¡Con pasión por la compasión!

¿Dónde están las colas del hambre que un día tras otro nos enseñaban los medios de comunicación?
¿Hasta cuando los medios de comunicación hablaran de los suicidios como primera causa de muerte no natural en España?
¿Y qué pasa con el volcán? ¿Ahora que ya no echa humo ya no interesa?
Y no hace falta ir más allá que lo que dictan los medios de comunicación:
¿Qué hacemos tras «preocuparnos» por los problemas de esa amiga que nos ha dicho que está mal? Verla una vez, intentar consolarla, sentimos que hemos quedado «bien» y deseando que se recupere pronto, seguimos nuestra vida.
Llenamos los medios de comunicación hablando de los problemas de la sociedad, con noticias que son catastróficas y que quieren mostrar la situación de la sociedad que no solemos ver en nuestro día a día. Y con ello redes sociales , artículos digitales que hablan de lo mismo, de cómo podríamos solucionar el tema, iniciativas y demás…
¿Y cuánto nos duran? Lo que dura la noticia.
Al dia siguiente, hablamos de otros temas. De temas que nos hagan «quedar bien» ante los demás, que muestren una cara ante los demás que de a entender que nos preocupamos por ellos, por la gente de nuestra comunidad. Que vean que sabemos que es el Zen, que damos amor, que somos paz y todas las palabras «cool» que en el fondo no tenemos ni idea que significan.
Que somos personas que tenemos un propósito, el ayudar a los demás…¿Pero en realidad qué ocurre? Que tras habernos hecho «la foto», a otra cosa.
Sé que estarás pensando «Yo todos los meses doy dinero a una ONG que me apunte gracias a los chicos que están en la calle..» ¡Genial! ¿Y qué haces el resto del año? ¿Te ocupas de lo que realmente le pasa a la gente de tu alrededor?
Somos seres humanos que una vez hecha «la foto» ya creemos que hemos lo que «debíamos» hacer para tener una conciencia tranquila.
Eso no es compasión, eso es postureo. Algo muy común en estos momentos de redes sociales.
Y no te estoy diciendo que tengas que salvar el mundo como ahora pretenden todas las empresas. No estoy diciendo que tengas que salvar los delfines desde tu casa, porque lo único que demuestra por parte de muchas empresas que dicen tener un propósito y ser sostenibles de repente, es puro postureo, además de algo que no crearan mucho impacto, que digamos.
Lo que te estoy diciendo que tengamos compasión por nosotros mismo y por los demás. PERO DE VERDAD.
Por nosotros mismos cuando las cosas no nos salgan como esperábamos.
Cuando no nos salen las cosas «bien» o según las expectativas, nos flagelamos. Pensamos ya que seremos los peores, que nos tendremos éxito en el mundo ni nunca conoceremos la felicidad. ¿Y si nos diéramos cuenta de qué hemos aprendido durante el camino? ¿Y si nos felicitásemos por haber dado un paso adelante cuando antes teníamos una relación de apego con la «pereza»?
Si nos diéramos cuenta de muchas cosas que hemos aprendido y vivido durante el camino, dejaríamos de etiquetarnos como lo peor del mundo y nos daríamos cuenta que somos mucho más que un simple resultado.
Pero no, nos fijamos más en el resultado que en el camino. Y si no lo conseguimos y a la primera, lo único que hacemos es jodernos la vida.
Date una palmada o un abrazo por los avances que realizas aunque no consigas los resultados a la primera. Te aseguro que te darás cuenta que en el fondo eres mucho más que un titulo o un resultado.
No estoy diciendo que te des lastima , de pobre niño que no lo ha conseguido a la primera como le dijeron que tenía que hacerlo. Te estoy diciendo que tu motivación no depende de una meta, sino de un camino y de las montañas y valles que vivirás. Y para ello tienes que tener compasión por ti, cuidarte, alentarte, motivarte y levantarte.
NO CREERTE UNA VICTIMA MÁS PORQUE NO LO HAS CONSEGUIDO COMO LOS DEMÁS TE DIJERON QUE LO TENÍAS QUE HACER.
Y cuando sufres contigo mismo tanto los éxitos como los errores (nunca los fracasos), cuando abras tu corazón de verdad, lo abrirás también a los demás.
Porqué cuando te etiquetabas como el peor de los peores por no haber conseguido ese reto, estaba hablando tu ego, no tu corazón. Estabas mirándote el ombligo y no la realidad. Una realidad que habías conseguido muchas más cosas que si te hubieras quedado en el sofá quejándote de la mala vida que tienes.
Cuando tienes compasión por uno mismo, te estás ayudando. Y con ello ayudarás a los demás de verdad. No creerás que con hacer una recolección de juguetes anual ya tendrás la conciencia tranquila si luego dejarás de hablar a amigos porque te han dicho lo que pensaban y a ti no te ha gustado oírlo.
Tener compasión por el otro, es acercarnos al máximo nivel de empatía que podremos tener por una persona.
Porque con nuestro corazón abierto le estamos ofreciendo nuestra ayuda más sincera. No ayuda para «limpiar» nuestra conciencia, sino ayuda de verdad.
Creo que no nos han enseñado a pedir ayuda. Y ahora de «mayores» es cuando más la necesitamos y más miedo nos da pedirla.
Pensamos que pedir ayuda, sentir compasión por los demás, compasión de verdad, será abrirnos , sentirnos vulnerables o dejar que las emociones de los demás se tatúen en nosotros.
Sentir compasión por uno mismo es la cumbre de todo proceso de aceptación y compromiso con uno mismo. Ya que significa cómo somos y cómo nos sentimos.
Esperamos que los demás sean compasivos con nosotros cuando lo estamos pasando mal. Pero cuando lo necesitan los demás, no hagamos una pantomima queriendo quedar bien.
Nos encanta llenarnos la boca hablando de ayudar a los demás, de Responsabilidad Social Corporativa y de muchas cosas más… Cuando en realidad lo que necesitamos es mucha compasión por uno mismo y con ello, desde luego que tendremos compasión DE VERDAD por los demás.
Vivamos con pasión la compasión.