Creemos que todos son tontos menos nosotros…

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Seamos sinceros:

¿Cuántos de nosotros se cree más inteligente que la mayoría?

Seguramente que todos, buenos excepto alguno que tenga un Ego más grande que el Santiago Bernabéu, dirán que no, que no se consideran más inteligentes que los demás.

En este tipo de preguntas sale la falsa humildad. Esa humildad que utilizamos para que no nos detecten la verdad, que SI que nos creemos más listos que los demás.

Esa falsa humildad tapa cosas como:

.- Creemos que la gente se creerá las excusas que ponemos para no aceptar que nos hemos confundido o no aceptar que no nos apetecía hacer algo.

.- Se creerán las ofertas que les hagamos vendiendo las virtudes de la misma, pero no le dejaremos que haga preguntas y se dé cuenta que quizá es «gato por liebre».

.- Publicando en redes sociales todo lo que hacemos cuando en realidad de lo dicho al hecho, va mucho trecho y no tenemos ninguna propuesta encima de la mesa.

.-Que se creerán lo que les digamos porqué creemos que siempre se han creído todo lo que les hemos dicho. Es decir, hemos subestimado siempre a todas las personas con las que hemos tenido relación por nuestro ego.

.- Que la gente nos quiere por lo que mostramos y conseguimos. Cuando en realidad cree que somos lo que no somos en realidad porqué lo que realmente hemos hecho es comprar seguidores en redes sociales.

.- Que porqué estamos haciendo lo que está de «moda», somos más que los demás. Pero nos dicen que tenemos que ser humildes cuando en realidad lo único que queremos es darle en los «morros» a los demás.

Cada día que me encuentro más con la pregunta:

¿Se creerá que soy imbécil o qué?

Nos encontramos con esta pregunta cuando nos encontramos con personas que:

.- Se creen el papel que están haciendo

.- Se creen que los demás no se van a dar cuenta

.- Creen que así pueden dominar a los demás y llevarlos a dónde quieran.

.- Creen que los demás en el fondo, son unos pobres infelices que se creen todo lo que les dicen. Cuando en realidad, ellos están haciendo lo mismo creyendo que son algo que simplemente es un mero papel de «villano».

¿Qué les ocurre a este tipo de personas?

Se creen que han encontrado «la formula» para que los demás no vean quienes son de verdad y así poderlos manipular. En definitiva, se están mintiendo a ellos mismos.

La gente será «tonta» o se lo hará, pero te aseguro que podrá caer una vez, dos pero a la tercera se dará cuenta del pastel que tiene enfrente de si y sabrá que lo que dices que eres, haces o puedes llegar a conseguir, ES ABSOLUTAMENTE MENTIRA.

Seguimos creyendo que los demás son gilipollas cuando los primeros gilipollas somos nosotros.

Somos nosotros porqué nos estamos creyendo algo que realmente no somos y que a la definitiva, acabará con nosotros.

Desde luego que puedes seguir con el «papel», ya que si no vuelve a caer esa persona, otra seguro que no sabe de qué palo vas, tiene más posibilidad de caer. Pero una vez , los demás no se darán cuentan, podrán hacerse «los tontos» pero el paso del tiempo, les abrirá los ojos…y tu efecto «se terminará».

¿Por qué hacemos lo que hacemos?

Porqué por mucho que hablemos de originalidad, libertad y demás valores que en el fondo los dejamos apartados por el éxito rápido, la manipulación masiva, la felicidad efímera y el dominio de los demás.

Todo porqué NOS DA PEREZA SER NOSOTROS MISMOS, MOSTRARNOS COMO REALMENTE SOMOS…Seres vulnerables que tienen miedo, que les cuesta pedir ayuda y reconocer que se han confundido. Y si encontramos el «método» rápido para ser alguien sin esforzarnos, sin dudar, sin sudar…¿Por qué no aceptarlo?

Vivimos en una sociedad en la que si alguien no piensa como nosotros, sin escucharlo, sin parar a pensar si tiene razón o no, …ya lo despreciamos, ya pensamos que es tonto y que nosotros somos mucho mejor que ellos…Y todo por la defensa a ultranza de nuestras creencias, de nuestro equipo de futbol o de la moda a la que nos hemos «subido», ya que nos dan seguridad de que somos algo, que somos alguien y sobre todo más que los demás.

Lo único que provoca esto es que se habla mucho del bien común, de la necesidad de la creatividad, de la innovación…Y lo único que estamos haciendo es dividirnos y estancarnos como sociedad.

Dejemos de pensar que los demás son imbéciles y escudarnos en títulos de expertos, en número de seguidores en redes sociales o en cursos que has pagado un pastón y no te han dicho nada para «tomar» a los demás por imbéciles que no están a tu nivel.

A lo mejor el gilipollas eres tú porque creerte algo que ni en sueños llegarás a ser.

¿ Eres victima de tu mente?

Más interesante que lo que la gente dice es su pensamiento secreto, y esto es lo que importa conocer”, decía M.Maeterlinck.

victima de la menteNo sé qué me pasa, me siento mal, estoy triste, frustrado, estresado, cabreado.. No me aguanto ni yo”. ¿Te suenan estas frases?

Muchas veces, nos quedamos enganchados en las emociones y vamos por nuestro día a día cargados de esas emociones negativas. Nos las llevamos al trabajo, a casa, de cervezas con los amigos y nos descubrimos «saltando» por cualquier cosa que pasa de una manera desproporcionada. ¿Nuestras víctimas favoritas? Nuestros allegados, aquellos que están más cerca; nuestros amigos más próximos, nuestras parejas, nuestra familia.

“¿Se puede saber qué te pasa? Nada, hoy tuve un mal día. Había atasco y he llegado tarde a mi cita, la persona con la que había quedado me ha dicho que tenía otro compromiso y que no me podía atender, llego a casa y se me estropea el ordenador por lo que no he podido hacer lo que tenía previsto y llevo un cabreo que ahora lo que me faltaba es que vengas tú y me preguntes si me parece bien que vengan invitados a casa a cenar.”

El caso es que muchas veces nos quedamos enganchados en esas emociones negativas de enfado, tristeza o frustración. Lo que no se nos ocurre es poner el foco en el tipo de pensamientos que provocan esas emociones. Si me descubro en una emoción negativa, lo mejor que puedo hacer es parar y poner atención en qué tipo de pensamientos estoy teniendo ya que en función del pensamiento, se produce la emoción y es la emoción la que produce más pensamientos que reafirman esa emoción. Sin darnos cuenta, estamos en una rueda como un hámster corriendo del pensamiento a lo que siento y de lo que siento a lo que pienso.

Analizar qué tipo de pensamiento tenemos es clave para poder cambiar aquello que sentimos. El pensamiento puede ser echar la culpa a otros o a situaciones. Ponemos el foco fuera de nosotros responsabilizando a otras personas o situaciones de lo que nos pasa o bien nuestros diálogos internos se centran en machacarnos a nosotros mismos dedicándonos unas lindezas y unos castigos desproporcionados.

Pues bien, la realidad es la que es. Sí, has llegado tarde a tu cita, eso no lo podemos cambiar, lo que sí podemos cambiar es nuestra manera de vivirlo. Podemos cabrearnos y que nos dure ese cabreo días o meses o podemos elegir sacar un aprendizaje y aplicarlo la próxima vez que nos ocurra y dejar de darle vueltas a nuestra cabeza.

Como dice Byron Katie en su libro “Amar lo que es”, cada vez que discuto con la realidad, pierdo. No es malo tener un pensamiento, lo que es malo es engancharnos a él y no gestionarlo porque nos produce emociones negativas.

Una vez que detectamos nuestros pensamientos podemos hacernos cuatro preguntas que nos propone Katie y que ayuden a analizarlo

1.- ¿Eso es verdad? Cuestiona si tu pensamiento es cierto.

2.- ¿Tienes la absoluta certeza de que eso es verdad? Cuestiona si es absolutamente así o puede haber alguna duda sobre su veracidad

3.- ¿Cómo reaccionas cuando tienes ese pensamiento? Las emociones que aparecen cuando tienes ese pensamiento

4.- ¿Quién serías sin ese pensamiento? Si no tuvieras ese pensamiento, qué es lo que cambiaría.

Se trata de aceptar la realidad y desde la aceptación de lo que nos pasa, es cuando podemos reflexionar desde la serenidad y podemos cambiar la manera de vivir nuestras experiencias. Si estamos enganchados a una emoción o pensamiento negativo no tenemos la serenidad y por tanto, no hay reflexión.

 Vamos a observar qué tipo de emociones negativas tenemos y vamos a tomárnoslas como un indicador, como una señal de que tienen un mensaje para nosotros o un aprendizaje y no como algo que hay que eliminar.

¿Qué emociones tienes últimamente? ¿Qué tipo de pensamientos van asociados a ellas? ¿Te apetece cuestionarlos?

¿Victima o Lider?

La forma más común de renunciar a nuestro poder es creer que no lo tenemos” decía Alice Walker.

VictimaHoy me he llamado un amigo. “David, necesito que ayudes a un amigo, se que tú podrías sacarlo de la vorágine de pensamientos que lo tiene secuestrado”. Le pregunté que le pasaba, en qué podría ayudarle yo.

Me comentó quien era, su profesión, y cada vez que me iba describiendo a su amigo, mi expresión de asombro se hacía más grande. ¿Qué podría hacer yo por una persona así?

Lo tenía todo en su vida, había sido un alto directivo, con un sueldo que no sabía contar los 0 que lo formaban. ¿Pero qué le pasaba?.

SE HABÍA QUEDADO EN DESEMPLEO POR PRIMERA VEZ EN SU VIDA.

Siempre había  liderado empresas de referencia nacional e internacional, pero por problemas del mercado, le habían “recomendado” que iba siendo hora que encontrara nuevos retos en su vida. Los pilares que habían fundamentado su vida hasta ese día, se habían desmoronado por completo. Había basado su vida, en sus títulos, títulos que ahora no tenía.

Sentía que no tenía personalidad, le habían dejado “desnudo”. Siempre la había basado en los puestos de trabajo que había tenido. Había liderado el destino de personas de diferentes nacionalidades y ahora no sabía liderar su vida.

Me repetía una y otra vez que él sólo sabía liderar empresas, trabajadores, grandes transacciones, pero que la situación del desempleo, a pesar de llevar poco tiempo, le había sobrepasado por completo.

Pensamos que si estamos trabajando en una empresa, tienen que ser los directivos, nuestros jefes, quienes tienen que tomar las decisiones que encaminen la vida de la misma. Nuestro jefe al empezar el día nos tiene que decir lo que tenemos que hacer, lo hacemos y hasta el próximo día. Sentimos y deseamos, no tener que tomar una decisión alguna que pudiera afectar a la misma.

Pero mientras tanto, entre cafés y cafés, decimos a los compañeros, que nosotros haríamos las cosas de otra manera, que con nosotros la situación se encaminaría hacia otro lado. Pasa lo mismo cuando juega la Selección española de fútbol,  dentro de nosotros hay un seleccionador, y cuando no juegan como a nosotros nos gustaría , criticamos al seleccionador. Pero nadie da el paso adelante.

¿Por qué?

Nos da miedo exponernos ante los demás, de mostrarnos y demostrar lo que valemos, lo que sabemos, nos da miedo poder fracasar, tenemos miedo a ser mejores, a romper la barrera  que hay  entre lo que somos y  lo que podríamos ser, de verdad.

Y cuando eso pasa, no nos dejamos de preguntarnos… «¿Y si…? ¿Qué hubiera pasado si hubiera dicho sí a la propuesta o hubiera dicho tal o cual cosa? ¿Qué hubiera pasado si…?»

Deseamos que el exterior, que los demás lideren nuestras vidas en vez de nosotros mismos. ¿Y así crees que las consecuencias pueden ser positivas? CREO QUE NO.

¿Quién lidera tu vida?

Cuando no lideramos nuestras vidas, y nos ocurren situaciones como el desempleo, no sabemos por dónde empezar, bueno sí, echando la culpa de nuestra situación al exterior, en vez de mirarnos a nosotros mismos, lo primero.

Me gustaría que te hicieras esta pregunta antes de seguir leyendo: ¿Te gustaría darte cuenta en los últimos días de tu vida, que eso que sabias que eras de verdad, nunca lo llegaste a demostrar a los demás? ¿Que nadie se inspiro en el trabajo que habías hecho, que nunca asumiste ningún riesgo o que todo lo que tocaste, lo dejaste peor o igual de lo que estaba? Yo creo que se la respuesta que te estás dando ahora mismo, NO.

Ser líder no es cuestión de un titulo, de ningún cargo. Tú eres el líder de tu vida personal y profesional, nadie más tiene ese cargo.

Pensamos que el líder es aquel que ante las circunstancias negativas que estuviéramos viviendo, tiene el deber, de sacarnos del atolladero. Y es lo que le pasaba a esta persona, exigía que el Estado, la sociedad, el mundo le diera un trabajo acorde a su experiencia, sin hacer nada a cambio. Porque él lo valía.

Ser líder de tu vida, dando igual la situación en la que te encuentres, es dar un paso hacia adelante. Crear tus propias circunstancias a pesar del exterior.

Pero aunque muchos damos ese paso con buena intención, siempre acabamos haciendo lo mismo, lo que nos han dicho que teníamos que hacer. ¿No somos creativos? Lo que nos vuelve a pasar es que no queremos sobresalir, haciendo cosas diferentes, ser diferentes. Mientras estoy escribiendo estas líneas, estoy oyendo música, y de 5 canciones que llevo oídas, 3 eran versiones de canciones antiguas.

¿Por qué no mostramos nuestro verdadero talento? ¿Y queremos resultados diferentes haciendo siempre lo mismo? Pura locura, como diría Einstein.

Nos hacemos mayores y eso que nos decían nuestras abuelas y madres, que podríamos hacer y conseguir lo que nos propusiéramos, se nos ha olvidado por completo, más bien pensamos que eran locuras de amor. Pues tenían razón.

Ser líderes de nuestras vidas, es mostrar constantemente el genio que llevamos dentro, sin miedos, mostrando quienes somos de verdad. Ser líder es actuar en función a la imagen que tienes de ti mismo.

Puede que lo estés pasando mal, pero sé que dentro de ti, hay un ser lleno de dones, con un potencial increíble que tú sabes que tienes, pero que te da miedo mostrar. ¡¡HAZLO, DA EL PASO.!!

Siempre se dice que en los momentos difíciles de la vida, es cuando se muestra de lo que estamos hechos de verdad. Y yo también lo pienso así.

Cada uno tenemos el poder de responder ante las circunstancias, tenemos dos opciones, respondiendo con la mediocridad, rebozándonos en el victimismo y la negatividad, o tienes otra opción. Liderando tu vida, dando ese paso hacia adelante, mostrando todo lo que vales, tu verdadero potencial, aprovechar la oportunidad , que otros ven como negativa, para mejorarte en todos los sentidos.

El desempleo, una adversidad, me ha dado muchas oportunidades, entre otras estar hablando contigo ahora. ¿Y qué oportunidad ves ante la adversidad que estás viviendo?

Dejemos el papel de victimas y lideremos nuestras vidas por fin. Mostrémonos como somos de verdad, vayamos hacia lo que queremos.

¿Si supieras lo grandes que eres de verdad, sientes que rendirías de otra manera? Pues ya eres más grande de lo que te puedas imaginar, solo tienes que liderar tu vida.

¿Qué eliges, víctima o  líder?