el teletrabajo, pero los que si, las empresas más antiguas o más tradicionales, no les gusta, ya que quieren tener ese control sobre los trabajadores.

Por ejemplo el hecho que nos recomienden no salir un fin de semana para contener la pandemia y seamos incapaces de hacerlo, son cosas que pensaba que cambiarían y no.

.- ¿Qué consejo nunca darías a nadie y que te han dado a ti sin parar?

Nunca le diría a nadie lo que tiene que hacer, cómo debería comunicar, cómo debería comportarse sin haberle preguntado antes que es lo que quiere.

Cuando la gente me dice: «Andrea, esto lo deberías haber hecho de otra manera» yo les respondo que «quizá era así como lo quería hacer«.

Intento, aunque no siempre lo consigo porque los humanos somos así, siempre antes de dar un consejo sea lo que sea, es preguntar qué es lo que querría la otra persona. Porque sino lo estaría viendo desde mi punto de vista y no desde el punto de vista de la otra persona, algo que creo que no hace nadie.

La gente da consejos sin ponerse en los zapatos del otro y sin ni siquiera entender el mapa o el territorio de la otra persona.

.- ¿Por qué nos da tanto miedo la palabra amor?

Yo no sé si nos da miedo. La verdad que no me he encontrado a nadie que le diera miedo la palabra amor.

Quizá le da miedo la palabra amor, porque significa confiar en el otro. Y como he dicho antes, tenemos un problema de confianza grande.

Es verdad que hay mucha gente que engaña, pero hay mucha gente que no. Entonces ese compromiso, esa confianza se ha perdido. Y quizá nos cuesta un poquito más. Pero miedo no.

¿Nos da miedo el ego bueno? La verdad que la palabra ego ya suena como peyorativa. Cuando dices ego, la gente se lo toma como algo negativo. Pero yo digo que siempre hay que tener ego. La cuestión es que tu ego intente matar al ego ajeno o no intente estar por encima de los demás Pero si tú crees en ti y sabes respetar los espacios de los demás, yo creo que el ego puede estar interesante.

.- ¿Qué serías sin el poder la curiosidad?

Poca cosa, la verdad.

Soy muy curiosa. Es muy curioso, ya que de hecho durante toda la vida me han dicho que era cotilla . Y en un momento de mi vida, pensé que cuando yo preguntaba me decían que era cotilla. Cuando yo cuando pregunto, no es por cotillear, pregunto por curiosidad, por saber.

Yo pregunto todo y no me importa no saber. E incluso cuando doy formaciones, si hay algo que no sé lo pregunto, porque no puedo saberlo todo. Si es que además un profesor que intente ponerse por encima de los alumnos es algo que siempre me ha parecido fatal.

No estamos aquí para enseñar, sino para acompañar o dar otro tipo de perspectiva.

La curiosidad está en mi en todo momento y Santo Google que me ha abierto muchas vías de todo

.- ¿Cómo nos podemos volver a enamorar de nuestro trabajo tras el confinamiento y los despidos que puede haber?

Lo que hay que tener claro es que nuestro trabajo no nos define. El trabajo es una herramienta más para ganar dinero o para otros realizarse profesionalmente . Pero hay mil maneras de realizarse como personas que no tengan que ver con el trabajo, la familia, los amigos, los hobbies, el vivir…

A pesar de que es complicado y difícil, no pienso que el trabajo tendría que tener tanta importancia para impedirnos enamorarnos de nosotros mismos. De hecho, el trabajo es solo lo que hacemos, no lo que somos.

Me sabe mal, pero nos han obligado a ser nuestro trabajo. Cuando tú conoces a alguien, la pregunta número 2 o 3, es siempre ¿A qué te dedicas?, pensando que así que la respuesta nos puede dar información de quién es esta persona.

.- En estos momentos que vive la sociedad, ¿Es el momento oportuno para ser nosotros mismos por fin?

Yo creo que tenemos que ser nosotros mismos lo antes posible, porque no podemos ser nadie más que nosotros mismos.

A lo mejor lo que permite este momento, es a volver a poner nuestras prioridades en orden, más que ser nosotros mismos. Creo que esto sería lo ideal.

.- Entre mascarillas y las máscaras ¿Cómo podemos provocar un impacto positivo en los demás?

Con todo nuestro lenguaje corporal. Teniendo más paciencia, confianza , con empatía.. No teniendo tanta prisa ya que hay que comunicarse de manera distinta.

Incluso todas las comunicaciones online, no solamente por la mascarilla, necesitan de un tipo de comunicación distinta, ya que no es lo mismo y no nos podemos comunicar igual en persona que en una conferencia online. Y a veces las personas parecen que no se dan cuenta , ya que los códigos de comunicación son muy distintos, pero no son difíciles. Solo es una cuestión de reaprender ciertos gestos o maneras de interactuar con los demás poniendo un poco más de atención en el otro y menos en el yo.

.- ¿A qué tiene miedo Andrea?

A muchas cosas. La verdad que soy muy valiente, pero también soy muy miedica.

Sobre todo tengo miedo a que le pase algo malo a los míos. Eso es lo que más miedo me da. Por lo demás, creo que todo lo demás es sobre llevable.

.- Una reflexión para los lectores del portal.

La reflexión sería que aprovechásemos este momento extraño de incertidumbre para hacer un reset, volver a chequear nuestro orden de prioridades e intentar si nos apetece, trabajar momentos de más calidad.

No solo de más calidad con los nuestros, sino en general. Por ejemplo irnos a tomar cafe y tener más calidad con la persona que tenemos enfrente de la mesa.

Lo que estoy diciendo es que seamos más amables y disfrutemos más de todas las cosas. No solo de las cosas que sabemos que vamos a disfrutar e incluso de las cosas que ya no les damos tanta importancia o no hemos sabido disfrutar hasta ahora.

Seamos personas de más calidad.

Menos Verborrea y Más Coherencia.

Sin coherencia no hay ninguna fuerza moral” decía Robert Owen.

VERBORREACada día hablamos más y peor. Y los resultados que obtenemos con lo que hablamos, va acorde con ello.

Es decir, ¡¡NULOS!!.

Me he pegado una semana observando a la gente lo que habla, como habla y que “creo” que quiere decir. Y los resultados, a mi parecer, dan MIEDO.

Cada día vamos más deprisa por la vida. Gastamos nuestro tiempo en “tonterías” que nosotros mismos, y los demás, nos hacen creer que pareceremos “cultos”, unas personas ocupadas, unas personas muy “fashion”.

Gastamos nuestro tiempo en cosas para ir a la moda, para parecer que somos «lo más».

Y con ello nuestro vocabulario.

Decimos que somos “Brand Manager de Europa”, que vamos a clases de “Zumba acuatica”,( que no sé si existe ), que hemos comido en un restaurante de 3 estrellas, que hemos ido al concierto de la revelación del mundo musical iraquí….

Verborrea que solamente es más ruido y ruido.

Y pensamos que cuanto más rápido hablemos, mejor. Seremos más “cool”, haremos creer a los demás que nuestra vida es la leche, que nos va muy bien, que somos muy felices, que tenemos una vida de riesgos, experiencias únicas.

¿Pero qué hay detrás de esa vida tan increíble?

Miedo.

Son personas que no paran de hablar, porque les da miedo escucharse. Son personas que creen cuanto más hablen, más “marca” dejaran en los demás, más dejaran asombrados a los demás. Y la verdad que lo que hacen, es no dejar una marca muy buena.

Con el paso de los años, somos más MENTIROSOS. Es duro escribirlo y más darse cuenta de ello.

Desde pequeños, nos han enseñado, a que tenemos que ser sinceros , que no tenemos que mentir, que tenemos que decir la verdad. ¿Y de mayores la decimos?

¡¡NO!!.

Me gusta mucho mantener conversaciones con las personas, creo que es la única forma de conocerse de verdad.

Pero no una conversación de palabras. Las mismas se las lleva el viento. Una buena conversación, te hace ver más de las frases y adentrarte a través de los ojos de la persona y llegar a su ser.

A corto plazo, esta “verborrea” que utilizamos, está muy bien para “engatusar” a la chica que queremos conquistar, para conseguir un puesto de trabajo, o para aparentar que todo nos va perfecto… pero las “tormentas” siempre nos acaban dejando sin nada, mostrándonos tal como somos o nuestra situación.

La verborrea, tiene un gran peligro.

Que las personas se den cuenta, que estás mostrando algo que no es. Es lo que decimos siempre, con el paso de los años, nos ponemos más y más mascaras, por y para “agradar” a los demás, “para mostrar” una cara que desearíamos, pero que no es la verdad.

Hablamos mucho, pero lo que hablamos no es real, no es de corazón.

Y cuando eso pasa, la gente acaba alejándose de ti. Acaba dándose cuenta que no eras quien decías ser. Que no tenías las habilidades que decías poseer, y que no tenías una vida de riesgo, emoción y felicidad, sino lo contrario.

En esos momentos viene nuestro ego, a decirnos : “ No pasa nada, tú vales mucho más que esas personas.. No sabían apreciarte, todo va muy bien… ya volverán y se darán cuenta…”.. Pero mientras sigues diciéndote esas cosas, las personas, situaciones se van , quedándote más y más solo.

Hablemos más con el corazón y menos con la razón.

verborreaSigues en tus treces, que volverán, pero cada vez más se marchan de tu lado. Tu pareja ya no te aguanta, cada vez tienes menos amigos, tus jefes ya solo te dan la carta del despido, pero tú sigues igual.

Lo que pasa es que por un lado está tu Ego y por otro tu miedo, al darte cuenta de lo que está pasando, que no es nada “bonito”.

Tú decides, seguir llevando una vida de “falsedad en documento mercantil” o coger la vida por las riendas, empezando a “callarte” un poco más, escuchando lo que dice tu corazón y lo que dicen los demás y a partir de ahí, empezar a resurgir como una flor sin hojas.

No somos sinceros, no hablamos desde el corazón. Lo tenemos ahogado y cuanto más, pensamos que mejor.

Hablamos que estamos bien, que todo va perfecto y mientras tanto sufrimos percances, no sabemos por qué y nos ponemos a llorar, o el corazón nos va a mil.

Escúchate más y habla menos por favor.

Reconozco que me gusta hablar, pero hablo mucho menos de lo que hacia antes. Prefiero decir algo, claro y directo, que no cosas sin importancia. Que reconozco que también las digo, y más un sábado por la noche.

Pero ¿Qué pasaría si tuviéramos todos un cupo de 1000 palabras, 2000 palabras, las que tú quieras, durante todo el día y al día siguiente, tuvieras que adquirir uno nuevo?

.- Usaríamos mejor nuestras palabras, diciendo lo que de verdad importa , a quien importa y manejando mejor las formas.

.- Dejaríamos de decir tonterías, verborreas y demás, porque sabríamos que nuestro bono, habría que usarlo de mejor manera.

.- Nos escucharíamos más y hablaríamos más con el corazón; y no con otras partes del cuerpo. La mejor conversación, la transformación de un mundo, de tu mundo, empieza por una palabra. Y esa palabra, para tener efecto, tiene que ser desde tu corazón, no desde ningún otro sitio.

.- Sabrás qué decir y cuando, y no parecerás una ametralladora hablando sin sentido.

Por favor, implántate este “bono” en tu vida, y verás la transformación que vives. Hablaras menos, pero con más transformación en ti y en los demás. Serás más clara y directa, y las palabras necias, desaparecerán de tu vocabulario.

Hablemos menos pero mejor. Escuchemos más. Hagamos más caso al corazón.

Tus conversaciones, tu gente lo agradecerá.

¿Oyes verborrea a tu alrededor? ¿La dices tú? ¿Cómo te sentirías con un cupo así de palabras?