Mejor desde 0 que desde Nunca.
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Mañana cumplo 45 años y quería escribir esta carta a todos vosotros.
Hoy quiero compartir contigo una reflexión profunda y personal que ha transformado mi vida y que espero también inspire cambios positivos en la suya. En esta carta, exploraremos juntos la importancia de empezar desde cero, algo que he hecho durante mi vida muchas veces , de abrazar el poder del reinicio, y de entender que es mejor comenzar de nuevo que nunca intentarlo.
¿Cuántas veces nos hemos encontrado paralizados ante la idea de empezar algo nuevo? Ya sea un proyecto, una relación, un cambio de carrera, o simplemente un nuevo hábito, el miedo al fracaso y la incertidumbre puede ser abrumador. Sin embargo, es en ese primer paso, en esa decisión de comenzar, donde reside el verdadero poder de transformación.
Recuerdo una vez, sentado en mi escritorio, sintiéndome atrapado en un trabajo que no me satisfacía. Me había convencido a mí mismo de que era mejor quedarme allí, cómodo en mi mediocridad, que arriesgarme a lo desconocido. Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba dejando que el miedo dirigiera mi vida. Desde entonces el miedo ha venido a mi búsqueda varias veces pero cuando le haces frente, ya no es lo mismo.
Dar el primer paso puede ser aterrador, pero también es increíblemente liberador. Al decidir empezar desde cero, nos permitimos dejar atrás el peso del pasado y abrirnos a un mundo de posibilidades. Es importante recordar que cada gran logro comienza con un pequeño paso.
Empecé a explorar nuevas oportunidades, a aprender nuevas habilidades que un tiempo atrás pensaba que eran imposibles en mi y a conocer personas que compartían mis intereses. La sensación de avanzar, aunque fuera lentamente, me llenó de una energía que no había sentido en años. Estaba construyendo algo nuevo, algo propio, y eso era la ostia.
En nuestro camino, cometeremos errores. Es inevitable. Pero en lugar de verlos como fracasos, debemos considerarlos como lecciones valiosas. Cada error nos acerca un paso más a nuestro objetivo, siempre y cuando estemos dispuestos a aprender de ellos.
Recuerdo la primera vez que traté de iniciar una serie de eventos y formaciones en mi ciudad. Fue un desastre absoluto. Perdí dinero, tiempo y energía. Pero en lugar de rendirme, analicé lo que había salido mal y lo que podría haber hecho mejor. Esa experiencia me dio la sabiduría y la fortaleza para intentarlo de nuevo, esta vez con más éxito.
El camino hacia el éxito rara vez es una línea recta. Si lo consigues, ya me dirás como lo has hecho. Habrá altibajos, desvíos y momentos de duda. Pero es la perseverancia la que nos mantiene en marcha. Es fácil empezar algo nuevo, pero mantenerse en el camino requiere un compromiso constante y una fuerte determinación.
En mi viaje, hubo momentos en los que quise rendirme. Los obstáculos parecían insuperables y el progreso, demasiado lento. Lo reconozco soy muy impaciente. Pero cada vez que me sentía tentado a abandonar, recordaba por qué había empezado. Ese «por qué» es lo que me impulsó a seguir adelante, como bien dice Simon Sinek en su libro tan famoso y que causó un antes y después en mi vida.
Ningún viaje se realiza en solitario. El apoyo de amigos, familiares y mentores es crucial en momentos de dificultad. No tengas miedo de pedir ayuda y de rodearte de personas que creen en ti y en tus sueños.
Tuve la suerte de contar con un círculo de apoyo increíble. Amigos que estuvieron allí para levantarme cuando caí y para celebrar mis pequeños triunfos. Su fe en mí me dio la fuerza para seguir adelante, incluso cuando yo mismo dudaba.
Es vital redefinir lo que significa el éxito para nosotros. En una sociedad que a menudo mide el éxito en términos de riqueza y estatus, debemos encontrar nuestras propias definiciones. ¿Es la paz interior, la felicidad, el impacto positivo en la vida de los demás?
Para mí, el éxito dejó de ser un destino y se convirtió en un viaje. Se trataba de vivir en alineación con mis valores y de hacer lo que amaba. Este cambio de perspectiva me permitió disfrutar del proceso, en lugar de obsesionarme con los resultados.
Vivir en el presente es una de las lecciones más importantes que he aprendido. A menudo, nos preocupamos tanto por el futuro o nos arrepentimos del pasado que olvidamos disfrutar el momento presente. Empezar desde cero nos da la oportunidad de resetear nuestra mente y concentrarnos en el ahora.
Practicar la atención plena y la gratitud me ayudó a apreciar cada pequeño paso en mi viaje. Aprendí a celebrar las pequeñas victorias y a encontrar alegría en el simple acto de intentarlo.
A lo largo de mi viaje, encontré inspiración en las historias de otros que también decidieron empezar desde cero. Personas que, a pesar de los obstáculos y las adversidades, encontraron el valor para comenzar de nuevo y lograron cosas increíbles.
Uno de los relatos más inspiradores fue el de J.K. Rowling, quien pasó de ser una madre soltera en apuros a la creadora de una de las sagas literarias más exitosas del mundo. Su historia me recordó que no importa cuán difíciles sean las circunstancias, siempre hay esperanza si estamos dispuestos a empezar de nuevo.
Al final, lo que importa no es dónde empezamos, sino la disposición a empezar. Cada nuevo comienzo es una oportunidad para reinventarnos y para construir una vida que realmente nos haga felices. Es mejor empezar desde cero que nunca intentarlo, porque cada día es una nueva oportunidad para crear algo hermoso y significativo.
Hoy, mientras escribo esta carta, me siento agradecido por todas las veces que tuve el valor de empezar de nuevo. Esos momentos de valentía me llevaron a donde estoy ahora, y sé que lo mejor está por venir.
Queridos lectores, si hay algo que quiero que se lleven de esta carta, es esto: nunca es tarde para empezar de nuevo. No importa cuántas veces hayas caído o cuántas puertas se hayan cerrado. Siempre hay una nueva oportunidad esperando, y todo lo que se necesita es el coraje para dar el primer paso.
Así que, si tienes un sueño, una meta o un deseo que has estado posponiendo, hazlo ahora. Empieza desde cero si es necesario, pero empieza. Porque es mejor empezar desde cero que quedarse atrapado en el nunca.