Soledad

Cada día encuentro más miradas vacías.

Miradas que no dicen nada, ni tristeza ni alegría y ni mucho menos ilusión.

Miradas que solo buscan una cosa, respuestas.

Respuestas a preguntas que hasta la fecha no se habían realizado.

Preguntas para que sirven, si realmente quieren vivir la vida que están viviendo o porqué seguimos los consejos de los demás cuando realmente nosotros queríamos haber hecho otras cosas.

Cada día recorro las calles de mi ciudad y me gusta fijarme en la mirada de los demás. Y lo que encuentro son miradas que tienen miedo mirar al frente, de encontrarse con los demás, de encontrarse con su verdad. Otras están tapadas por gafas de sol. Miradas escondidas que no quieren que se las encuentre. Que veamos que desde hace tiempo dejaron de llorar preguntadose dónde están las respuestas que buscaban y que tanto necesitaban, dejándose llevar en la actualidad sin querer ya pensar por si mismos

Cada día siento que se aprende más observando a la gente que a través de estadísticas o modas. Y cada día creo que esa soledad que tanto sentimos es porqué no nos llevamos bien con nosotros mismos.

Personas que encadenan una relación tras otra pensando que son «alguien» si están en pareja… Trabajadores que no entienden porqué están somatizando enfermedades si expresasen que realmente lo que les haría felices es hacer otro trabajo totalmente diferente. Personas que están enguachadas a libros de «felicidad», cursos y congresos pero cuando llega la noche se preguntan porqué a pesar de todo siguen estando cómo están, gente que mantiene en secreto su sexualidad por miedo al qué dirán, personas que luchan a escondidas por sus sueños, no vayan a pensar que están locos o algo así…

Podemos echar la culpa a la sociedad, a los estereotipos o a las presiones familiares por sentir que nuestros padres nos quieren o somos aceptados por los demás. Y no te faltará razón en muchas ocasiones. Somos una sociedad que quiere la paz, la felicidad y el desarrollo, la igualdad y un mundo ideal pero en realidad y en el día a día, somos unos grandes cabrones con el prójimo.

Taponamos el avance del vecino, mentimos para que no avance a pesar de que sabemos que lo podría conseguir, ponemos normas para tener a todo el mundo controlado y no le damos libertad alguna para crear, para que descubra y desarrolle su talento, su deseo…Hablamos de avance y mientras tanto ponemos piedras en el camino para que no lo hagan.

¿Y qué hacemos? ¿Quejarnos de que la culpa de todo la tienen los demás? ¿De tirar la toalla por nuestra soledad y acostumbrarnos a lo que nos dan?.

Muchos años me quejaba que no avanzaba por culpa de los demás. Cuando aprendí que «el principio del comienzo» empieza por uno mismo, las cosas cambiaron. Mi mundo cambió cuando empecé a cambiar yo.

Los demás que hagan lo que quieran, los demás que se tiren los pelos o lo que sea…si yo estoy mal, ¿POR QUÉ LO ESTOY?

Y tú lo sabes mejor que cualquier otro. O al menos lo intuyes. Pero lo que ocurre que nos da miedo hablar, nos da miedo expresarnos. Y no es que no sepas expresar lo que te pasa, sino que te da vergüenza decirlo no vayan a tildarte de loco o vete a saber qué . Cuando sabes qué te pasa, una palabra puede describirlo todo perfectamente. No hace falta la expreses, puedes escribirla, pintarla o hacer un grafiti.. El medio es el que mejor te sientas tú pero EXPRESA

Durante el día cotorreamos, no hablamos.

Invertimos el día hablamos de mierdas, de cosas sin importancia. ¿Y lo importante? Nos lo callamos, por miedo. ¿Miedo a qué? Es lo que sientes, es lo que quieres decir, es la ayuda que sabes que necesitas. ¿A qué tienes miedo? ¿Al que puedan decir que eres vulnerable y se rían porqué llora? Esa gente no te ha merecido ahora y nunca.

Cuando expresamos lo que sentimos, nos damos cuenta que no estamos solos como nos imaginábamos., sino más acompañados de lo que nos creíamos. Lo que pasa es que el miedo, nos hace creer cosas que no son así.

Podemos echar la culpa a la sociedad, que no nos enseñan a gestionar nuestras emociones, que ciertas generaciones no saben expresar sus emociones y así han criado a sus hijos, que en casa no se habla de debilidades… Te lo vuelvo a repetir… busca

A pesar de estar cada día más «rodeados» de gente, cada día estamos más solos. Es una frase que se oye habitualmente. Y estoy de acuerdo con ella, cada día tenemos más oportunidades de relacionarnos con gente pero cada día nos sentimos más solos. ¿Y todo por qué? PORQUÉ TENEMOS MIEDO A HABLAR CON EL CORAZÓN.

Nos han enseñado a hablar con la razón, a hablar en función de las expectativas que tienen sobre nosotros en el presente o en el futuro, dejando al corazón de lado. Y por eso nos encerramos más y más en nosotros mismos, porqué la razón no sabe gestionar lo que nos pasa. Ahí es cuando debes poner en marcha tu corazón, es el que rompe las barreras de tu aislamiento

Desde luego que no estoy diciendo que con eso ya está todo hecho. Yo fui dos años a un psicólogo y lo recomiendo a todo el mundo. Lo que te estoy diciendo es que:

¿Qué ocurriría si escucháramos antes a nuestro corazón y no nos dejáramos guiar tanto por la razón?

¿Qué ocurriría si hablásemos desde el corazón y no con una mascara llamada razón?

Quizá la razón no sabe gestionar cosas en las que el corazón es experto.

¿Por qué la soledad? Porqué llevamos tiempo sin escucharnos a nosotros y escuchando más a los demás.

Todas las personas nos enseñan algo

Photo by Paweu0142 L. on Pexels.com

Hasta de las personas que me han dejado un mal recuerdo o una mala experiencia, he aprendido algo.

Que costumbre tenemos que olvidar de forma radical a todas aquellas personas que nos han hecho daño. No queremos saber nada de ellos, no queremos rememorarlas ni tampoco saber que les pasa.

Pensamos que reprochando la situación, el problema que surgió o las expectativas nos cumplidas, ya estará todo resuelto.

Y estamos muy confundidos.

Yo creo que las personas que nos han dejado un «mal sabor de boca» son las que más nos enseñan en al vida.

Si, también las que nos los deja bueno. Las que nos han hecho pasar buenos momentos, las que nos han hecho olvidarnos de los malos momentos y demostrarnos de lo que somos capaces, de nuestras emociones.

¡Guay!. ¿Pero es que solo aprendemos de los buenos momentos, de las buenas experiencias?

Lo siento, pero no es así, aunque sea lo que queramos.

Con el paso del tiempo he aprendido muchas más cosas de mi a través de los «malos sabores de boca» que de los buenos.

Primero que:

..- No existen «malos sabor de boca», sino más bien expectativas no alcanzadas, demasiada confianza de primeras a personas desconocidas o poca razón donde hubo demasiada pasión.

.- Que las personas van y vienen. Que algunas se quedarán mas tiempo que otras. Pero que todas ten enseñan cosas de ti que hasta la echa no querías darte cuenta o no sabías.

.- Que cuando aprendes lo que te ha enseñado esa persona, la ves como una experiencia vivida que incluyes en tu vida, no le echas los problemas surgidos solo a esa persona. Tú también has tenido parte de culpa en algún momento y te haces responsable de tu parte.

.- Todo «mal sabor de boca» si aprendes de lo vivido, la acabas recordando hasta con cariño, dando gracias por todo lo aprendido que te ha servido para avanzar en la vida.

.- Te enfrenta a nuevos retos en tu vida, que seguro hasta la fecha no te habias enfrentado. Nos da miedo, no sabemos si lo sabremos superar. Por eso echas la culpa a la otra persona, cuando en realidad tendrías que darle gracias, ya que te está haciendo más «fuerte» con el paso de los tiempos.

Todas personas que han pasado por nuestra vida y están en nuestra vida, lo han hecho o hacen para que aprendamos algo. Pero siempre aprendemos más, con el paso del tiempo de las que nos dejan «un mal sabor de boca» que las del bueno, pero tú decides.

«Tenemos que quedar un día sin falta…»

Photo by Tirachard Kumtanom on Pexels.com

¿Cuántas veces hemos oído y dicho alguna vez: «Tenemos que quedar sin falta y ponernos al día«?

Y lo peor de todo, de las veces que lo hemos dicho: ¿Cuántas de ellas se han hecho realidad?

Nos encanta decir una frase así cuando nos encontramos a una persona que hacia tiempo que no nos encontrábamos. Tras abrazarnos y con una desmesurada emoción decimos que nos alegramos de verla Para terminar con la frase «maniatada»: ¡Tenemos que quedar y recordar buenos tiempos!.

Qué bien hemos quedado.

Hemos hecho creer a la otra persona que tras tiempo sin mandarnos ningún mensaje( como si tuviéramos una agenda más llena que la de Barack Obama) y aunque tenemos tiempo a tomarnos algo en ese mismo instante pero es mejor decir: ¡Te llamaré y tranquilamente nos ponemos al día!.

En realidad, ¿Qué estamos diciendo?

.- Para que veas que tengo una agenda llena, te haré un hueco.

.- Ahora me voy porqué voy de un lado para otro y veas que estoy muy ocupado, que me va todo genial.

.- No te he querido llamar durante este tiempo, porqué no me daba la gana, no quería , me aburrías o todas ellas a la vez. Y ahora no esperes que lo haga, porqué las cosas no han cambiado.

En definitiva, estamos poniendo excusas para no decir a gritos una cosa:

NO ME APETECE QUEDAR CONTIGO. Y lo peor de todo, aparentar algo que realmente no sentimos ni deseamos.

Seamos sinceros, al igual que cambian de opinión los políticos de un día para otro, las relaciones cambian.

Unas veces se marchitan, otras veces se engrandecen con el paso del tiempo y otras vez se para y vuelven a retomarse con más «agua». Pues lo mismo pasa con las relaciones, a veces mueren porqué uno de los dos va avanzando y quiere otras cosas en la relación, otras no por no tener una conversación pendiente se ha ido dejando de lado la relación, por no hablar de las mentiras que descubres y por no montar el «pollo» mandas por ahí a la relación…

Pero lo peor de todo, es no decir la verdad, es no ser de verdad.

Recientemente veía como se publicaba un artículo en el que decía que lo que realmente hacía felices a los seres humanos eran la salud de sus relaciones de amistad/pareja.

Nada más publicarse el artículo veías a gente diciendo que había que cuidar más a las relaciones, que no había que descuidarlas…pero luego son personas que para quedar con ellas o te cojan la llamada, antes lo haría el Papa Francisco si lo llamásemos.

Si no vamos a quedar, ¿Para que lo decimos? ¿Para seguir manteniendo un papel ante la otra persona? ¿Para aparentar algo que éramos y que en realidad, ya no queremos ser? ¿Por qué tenemos miedo a ser de verdad?

También te digo, muchas veces quedar con esa persona, es recordar viejos momentos que tenías olvidado. Recuerdas situaciones que por los «debería» has olvidado o te han hecho olvidar. Recuerdas quien eras y lo que te hacía feliz…¿Quizá por eso tienes miedo a volver a quedar con esa persona?

Tenemos una agenda llena de «deberías impuestos», de rutinas y miedos, ¿Qué ocurriría si la llenásemos de verdad, coherencia y corazón?

Empecemos por ser de verdad, no jugaremos con nosotros y mucho menos, con los demás.

¿Qué haces con tus fantasías?

Seamos sinceros, todos fantaseamos.

Fantaseamos con tener una noche loca con esa amiga que nos tiene locos..

Fantaseamos con tener un trabajo mejor o trabajar en la empresa de nuestros sueños.

Fantaseamos con poder hacer locuras con nuestra pareja en la cama y no el aburrimiento de todos los sábados por la noche.

Todos los días fantaseamos en algún aspecto de nuestra vida que lo único que hacemos en él es aburrirnos.

¿Pero qué hacemos con nuestras fantasías?

Por un lado tenemos aquellas personas que las rechazan sin ni siquiera haberles dado una oportunidad, sin haberse preguntado: ¿Por qué tengo yo esta fantasía? ¿Qué ocurre en ese aspecto de mi vida? ¿Qué me quiere decir esa fantasía sobre mí?…Antes de eso, salen corriendo. No quieren saber la respuesta, no quieren descubrir qué hay detrás de ellas,… En definitiva, les da miedo descubrir quiénes son.

Desde pequeños, tratamos a la fantasía como una locura.

Nos reímos de los niños que fantasean. Cuando nosotros fuimos los primeros en hacerlo.

Fantaseábamos que estábamos en la luna explorándola con nuestros amigos del pueblo cuando en realidad estábamos en la plaza y de fondo se oía a nuestra madre diciéndonos que ya era hora de comer.

Fantaseábamos que un perro era el mayor de los dragones que jamás nos podríamos encontrar pero nosotros éramos los únicos que podríamos salvar al mundo con nuestra fuerza.

Desde pequeños hemos fantaseado pero por nuestra ignorancia, creer que los demás saben más de la vida o yo que me sé , cuando oíamos: «Deja de fantasear, que es un sueño irreal...» empezábamos a matar nuestra fantasía poco a poco.

Y paso a paso, cuando llegábamos al a «madurez» pensábamos que fantasear es algo de niños, de ilusos, de incrédulos de la realidad cuando lo mejor que podemos hacer es seguir las normas, adaptarnos a la realidad y esperar a la jubilación (si llegamos a ella).

Luego están las personas que dicen SI a esa fantasía, a ese sueño. Pero que pensar que muchos de ellos o lo mantienen en silencio o son muy pocas personas quienes lo saben. ¿Por qué? Porqué son personas en las que confían, en las que se sienten ellos mismos y por otro lado, porqué tienen miedo a lo que puedan decir los demás.

Hablamos de creatividad, de innovación de felicidad, de desarrollo, de avanzar…de verbos que implican soñar, fantasear, preguntarnos ¿y por qué no?, pero sin embargo seguimos que fantasear es algo prohibido, dedicado exclusivamente a los niños y a los locos. Nos han hecho creer que fantasear es algo prohibido, cuando es la muestra mayor de coherencia del ser humano.

¿Por qué hay que decir SI a tus fantasías?

PORQUÉ SON UNA MUESTRA DE QUIÉN ERES REALMENTE, DE TI.

No necesitas cursos de 24 horas para ser original ni cosas parecidas, escucha a tus fantasías y ahí estará tu autenticidad.

¿Qué aprenden aquellos que dan un paso adelante en sus fantasías?

.- No están locos, son los más coherentes del mundo. Solo hacen lo que sienten, no lo que deberían sentir según las enseñanzas o miedos de los demás.

.- Viven. Mientras unos se frustran pensando qué pasaría si lo hicieran, otros aprenden, crean, innovan, disfrutan.

.- Desarrollan su creatividad. Preguntan qué tienen que hacer para desarrollarlo, son curiosos, luchan, imaginan…

.- Creen que el único tabo que hay en la vida, es no hacer lo que sientes que tienes que hacer. Lo demás son prejuicios.

.- Saben que toda oportunidad tiene algo que enseñarte. Así que no la desaprovechan.

.- No son locos ni cosas parecidas. Solo quieren ser mejores siempre. ¿Y qué hay de malo en ello?

¿Y tú que haces con tus fantasías? ¿Cómo sería el mundo si hiciéramos más caso a nuestras fantasía? ¿Quizá viviríamos más tranquilos todos?

Ya no importa el esfuerzo…

Photo by Andrew Neel on Pexels.com

Cada día tengo la sensación que el esforzarse se va acabar.

Ya no nos esforzarnos por dar valor a nuestros clientes. Compramos seguidores en Instagram y por el tamaño que crean que sabemos de lo que estamos hablando.

Ya no tenemos paciencia. Queremos todo para antes de ayer. Y exigimos que así sea porqué así creemos que nos lo merecemos.

Ya no nos esforzamos por crear vínculos DE VERDAD con nadie. Mentimos, manipulamos y lo que haga falta para aparentar algo ante los demás y ganarnos su confianza satisfaciendo nuestros deseos más ocultos.

No queremos disciplina en nuestra vida, queremos éxito. Ser consideramos referencias en nuestro campo profesional, lo antes posible no vaya a ser que el vecino de al lado se lleve toda la tortilla.

No queremos ningún esfuerzo alguno para alcanzar la felicidad, el éxito, el reconocimiento, el aplauso o lo que tú quieras alcanzar. Y si para ello tenemos que tomar «atajos», lo hacemos.

Y no estoy hablando que hay que sudar sangre para alcanzar cualquier meta (meta que por el método rápido nadie te asegura que la vayas alcanzar como el gurú de turno te comenta).

Te digo que no tenemos paciencia para caernos y levantarnos si estamos luchando por un sueño..

Te digo que queremos la felicidad ya. Pero eso de preguntarnos quiénes somos, qué queremos o dejar marchar a personas que solamente nos arrastran y no nos alientan, como que no.

Te digo que estamos apegados a una imagen de la realidad que cuando luego nos damos cuenta que no era tal cual pensábamos, aunque lloremos, aunque nos lamentemos de muchas cosas, lo único que hacemos es optar por el papel de víctima y no hacer nada más al respecto.

Te digo que confundimos a la pereza con el miedo. Tenemos pereza a nuestros sueños cuando lo hemos intentado una vez y no lo hemos conseguido. Que yo sepa nadie ha conseguido algo en la vida tirando la toalla al suelo al primer intento.

A pesar del tiempo escribiendo, haciendo cosas, innovando, todavía no he alcanzado muchas cosas que me he propuesto. Muchos como así me dijeron, tenía el deber de reclamar esos hitos. ¿Pero a quién se los reclamas? ¿Al de «arriba»? Creo que últimamente está ocupado con otras cosas más importantes.

Nosotros somos los únicos responsables de nuestros hitos en la vida persona o profesional. Si alguien nos pone la pierna encima para que no levantemos la cabeza, es su problema, no el nuestro. Nosotros tenemos que seguir enfocados en lo que queremos conseguir, en quién queremos convertirnos. Y solo lo haremos con disciplina.

Desde pequeños hemos creído que la disciplina es algo malo. Algo que nos hace sudar, que nos prohíbe de placeres, que no nos dejará respirar ni ser felices. Cuando con el paso del tiempo nos hemos dado cuenta que la única manera de conseguir cosas a veces imposibles, es a través de la disciplina, de ser constantes, del esfuerzo por un objetivo llevado hasta su consecución. Y no quiere decir que con la disciplina lo vayas a conseguir al 100%, sino que conseguirás siempre algo más importante, desarrollarte, conocerte, caerte y aprender de los errores enfocándolos hacia tu meta.

Muchas veces eres constante con una meta, con un procedimiento y te das cuenta que con el paso del tiempo, que has conseguido otras cosas mejores solo por tener disciplina que la meta que tenías en mente en un principio.

Te guste o no, vamos a tener durante toda la vida inconvenientes que no esperábamos y que nos molestarán la tranquilidad que teníamos hasta la fecha. No tienes que quejarte, no tienes que echar la culpa a los demás, ni al Gobierno ni a Facebook. O eres de los que apuestas en esos momentos por la disciplina, por el esfuerzo para dar lo mejor de ti o serás de los que tendrá un futuro cierto, lleno de quejas, lamentos y sin poder desarrollar su talento ni descubrir quién es en ningún momento.

Pero en estos momentos, cuando más necesitamos el esfuerzo, el salirnos de lo establecido, el no repetir patrones,…una y otra vez hacemos lo mismo. Y lo peor de todo, dejando a un lado la disciplina y el esfuerzo.

Que se esfuercen otros y nosotros ya seguiremos el camino de baldosas amarillas que ha dejado.

El camino de baldosas amarillas que tienes que seguir es el que TÚ CREAS con tu esfuerzo y disciplina. Porqué es el camino que está hecho para ti, el que te demostrará de que éstas hecho y lo grande que eres por dentro. ¿El éxito exterior? Quizá lo consigas y sea consecuencia del esfuerzo. Pero el mayor éxito siempre será que veas de lo que eres capaz.

Si queremos salir de esta, si queremos creatividad e innovación, NECESITAMOS ESFUERZO DE VERDAD.

No del que se habla, sino del que se actúa hasta las últimas consecuencias.

Y tú ¿Qué quieres, quillo?

Photo by u0410u043bu0435u043au0441u0430u043du0434u0440 u041fu0440u043eu043au043eu0444u044cu0435u0432 on Pexels.com

Y tú, ¿Qué quieres, quillo?

Está pregunta se hace todos los días cuando sale a «cazar» amaneceres el chef Ángel León con su barca.

Una pregunta que me hizo cuestionarme muchas cosas:

.- ¿Cuándo nos preguntamos lo que queremos?

.- ¿Creemos saber lo que queremos?

.- Lo que decimos que queremos ¿Es realmente lo que queremos nosotros? o ¿Es lo que quieren los demás para nosotros?

Descubrir lo que queremos realmente, ¿Es pensar que hemos perdido el tiempo hasta esa fecha? o ¿Cuántas oportunidades vamos a tener por delante?

Una pregunta que Ángel León se hace todos los días y que creo que TODOS nos la deberíamos hacer.

¿Por qué?

.- Vamos por la vida como «pollo sin cabeza».

Creemos que estamos viviendo si hacemos lo que nos dicen los demás, si tenemos miedo porque lo dicen los medios de comunicación, si subimos la misma publicación a nuestra redes porqué es lo que está de moda…. Pero luego cuando llegamos a la cama nos preguntamos ¿Cuál es la razón por la que estoy llorando? Porqué en la unión con la oscuridad, es tu subconsciente el que te está diciendo que no estás siendo coherente contigo mismo, que no estás haciendo lo que realmente deberías estar haciendo.

Vamos por la vida sin querer parar ni pensar, pero es la vida misma quien nos hará parar y pensar para preguntarnos: «Y tú, ¿Qué quieres, quillo?

No queremos parar porqué sabremos que nos daremos cuenta que hemos tomado decisiones que en realidad no queríamos tomar pero por presiones o cualquier otra cosa, acabamos haciendo…

No queremos parar porqué nos encontraremos con nosotros mismos y eso da mucho más vértigo que encontrarte con Elsa Pataky en un pasillo o tu actor de moda.

No queremos parar porqué sabremos que tomar decisiones por y para nuestra felicidad. Y lo que más miedo nos da es «salirnos del rebaño», que piensen que estamos locos, que nos ha pasado algo, cuando en realidad hemos tomado la decisión que todos quieren tomar, EMPEZAR A SER FELICES, A SENTIRNOS EN PAZ CON UNO MISMO.

No queremos parar porqué pensamos que si el objetivo que nos hemos marcado realmente no nos interesa y que realmente lo que nos interesa es otra cosa, pensaremos que hemos perdido el tiempo, qué no sabemos cómo focalizarnos y alcanzar otros retos que SI nos MOTIVAN MUCHO MÁS.

Nos han enseñado desde pequeño que hacerse preguntas es de niños raritos, «tocapelotas»…cuando en realidad es de personas despiertas, creativas y siempre quieren desarrollarse, avanzar.

¿Qué significa preguntarse todos los días «Y tú ¿Qué quieres, quillo?

.- Flexibilidad.

Porqué la vida no es 1+1=2. Así nos han enseñado, que la vida es un proceso y que si te sales de él, serás un bicho raro. Cuando te preguntas qué quieres, te das cuenta, que hay mucha vida, más allá de las normas y prejuicios establecidos, convirtiendo en más flexible ante los envites de la misma.

.- Aprendizaje continuo

No paras de aprender, ya que todos los días descubres cosas nuevas que quieres saber y con ellos averiguas cuál es el camino a seguir, qué herramientas debes conocer o qué personas debes contactar. Toda persona que deja de preguntarse y aprender es una persona «muerta»…¿Y eso es lo que quieres?

.- Foco en lo Importante

Cuando nos preguntamos ¿Qué queremos? y averiguamos la respuesta, nos estamos enfocando en lo que es importante para nosotros, en lo que realmente nos importa. ¿Y lo demás? No centramos nuestras energías en algo que no nos alienta y que no nos dará los resultados que queremos.

.- Sabemos decir NO.

Y cuando sabemos lo que queremos y nos enfocamos en ello, aprendemos a decir NO. Nos pasamos la vida diciendo Si a todo cuando en realidad muchas cosas pasamos de ellas por qué no nos interesan o lo que sea, pero las hacemos porqué pensamos que los demás se enfadarán con nosotros, nos excluirán si no vamos o vete a saber cualquier excusa. Cuando decimos NO estamos atesoran más energía para lo que SI queremos hacer.

.- Coherencia

Cuando sabes lo que quieres y vas a por ello, estás siendo coherente contigo mismo. En un mundo que busca la felicidad de forma desesperada, la coherencia es el método más rápido y simple para alcanzarla.

.- Talento

Descubres qué te gusta, qué tienes que hacer para ir a por ello, desarrollas tu curiosidad, tu intuición… En definitiva, estás continuamente desarrollando tus talentos y descubriendo otros nuevos.

.- Creatividad

No puedes desarrollar tu creatividad si realmente no sabes hacia dónde enfocarla, hacia dónde dará mejores resultados. Nos piden ser creativos pero no sabemos ni que rumbo tomar en la vida. Antes de nada pregúntate que es lo que quieres y ahí es cuando empezarás a desarrollar tu creatividad, eso que te distingue de los demás.

No te aseguro que será la mejor tila que te hayas tomado , pero preguntarte todos los días «Y tú ¿Qué quieres, quillo? te aseguro que te hará dormir mucho mejor todas las noches a partir de entonces, porqué te irás a dormir siendo tú mismo y no siendo uno más.

Creemos que todos son tontos menos nosotros…

Photo by Olya Kobruseva on Pexels.com

Seamos sinceros:

¿Cuántos de nosotros se cree más inteligente que la mayoría?

Seguramente que todos, buenos excepto alguno que tenga un Ego más grande que el Santiago Bernabéu, dirán que no, que no se consideran más inteligentes que los demás.

En este tipo de preguntas sale la falsa humildad. Esa humildad que utilizamos para que no nos detecten la verdad, que SI que nos creemos más listos que los demás.

Esa falsa humildad tapa cosas como:

.- Creemos que la gente se creerá las excusas que ponemos para no aceptar que nos hemos confundido o no aceptar que no nos apetecía hacer algo.

.- Se creerán las ofertas que les hagamos vendiendo las virtudes de la misma, pero no le dejaremos que haga preguntas y se dé cuenta que quizá es «gato por liebre».

.- Publicando en redes sociales todo lo que hacemos cuando en realidad de lo dicho al hecho, va mucho trecho y no tenemos ninguna propuesta encima de la mesa.

.-Que se creerán lo que les digamos porqué creemos que siempre se han creído todo lo que les hemos dicho. Es decir, hemos subestimado siempre a todas las personas con las que hemos tenido relación por nuestro ego.

.- Que la gente nos quiere por lo que mostramos y conseguimos. Cuando en realidad cree que somos lo que no somos en realidad porqué lo que realmente hemos hecho es comprar seguidores en redes sociales.

.- Que porqué estamos haciendo lo que está de «moda», somos más que los demás. Pero nos dicen que tenemos que ser humildes cuando en realidad lo único que queremos es darle en los «morros» a los demás.

Cada día que me encuentro más con la pregunta:

¿Se creerá que soy imbécil o qué?

Nos encontramos con esta pregunta cuando nos encontramos con personas que:

.- Se creen el papel que están haciendo

.- Se creen que los demás no se van a dar cuenta

.- Creen que así pueden dominar a los demás y llevarlos a dónde quieran.

.- Creen que los demás en el fondo, son unos pobres infelices que se creen todo lo que les dicen. Cuando en realidad, ellos están haciendo lo mismo creyendo que son algo que simplemente es un mero papel de «villano».

¿Qué les ocurre a este tipo de personas?

Se creen que han encontrado «la formula» para que los demás no vean quienes son de verdad y así poderlos manipular. En definitiva, se están mintiendo a ellos mismos.

La gente será «tonta» o se lo hará, pero te aseguro que podrá caer una vez, dos pero a la tercera se dará cuenta del pastel que tiene enfrente de si y sabrá que lo que dices que eres, haces o puedes llegar a conseguir, ES ABSOLUTAMENTE MENTIRA.

Seguimos creyendo que los demás son gilipollas cuando los primeros gilipollas somos nosotros.

Somos nosotros porqué nos estamos creyendo algo que realmente no somos y que a la definitiva, acabará con nosotros.

Desde luego que puedes seguir con el «papel», ya que si no vuelve a caer esa persona, otra seguro que no sabe de qué palo vas, tiene más posibilidad de caer. Pero una vez , los demás no se darán cuentan, podrán hacerse «los tontos» pero el paso del tiempo, les abrirá los ojos…y tu efecto «se terminará».

¿Por qué hacemos lo que hacemos?

Porqué por mucho que hablemos de originalidad, libertad y demás valores que en el fondo los dejamos apartados por el éxito rápido, la manipulación masiva, la felicidad efímera y el dominio de los demás.

Todo porqué NOS DA PEREZA SER NOSOTROS MISMOS, MOSTRARNOS COMO REALMENTE SOMOS…Seres vulnerables que tienen miedo, que les cuesta pedir ayuda y reconocer que se han confundido. Y si encontramos el «método» rápido para ser alguien sin esforzarnos, sin dudar, sin sudar…¿Por qué no aceptarlo?

Vivimos en una sociedad en la que si alguien no piensa como nosotros, sin escucharlo, sin parar a pensar si tiene razón o no, …ya lo despreciamos, ya pensamos que es tonto y que nosotros somos mucho mejor que ellos…Y todo por la defensa a ultranza de nuestras creencias, de nuestro equipo de futbol o de la moda a la que nos hemos «subido», ya que nos dan seguridad de que somos algo, que somos alguien y sobre todo más que los demás.

Lo único que provoca esto es que se habla mucho del bien común, de la necesidad de la creatividad, de la innovación…Y lo único que estamos haciendo es dividirnos y estancarnos como sociedad.

Dejemos de pensar que los demás son imbéciles y escudarnos en títulos de expertos, en número de seguidores en redes sociales o en cursos que has pagado un pastón y no te han dicho nada para «tomar» a los demás por imbéciles que no están a tu nivel.

A lo mejor el gilipollas eres tú porque creerte algo que ni en sueños llegarás a ser.

La Cultura del Sufrimiento

Photo by Andrew Neel on Pexels.com

Si no sufrimos no somos personas que se merecen el éxito y mucho menos la felicidad.

Durante muchos años hemos sido educados en la cultura del sufrimiento.

Si no sufrías para aprobar, eras un vago.

Si no sufrías por amor, eras un bicho raro.

SI no sufrías hasta encontrar un trabajo, tenías mucho suerte o muchos enchufes.

SI no sufrías por ser reconocido como un experto o influencer, es que no eras nadie.

Si no sufría tu empresa un fracaso, es que algo raro había que no querías decir.

Si no sufres por amor, es que escondes algo.

Sino sufrimos en esta sociedad, somos unos bichos raros.

Y lo pensé durante mucho tiempo.

Tenía que sufrir para aprobar, aunque se me diera bien la asignatura y con 5 minutos de repaso ya me valía.

Tenía que sufrir por trabajo, aguantando un jefe que no se aguantaba ni él mismo.

Tenía que sufrir haciendo algo que sabía que no me gustaba y todo porqué sino lo hacía, luchaba por lo que realmente sentía, era un «raro» o me pasaba algo mental.

¿Realmente tenemos que sufrir para ser nosotros mismos? ¿Sino sufrimos nunca podremos llegar a ser felices o a sentirnos en paz?

Fue un momento en el que me di cuenta que:

.- Era hora de no callarse lo que sentía o lo que quería hacer

.- En el que la curiosidad se había vuelto a adueñar de mi e investigar aquello que me motivaba.

.- En el que iba dónde quería no donde sufría.

.- Había que apostar por lo que te motivaba y no por lo que te frustraba.

.- Había que dejar atrás a personas que en vez de alentarte y motivarte, te arrastraban

¿A dónde me llevó todas estas situaciones?

.- A no sufrir por lo que querías hacer y no podías sino a luchar.

.- A no decir adios a personas que habían estado en tu vida, sino a darles las gracias por todo lo aprendido y darle la bienvenida a otras personas que te alientan y no frustran.

.- A tomar los lunes como un día más de tu vida y no un día menos para llegar al fin de semana.

.- A crear y no sentir que estaba trabajando. A sentir que estaba disfrutando superandome cada día en lo que me apasionaba.

¿Y ya no sufres? Seguro que estará pensando alguien algo parecido.

No quiere decir que ya no sufras, que ya todo sea una felicidad intensa y constante ( algo que no existe ), todo alegría y amor.

Lo que pasa que pasa de sufrimiento, dolor, angustia a un sentir de la incertidumbre que te provoca ir un paso más allá y no te limita, como pasaba antes.

Ese es el cambio que observaremos :

El sufrimiento no te limitará, sino que te provocará a superarlo y aprender de él.

Te levantas y al encender la televisión, solo ves desgracias y sufrimiento.

Sino es por el paro, por el gas, por una cosa u otra, TODO ES SUFRIMIENTO.

Y si nosotros no sufrimos, ¿Somos malos seres humanos?

No.

Como bien decía Viktor Frankl: «Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. EN ese espacio tenemos el poder de elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta se encuentra nuestro crecimiento y nuestra libertad».

Ten el valor de decidir si quieres sufrir o quiere vivir.

Ten el valor de luchar por lo que quieres y no sufrir por lo que no sientes.

Pensar, Ver y Crear, ¿3 verbos malditos?.

Photo by Anna Shvets on Pexels.com

La creatividad es la mayor expresión del ser humano.

A través de ella expresa sus emociones, su visión, su forma de ver la vida.

A través de ella no pretende dejar una huella en la vida de los demás, eso es una consecuencia. Sino quiere convertirla en su forma de vivir, en su felicidad… Y si con ello ayuda a otras personas, ¿Qué más se puede pedir?

Pero para desarrollar nuestra creatividad, HAY QUE PENSAR. Y eso no nos gusta nada.

Hace unos días volví a tener un deja vu. En dicha conversación me decían porqué no acudía a determinadas conferencias, en las que a los asistentes les hacían bailar, reírse de forma forzada y darle a una pelota como si fuera un concierto de «Parchís» queriendo volver a ser niños….Que eran lo mejor del mundo. Y quizá para muchas personas les sirven, les ayudan.. pero tengo que reconocer todavía no conozco a una persona que después de 45 minutos de la conferencia, recuerden qué se ha dicho en la misma.

¡Ninguna!.

¿Qué estamos haciendo?

Utilizando «placebos» del tipo que tú quieras para no pensar. Como dicen, para vivir con el «piloto automático», en el que la rutina, saber lo que vendrá es más importante que realmente lo que nosotros pensemos o queramos hacer.

Y ¿Cuál es el motivo?

Que no queremos pensar.

Pensar qué nos gustaría de verdad hacer con nuestra vida…. Con lo que queremos estudiar, con lo que es mejor para nosotros según nuestros intereses… Descubrir nuestro intereses y ver.

Porqué tras pensar, empezamos a ver. Y eso tampoco nos gusta. No nos gusta ver qué quizá hemos «perdido» el tiempo en algo que realmente sabíamos que no iba a llevar a ningún lugar y no hacer lo que nosotros queríamos hacer.

Ver es abrir los ojos, es aceptar lo que hemos hecho y también lo que no hemos hecho. Es empezar a hacernos cargo de nuestras acciones y decisiones.

Si no queremos pensar, no queremos ver, ¿Cómo podemos crear algo?

¡IMPOSIBLE!.

Pero eso de ser autentico, único, inigualable,… mola mogollón. Pero a la hora de la verdad, pensar, ver y crear son 3 verbos malditos que pocos quieren experimentar.

Si no piensas, no te puedes dar cuenta de cómo está yendo tu vida, de tus intereses, de lo que realmente quieres y de cómo ves la vida.

Si no quieres mirar, solo verás aquello en lo que crees. Creyendo que el mundo solo está formado por tus creencias, por aquellas ideas que no te «hacen dudar».

Y con todo ello, nunca llegaremos a crear nada. Bueno podremos copiar, replicar, fotocopiar ideas que nos gustan, ideas que sentimos que nos harán «parecer» diferentes, pero nunca lo llegaremos a ser.

¿Por qué?

PORQUÉ NOS DA MIEDO PENSAR.

Porqué cuando pensamos nos damos cuenta de muchas cosas…

Que queremos otras cosas en la vida y no lo que estamos haciendo hasta la fecha.

Que podemos hacer lo que siempre hemos querido hacer y mientras tanto hemos estado «gastando» el tiempo que no invirtiéndolo en una vida, «cómoda» pero que no nos daba lo que realmente nosotros queríamos.

¿Pero por qué no pensamos?

PORQUÉ EL SER HUMANO ES MUY VAGO.

Damos el poder de nuestros pensamientos a los demás. Creemos que los demás pensarán mejor por nosotros que nosotros mismos. Y lo que estamos haciendo a la larga, es matando nuestra creatividad, nuestras ideas y nuestro pensamiento crítico.

Hablamos del coraje, aplaudimos a historias personales que han conseguido cosas «increíbles» que pensamos que nunca podremos alcanzar, pensar o idear…. ¿Y luego qué hacemos? Dudar de que nosotros podemos hacer algo igual y todo porqué nos da miedo pensar.

¿Pero es fácil pensar?

Desde luego que no.

Y más en un mundo donde las presiones para seguir lo establecido, dónde por mucho que digamos el miedo reina a sus anchas y dónde las modas triunfan sobre la autenticidad.

Dice una frase así de Epíteto «Somos aquello en lo que nos enfocamos». Si no pensamos nos enfocamos en lo que hacen los demás, en cómo piensan los demás, en cómo creen sentir los demás… ¿Y así crearemos algo diferente a los demás?

¡NO!

Si queremos nuestra felicidad, si queremos vivir de nuestra creatividad, si queremos dormir en paz… No tengas al MIRAR, AL CREAR, AL VER, como los verbos malditos que dicen que son.

¡Me considero CREATIVO y NO estoy LOCO!.

Photo by Tima Miroshnichenko on Pexels.com

Nos quejamos de que la escuela ha matado la creatividad. Vemos sin parar una conferencia que transmite dicho concepto y nos lamentamos del sistema educativo que tenemos. Comentamos que aprender no es repetir como una cacatúa sino que se debe aprender a través de la experiencia.

Nos quejamos de la poca creatividad que tiene nuestro cuerpo de políticos. Nos lamentamos que no se ponen de acuerdo en nada y menos para el bien común, Nos quejamos que toman las mismas soluciones de siempre para situaciones nuevas.

Nos quejamos que tenemos lideres en las empresas que la única creatividad que conocen es la de decir de diferentes maneras «Las cosas se hacen como te diga yo sino ahí tienes la puerta de salida«.

Nos quejamos que no tenemos relaciones creativas. Que no hay innovación ( aunque no sepamos realmente qué estamos diciendo con eso de innovación )

Nos quejamos que falta creatividad pero solo nos acordamos de ella cuando las cosas están yendo mal y lo que solíamos utilizar ya no da los resultados que antes ofrecía.

De un día para otro hablamos de creatividad, la incorporamos a nuestro vocabulario.

Nos olvidamos que pensábamos que no éramos creativos, que las ideas que teníamos nunca surtirían efecto o que a nadie les gustaría las ideas que teníamos. Todos esos sueños que teníamos los dejamos olvidados porqué creemos que no somos creativos. Y por lo tanto, la mejor opción es callarse y seguir lo que los demás dicen que es mejor para nosotros.

HOLA MEDIOCRIDAD, ADIOS CREATIVIDAD.

Pero ahora de repente, cuando más se está hablando de creatividad, de su importancia ( ahora y siempre, sin ella el ser humano no hubiera avanzado jamás ), cuando necesitamos las ideas de todos para salir adelante y crear nuevas oportunidades, vienen de nuevo a decirnos que la creatividad está relacionada con la locura mental

Ahora cuando más necesitamos la creatividad de la gente, que la gente desarrolle su talento, que crea en si misma, que innovemos, que luchemos por lo que creemos y no por lo que nos hacen creer…. todos a aplaudir que la creatividad es de los locos. ¡¡Así nos va!!.

La creatividad es una de las catapultas del desarrollo de la humanidad.

Sin la creatividad, todavía seguiríamos calentándonos a base de leches desde las cuevas donde estaríamos viviendo. Y yo me pregunto: ¿Los cavernícolas también estaban locos? o ¿Tenemos que agradecerles que tuvieran esa idea y gracias a ello nos calentamos cada uno de nosotros en nuestra casa?

Nos encanta generalizar y ya si nos lo dice un estadística, ya nos ponemos «cachondos perdidos».

Si una estadística nos dice que el 15% de las personas tenemos «un cable mal empalmado» y suelen ser personas que se dedican al artisteo o a la creatividad.. Ya presuponemos que…. ESTÁN MAL DE LA CABEZA TODOS LOS QUE ESCRIBIMOS O SE DEDICAN ALGO RELACIONADO CON LA CREATIVIDAD.

Una cosa, para mí toda actividad que crea algo y no hace falta que hablemos de artistas o escritores puede y debe ser creativa. Y no solo los de la «noche» o la publicidad…. pero sigamos adelante.

Y si eso le añadimos que en una noche de resaca, alguien del siglo pasado que creaba gracias a la cocaína o a las botellas de whisky que se bebía, ya creemos que el mejor método para hacer algo increíble y tener una relación para siempre con las musas, va a ser el alcohol y las drogas…. En fin…

No dudamos ni un ápice. Creemos que si lo dice una gurú o viene determinado por unas estadísticas de la Universidad de cuyo nombre no tengo ni idea de repetirlo… ¿Por qué dudar de ello? ¿Por qué pensar que una estadística o una historia de siglos atrás no es verdad o quizá esté inventada?

Haz lo que te de la gana, pero antes de creerte todo, duda, pruébala por ti mismo y luego determina, si es verdad o no según tus circunstancias.

He escrito dos libros abordando el tema de la creatividad desde diferentes ámbitos. Con muchos de los entrevistados he pasado noches de conversaciones y algún que otro amanecer hablando de creatividad, los he observado e investigado y serán una excepción pero no conozco a ninguno que les falte un tornillo. Creo que son más cuerdos que los que se consideran cuerdos siguiendo las normas que siempre han seguido esperando conseguir a la «proxima vez» por fin, resultados diferentes.

Y todos mis respetos a todas las personas que están pasando por depresiones o intentos de suicidios porque ante todo sé por lo que están pasando. Pero generalizar, como asi se da entender, que todos los creativos, están con un cable poco suelto, es atemorizar a la gente. Cuando en realidad lo que tendríamos que hacer AHORA y SIEMPRE es apostar y dejar que desarrollasen sus ideas. Porqué una vida creativa es una vida de darse a los demás, de solucionar los problemas que tienen y no de «bilis negras» que no nos dejan por las noches.

Porqué la gente tiene miedo a dar su opinión, a expresar lo que siente, a cómo ve la cosas .. y más en una sociedad tan radicalizada que si no estás de acuerdo conmigo estás en contra de mí. Pero eso si, nos hinchamos a libros de desarrollo personal, de felicidad y motivación, porqué es «cool» de cara a las redes sociales.

La creatividad no es locura, ni mucho menos tener una enfermedad mental:

.- Es empoderamiento, digan lo que digan los demás. Porqué estás luchando por lo que sientes.

.- Es compromiso con uno mismo, con lo que piensas y sientes.

.- No hace falta «meterse» de todo para encontrar las musas de la inspiración. Más bien a mi me dan dolor de cabeza solo de pensarlo.

.- El creativo no tiene tendencia a ninguna adicción. Y quizá estoy generalizando, lo sé. Bueno, si tienen una adicción, al inconformismo, a no dormirse con el éxito obtenido , a no creer que vivir es seguir normas y nada más…

.- No es depender de las opiniones de los demás ni mucho menos creer que estás loco porqué nadie de tu alrededor te apoya. Mucha gente empezó expresando su idea y sigue haciéndolo aunque no le escuche nadie o sigan creyendo que es una locura, porque siente que de eso trata la vida, luchar por una visión. ¿O es que seguimos creyendo que Ferrán Adría es un loco? Me da que no. Otra cosa es envidia, deporte nacional que nos gusta disfrutar.

.- Crear no es locura. Porqué si fuera así, no hubiéramos encontrado soluciones a tantos problemas que hemos solucionado durante toda la humanidad. En definitiva, han creado sus opciones para avanzar y nosotros en muchos casos, poder disfrutar de esos nuevos campos transcurridos.

.- Los valientes, los canallas como decía en «Liderazgo Canalla. Libera tu lado más rebelde«, claro que tienen imaginación. Imaginan un mundo mejor y van a por ello. Lo que pasa que dan un paso adelante cuando otros se quedan atemorizados en la cama esperando que la tempestad pase. Y eso no quiere decir que estén locos, SON COHERENTES CONSIGO MISMO. Cosa que mucha gente no es así llorando por las noches soñando con un mundo mejor pero al dia siguiente, no dando un paso adelante.

.- Son personas realmente felices, que están en paz consigo mismo, porqué hacen lo que su corazón les dicta. Y si los demás lo llaman loco, que lo hagan, es un prejuicio mental que tienen los demás. ¿Para ellos? Se sienten las personas más afortunadas del mundo.

No solo en los malos momentos debemos acudir a la creatividad, sino siempre y para todos los aspectos de nuestra vida. ¿O es que tras poner un toque de creatividad en tu relación pasional te sientes loco o con una sonrisa de oreja a oreja?

Somos una sociedad hipócrita que quiere una cosa pero luego no la acepta y es algo que ocurre con la creatividad. Ahora llamamos locos a los creativos, a los artistas o los escritores, cuando yo creo que son las personas más:

.- Coherentes

.- Productivas

.- Innovadora.

.- Visionarias

.- Humildes.

.- Que nos demuestran que las normas solo nos bloquean y no nos inspiran a ver qué hay detrás de ellas.

.- Que no se avergüenzan de lo que sienten y como se sienten.

.- Constantes y que apuestan por su pasión.

.- Y que dedican su vida a darse a los demás y no esperar a que se lo den todo hecho.

Un proceso creativo no es un proceso de locura, sino de felicidad, curiosidad e investigación hacia la ruptura de miedos e imposibles que nos han impuesto y nos hemos creído.

Gracias a muchos de estos procesos, estamos hablando ahora mismo tú y yo o haciéndonos un café para desayunar.

Desde luego que cada uno puede hacer lo que le de la gana con su vida pero todos creamos cosas en nuestra vida diaria, ¿Y eso quiere decir que estamos locos todos y no solo los escritores?

Pero si eso es estar loco, SEÑORAS Y SEÑORES, ESTOY LOCO Y A MUCHA HONRA.

Me considero creativo y no estoy loco. ¿Y tú?