¿Tienes una vida perfecta?

“Dos y dos son cuatro. La naturaleza no te pide opinión. No le interesan tus preferencias ni si apruebas sus leyes. Tienes que aceptar la naturaleza tal como es con todas las consecuencias que ello implica”, decía Dostoievski.

Llevo tiempo dándole vueltas a una situación que me ocurrió hace unos días.

Me presentaron a una persona que se podría decir que era una mujer de bandera, una mujer 10.

Muy guapa, un cuerpo escultural, culta.. Esa mujer que todo hombre anhela tener a su lado para el resto de su vida.

Daba gusto hablar con ella, pero su mirada me decía que algo no concordaba con todo lo que me estaba contando.  Tenía una mirada triste que intentaba esconder detrás de sus éxitos en todos los ámbitos que te podrías imaginar.

Tras mantener una conversación agradable con ella, me daba cuenta que según ella su vida sólo había estado impregnada por éxitos, consecuciones de sueños inalcanzables, viajes y de personas importantes a su alrededor. Solo había tenido triunfos en su vida.

Se podría definir como una persona de éxito, pero siempre se exigía más y más, no disfrutaba de nada, al instante se proponía algo diferente y a cuál más imposible de conseguir.

Cuando terminamos de hablar, comenté con la persona que nos había puesto en contacto, mis impresiones al respecto. Le dije mi sentir. Algo no me concordaba a pesar de todo ese éxito y parafernalia.

Me comentó que desde siempre había tenido una vida sin ningún tipo de dificultad, había sido pura seda para ella su vida, sus padres le había puesto la vida en bandeja de plata,el éxito le había perseguido a ella, muchas veces hasta sin quererlo. Había tenido una vida en línea recta. No sabía lo que era el fracaso, la tristeza o el miedo.

Desde la universidad, con sus excelentes notas, practicas en las mejores empresas, hasta su puesto de alta dirección, sus coches de alta gama, sus casas, su familia ideal… pero todos estos cimientos se habían derrumbado hacía un mes.

SE HABIA QUEDADO EN PARO.

Ya no existía la perfección en su vida y la perfección que exigía a la gente que tenía a su alrededor.

No quería  aceptar la realidad, decía que la empresa la iba a llamar, que se darían cuenta del error que habían cometido. Empezaba a vivir en un mundo de fantasía.

Con sus pensamientos, casi de locura, decía que este tiempo estaba creando una multinacional, en vez de un pequeño negocio, que iba a conseguir hacer sombra a Zara. Algo alucinante. La vida tan perfecta que había tenido, se había desmoronado y no quería darse cuenta.

Tenía como lema, que todo o nada. Y ahora no había nada en su vida.

¿Cómo crees que puede vivir una persona así?¿Eres una persona perfeccionista?¿Cómo crees que puede convivir cuando conoce el fracaso, el miedo o la ansiedad?

Aunque no quiera reconocerlo, seguro que mal, muy mal y como compañera menos dañina en esos momentos, tendrá a la ansiedad.

Muchas personas perfeccionistas, desde su infancia, les inculcan retos que sus padres pensaban que tenían que conseguir, retos que sus padres no habían conseguido. Retos que desde pequeños sentían como suyos. Pero ahora se encontraba en desempleo, un obstáculo inoportuno en sus planes. No sabía cómo afrontarlo.

LA PERFECCIÓN NO EXISTE

La vida perfecta, la pareja perfecta, la familia perfecta, el trabajo perfecto, no existe.

Pensar que vamos a tener una vida, sin ningún obstáculo, que todo nos vamos a salir a la mil maravillas, sin ningún impedimento,  sin miedos, ansiedades o incertidumbres, es algo imposible.

La vida te pone sus obstáculos para superarlos, para madurar, para que veas quien eres de verdad, donde están tus límites, conseguir tus sueños a través de otro camino más difícil pero con mucho más aprendizaje. Y sobre todo la vida, no solo está llena de éxitos, sino también de fracasos que te llevan a éxitos muchos mayores.

Pienso que no todo en la vida es blanco o negro, todo o nada , porque un fracaso me llevo a un mundo del cual me siento muy realizado y feliz en la actualidad.

Y hoy he recibido un email de la persona que nos presento. La mujer se había derrumbado un día hablando con él, le comentaba que sentía que tenía la autoestima baja, que nunca había disfrutado de verdad de ninguno de sus éxitos, ni de su familia, solo pensaba en el trabajo, quería la perfección, y quería siempre agradar a su padre. Cuando conseguía algo, a los dos días ya estaba pensando en un nuevo reto. Como una niña mal criada.

Y ahora que estaba viviendo su primer “fracaso” en la vida, se sentía débil e imperfecta.

He observado, que cuando aceptamos los desafíos  que nos pone la vida por delante, es mucho más que ganar o perder, que fracasar o triunfar. Te da un aprendizaje, una experiencia. Y yo últimamente estoy aprendiendo mucho de ellos. ¿Y tú?

Dejemos de buscar la perfección, sólo existe en el Vogue, Mens Health y en las películas de Disney ¿Por qué no dejamos de ser tan exigentes con nosotros mismos y aceptar que el fracaso, los tropiezos forman parte de nuestra vida? ¿Por qué no queremos ver que vivir la rabia, el miedo,  la frustación,.. es parte de nuestra condición humana?

¿Sientes que tienes una vida perfecta sin obstáculos?¿Qué es para ti la perfección? ¿O tienes una vida llena de baches, pero aún así te sientes más feliz?